Heidegger: El ser y el tiempo, pt. 3/15

Hoy las primeras 4 secciones de la Introducción.

Guión

 Antes de empezar de lleno con el libro que nos concierne, sería conveniente saber cuál traducción vamos a usar. En el primer vídeo había mostrado la portada de la traducción de José Gaos editada por el Fondo de Cultura Económica. Existe otra traducción más reciente de Jorge Rivera que salió en Trotta. He decidido usar esta última, porque aunque la de Gaos tiene sus méritos, la lectura es bastante inaccesible y creo que impide la comprensión más que la facilita.
La introducción consta de dos capítulos y las dos grandes divisiones que constituyen el cuerpo de la obra cuentan con seis capítulos cada una. Estos 14 capítulos son divididos en secciones las cuales son numeradas de forma progresiva empezando con el primer capítulo de la introducción (§ 1) hasta el sexto capítulo de la segunda división (§ 83). Al hacer referencia al texto, haré mención de una de estas 83 secciones para que te ubiques. De hecho, para que no haya pierde, de aquí en adelante voy a dejar visible aquí abajo el número de sección que estamos tratando.
Bien. En la primera sección Heidegger dice que desde los Antiguos Griegos la pregunta por el ser ha sido olvidada. Olvidada en el sentido de descuidada, como no digna de tomarse en serio. Heidegger dice que no se ha tomado en serio debido a tres ideas erróneas sobre la naturaleza del ser.
La primera es que el “ser” es simplemente el concepto más universal. Nos topamos con perros, gatos y caballos y abstraemos de ellos el concepto de “animal”, y agregando a esto los conceptos de plantas y bacterias etc., abstraemos el concepto de “cosas vivas”, y agregando a esto los demás conceptos que agrupan los diferentes entes llegamos a la clase más universal de entes los cuales comparten en común simplemente el ser. Vimos todo esto con más detalle en mi vídeo sobre la ontología aristotélica y medieval, que puedes ver aquí. En este sentido, la pregunta por el ser es fácil, no es más que el concepto más universal. ¿Qué más se puede decir al respecto?
La segunda idea errónea que ha conducido al descuido de esta pregunta es la de que el ser sea indefinible. Tomemos un concepto como el de “hombre”. ¿Se puede definir? Claro, porque tiene un contenido que puede distinguirse de otras cosas. Como vimos en ese vídeo sobre Aristóteles, se define al indicar su género (animal), y su diferencia específica (la racionalidad) que lo distingue de los demás animales. El problema con el concepto de “ser” es que no tiene un género o clase al que pertenece precisamente porque es el concepto más universal. Y tampoco ninguna diferencia específica. Podemos distinguir los hombres de las mariposas por la racionalidad, pero el ser no se distingue de nada porque todo lo real es. Otra forma de expresar este problema es decir que el concepto de ser no puede funcionar como predicado, como lo hace el concepto de “hombre” cuando digo que Juan es un hombre. Puedo explicar el concepto de “hombre” al señalar un miembro de la clase, es decir, Juan. Pero sería bastante extraño que señalara a Juan para explicar el concepto de “ser”. “Mira, aquí hay un ejemplo de algo que es”. El problema es que el concepto de ser no distingue ninguna propiedad como “racionalidad” o “animalidad” ya que todo lo que uno podría señalar es. A fin de cuentas, la propia universalidad del concepto es lo que lo hace indefinible.
Sin embargo, usamos el verbo “ser” en casi todo lo que decimos, por lo que su significado o naturaleza habría de ser auto-evidente. Heidegger dice que vivimos en una comprensión del ser. No obstante, al mismo tiempo está envuelto en oscuridad por las razones que acabamos de ver. Esto, para Heidegger, demuestra la “necesidad de repetir la pregunta por el sentido del “ser”.
Si vamos a volver a esta pregunta, tenemos que formularla o plantearla bien. En la segunda sección, Heidegger analiza la naturaleza de las preguntas o indagaciones en general en aras de plantear bien la suya. Dice que constan de tres elementos: 1. lo que llama das Gefragte, es decir, aquello por el que se pregunta; 2. das Befragte, aquello que es interrogado; y 3. das Erfragte, el resultado del cuestionamiento. Básicamente, tenemos el tema, el cuestionamiento, y la conclusión o aquello que se aprende.
Imagínate que nuestro tema fuera la naturaleza de los elefantes. Para indagar al respecto tendríamos que examinar o interrogar un elefante en particular. Al cabo de la investigación tendríamos conocimiento sobre los elefantes. En el caso de la preguntar por el ser, el tema obviamente es el ser, o como dice Heidegger, “aquello que determina al ente en cuanto ente” o aquello en términos del cual “el ente ya es comprendido”. Ahora, de la misma manera que no se puede estudiar la naturaleza de los elefantes sin estudiar algún elefante en particular, el ser, que es para Heidegger siempre el ser de algún ente, debe ser investigado al examinar o interrogar un ente. Lo que ganaremos con esta indagación será precisamente el sentido del ser.
Pero, ¿entre todos los diferentes tipos de ente que hay, cuál debemos interrogar? Y con el ente escogido, ¿cómo abordar la interrogación, cómo acceder al ente, y cómo comprender y captar conceptualmente su sentido? Éstas son preguntas importantes y a primera vista no está del todo claro cómo responderlas, qué criterios usar en la investigación. A pesar de ello, dice Heidegger, estas cuestiones que son constitutivas de la investigación nos dan una pista porque son a la vez modos de ser del ente que somos nosotros mismos, los que preguntan e investigan. Podríamos preguntar por el ser al interrogar los entes que son elefantes o girasoles, pero para que procedamos en nuestra indagación de la manera más segura y transparente, convendría interrogar al ente que somos nosotros porque el mismo hecho de que podamos plantear la preguntar por el ser y de que poseamos en nuestro habla cotidiano cierta comprensión del ser, aun cuando es vaga, indica que el camino más viable para responder nuestras inquietudes sobre cómo dirigirnos en esta investigación consistiría en esclarecer nuestro propio modo de ser.
Ahora bien, este ente que somos nosotros Heidegger lo llama “Dasein”, y afirma que la ontología fundamental que pretende articular en este libro, aquella “que está a la base de todas las otras ontologías, deba ser buscada en la analítica existencial del Dasein”. Pero ¿por qué? Si el dinero es alguna indicación, confiamos mucho más en los físicos para contarnos sobre la realidad que los filósofos. El presupuesto de 2015 para el CERN, ese colisionador en Suiza, fue de mil millones de dólares y créeme que ahí no están investigando el Dasein sino las partículas subatómicas.
En la tercera y cuarta secciones, Heidegger defiende la primacía de su pregunta por el ser sobre otras ontologías, por mucho financiamiento que tengan. En primera instancia, la pregunta por el ser es primaria ontológicamente. ¿Qué quiere decir eso? Heidegger caracteriza lo que hace en este libro como una investigación ontológica, a diferencia de una investigación científica. Una ciencia como la biología investiga cierta clase de entes, los entes vivos, usando ciertos conceptos básicos, como organismo y función, entre otros. Sin embargo, la biología simplemente toma estos conceptos por sentado; no los deriva de un análisis de los entes porque para analizarlos, para que aparezcan entes con ciertas características en primer lugar, hacen falta de antemano los conceptos. El orden conceptual que maneja una ciencia, y la ontología que implica, es un presupuesto filosófico muy parecido a lo que Foucault llamaba una episteme o Thomas Kuhn llamaba un paradigma. Como la historia de la ciencia muestra, las ciencias llegan a veces a momentos de crisis donde el orden conceptual que posibilita su actividad se pone en duda. El punto es que semejante crisis conceptual no puede explicarse ni resolverse dentro del lenguaje conceptual de la ciencia misma. En otras palabras, las ciencias naturales no investigan a nivel ontológico, sino a nivel óntico; se ocupan de entes en el mundo, más no de su condición de posibilidad o de inteligibilidad. Esta condición es lo que proporcionará Heidegger en este libro.
Sin embargo, a pesar de esta distinción entre filosofía y ciencia, Heidegger no puede simplemente desprenderse del mundo óntico de los entes. Recuerda que el ser no es algo en sí mismo sino que siempre es el ser de algún ente. Lo que en la cuarta sección Heidegger quiere dejar claro es la primacía que tiene el Dasein, entre todos los demás entes, para la pregunta por el ser. El ser, objeto de la ontología fundamental de Heidegger, se alcanza a través de un análisis del modo de ser que es el Dasein. ¿Por qué? Hablemos un poco de este célebre término para ver por qué Heidegger lo elige como el ente primordial.
La palabra “Dasein” es un compuesto de las palabras “da”, que significa “ahí” y “sein” que significa “ser”. Literalmente, ser-ahí. Durante mucho tiempo, filósofos alemanes habían usado este término para referirse a la existencia en general, a cualquier cosa existente. Como vimos, con el Dasein Heidegger no se refiere a cualquier ente, sino al ente que somos tú y yo, al ser humano. Bueno, si el Dasein como la existencia humana es lo que hay que analizar para responder la pregunta por el ser, ¿por qué no se le puede analizar científicamente, desde la biología por ejemplo? Para un biólogo soy homo sapiens, con una serie de características morfológicas y funcionales que me distinguen de los perros y demás cosas vivas. Si el biólogo me viera paseando en el parque con mi perro, vería dos entes que podría analizar perfectamente. Entonces, ¿por qué a Heidegger le interesa los seres humanos y no los perros? ¿Será que mi fisiología distinta es lo que me hace digno de ser estudiado por Heidegger? No. Heidegger dice: “El Dasein no es tan sólo un ente que se presenta entre otros entes. Lo que lo caracteriza ónticamente es que a este ente le va en su ser este mismo ser”.
¿Qué quiere decir eso? Simplemente que nuestro ser se presenta como un problema, una cuestión abierta que continuamente tiene que resolverse. El Dasein se preocupa por su ser de manera que una roca o un perro no lo hacen. De las rocas y los perros podemos preguntar “¿Qué es?”. Manifiestan ciertas propiedades que los identifican y que forman su esencia. No tienen que tomar ninguna decisión para ser lo que son. Aun cuando el cuerpo humano tenga propiedades, de modo que podemos preguntar ¿qué es?, lo que distingue al ser humano en tanto el Dasein de la roca y el perro es que podemos preguntar ¿cómo es? Un pastor alemán que vive en México y otro que vive en Japón viven de manera idéntica. Pero un hombre mexicano y un japonés no. Los dos tienen penes y por tanto son varones, pero lo que significa ser hombre en las dos culturas, lo que llamamos la masculinidad, se interpreta de formas distintas.
El Dasein, entonces, no es homo sapiens; su esencia no estriba en ninguna propiedad que pudiera responder la pregunta ¿qué es? Más bien, para Heidegger, la esencia de el Dasein reside en su existencia. Ahora, dirás que el perro también existe, y sí es cierto, es un objeto físico en el mundo, pero la diferencia estriba en que el perro no se relaciona con su existencia como un problema que tiene que resolverse, pero el Dasein sí. ¿Y cómo lo resuelve? No al identificar propiedades viendo si las tiene, sino sólo en la actividad concreta de vivir su propia existencia. Esto no es el caso con las rocas y los perros, lo cual hace que el Dasein se distinga de los demás entes. Dice Heidegger: “La peculiaridad óntica del Dasein consiste en que el Dasein es ontológico”. ¿Por qué? Porque el Dasein es el único ente que se relaciona con su propia existencia como algo por resolverse, y este existir es su ser. Como comentamos, si uno pregunta ¿qué es el Dasein?, no puede acudirse a una definición, sino sólo a la actividad concreta de vivir su propia existencia.
Heidegger dice: “El Dasein se comprende siempre a sí mismo desde su existencia”. Esta comprensión de sí mismo la llama “existentiva”. Ésta es una comprensión netamente óntica que tiene que ver con la actividad cotidiana de existir, con cómo nos relacionamos con y usamos los fenómenos de nuestra experiencia: el uso del coche, el orientarnos en la calle para llegar a un destino, saber tener cuidado con perros que ladran, mil detalles de este tipo que dependen de la experiencia, la memoria y el reconocimiento. Esta comprensión es intuitiva, no teórica y consiste simplemente en la comprensión que un Dasein particular tiene de su propia forma de ser, o sea, de lo que es como individuo. En su análisis, Heidegger va a partir de este nivel óntico de la comprensión que el Dasein tiene de sí mismo, pero lo va a ver e interpretar desde un nivel ontológico, es decir, con la finalidad de captar la estructura general de la existencia para cualquier Dasein. La comprensión que se logra a este nivel de análisis es propiamente “existencial”, a diferencia de la existentiva de un Dasein particular, y los elementos que componen esta estructura son los célebres “existenciarios”. Es al final de esta discusión donde Heidegger dice que la ontología fundamental deba ser buscada en la analítica existencial del Dasein. Está refiriéndose en este importante pasaje al análisis ontológico que acabamos de comentar.
Para que tengamos todo esto lo más claro posible, hagamos una tabla. Empecemos con la distinción que vimos en la tercera sección entre filosofía y ciencia. La ciencia procede de forma óntica al fijarse en los entes, describiendo su conducta y categorizándolos de acuerdo con propiedades. La filosofía, al menos tal cómo la entiende Heidegger, procede de forma ontológica al fijarse en el ser, es decir, con la condición de posibilidad de todo ente. Pero concretamente, ¿en qué consiste este proceder ontológico? El científico maneja propiedades y categorías. ¿Qué hace Heidegger? ¿Da rienda suelta a su imaginación sacando de su manga filosófica conceptos especulativos desligados de la realidad concreta, cómo suelen acusar los científicos a los filósofos? No. Heidegger no rechaza lo óntico a favor de una clásica ontología abstracta. Como hemos visto, su ontología depende de un análisis óntico de un ente muy particular, el Dasein, específicamente su modo de existencia. En vez de propiedades, lo que se analiza es esa comprensión existentiva que mencionamos, el modo de Dasein en su vida particular y cotidiana. Lo que se logra con este análisis no son categorías y leyes, sino los existenciarios que conforman la estructura general de la existencia del Dasein como tal. Y es este último lo que supuestamente dará la pista para llevarnos a una comprensión explícita del sentido del ser no sólo para el Dasein, sino para el ser en general, pero lo que tenemos en El ser y el tiempo es sólo el preparativo, la célebre analítica existencial del Dasein.
Entre el mundo de los entes con sus propiedades y el ser que le interesa a Heidegger, el Dasein es el puente. Para Heidegger, es el ente indicado para acceder al ser precisamente porque su esencia es la existencia, lo cual hace que su relación con el ser sea muy íntima. Todo estado óntico de un perro o una roca es puramente óntico o fáctico. El estado óntico del Dasein, en cambio, es ontológico porque su ser consiste en responder al problema que el propio ser se le plantea. La comprensión existentiva que tiene un Dasein de su vida cotidiana es una comprensión, aun cuando vaga y no teórica, del ser. En otras palabras, el Dasein tiene una comprensión implícita del ser que Heidegger pretende hacer explícita en su así llamado analítica existencial.

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25 Comments

  1. Strobel · 21/07/2016 Responder

    Gracias Darín por hacernos mas comprensibles los temas filosóficos mas esotéricos de la filosofía, especialmente el tema del ser en Heidegger…

  2. Rafael Ruales · 22/07/2016 Responder

    Muy buena explicación Darin. Quedo a la espera del siguiente vídeo.

  3. Amelia · 23/07/2016 Responder

    Siempre un gusto verte y oírte. Muy claras las explicaciones.
    Está en tus planes tratar a B. Spinoza?, es uno de los filósofos por el que tengo una especial simpatía, y eso que las matemáticas no son mi fuerte; gracias por la comida. Un abrazo
    Amelia

  4. antonio llanos · 24/07/2016 Responder

    Hola Darin , gracias por todo su excelente trabajo y dedicacion , estoy seguro que ademas de ser un excelente docente es tambien usted un magnifico ser humano y ademas paciente con nosotros sus alumnos en linea . buen dia y cuidese chao.

  5. Antonio · 26/07/2016 Responder

    Impresionante definición del dasein, en tal grado que creo entender incluso el planteamiento de Wittgenstein sobre la filosofia, es decir ; si el dasein es el ente que Heidegger eligió por la deducción de que es el único ente al que su ser se le presenta como una cuestión, es por que ese ente cuenta con la facultad de hacerlo, y esa facultad sería el lenguaje y en relación con Wittgenstein surge la cuestión, ¿No serán todas las cuestiones de la filosofia, solo la aplicación ilógica del lenguaje?

  6. SIMON ANDRES IDROBO ZUÑIGA · 03/08/2016 Responder

    Cordial Saludo

    Estimado Darin le agradezco la inmensa “vocacion” que tiene como docente, aunado al esfuerzo que hace por sacar la filosofia a la calle (mundo de la vida cotidiana), en tal sentido quiero compartirle la presente direccion electronica (video) de la interpretacion del SER Y TIEMPO del profesor Argentino JUAN PABLO FEINMANN, el cual tiene tambien como MISION hacer de la filosofia una catedra libre, un abrazo.

    • Darin · 03/08/2016 Responder

      Muchas gracias Simon. Ya he visto esos vídeos de Feinman, admiro mucho su proyecto!

  7. Elda Irene Loustaunau Bautista · 09/08/2016 Responder

    Hola Darin.Muchas gracias por ser tan.claro.Por hacer.interesante la filosofía y motivar su estudio.Quedo en espera del siguiente.video.Le felicito.y me.felicito por encontrarle.Abrazo y bendiciones!

  8. Jorge · 31/08/2016 Responder

    Hola Darin. Yo me cuestiono ¿es posible pasar del yo al nosotros, sin caer en el pesamiento único?
    Sí tenemos en cuenta al concepto desde un plano universal, es decir que el concepto defina universalmente al ser, provocando que las contingencias particulares afirmen o reafirmen la universalidad del concepto. Está claro que el concepto universal contiene la contingencia particular, pues lo infinito contiene lo finito. El nosotros contiene al yo. Ya dijo Sartre ” El hombre es poseedor de una naturaleza humana; está naturaleza humana, que es el concepto humano, se encuentra en todos los hombres, lo que significa que cada hombre es un ejemplo particular de un concepto universal, el hombre”. Pero ¿puede este hombre ser concebido como un igual a otro hombre, o por el contrario hay que valorarlo particularmente? ¿Somos todos iguales?
    Un abrazo desde España,
    Jorge

  9. paulina · 03/05/2017 Responder

    Darín, realmente clara la explicación. Nunca había logrado entender bien la analítica del Dasain y por fin lo hice.
    Eres un genio!!!
    saludos

  10. Franco Carlos Alberto · 19/10/2017 Responder

    Lo que ud esta entregando es una obra monumental , de mucho esfuerzo y trabajo, por el bien común y la humanidad toda , síntesis inestimables para adentrarse en la historia del pensamiento, conocimientos que personas de otras disciplinas , por cuestión tiempo y organización no podriamos alcanzar , desde ya mi mas profundo reconocimiento

  11. Juan Manuel · 09/04/2018 Responder

    Saludos
    Heidegger nos dice que no se ha tomado en serio, el ser, debido a tres ideas erróneas sobre la naturaleza del ser.
    En su video menciona solo dos ¿cual es la tercera?
    gracias por su labor

    • Darin · 11/04/2018 Responder

      Hola Juan. Ahí lo menciono pero sin decir que es el tercer punto. Trata de que el ser es demasiado auto-evidente, lo usamos en casi cualquier enunciado, pero sin entenderlo, por lo que hace falta volver a preguntar por el sentido del ser.

  12. Juan Manuel · 11/04/2018 Responder

    muchas gracias maestro.

  13. Ramon · 14/05/2018 Responder

    Por qué… según tu…Ser y Tiempo no alcanza el objetivo inicial que se propuso Heidegger?

    • Darin · 14/05/2018 Responder

      Hola Ramón. Heidegger originalmente planeó dos partes con 6 divisiones en total, pero sólo tenemos 2 divisiones publicadas bajo el nombre de Ser y tiempo. Termina el libro con la pregunta de si el tiempo se manifiesta como el horizonte del ser. No se responde de forma definitiva o directa, aunque en textos posteriores sí lo responde, pero ejemplo en “Kant y el problema de la metafísica”.

  14. Ramon · 15/05/2018 Responder

    Darin…para Heidegger es un error identificar “ser” y “ente”….de acuerdo
    Mi duda es…¿Heidegger identifica “Ser” y “Sentido”?

  15. Ramon · 19/05/2018 Responder

    Darin…para Heidegger es un error identificar “ser” y “ente”….de acuerdo
    Mi duda es…¿Heidegger identifica “Ser” y “Sentido”?

  16. DAMIAN · 05/10/2019 Responder

    DARIN GENIAL!! COMO TODOS TUS VIDEOS… UNA INQUIETUD, ME INTERESARIA MUCHO TU VISIÓN DEL LENGUAJE COMO CONTITUTIVO DEL MUNDO Y ALGÚN COMENTARIO DE LA OBRA DE GUILLERMO HUMBOLTD, MUCHAS GRACIAS

  17. Stella Carrozzo · 10/11/2020 Responder

    Darin, voy y vuelvo continuamente, entre el libro y tus clases; el abrirse incesante del camino en el horizonte es maravilloso. Muchas gracias!

  18. David Diniz Dantas - USP · 13/08/2022 Responder

    Excelente prof doctor Darin. Essencia do Dasein é sua existência. Síntese perfeita dessa aula. Com isso matiza e torna obsoleta e sem sentido a afirmativa de (Sartre ?) de “existência precede a essencia”. Em Heidegger percebemos que nao existe essa precedência, quer logicamente ou muito menos cronologicamente. Essencia e existência se imbricam, se implicam reciprocamente. Essencia do Dasei é existir. Como diria Albertoa Caieiro ” existir claramente , e saber fazê-lo sem pensar nisso “.

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