La república de Platón, pt. 4/9

En este vídeo, pasamos al segundo libro de La república en el que Sócrates inicia la construcción de la gran república. Hablamos de la clase de los artesanos y introducimos la de los guerreros.

Guión

Empezamos ahora con el segundo libro de La república.  Los interlocutores del primero se han ido pero Glaucon y Adiemante, los hermanos de Platón, permanecen con Sócrates.  Sócrates piensa que ya se acabó la conversación pero Glaucon está inquieto.  Aunque Trasímaco se rindió, Sócrates no ha logrado convencer a Glaucon que su visión de la justicia sea la mejor forma de vivir.  En el fondo, Glaucon está motivado por un sentido de honor muy ajeno al bajo gusto de Trasímaco por el dinero y el poder y por tanto tira más hacia el lado de Sócrates, pero piensa que Trasímaco tenía razón en algo.  Es que, si no hay dioses que castiguen la injusticia, ¿qué motivo puede tener uno de vivir de forma justa?  La pregunta de fondo es si la justicia es algo bueno por naturaleza o por simple convención humana.  En este mundo hay cosas naturales y artificiales.  Un árbol es natural y una mesa artificial.  ¿Pero que tal las leyes de la ciudad o cosas como la justicia?  ¿Son naturales o convenciones artificiales?  Desde la perspectiva de la ciudad, no hay distinción entre el mundo natural y el orden jurídico, entre las leyes de la naturaleza que producen rayos y eclipses y las leyes de la ciudad.  La ciudad quiere que los dos tipos de fenómenos sean expresiones de una y la misma voluntad divina, de modo que los dioses sean en efecto el soporte del régimen legal de la ciudad.

Esto es un buen momento para recordar que en su juicio contra Sócrates el tribunal ateniense le acusó de no creer en los dioses.  Ahora vemos por qué es tan importante eso.  Sin los dioses, las leyes de la ciudad no son más que efímeras convenciones humanas.

¿Alguna vez has estado en una tienda y no está el encargado ni tampoco un vigilante o camera de seguridad?  Podrías poner algo en tu bolsillo y salir de la tienda sin problema.  Pero no lo haces.  A lo mejor creas en un dios que vea todo lo que haces y por eso te frenas.  Pero si no existen los dioses, o al menos no crees en ellos, entonces hacer algo injusto, como robar, sería sujeto a castigo sólo si otro ser humano te lo viera hacer.  El resultado es que si uno pudiera andar invisible entre los demás, no tendría necesidad de la justicia.  Podría hacer lo que le da la gana.  Es con todo esto en cuenta que Glaucon menciona la célebre historia de Giges, el pastor que, con un anillo que le hacía invisible como Frodo en El señor de los anillos, hizo todo tipo de travesuras.

Es muy fácil leer estos diálogos de Platón y decir, “Sí, sí, sí Sócrates, tienes toda la razón.”  Pero si tuvieras uno de esos anillos, ¿qué tan justo te portarías?  Pero la verdad no hace falta ese anillo porque el propio lenguaje, la retórica de Trasímaco, es capaz de ocultar o hacer invisible el carácter de nuestros actos, de hacer que lo injusto parezca justo.  Eso lo hacen los políticos muy seguido.  En su largo discurso en el primer libro, Trasímaco defendió precisamente este tipo de vida, libre de los límites impuestos por la ciudad y guiado por el interés propio.  Cualquier otra forma de vivir, como la de Sócrates, es simplemente la de un bufón manipulado y aprovechado por el más fuerte.  Lo que Glaucon quiere que Sócrates defienda es esa idea, que un hombre encarcelado, torturado, sin dinero, sin amigos y con una mala reputación, con tal de que posea justicia, viva mejor que el tirano tipo Trasímaco.

Ahora habla Adiemante.  Al igual que su hermano, quiere que Sócrates defienda mejor la justicia, pero su preocupación es algo distinta.  Estoy haciendo este vídeo en el mes de enero, y en este mismo momento seguro que hay miles de personas suscribiéndose a gimnasios para bajar la panza que creció en el mes de diciembre.  Están buscando sus abdominales no tanto por cuestiones de salud como por un efecto secundario que tiene.  Es que una barriga plana es atractiva.  Adiemante tiene la misma preocupación con la justicia.  Uno quisiera ser justo, o saludable, no por su propio bien sino por lo que trae.  La justicia, dice, es alabada no por sí misma sino por alguna recompensa que implica, como honores o placeres.  Pero a través de mañas retóricas, los injustos pueden conseguir esas mismas ventajas.  Su preocupación es que lo que procura esas ventajas no es la justicia misma sino la reputación de ser justo.  Hacer lo correcto y ser justo no es fácil.  Como el ejemplo del anillo de Giges muestra, es muy fácil que nos dejemos llevar por nuestra naturaleza más baja.  Si es así, si es tan desagradable ser justo de verdad, ¿por qué serlo cuando el punto es conseguir los honores y placeres que implica, cosas que el injusto también puede conseguir?  A fin de cuentas, lo que Adiemante quiere que Sócrates muestre es que la justicia, vivir justo, sea su propia recompensa y no simplemente un medio a un fin.

¿Cómo responde Sócrates a todo esto?  La verdad se siente abrumado.  Se da cuenta que no es simplemente cuestión de criticar lo que dicen y ofrecer contra-argumentos, como hizo con los interlocutores del primer libro.  La naturaleza de la justicia no puede entenderse llegando a la conclusión de un simple silogismo.  En vez de eso, les invita a acompañarlo en una aventura.  Mucho más atractivo que la posibilidad de detentar poder en la ciudad es la oportunidad de ser su fundador.  Dado que no han tenido éxito hasta ahora en esclarecer la naturaleza de la justicia en el hombre, piensa Sócrates que será más fácil identificarla a una escala mayor, la de la ciudad.  La decisión de hacer esto no es sólo metodológico sino, y más importante, filosófico.  Lo que se espera es que la justicia para el Estado sea la misma para el hombre.  Si no, habrá ese conflicto entre el bien común y el bien del individuo que hace posibles tiranías como la que plantea Trasímaco.

¿Cómo sería una ciudad perfectamente justa?  Sócrates y Adiemante parten de una idea que será muy importante más adelante en el libro: la de la especialización y la división de trabajo.  Cada quien se dedica a un trabajo que refleja sus capacidades e intereses.  Hay carpinteros, zapateros, cocineros, todos a gusto individualmente y cumpliendo las necesidades de todos a nivel social.  La gente forma grupos sociales precisamente porque es más fácil sobrevivir cuando todos cooperan.  La ciudad que han construido refleja este hecho al ser organizada para responder a las necesidades de la vida, es decir, las necesidades del cuerpo, como la alimentación, la salud, etc.

Glaucon no ha participado en la construcción de esta ciudad pero ahora alza la voz en su contra.  La llama una ciudad de cerdos porque sólo satisface las necesidades básicas.  Es un justo reclamo a Sócrates, el típico filósofo con su cabeza en las nubes que no se fija en cuestiones prácticas.  Sí, hacen falta médicos y granjeros, pero Glaucon quiere no sólo vivir sino vivir bien.  Más allá de las necesidades del cuerpo, Glaucon aboga por las del espíritu.  Se trata de comida no sólo nutritiva sino deliciosa, de música, arte, de cosas que deleitan y que dan sal a la vida.

Hoy en día se habla mucho de las grandes desigualdades en el mundo, de los que gozan de excesivos lujos mientras miles de millones apenas logran comer lo suficiente.  Reina una profunda injusticia que nos parece enfermiza.  ¿No sería mejor simplificar las cosas y apuntar a una sociedad más parecida a la que acaba de construir Sócrates?  Sorprendentemente, Sócrates accede al deseo de Glaucon.  Hemos visto una ciudad saludable, dice, pero si quieres podemos crear y examinar una enfermiza, a ver qué aprendemos sobre la justicia e injusticia.  Pero no es tan sorprendente esto.  A Sócrates también le interesa no sólo vivir sino vivir bien.  Vivir bien implica la posibilidad de vivir mal.  Sin esa posibilidad, no habría necesidad de virtud o justicia.  A lo que voy es que para que haya esa virtud que se llama justicia, que es para Sócrates lo bueno y lo saludable, tiene que haber su contrario, el vicio, lo enfermizo.  Uno es virtuoso precisamente porque domina o controla lo vicioso.  Imagínate dos chicas en la calle que pasan una dulcería.  A una de ellas le encanta el chocolate pero está tratando de bajar de peso.  Con un gran esfuerzo de voluntad sigue caminando sin entrar.  A la otra no le gustan los dulces.  Ella tampoco entra, pero sólo la conducta de la primera es moralmente loable.  ¿Por qué?  Porque había una lucha, un esfuerzo donde la razón dominó al apetito.  Su conducta fue virtuosa porque existía la posibilidad de actuar mal.  En el caso de la segunda chica, no hubo tal posibilidad.  El punto de todo esto es que es necesario ampliar la ciudad de los cerdos, permitir la entrada de todo tipo de lujo y deseo, porque sólo así puede la virtud surgir.

Ahora, una ciudad que se fijara sólo en las necesidades del cuerpo sería bastante sostenible, dada una población moderada.  Pero la introducción de lujos en la sociedad crea escasez.  Como sabemos de la historia, cuando hay escasez, hay guerra.  La primera ciudad fue tranquila y armoniosa.  El primer acto de la segunda, para que se funda, es quitar tierras de otros.  Debido al principio de división de trabajo, que cada quien se dedica a una sola tarea, hace falta la introducción de una clase guerrera para llevar a cabo ese acto fundador.  ¿Es irónico, no, que el Estado ideal que mejor ejemplifica la justicia se inicie con un acto de injusticia.

Bueno, como veremos, los guerreros serán de fundamental importancia para la república.  Es importante saber que el trabajo al que se dedican no constituye un trabajo más sino toda una clase nueva.  Los médicos, carpinteros y cocineros, etc., forman la clase de los artesanos.  Los diversos trabajos de esta clase responden a la satisfacción de diversos deseos: de comer, mantener su salud, protegerse contra el intemperie, etc.  Su finalidad es muy clara y primordial para la vida.  La finalidad del trabajo de los guerreros es distinta.  No es el deseo sino lo que Sócrates llama irascibilidad, una cualidad más difícil de caracterizar.  Se podría decir que es una pasión que provoca indignación y enojo, casi siempre con respecto a los deseos antes mencionados.  Su finalidad parece ser superarlos o controlarlos.  Los deseos de la clase de artesanos están dirigidos a la conservación de la vida.  La irascibilidad de los guerreros, en cambio, es indiferente a la vida como tal.  Hay valores más importantes que la vida, como el honor por ejemplo.  A fin de cuentas, la ciudad existe para conservar la vida, pero sin hombres dispuestos a morir por ella, ella misma no podría conservarse.

En los próximos capítulos de La república, Platón presta mucha atención a la naturaleza de esta clase guerrera y su formación.  En el siguiente vídeo, veremos de qué se trata.

Descargar guión en PDF

Audio
Descargar audio aquí

11 Comments

  1. dvb t · 10/04/2013 Responder

    Good write-up, I am normal visitor of oneˇ¦s site, maintain up the excellent operate, and It is going to be a regular visitor for a long time.

  2. Lina · 25/04/2013 Responder

    Por favor envíame toda la información que te sea posible sobre filosofía. Gracias

  3. wonga · 23/07/2013 Responder

    You actually make it seem so easy with your presentation but I find this matter to be really something that I think I would never understand. It seems too complicated and extremely broad for me. I am looking forward for your next post, I will try to get the hang of it!

    • Darin · 24/07/2013 Responder

      Hi Wonga. I’ve been reading philosophy for almost 30 years. It shouldn’t take that long to get comfortable with these ideas but watching one of my videos is only a start. If it were easy it might not be that interesting. There is great pleasure to be had in cracking the hard shell of an argument in Kant or Leibniz and reaching finally the sweet meat inside!

  4. Carlos Chavarria · 12/09/2016 Responder

    Buenas tardes, primero que todo quiero agradecer a cada una de las personas que hacen posible este canal, vídeos, conocimiento entre tantas cosas positivas que podría uno catalogar todo este mar de conocimiento que usted o ustedes brindan a través de este y otros medio. Cuando primero empece a ver vídeos fue en el canal de YouTube y estaba empezando a sacar una serie de vídeos de Kant, los cuales me parecieron maravillosos. Pero ahora veo una gran diversidad de oros filósofos lo cual me parece aun mejor, por lo cual quiero dar las gracias por toda la dedicación que se toma en esto y con la calidad y claridad que lo hace aun para alguien como yo. A uno de los puntos que quiero llegar también ademas de dejar saber mi admiración es que quisiera tener una recomendación de cual seria el mejor orden para ver sus vídeos y llegar a una mejor comprensión de la Filosofía. Ahora que para el significado de esta palabra (filosofía) tiene un mayor significado para y si de repente no quiera decir que me vuelva en filosofo pero si me gustaría tener un mejor conocimiento de el. Como lo dices en uno de los vídeos y de lo cual estoy muy de acuerdo es que el conocimiento de la filosofía debería ser tan básico como el conocimiento de las matemáticas. Hasta el momento estaba siguiendo el orden de los vídeos de la misma manera que los tiene en YouTube que son 110 y empieza con un vídeo del 21 ene. 2012 y sigue con el: sorpresa, como estudiar filosofía, sentido de la vida y así sucesivamente. Ya voy por el 5to de La República de Plato. Se que como estoy empezando a adentrarme en un tema de la filosofía del cual des-afortunadamente e sido tan ignorante tendré que esforzarme mucho para llegar a un entendimiento básico de la filosofía. Y por lo mismo quisiera una humilde recomendación. La verdad me da lastima que hasta ahora que tengo 32 años empiece a ver estos temas tan esenciales según para mi persona. Soy de Costa Rica y des-afortunadamente al igual que en otros países no se nos dan de la manera que debería ser estos conocimientos tan importantes y no fue si no por error y bueno gracias a los primeros vídeos de youtube que empece a saber de esto. Por favor siga haciendo lo que hace ya que esto es una llave que abrirá mas puertas de la que usted mismo pueda imaginar asía un conocimiento mas claro de este tema que en realidad no es tan claro de entender con los conocimientos limitados que se han llevado, pero sin embargo usted hace que sea muy digerible y hace que uno se interese mas en el tema y tenga ganas de mecerte mas en el asunto y seguir averiguando y cuestionar todo. Por ultimo le quiero decir que comente de su pagina a un amigo mio que estudia en la universidad y me dijo que a escuchado de su pagina por lo que puedo decir que eres conocido aquí.

    • Darin · 13/09/2016 Responder

      Hola Carlos. Gracias por tu largo mensaje. ¿Has visto mi vídeo “Cómo empezar a estudiar la filosofía”? https://www.lafondafilosofica.com/1299-2/ Eso te podría orientar. Los vídeos que tengo aquí y en YouTube no tienen ningún orden, no tienes que verlos en cierto orden, sino por los temas que te interesen. Checa ese vídeo y si luego tienes una pregunta más a ver si te puedo orientar. Un abrazo!

  5. Carlos · 13/09/2016 Responder

    Gracias Darin, muy amable.

  6. yolanda vargas somoza · 28/12/2017 Responder

    Buenas tardes.

    Como ya había comentado, soy médico y siempre me ha interesado la filosofía, la cual relaciono mucho con la medicina. Por años me dediqué al estudio de la medicina (la cual amo) pero también me adentré en la religión, pensando que ahí encontraría lo que buscaba.

    Fue hasta inicios de este 2017, que por azares de la vida me di cuenta que lo que no encontré en la religión, estaba en la filosofía, en la medicina, en la química y en otras ciencias.
    Gracias profesor Mcnabb, por el deleite de escuchar las explicaciones que son como el postre después de leer algo sobre los grandes filósofos.

  7. Lupita Gomez Guevara. · 29/11/2018 Responder

    Estimado maestro, soy una persona mayor (68 años) de Leon, Gto. y hace poco decidí estudiar filosofía, pero por razones de salud tuve que dejar la licenciatura, fue un golpe duro para mi, pero afortunadamente encontré por casualidad sus videos en la red y me he suscrito a su pagina , estoy muy emocionada y agradecida por que corrí con tal suerte que puedo continuar con mi aprendizaje y ahora desde la comodidad de mi hogar ,no se como agradecer que haga tan digerible, amena, y algunas veces divertida esta difícil pero apasionante materia. muchas gracias maestro, un saludo.

    • Darin · 01/12/2018 Responder

      Hola Lupita. Que gusto me da saber que le acompañe en su proceso de aprendizaje en filosofía. Gracias por compartirme su historia y pues le espero suerte y goce en su camino. Nos vemos en la Fonda!

Dejar comentario