La crítica de la razón pura, pt. 7/9

En este vídeo vemos más de cerca la naturaleza del sujeto kantiano, y terminamos la Analítica trascendental al revisar su moción de esquematismo y su distinción entre fenómeno y noúmeno.

Guión

 Hoy vamos a hablar de lo que Kant llama el esquematismo y también de los términos de fenómeno y noúmeno. Pero antes de empezar con eso, quiero responder a algunos comentarios que me llegaron sobre el sujeto kantiano, su célebre y difícil noción de la unidad trascendental de apercepción. Vimos de cerca su función en la síntesis de reconocimiento pero varios de ustedes me dijeron que aún no saben qué es. Si no es un conjunto fragmentario de percepciones por un lado ni una sustancia existente por el otro, entonces, ontológicamente ¿qué es? ¿El cerebro? ¿Algún tipo de espíritu? ¿Qué?
Cuando hablamos de la percepción, sabemos que hay algo que percibe: el ojo, por ejemplo. Por lo tanto, si hablamos de la apercepción, debería haber algo que apercibe, ¿no? ¿No sería el sujeto? Pues sí, pero el problema es que queremos convertir al sujeto en una cosa, una sustancia que se ubique en el espacio y el tiempo. Para Kant, el sujeto no es una cosa, tal como infirió Descartes en sus meditaciones sobre el cogito. De hecho, el error de Descartes y el error implícito en nuestra pregunta sobre el sujeto es algo que Kant trata directamente en la Dialéctica trascendental cuando habla de los paralogismos de la razón pura. Ahí pregunta: “¿En qué consiste una cosa que piensa?”. Ésa es la misma pregunta que me hicieron en los comentarios. Desafortunadamente, tendremos que esperar al vídeo sobre la Dialéctica trascendental para ver la respuesta.
Sin embargo, podemos comentar algunas cosas para prepararnos para esa discusión. Para empezar, Kant utiliza el término “sujeto” en un sentido muy distinto al que lo utilizamos nosotros. Mi diccionario da diversas acepciones, entre las cuales se encuentra una filosófica y una lógica. La filosófica es: “una entidad pensante o sentiente; la mente consciente; el ego; la sustancia o meollo central de algo, a diferencia de sus atributos”. La idea básica aquí es de una entidad o sustancia mental. Estamos pidiendo a Kant que esclarezca la naturaleza de esa cosa, esa sustancia. Sin embargo, no entiende “sujeto” en ese sentido, sino en su acepción lógica, la cual es, según mi diccionario: “la parte de una proposición sobre la que un enunciado se refiere”. Curiosamente, estos dos sentidos provienen de Aristóteles. Vamos a ver qué dice para entender mejor el problema que tenemos al entender a Kant.
La palabra griega que traducimos como “sujeto” es hipokeimenon. Significa “aquello que yace debajo de”. En su sentido lógico, se refiere a aquello del que cualidades son predicadas. En la proposición: “Los triángulos tienen tres lados”, ‘triángulos’ es el sujeto y ‘lados’ el predicado. El concepto de triángulo sirve una función lógica al unir diversas cualidades en una sola proposición, para que se refieran a una y la misma cosa. Ahora, esa cosa, sea un triángulo, un perro o un árbol, es lo que Aristóteles llama un género, es decir, un tipo o clase de cosas. Las clases contienen no sólo a individuos, sino que también pueden contener a otras clases. Por ejemplo, la clase de los perros está contenida en la clase o género de los animales, que es más abarcadora. Recuerda que un género es aquello al que se predican cualidades. Si decimos: “Los perros ladran”, “perro” es el género al que se predica “ladrar”, pero ese género puede utilizarse a su vez como una cualidad o predicado de otro género, por ejemplo: “Este animal es un perro”. Una de las preguntas de Aristóteles es si hay géneros últimos, es decir, géneros o clases o sujetos que no se predican de ningún otro sujeto, sino que todo es predicado de él. Su respuesta es sí. Semejante género o sujeto Aristóteles lo llama sustancia. Ahora llegamos al segundo sentido, el nuestro: el sujeto como sustancia.
Volando 2,000 años en la historia llegamos a Descartes. Tomó esa noción aristotélica de sustancia y, ontológicamente, planteó dos tipos básicos: res extensa y res cogitans, es decir, sustancia física, extendida, y sustancia pensante. Por importante y novedoso que sea este dualismo cartesiano, su gran innovación se halla por el lado epistemológico, a saber, al identificar la sustancia, ese sujeto o género último, con la auto-consciencia del cogito. En su célebre afirmación “Pienso, luego soy”, Descartes no sólo infiere la existencia sustancial de esa cosa pensante, sino que la coloque a la base de cualquier conocimiento.
Ahora bien, ¿cómo figura Kant en todo esto? Kant reconoce el gran descubrimiento de Descartes del “yo pienso”, de la auto-consciencia y el papel que juega en el conocimiento. Los animales cuentan con consciencia; conocen en cierta forma los mismos objetos físicos que nosotros, pero no tienen consciencia de sí mismo, la auto-consciencia. Kant dice: “El estar consciente de mí mismo es un pensamiento que ya contiene un yo dual”, por lo cual quiere decir que el yo es pensado tanto como un objeto de intuición y como aquello que lo piensa. Las distinciones que hemos visto hasta hora en la obra de Kant nos ayudan a entender cómo concibe el yo. Hay un yo tanto empírico como trascendental, un yo psicológico y lógico, un yo considerado como objeto y el yo como sujeto. Por razones que hemos visto múltiples veces, Kant no confunde estos dos lados. Podemos conocer nuestro yo como objeto de una intuición, pero el yo que lo conoce, el sujeto, no lo podemos conocer.
Es importante entender que ese sujeto no es el sujeto cartesiano, el sujeto conocido como sustancia. De hecho, en la Dialéctica trascendental, Kant va a criticar el yo como sustancia que Descartes infiere. Ahí veremos por qué es ilícito pasar de la esfera lógica del sujeto y sus predicados a la esfera ontológica de la sustancia y sus accidentes. El sujeto para Kant no es empírico, no es nuestro ego psicológico, sino simple y sencillamente una función lógica. Si se tomara todas las proposiciones predicativas que se sintetizan en la cognición, el sujeto lógico sería simplemente aquello que quedaría tras abstraer todos los predicados o accidentes. El sujeto no es algo junto con los predicados sino sólo su unidad formal, un “mero prefijo” o “representación completamente vacía” como dice Kant.
Bueno, ya me he extendido más de lo que quería. Cuando llegamos a la Dialéctica trascendental, su discusión sobre los paralogismos va a redondear todo lo que hemos dicho aquí.
Ok, vamos a ubicarnos. Seguimos en la Analítica trascendental que se trata en general del entendimiento y sus conceptos. Consta de tres partes. En la primera, Kant elabora su tabla de conceptos puros, o categorías, y además justifica su necesaria aplicación a las intuiciones para producir el conocimiento. Esa justificación la vimos en la Deducción trascendental del último vídeo. En la segunda parte de la Analítica, pasa a considerar cómo las categorías se aplican a las intuiciones. Y en la tercera parte habla de su célebre distinción entre fenómeno y noúmeno. Pero vamos de momento con la segunda parte. ¿Por qué constituye un problema eso de cómo aplicar categorías a intuiciones? Pues imagínate que dijeras “Este plato es triangular”. En este juicio tenemos la subsunción de un objeto, el plato, bajo un concepto, el de triángulo. Obviamente, el juicio está mal. ¿Por qué? Pues Kant dice que tiene que haber cierta homogeneidad entre la representación del objeto y el concepto. Si decimos que es circular, el juicio está bien porque podemos ver visualmente el aspecto homogéneo que vincula el objeto con el concepto. Para conceptos empíricos como “triángulo” o “círculo”, no hay problema. El problema que surge para Kant es que los conceptos que le interesan son las categorías que son sumamente abstractas: unidad, negación, causalidad, etc. El aspecto homogéneo entre una categoría y un objeto particular no es tan fácil de ver. Entonces ¿qué puede guiar la subsunción de objetos bajo las categorías? En otras palabras: ¿qué puede mediar la relación entre las esferas tan distintas de la Sensibilidad y el Entendimiento?
La respuesta de Kant es un esquema producido por la Imaginación. En nuestro ejemplo del plato y el concepto de círculo tuvimos en mente una imagen circular que sirvió para mediar entre los dos. El esquema es algo parecido. No es una imagen propiamente, sino una regla para la producción de una imagen que luego delimita la categoría para que corresponda a la particularidad del objeto. Dado que el esquema es una regla, es algo general y por tanto tiene afinidad con el concepto. Y la imagen que produce, al ser particular, tiene afinidad con la intuición a la que ha de aplicarse la categoría.
Ahora, habíamos dicho que tiene que haber cierta homogeneidad entre intuición y concepto, algo que comparten en común, para que éste se aplique a aquél. Lo que cualquier intuición y cualquier concepto, sea empírico o puro, tienen en común es el tiempo. Recuerda que el tiempo es el sentido interno en el que toda representación o contenido mental se encuentra. Dado eso, Kant dice que los esquemas no son más que determinaciones temporales a priori de acuerdo con reglas. Esto quiere decir que cada una de las categorías tiene cierta forma de manifestarse o representarse con respecto al tiempo. Tomemos el ejemplo de la categoría de la substancia. Su esquema, Kant dice, consiste en “la permanencia de lo real en el tiempo”, de modo que se represente como un “sustrato que permanece mientras todo lo demás cambia”. Kant habla de los esquemas de varias categorías en esta sección. La verdad es que es muy densa y rápida la discusión y en la literatura sobre este libro no hay mucho acuerdo sobre la naturaleza de los esquemas e incluso su necesidad en el argumento de Kant. Sin embargo, la idea del esquematismo es muy interesante. Ustedes saben que trabajo mucho el pensamiento de Charles Sanders Peirce. Al mismo tiempo que Gottlob Frege, Peirce desarrollo una notación algebraica o simbólica para modelar el pensamiento. Tiempo después desarrolló una notación icónica o diagramática que no ha sido muy estudiado pero que a mi parecer tiene mucho que ver con lo que Kant quería hacer con el esquematismo. En fin, ideas para pensarse.
La última cosa que vamos a considerar viene al final de la Analítica trascendental y tiene que ver con su célebre distinción entre fenómeno y noúmeno. No hemos hablado de estos reconocidos términos hasta ahora, sin embargo, el de fenómeno ha sido implícito en una buena parte de lo que hemos tratado. Recuerda su célebre afirmación de que los pensamientos sin contenido son vanos, y las intuiciones sin conceptos son ciegas. Es decir, por maravilloso que sea el entendimiento de uno con todo y sus conceptos, sin la sensibilidad, sin la posibilidad de intuir un objeto y darlo al entendimiento, nada podría pensarse; ningún conocimiento podría producirse. Los conceptos del entendimiento funcionan sólo al aplicarse a los datos de la intuición empírica; son válidos sólo para objetos dados a través de los sentidos. Ahora, el objeto en tanto sensible, con referencia a su modo de afectar a nuestra sensibilidad y aparecer en una intuición, es lo que Kant llama el fenómeno. El mundo que conocemos entonces es el mundo fenoménico.
En uno de los pasajes más líricos del libro, Kant dice que hemos recorrido todo el territorio del entendimiento humano que hace posible el conocimiento. Dice que este territorio es una isla, “la tierra de la verdad […] rodeada por un inmenso y tempestuoso mar, albergue propio de la ilusión, en donde los negros nubarrones y los bancos de hielo, deshaciéndose, fingen nuevas tierras y engañan sin cesar con renovadas esperanzas al marino”. Los límites de la isla son los límites del mundo fenoménico. ¿Habrá alguna tierra firme más allá de la isla en el mar tempestuoso? Kant responde al introducir la noción del noúmeno. Si los fenómenos son objetos sensibles, pareciera que los noúmenos son objetos inteligibles. Etimológicamente esa es la idea ya que el término proviene del griego “nous” que para Platón era nuestra manera de conocer al mundo inteligible de las ideas. Sin embargo, Kant no se permite seguir a Platón en este sentido. El único que podría intuir objetos inteligiblemente sería Dios. Nuestra forma de intuición es forzosamente sensible. Entonces, ¿cómo puede Kant plantear la existencia de una esfera de cosas más allá de su aparición en una intuición sensible?
Una posibilidad sería que Kant razonara de la siguiente manera: “Si hay apariencias (es decir, fenómenos), tiene que haber algo que sea la causa de esas apariciones, algo tal y cómo es en sí mismo sin tener en cuenta su forma de aparecer a nuestra sensibilidad”. Pues Kant no hace ese argumento porque caería en el mismo error que Descartes cuando infiere la existencia sustancial de una cosa que piensa. Epistemológicamente, lo único que podemos conocer son fenómenos, pero ontológicamente, no hay ninguna razón lógica que nos obliga a considerar a los fenómenos como agotando la totalidad de la realidad. A pesar de ello, Kant no asevera la existencia de los noúmenos sino que los concibe como un concepto límite e indeterminado, y esto en dos sentidos, uno negativo y uno positivo. Dice Kant: “Si por noúmeno entendemos una cosa, en cuanto esa cosa no es objeto de nuestra intuición sensible, y hacemos abstracción de nuestro modo de intuirla, tenemos un noúmeno en sentido negativo. Pero si entendemos por noúmeno un objeto de una intuición no sensible, entonces admitimos una especie particular de intuición, a saber, la intelectual, que no es la nuestra y cuya posibilidad no podemos conocer; y éste sería el noúmeno en sentido positivo”. En los dos sentidos podemos imaginar y pensar el noúmeno, mas no conocerlo. En el sentido negativo, lo que tenemos es simplemente el concepto del límite de nuestra sensibilidad. Este sentido nos recuerda de los límites de las categorías, que no pueden aplicarse a objetos no-sensibles. En el segundo sentido, tenemos la idea de algo positivo que podría captarse por alguien que tuviera una intuición inteligible, lo cual no es nuestro caso.
Aunque el planteamiento del mundo noumenico sea problemático, hay que recordar que esta obra de Kant concierne a la razón teórica, es decir, a la capacidad de la razón de conocer al mundo que le rodea. Pero eso no es todo lo que somos; no sólo pensamos, sino que también actuamos. Es verdad que sólo conocemos el mundo fenoménico, pero si todo lo que somos fuera regido por el mundo fenoménico, estaríamos sujetos 100% por las leyes necesarias del mundo físico y cuestiones de la libertad y la moral no tendría injerencia alguna en nuestra experiencia. Dado que Kant sí cree en la libertad humana, tiene que haber más que el mundo fenoménico, a saber, el mundo noumenico. Nuestro acceso a él no es a través de la razón teórica, sino a través de la razón en su empleo práctico, tal como discute en la Crítica de la razón práctica. Pero eso es tema para toda otra serie de vídeos.
Bueno, ya mero llegamos al final de la obra. Sólo falta la Dialéctica trascendental, la cual veremos en el próximo vídeo.

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Bajar el guión de las 9 partes en un solo PDF: https://drive.google.com/file/d/1gNbldSBI_bOgsX_jmVSmtYrM-bgjfEY5/view?usp=sharing
Doy las gracias a Diego Cardona por la edición.

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21 Comments

  1. Paco Izquierdo · 05/10/2015 Responder

    Hola Darin.
    Estupenda explicación, como siempre.
    Un placer seguir tus vídeos.
    Espero pronto el de la Dialéctica Trascendental.
    Un saludo desde España.
    Paco.

  2. Alonso Heredia · 05/10/2015 Responder

    Maestro, soy un lejano admirador de la Filosofía. No me había atrevido a adentrarme suficientemente en ese reino que me atraía y me asustaba. Pero hace poco la suerte y la casualidad me llevaron hasta su “merendeadero de ideas”. Y, oh sorpresa, encontré lo que había deseado siempre. Estoy empezando a saciar el apetito de aquello reprimido durante tanto tiempo. Gracias. Su base pedagógica, su serenidad y la seguridad de los que saben hacen que sus videos sean atractivos y efectivos. Por lo general no son temas fáciles pero con un esfuerzo de nuestra parte perfectamente digeribles. Quiero, además, agradecer inmensamente su generosidad de compartir su sabiduría en este infinito salón de clase en línea. En uno de los primeros videos suyos que vi usted decía que estaba escribiendo un libro ¿ya está a la venta? Y si es así ¿dónde lo puedo conseguir. ¿Tiene otros libros publicados? Vivo en su país de origen. Le reitero mi sentimiento de gratitud, respeto y admiración.

    • Darin · 06/10/2015 Responder

      Hola Alonso. Muchas gracias por tus lindas palabras. Saber que lo que sé y puedo explicar ayuda a otro es realmente gratificante. Por cuestiones de trabajo y tiempo no todos pueden darse el lujo de estudiar la filosofía como debe ser. Entonces me alegro que con mis vídeos hayas podido acercarte a esta noble disciplina. Mi libro todavía está en dictamen. Ya llevan casi 8 meses con él y estoy algo desesperado. ¡Ojalá haya un dictamen pronto! Un gringo mexicanizado manda saludos a un mexicano medio gringado, jaja.

  3. Antonio · 06/10/2015 Responder

    Al ver este video surgió una pregunta que me gustaría su opinión acerca de ella, la pregunta es la siguiente, ¿Podria ser que nuestro lenguaje conceptual tal como las categorías aplicables,sugiera a partir de la constante interacción de nuestros sentidos con el entorno? y esto en base a una funcionalidad coherente que propicie la conservación de la existencia?

    • Darin · 06/10/2015 Responder

      Hola Antonio. Desde la psicología evolutiva y las ciencias cognitivas en general eso que planteas sería la forma de entender nuestra forma de categorizar al mundo. Para Kant, nuestros conceptos empíricos vienen de la experiencia (aunque él obviamente no habla de valor evolutivo), pero las categorías tienen que ser forzosamente a priori, como hemos platicado en los vídeos.

  4. Antonio · 06/10/2015 Responder

    Bien, muchas gracias por la aclaración entre estas diferencias, esperamos tus próximos videos,

  5. Diego Figueredo · 18/10/2015 Responder

    Apreciado maestro gracias por tan buena labor que noblemente decidió realizar, tus vídeos son de gran ayuda para mi y para muchos quienes la disciplina filosófica es su amor, ojala y continúes subiendo mas material. seria muy apreciado si realizaras un vídeo sobre Heràclito y Parmènides (devenir y ser); saludos desde Colombia y gracias por tu labor.

  6. stalin · 18/10/2015 Responder

    gracias

  7. luis esquer · 01/11/2015 Responder

    graciasssssssss !!!!

  8. Marco · 15/05/2018 Responder

    Que genio eres Darin!! Muchas gracias por tus explicaciones! Para esto sirve la tecnología… te veo desde Uspallata Argentina…comencé a estudiar filosofía hace poco y tus videos son muy claros y me ayudan enormemente. Saludos!!

  9. Luis Villamizar · 11/11/2018 Responder

    Cada vez que veo esos videos se me quita el sueño y empiezo a asombrarme….en la ingenieria informatica todo es o debe ser exacto y predecible…pero es a partir de los conceptos de fenomeno y noumeno que he entendido por que a los estudiantes de informatica cuesta tanto modelar la realidad…hago un trabajo de investigacion que me ha llevado a Kant y Husserl para comprender este problema…pero como fui formado en la tradicion positivista me ha costado digerir…los programas de educacion universitaria en informatica en Pregrado de Venezuela la filosofia no se ve ni por accidente, solo en postgrado y diplomados de mejoramiento profesional y dados a veces de forma muy confusa… y en la vida cuando es demasiado tarde y ahora estoy convencido de formular propuestas para rescatar el estudio filosofico en la informatica de mi pais para poder formar a individuos que piensen por si mismos y alejen el dogmatismo y el escepticismo…he visto tus videos hasta 10 veces y en algunos vuelvo atras a verlos nuevamente….Kant es increible…gracias que dejastes los guiones puedo centrame en puntos y quedarme 20 minutos o mas reflexionando solo en una linea….he encontrado respuestas…ojala puedas abordar a Husserl….y la filosofia de la ciencia…cuando me escribio y me invito a buscar ayuda filosofica…recorde de mi hermano menor que es filosofo…a quien consideraba un vago y un bohemio bueno para nada…que habia perdido su tiempo en estudiar filosofia en vez de seguir con sus estudios de electronica…..ahora siento un gran respeto por el y me esta asesorando en estos temas pero sobre filosofia de la ciencia me dijo no estar muy interesado…es un gran seguidor de las ideas de Heidegger y Kant…pero es muy mal docente…no le entiendo una papa…gracias eres un gran pedagogo…y excelente comunicador didactico…muy inspirador y dedicado…larga vida…y buenos augurios para ti y los suyos….seguire disciplinadamente estudiando sus videos intensamente.

    • Darin · 12/11/2018 Responder

      Hola Luis. Gracias por tus palabras. Me da gusto ver a alguien tomar el estudio de la filosofía tan en serio. Falta tratar a Husserl y la fenomenología aquí en la Fonda. Afortunadamente, tengo un buen colega que es experto en Husserl, me va a ayudar. Espero pronto empezar una serie. Hasta pronto y un abrazo.

  10. Mario · 20/07/2020 Responder

    En este video terminé de comprender, Darin, todo lo que Kant quiere significar con el famoso noúmeno. A ver, como ya sabemos desde la secundaria, todos los fenómenos del Universo están regidos por las Leyes Naturales, es decir, el Universo entero está determinado por el principio de causa-efecto (si hago esto, entonces sucede esto otro). Por ejemplo, si suelto la piedra, entonces se cae (Ley de la Gravitación Universal). Y si dejo un trozo de hielo al Sol, entonces se derrite (2da Ley de la Termodinámica). Los fenómenos naturales se comportan de manera determinística, no son “libres” y el Universo tiene un funcionamiento “automático”

    ¿Alguién más tiene un funcionamiento “automático” en el Universo? Bueno, los instintos en los animales también producen en ellos conductas automáticas. Si tiene hambre, mi gata llora. Es decir, un estímulo (el hambre, en este caso) produce una respuesta (maullar, en mi gata)

    ¿Alguien más tiene un funcionamiento “automático”? Es inquietante decirlo así, pero cuando una persona actúa dominada por sus hábitos o por la influencia de una autoridad (ver el tema del “dogmatismo que está desarrollando el profesor McNabb en otros videos) que le impide ser “ella misma”, sus comportamientos también son automáticos

    Pero, como dice el maestro Steven Covey, entre el estímulo y la respuesta ESTOY YO. Y cuando soy capaz de romper con ese determinismo asfixiante de “estímulo-respuesta”, cuando soy capaz de juntar suficiente coraje como para enfrentar en soledad el funcionamiento automático de todo el Universo, en ese momento, en ese instante instante glorioso, SOY LIBRE, ME CONVIERTO EN PERSONA Y PUEDO CREAR ALGO (una poesía, un nuevo algoritmo matemático, una semilla resistente a la sequía o una mirada llena de amor que nace en el fondo de mi corazón para mi hijo tan querido). Esto es lo que el genio de Kant quiere significar cuando habla del NOÚMENO. Si el “Fenómeno” representa las conductas sometidas a determinismo (o científicas), el “Noúmeno” representa las conductas libres, lo que nos hace específicamente humanos. Para Kant, la Libertad está más allá de lo que se puede explicar con palabras y conceptos, igual que la Belleza. Supongo que más adelante incluirá entre lo inexplicable a la Espiritualidad, a Dios, al Amor y quién sabe a cuántas otras cosas que pertenecen más al mundo de la Emocionalidad que al mundo de la Racionalidad. Veremos en los próximos videos como termina este magnífico análisis de “La Crítica”. Gracias Darin!

  11. Mario · 20/07/2020 Responder

    NOTA: Creo que asociar el noúmeno con lo “inefable” (aquello que es muy difícil o imposible de representar con palabras) es una ayuda para entender más rápidamente a Kant

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