Rousseau: de la esclavitud a la libertad, pt. 2/5

Vamos a revisar el pensamiento político de Jean-Jacques Rousseau: su análisis de la decadencia del presente, su causa en un proceso de socialización en el pasado, y su planteamiento para corregir el problema en el futuro.

Guión

En el último video empezamos a analizar el Discurso sobre las ciencias y las artes.  Revisamos la novedosa idea de Rousseau de que las ciencias y las artes, por lo que quiere decir la cultura en general, puede jugar un papel importante en explicar la condición de esclavitud en la que vive el hombre.

Para entender mejor la clase de esclavitud de la que habla, quiero situarla entre dos extremos: por un lado, el buen hombre natural, y por el otro, el ciudadano moral.  Para el primero escojo un ilustre personaje de la historia de Xalapa, Ver. donde yo vivo.  Se trata de Juan Herrera Vásquez, mejor conocido como Juanote.  Como dice una placa dedicada a él: “Noble xalapeño, cargador de oficio, fuerte, con vocación de hombre bueno, honrado, sencillo, acomedido y sensible a la música clásica.”  Todos conocemos a alguien de este tipo, sin grandes estudios ni cargos importantes, pero universalmente queridos por su natural sinceridad y honradez.  Por el otro extremo está alguien como Benito Juárez.  Un indígena que empezó la vida con todo en su contra, logró educarse, ser abogado, gobernador de su estado, y eventualmente presidente de México.  Tiene fama por una rectitud y honradez que veló por los derechos constitucionales de sus compatriotas.  Mientras que la honradez de Juanote fue innata y natural, la de Juárez fue elegida de forma moral y libre.

Entre estos dos extremos se encuentra el tipo de hombre que abunda en nuestra sociedad.  ¿Cómo es?  Dice Rousseau, “¡Qué dulce sería la vida entre nosotros si el aspecto exterior fuese siempre la imagen de las disposiciones del corazón!”  La decadencia del hombre se caracteriza a grandes rasgos por eso de aparentar lo que no es.  Queremos de los demás su respeto, envidia, amor, o apoyo.  En vez de ser tal como somos, afectamos cierta imagen con la ropa, los modales, nuestro conocimiento de literatura o política, mencionando nombres de gente importante que conocemos, etc.  Todos hemos estado en situaciones formales, como una cena elegante, donde esto se nota muy claramente, pero en la vida cotidiana esta falsedad reina también.  Vivimos constantemente en la mirada del otro y llevamos máscaras, por sutiles que sean, para toda ocasión.  La virtud del hombre de bien, en cambio, no anda con tan grande pompa.  Su vestido es rústico, la fuerza y vigor de su cuerpo patentes.  ¡Imagínate Camilla Parker-Bowles cargando leña como esa campesina!  La diferencia entre las dos es que la forma de actuar de la campesina revela su carácter mucho más que la de Camilla revela el suyo.

Uno pregunta, cómo es que el hombre en sociedad llegó a ser tan falso, de aparentar tanto.  No somos así por naturaleza.  Hace años estuve en una cena elegante.  Una señora invitada mostró fotos de sus nietos.  En ese momento, el joven hijo del anfitrión le preguntó, “Si eres abuela, ¿por qué no tiene arrugas como la mía?”  Fue un momento horriblemente incómodo ya que todos sabíamos que ella no quería que nadie supiera de su cirugía plástica.  No recuerdo cómo respondió, pero lo que me quedó plasmado en la memoria era lo falso que era yo y los demás al participar en ese juego social.

Dice Rousseau que hoy en día el arte de agradar ha sido reducido a principios y que reina en nuestras costumbres una vil y engañosa uniformidad.  Nuestros espíritus parecen haber sido vaciados de un mismo molde de modo que formamos un gran rebaño.  No hay ninguna ley ni convenio político que nos hace así, sino la cultura, o como dice Rousseau, el desarrollo de las artes y las ciencias.  El niño que mencioné hace poco nació libre, inocente, tal como el comentario que hizo constata, pero llegará con el paso del tiempo a formar parte del rebaño de esclavos que somos nosotros.  Cómo tiene lugar ese proceso lo veremos en el siguiente discurso.  En lo que queda de este discurso Rousseau habla de la naturaleza de las ciencias y las artes y el lado oscuro que representan.

Seguramente, algunos de ustedes piensan que Rousseau se exagera al hablar de la cultura como algo que nos esclaviza.  Cuando piensas en esclavitud, piensas en algo como el Camp 22 en Corea del Norte.  Alrededor de 50,000 personas están encarceladas aquí por no alinearse con la ideología del Estado.  ¡Esto sí es esclavitud!  Si vamos unos 600 kms a la capital de Corea del Sur nos encontramos con coreanos también pero ellos viven en otro mundo, uno democrático con muchas libertades, mercado libre, y mucha comodidad.  El Estado no los esclaviza como sus pobres hermanos al norte, pero eso no significan que vivan bien y libremente.  Corea del Sur tiene una de las tasas más altas de suicidio en todo el mundo.  En 2009, más de 40 personas se suicidaron cada día.  ¿Qué explica esto?  ¿El estrés, las expectativas de la familia y la sociedad, sentimientos de pena y depresión?  Esos son fenómenos netamente sociales.  Pregunta Rousseau “cuál de las dos, la vida civilizada o la natural, está más sujeta a hacerse insoportable a los que gozan de ella.”  Pregunta si “jamás se ha oído decir que un salvaje en libertad haya pensado siquiera en quejarse de la vida y en darse la muerte.”  Afortunadamente, la mayoría de nosotros no vivimos como los de Corea del Norte, pero para Rousseau la esclavitud del espíritu en las sociedades modernas es poco mejor.

Una de las novedades del pensamiento de Rousseau es que el espíritu humano se entiende en términos históricos, no esencialistas.  Nacimos como cualquier animal, pero el animal, al cabo de unos meses de nacer, es lo que será toda su vida.  Nuestra naturaleza, en cambio, es indeterminada.  Dice Rousseau que el animal humano es el único sujeto a degenerarse en imbécil, cosa que se debe a que salió de la feliz ignorancia en que la Sabiduría Eterna le había colocado.  “La Naturaleza,” dice Rousseau, “ha querido preservarnos de la ciencia, de la misma manera que una madre arranca un arma peligrosa de las manos del hijo . . . Los hombres son perversos, pero serían peores aun si hubiesen tenido la desgracia de nacer sabios.”

Lo que dice aquí puede parecer extremo, pero la literatura en Occidente está llena de advertencias parecidas: Edípo y Prometeo, la Torre de Babel, Frankenstein, el golem de los judíos.  El mensaje de estas historias, y el de Rousseau, es que el intento de ir más allá y alcanzar un conocimiento divino es más peligroso que benéfico.  El conocimiento científico ha avanzado bastante desde la época de Rousseau, de modo que la Torre de Babel de la antigüedad es ahora un rascacielos.  Piensa en la clonación, la manipulación genética y el cultivo de nuevos órganos en el laboratorio y los dilemas éticos que implican.  Piensa en la amenaza de las armas nucleares, y la destrucción del medio ambiente que el proceso de industrialización ha realizado.  ¿No representa todo esto un arma que la madre naturaleza nos ha querido quitar?  ¿Son sus beneficios mayores a los problemas que generan?

Acabo de revisar una lista de proyectos de investigación en ciencia aprobados por el estado mexicano.  Hay uno que recibe más de cuatro millones de pesos en financiamiento y se llama, “Metagenomica de un tapete microbiano en cuatro cienegas coahuila: un modelo de ecología del precambrico.”  La verdad no sé de qué se trata la investigación, pero, si no se llevara a cabo, ¿seríamos, como dice Rousseau, “menos numerosos, peor gobernados, menos temibles, menos florecientes, o más perversos?  Pide que examinemos la importancia de nuestras producciones ya que las más de las veces devoran inútilmente la substancia del Estado.

El conocimiento no es malo en sí mismo sino simplemente peligroso.  Dice, “Cuántos peligros, cuántas falsas vías se han seguido en la investigación de las ciencias!  La desventaja es visible, puesto que el error es susceptible de infinidad de combinaciones, en tanto que la verdad manifiéstase siempre de la misma manera.”  Es como tirar dardos a una diana.  Es muy fácil pegar la tabla pero muy difícil dar justo en el blanco.  Además, dice Rousseau, las ciencias nacen de nuestros vicios.  “La astronomía nació de la superstición; la elocuencia de la ambición; la geometría de la avaricia [pues, para cercar un terreno como tuyo, hace falta la geometría] . . . Sin la injusticia de los hombres, ¿cuál sería el objeto de la jurisprudencia?  ¿Qué sería la historia si no hubiese ni tiranos, ni guerras, ni conspiradores?  Para Rousseau, estas son estériles contemplaciones comparadas con aquéllas que provienen de una reflexión sobre el deber del hombre: servir a la patria, a los desgraciados, y a los amigos.  “Esta sola reflexión,” dice, “debería desanimar . . . A todo hombre que seriamente desease instruirse por medio del estudio de la filosofía.”

Vaya, pues ahí me veo totalmente implicado.  ¿Me equivoqué al estudiar la filosofía?  Reconozco que he leído muchos libros sobre ética, pero no me han hecho más ético y la verdad no creo que le hubieran hecho falta a Juanote.  Dice Rousseau, “No se busca hoy la probidad en el hombre, sino el talento; ni un libro por útil, sino por bien escrito.”  Hay muchos libros de filosofía muy bien escritos por gente talentosa, pero ¿qué utilidad tienen si entre todos los físicos, químicos, músicos, sociólogos y pintores que hay, no logra producir ningún Juanote?

Rousseau, sin duda, es un fuerte crítico de la Ilustración pero no dice que el desarrollo científico-artístico no tenga ningún valor en absoluto, sino sólo que es un camino peligroso que acarrea más problemas que beneficios, como Pandora y su famosa caja.  Para Rousseau, el conocimiento es algo casi sagrado y de hecho lo asocia con el templo de las Musas del que una turba de autores elementarios han alejado las dificultades que defendían su acceso.  Dice que “han indiscretamente roto la puerta de las ciencias e introducido en su santuario un populacho indigno de acercarse a él.”  Cuando leo esto pienso en la sección de libros y revistas del supermercado con títulos sobre la auto-superación, liderazgo, cómo ganar amigos, ah, y ese famoso libro que se llama el Secreto.  ¿Por qué leer a Aristóteles cuando Anthony Robbins puede darte los secretos de la felicidad en tres pasos fáciles?  O por qué leer a Rousseau cuando puedes ver los vídeos de La Fonda Filosófica?

Nuevamente me veo implicado en su crítica.  No voy a defender lo que hago en este momento sino que voy a darle el beneficio de la duda a Rousseau.  Cuando la gente me pregunta qué hago, nunca les digo que soy filósofo sino profesor de filosofía.  La enseño, y sí también publico artículos, pero no al nivel de un Wittgenstein o Nietzsche.  Siempre me molesta cuando encargo una lectura a mis alumnos y en la siguiente clase veo que no han leído.  Les digo, “Yo soy un maestro, pero los verdaderos maestros son los que escribieron esos libros que encargué.  ¡Me resulta incomprensible cómo pueden preferir escuchar mis palabras que leer las de ellos!”  Y aquí concuerdo con Rousseau.  Y también con Wittgenstein cuando decía a sus alumnos que dejaran el estudio de la filosofía y que se dedicaran a algo útil como ingeniería o algún trabajo mecánico.  Rousseau dice exactamente lo mismo en este discurso.  “Mejor que los que no irán lejos en su carrera sean rechazados desde un inicio y que se dediquen a algo útil para la sociedad.”

Cada año se publican miles de artículos y libros sobre filosofía (y unos cuantos vídeos).  La verdad no recuerdo la última vez que leí un artículo en una revista de filosofía.  La mayoría suelen ser refritos de temas populares o muy técnicos y aburridos.  En cien años estaremos leyendo todavía a Rousseau, Nietzsche y Wittgenstein, pero esta turba de autores, como Rousseau les llama, será olvidada.  Nietzsche lo expresó de otra forma.  Dijo que hay dos tipos de filósofos en este mundo: legisladores y obreros.  Es a ese reducido número, como dice Rousseau, a legisladores como Leibniz y Kant, que corresponde elevar monumentos a la gloria del espíritu humano.

¿Y para los humildes obreros como yo?  Yo sé perfectamente que no soy un legislador, pero ¿qué hay de malo en ser un obrero?  Para Rousseau, hay que tener en cuenta nuevamente la pregunta que anima este discurso, a saber, sí el restablecimiento de las ciencias y las artes he contribuido al mejoramiento de las costumbres.  En mi caso sería si el estudio de la filosofía me ha hecho una mejor persona.  La verdad no creo.  Me gusta mucho la filosofía, me da placer, y me ha dado herramientas para pensar y argumentar, pero no creo que haya cambiado mi disposición moral fundamental.  Algo que tengo muy claro es que soy un filósofo profesional, académico.  El fenómeno socio-cultural de la academia dicta en buena parte mi quehacer cómo intelectual y muchas veces me doy cuenta de las mil y una maneras en que traiciono el espíritu de la filosofía al encajarla en este sistema, a menudo muy falso, de la academia.  Decía Nietzsche que la mejor forma de producir filósofos de verdad es dejar de darles empleo.  Los que quedan son los verdaderos.

En fin, para terminar, hemos cuestionado el origen y el valor del conocimiento, pero Rousseau aún no ha mostrado cómo las ciencias y las artes realmente esclavizan al hombre.  En el siguiente vídeo, veremos su Discurso sobre el origen de la desigualdad y ahí lo veremos de forma muy clara.

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23 Comments

  1. MIGUEL VALDEZ ORRIAGA · 27/05/2013 Responder

    Estimado amigo, me alineo también en la fila de obreros en la que te encuentras; pero no seas tan humilde; es un arte lo que haces al resumir con sapiencia la compleja sabiduría de los grande spensadores.

    • Darin · 27/05/2013 Responder

      Hola Miguel, muchas gracias por lo que dices. Hasta los obreros pueden tener orgullo en lo que hacen! Un abrazo

    • miguel valdez · 18/12/2014 Responder

      Estimado Darin saludos, alguien por error esta usando mi cuenta de correo en la conversacion contigo. La persona que dice que se alinea en tu apreciacion de obrero de la filosofia. Yo no he dicho eso aunque comparto la idea.No sera un homonimo. Tus tecnicos pueden ver el problema. Me preocupa.

      • Darin · 18/12/2014 Responder

        Hola Miguel. Ojalá tuviera técnicos – ¡yo lo hago todo solo! ¿Quieres decir que alguien se suscribió a mi página con tu correo electrónico? ¿Te han hackeado?

        • miguel valdez · 18/12/2014 Responder

          Al parecer me han hackeado. En todo caso invoco a la persona que esta usando mi nombre Miguel Valdez Orriaga que se abstenga de hacerlo sobre todo en tan apreciado y etico escenario cultural que es la fonda filosofica dirigido con tanto ahinco por ti, Darin.

  2. wayra · 07/01/2014 Responder

    Hola !muchas gracias! Me gusta mucho escuchar tus programas. hm… me gusta mucho escuchar cosas interesante, entre tanto realizo otros quehaceres. hm.. pero mira, cuando realizas el guion, quizá sería genial que presentaras dos versiones. 1. Guión como lo presentas. Palabras textuales de tu video. 2. Una especie de artículo académico. Es decir cuando ví que tenías un guion ufff. !que vacano!. pensé que hallaría un documento con las citas, que sustenten los que dices, pagina exte y por supuesto con la biografía. Hm… supongo que tienes artículos académicos, deberías de publicarlos.

    Muchas gracias por todo lo que he comprendido. Y… Que tal una charlas de diversas voces sobre un tema? Es decir, primero un video sobre la parte teorica.. y luego una conversación de amigos sobre el tema. o otro programas sobre el tema discutiendo con amigos, sobre el mismo, pero ya con un escenario particular. 🙂 ejejej bueno si es mucho pedir… yo no lo voy ha hacer… tengo otras cosas por realizar… hm… pero a tí te queda más sencillos. 🙂

    • Darin · 07/01/2014 Responder

      Gracias Wayra! Lo que sí debería incluir una bibliografía mínima en los guiones. Me lo habían sugerido. El problema es que casi todo lo que leo lo leo en inglés. Obviamente podría poner libros en español sobre estos temas pero si no los he leído, no puedo asegurar su calidad. Es un problema! Lo de hacer vídeos con charlas o entrevistas lo he pensado desde hace tiempo. Llamaría el proyecto Sacachispas, jaja, pero me ha consumido mucho tiempo estos vídeos de la Fonda y tengo otras responsabilidades en la universidad, entonces no me da el tiempo. Gracias por tu comentario y un abrazo!

  3. Alfredo · 25/03/2014 Responder

    Hola Darin:
    Estoy seguro que detrás de cada video hay un duro trabajo ¿Cómo hacer de unas proteínas complejas, trozos digeribles para el entendimiento, manteniendo rigurosidad y nivel académico ?. Bastante amable eres al contestar todos nuestros comentarios. A este paso, como pretendas asumir nuevos retos, vas a perder tu vida familiar y social. Y Rousseau se enfadaría.
    Muchas gracias por tu trabajo.
    Saludos. Alfredo

    • Darin · 25/03/2014 Responder

      Gracias por lo que dices Alfredo! El trabajo de hacer estos vídeos no es tanto difícil como largo. Entre las demás actividades académicas y mi vida social, agarro cachos de tiempo para elaborar cada vídeo. Me gusta mucho el proceso. Un fuerte abrazo!

  4. Rubén Darío Saquetti · 20/11/2014 Responder

    Hola Darín:
    No puedo, nuevamente, dejar de agradecerte. He visto muchos videos y leído diferentes textos filosóficos, pero además del enfoque quirúrgico conque tratas los temas, debo decirte que son claramente asimilables y no me permiten desviar la atención en ningún momento.
    Abrazo.

  5. miguel valdez · 18/12/2014 Responder

    Darin pare que hay un error tecnico en la comunicacion contigo. Yo soy miguel valdez orriaga y estan apareciendo comentarios mios que no los he hecho. No sera un homónimo. Podrias averiguar en tu sistema interno. Soy Miguel Valdez Orriaga de Lima, Peru.

  6. Patricia King · 28/07/2015 Responder

    ¿Por qué ver los videos de La Fonda Filosófica? Porque Darin no es Anthony Robbins, una analogía en este sentido es simplemente falsa. Darin motiva a leer a los filósofos cuyo pensamiento sintetiza con excelencia. La Fonda Filosófica induce a la reflexión, no está encaminada a obedecer todos los dictados de la academia, porque Darin nos muestra la posibilidad de un pensamiento riguroso, razonado y libre, un tipo de pensamiento que en nuestra situación vivida (actual) se trata de acallar. Además, la especialización nos ciega enormemente a todos los obreros y las obreras, por lo que es una satisfacción al espíritu ver el caleidoscopio filosófico que nos brindas, Darin. Esto muestra, como decía Sartre, que no todo académico es un intelectual, yo considero que tú eres un filósofo intelectual en este sentido sartreano. Gracias Darin por La Fonda Filosófica.

    • Darin · 28/07/2015 Responder

      Que lindo mensaje Patricia, muchas gracias. Lo tomo de gran halago que me distingas de Anthony Robbins, jajaja! Yo he tenido grandes maestros en mi vida, tanto profesores como los mismos filósofos. Aquí en la Fonda sólo trato de dar un poco de lo que he recibido. Un fuerte abrazo!

  7. Adriana · 26/08/2015 Responder

    Hola Darin,
    Me resulta difícil escribir un comentario que abarque todo mi sentir sobre el valor y significado que tiene para mi, encontrar diferentes canales que me vinculan con un conocimiento que antes se me antojaba como un manjar inalcanzable. pocas veces me di el tiempo de tomar libros de filosofía porque tenía miedo de terminar frustrada pensando que había entendido todo mal! Pero poco a poco fui encontrando textos más “amigables” y material como el tuyo que me encienden una luz y veo que no lo entendí del todo mal, incluso que hay cosas que se intuyen, no sé como explicarlo, el caso es que ahora, me animo a tomar textos directamente escritos por los autores y poco a poco a probaditas, el manjar va tomando sabor. Una vez en una entrevista que vi con Eduardo Rivera ( Chileno) le preguntaron el por qué de ese lenguaje tan difícil y rebuscado en la filosofía y bueno quizá ya viste esa entrevista de todos modos te dejo el link por si quieres ver de lo que hablo, pues me he extendido demasiado ya. Rousseau particularmente a mi me parece inspirador… Saludos! http://youtu.be/tPdIv0nR9Pw

    • Darin · 27/08/2015 Responder

      Hola Adriana. Gracias por tus lindas palabras. Cuando empecé a estudiar la filosofía me resultó también muy difícil. Pero entre buenos maestros y paciencia fui agarrando la onda poco a poco. No hay atajos, pero espero que mis vídeos enderezcan un poco el camino, jaja!

  8. Juan C P Arias · 24/02/2017 Responder

    Buenas tardes,

    Me ha parecido genial tu portal Fonda Filosófica. Felicitaciones infinitas.

    Un abrazo desde Colombia.

  9. Fco. Manuel Espinosa · 14/10/2018 Responder

    .
    Sí, Maestro Darin, a mi me parece que ante la pregunta “¿qué es usted?”, es mejor responder “soy profesor de filosofía” que “filósofo”. Tal vez, ni Sócrates hubiera aceptado llamarse filósofo, sino a lo sumo, aprendiz de filósofo o amante de la filosofía (o sea, filofilósofo) 🙂

    Sobre leer las fuentes originales, me ha sucedido muchas veces, que me aclaro mejor con lo escrito de puño y letra por Nietzsche, Platón o Rosseau, que con las sesudas explicaciones de muchos ensayistas engreídos y/o artificialmente complicados en torno a los mismos escritos.

    Menos mal que tenemos la Fonda Filosófica y al Maestro Darin. De nuevo, muchas gracias por tanto esfuerzo y generosidad.

    Un saludo desde España.

    🙂

  10. MANUEL RONCERO · 22/11/2018 Responder

    Hola profesor.
    Acabo de escuchar la serie sobre Rousseau y no puedo menos que felicitarle y darle las gracias.
    Una cosa que quería añadir. Aparte de ser perezosos, muchas veces es preferible escucharle a usted que leer a algunos filósofos porque ellos se cuidaron muy poco de ser entendidos mientras que usted es capaz de sintetizar y exponer de manera muy didáctica incluso para inexpertos como yo.
    Un abrazo desde Bilbao. Mucho ánimo. Su labor es admirable.

  11. Augusto Müller · 20/03/2019 Responder

    ¡Cuánta sabiduría en estos clásicos! ¿Qué diría Rousseau si viera esta “neo-seudo-ilustración posmoderna” en la que vivimos hoy? Y, ¡si valdrá la pena ver y escuchar “La Fonda”! Lo primero que hice, antes de terminar de hacerlo, es descargar los libros originales. Ocupa un espacio de información y reflexión más que necesario.
    Muchas gracias por este magnífico y enorme trabajo, tan desinteresado como ilustrativo y formador.
    Saludos cordiales desde Uruguay.
    Augusto

  12. Eleuterio Castro · 15/01/2022 Responder

    Al escuchar este video, y otros de tus series me resulta inevitable sentir la cachetada de alguien que pareciera decirme: ¡despierta! Pero sigo dormido a pesar de todo el café que hasta el momento he bebido. Por cierto, me quedó delicioso, como es costumbre. Y te quedó “delicioso” este bocado de filosofía, como pareciera ser costumbre.

    No. No soy filósofo. Sólo que casi a mis 47 años me acordé que en el colegio, cuando aún era un adolescente, me dieron unas aburridas clases de filosofía. Al sentir el vacío de la crisis de los 40 leí “El mundo de Sofía” por recomendación de Enric. F. Gel en uno de sus vids… y acá me tienes… casi que como un alumno más de básica secundaria.

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