La crítica de la razón pura, pt. 9/9

Revisamos las ideas de la razón: el alma, el cosmos y Dios y cómo Kant las critica. Al final, analizamos el uso legítimo que pueden tener como ideales regulativos.

Guión

 ¿Qué podemos saber al margen de toda experiencia? Los empiristas dicen que nada y los racionalistas dicen que mucho. Hasta ahora en el libro Kant ha sido más racionalista que empirista. El sujeto aporta los elementos que hacen que el conocimiento científico sea universal y necesario, elementos que no se derivan de la experiencia. Sin embargo, Kant no es totalmente racionalista; no podemos andar pensando y juzgando cosas que trascienden el mundo fenoménico de la experiencia, es decir, cosas que jamás podrían aparecer en una intuición. Sin embargo, como vimos en el último vídeo, la razón se cree capaz de hacerlo debido a su impulso de buscar las condiciones incondicionadas del conocimiento. Vimos que son tres: el alma, el cosmos en su totalidad, y Dios. Lo que distingue a estos conceptos de la razón de los conceptos del entendimiento es que el entendimiento trata experiencias particulares en la que sintetiza los elementos de la intuición para producir conocimiento. La razón, en cambio, no se contenta con una experiencia particular, sino que busca el fondo incondicionado de toda posible experiencia. Pasa a considerar la experiencia en su totalidad, pero el problema para Kant es que una totalidad absoluta nunca puede darse en la experiencia. Ninguna experiencia nuestra es incondicionada, por lo que estos conceptos de la razón no pueden aplicarse en la experiencia. Debido a esta peculiaridad, Kant no los llama conceptos, sino ideas. En la última gran sección del libro, la Dialéctica trascendental, Kant pone límites al alcance de la razón y por lo tanto a la tradición racionalista.
La primera parte de la Dialéctica se llama “Los paralogismos de la razón pura” y se ocupa de la cuestión del alma. En la Estética trascendental, Kant dijo que el yo que podemos conocer es el yo empírico tal y cómo aparece a la sensibilidad bajo la forma del tiempo. En distintos momentos podemos estar conscientes de percibir algo, tener hambre, sentir tristeza, etc., en fin, una serie de estados mentales. Esto es justamente lo que dice Hume sobre el yo, que es un conjunto de percepciones entre las cuales nunca encontramos un yo tal cual aparte de las mismas. Pero el alma tal cómo lo entiende Hume, en términos de una psicología empírica, no le interesa a Kant aquí, sino cómo un racionalista como Descartes lo entiende. En sus célebres Meditaciones metafísicas, Descartes concluye que el alma es algo existente y sustancial. Llega a esa conclusión no a través de una observación de su alma en la experiencia, sino por una inferencia a partir del dato “Yo pienso”. Recordarás que Descartes va pensando en varias cosas en sus meditaciones, de todas las cuales puede dudar. Sin embargo, de su propia existencia como una cosa pensante dice que no puede dudar. Como dice en su célebre afirmación: “Pienso, luego existo”. Esta psicología racional se distingue de la empírica de Hume debido, como dice Kant, a que el yo pienso es su “único texto”; todo lo que el racionalismo dice sobre el ego tiene que desarrollarse a partir de él.
Si te acuerdas, Kant también habla del “yo pienso”. Dice que si el “yo pienso” no pudiera acompañar a todas nuestras representaciones, entonces la propia experiencia sería imposible. Sería fragmentada y no unitaria. Kant llama el yo pienso la apercepción, que no es más que la conciencia de la unidad lógica de nuestras representaciones. Hablando de la unidad de apercepción, dice: “Tengo conciencia de mí mismo, no cómo me aparezco ni tampoco cómo soy en mí mismo, sino solamente de que soy”. Esto que dice Kant, que en la apercepción o yo pienso, estoy consciente de que soy, se parece mucho a lo que dice Descartes cuando dice: “Pienso, luego existo”. La diferencia estriba en que Kant distingue entre estar consciente de algo y tener conocimiento del mismo. Para conocer el ego o alma tendríamos que tener una intuición de él a la que se aplicaría la categoría de sustancia. Sin embargo, las únicas intuiciones que tenemos de nuestro yo son diversos estado mentales, el yo empírico. El punto es que el yo que unifica todas estas diversas representaciones de nuestros estados mentales empíricos no puede aparecer en una intuición. No es un yo empírico sino trascendental. A diferencia de Descartes, su unidad no es sustantiva sino sólo lógica. Para conocerlo como una sustancia, el yo tendría que aparecer en una intuición y ser sometido a la categoría de sustancia.
Entonces, el error principal que cometen los racionalistas como Descartes es que no cuentan con una intuición, sino que razonan a partir de un mero pensamiento. Y en su razonamiento cometen una falacia, la de la equivocación, convirtiendo un silogismo válido normal en lo que Kant llama un prosilogismo. Básicamente, el argumento es como sigue: La premisa mayor dice que si hay algo que no puede ser pensada más que como sujeto, es decir, si no puede ser predicado de otra cosa, entonces ese algo, el sujeto, es una sustancia. Ésa es la definición tradicional de sustancia en términos muy generales. La premisa menor dice que un ser pensante, considerado en sí mismo, no puede ser pensado más que como sujeto. Concluye, por lo tanto, que el ser pensante existe como sustancia. Según Kant, la idea que comparten las dos premisas, a saber, aquello que no puede ser pensado más que como sujeto, se entiende en dos sentidos distintos o equívocos. En la premisa mayor, “sujeto” se entiende en términos de objetos del pensamiento en general. Como sabemos, para que el pensamiento tenga objetos, tienen que ser intuidos. A esos objetos de intuición se les aplica la categoría de sustancia. En ese sentido puede un objeto ser un sujeto sustancial. En la premisa menor, el sujeto es entendido no como aquello que se relaciona con un objeto de la intuición sino con la auto-conciencia como tal. A semejante conciencia la categoría de sustancia no puede aplicarse.
Éste es el paralogismo más conocido de su análisis, pero hay tres más. Recuerda que para Kant todo juicio encierra 4 aspectos: expresan una cantidad, una cualidad, una relación y una modalidad. La categoría de la sustancia se encuentra bajo el rubro de “relación”. Pero además de hablar de un alma sustancial, la psicología racional dice que el alma es simple, idéntico y existente. Kant analiza los paralogismos involucrados en esas afirmaciones de una manera parecida al que hemos visto, entonces vamos a dejar los paralogismos de la razón y pasar a las antinomias.
La segunda idea de la razón es la de la totalidad del cosmos como la causa o condición primordial que está la cabeza de todas las secuencias causales en nuestra experiencia. El problema para Kant es que el intento de postular y hablar del cosmos en su totalidad crea antinomias, es decir, proposiciones contrarias, una tesis y una antítesis, las dos de las cuales pueden probarse como verdaderas, lo cual es absurdo. Cualquier pensamiento que produzca contradicciones de este tipo no debería tomarse en serio. Como en el caso anterior, hay 4 antinomias, correspondiendo a las 4 formas de juicios que mencionamos, pero vamos a fijarnos nada más en la primera. La tesis y antítesis de esta antinomia son:

Tesis: El mundo tiene un comienzo en el tiempo y con respecto al espacio está encerrado también en límites.

Antítesis: El mundo no tiene comienzo ni límites en el espacio, sino que es infinito, tanto en el tiempo como en el espacio.

En la historia humana ha habido diversas cosmologías, algunas de las cuales sostienen que el mundo es limitado en el espacio y el tiempo, y otras lo contrario. Estas opiniones contrarias no le hubieran extrañado a Kant, dado que las dos posturas son igualmente defendibles.
La tesis se demuestra de la siguiente manera. Si el mundo no tuvo un comienzo en el tiempo, entonces ha sucedido un número infinito de acontecimientos. Sin embargo, para que estemos en el mundo donde nos encontramos, todos esos acontecimientos tienen que haberse completado. El problema es que una serie infinita jamás puede completarse, precisamente porque es infinita. El mundo, entonces, en tanto un objeto para nuestro conocimiento, tiene que haber tenido un comienzo en el tiempo. Y en cuanto al espacio, si fuera infinito, lo que sería necesario para pensarlo sería sumar sus partes una por una para llegar a la totalidad. Si son infinitas las partes, la suma de ellas tendría que llevarse a cabo en un tiempo infinito correspondiente, cosa que, como ya vimos es imposible. Por lo tanto, el espacio es finito.
La antítesis se demuestra como sigue. Si el mundo tuvo un comienzo en el tiempo, entonces ha de haber habido un tiempo anterior a ese comienzo, un tiempo en el que nada sucedía (porque no hubo mundo). Según Kant, no es posible que algo devenga en un tiempo entendido así. Ningún comienzo es posible, por lo que el mundo no tuvo comienzo. En cuanto al espacio, si fuera finito, estaría rodeado por un espacio vacío que, si no forma parte del mundo, entonces no es nada. ¿Pero cómo puede el mundo guardar una relación con algo que no es nada? No tiene sentido, por lo que el mundo o cosmos tiene que ser infinito en su extensión.
Entonces, ¿cuál de las dos es correcto, la tesis o la antítesis? Ninguna, dice Kant. Esto no quiere decir que las dos sean incorrectas, sino sólo que la pregunta misma no tiene sentido. No tiene sentido porque estamos buscando una condición que rebasa los límites de la experiencia posible. Psicológicamente, podemos formar un concepto del cosmos en su totalidad o del alma, pero semejante concepto es inútil para formar juicios y producir conocimiento.
La tercera idea de la razón pura es la de Dios. Si te acuerdas, la razón llega a esa idea en el contexto de los silogismos disyuntivos. En estos silogismos, cualidades mutuamente exclusivas se predican de un sujeto, como las de ser macho o hembra. El predicado “macho” está condicionado por su contrario, “hembra”. Lo que la razón busca es la condición de no sólo estos dos predicados, sino de todo posible predicado, el sistema o agregado de todo lo que puede predicarse. Esta suma o totalidad sería una condición incondicionada. Esta condición no es un mero agregado empírico, sino lo que podría caracterizarse como una plenitud, una realidad suprema que sea la fuente de todas las perfecciones en el mundo empírico, parecido a la noción de la Idea del Bien en la ontología de Platón. Se trata del ser más perfecto y real, en una palabra: Dios. Dios es la unidad incondicionada de todo predicado posible. Obviamente, la razón no encuentra este ser en el mundo fenoménico y empírico, sino que lo infiere como una condición última.
Con respecto a la idea del alma como sustancia, la razón utiliza un argumento, como hace Descartes, que según Kant es falaz. Comete un error lógico. En el caso de la idea del cosmos como una totalidad, la idea misma produce antinomias irresolubles, las cuales imposibilitan cualquier conocimiento real al respecto. En cuanto a la idea de Dios, la idea en sí misma no es ilógica, ni tampoco produce antinomias, sin embargo se puede mostrar como inválidos los argumentos que se han hecho para demostrar su validez. Estos argumentos clásicos son el argumento teleológico, el argumento cosmológico y el argumento ontológico. Afortunadamente, ya traté estos argumentos y las críticas a los mismos, críticas que provienen en mayor parte de Kant, en mi vídeo “Tres argumentos a favor de la existencia de Dios”. Entonces, en vez de repetir esa discusión aquí, pueden revisar ese vídeo.
Habíamos dicho que la Estética trascendental y la Analítica trascendental, donde Kant analiza cómo la sensibilidad y el entendimiento operan para producir conocimiento, constituye una metafísica inmanente válida porque la aplicación de los conceptos se limita a intuiciones, es decir, es inmanente a la experiencia. En este sentido, los conceptos funcionan de forma constitutiva, es decir, su aplicación constituye el conocimiento. En cambio, los conceptos o ideas de la razón tratadas en la Dialéctica trascendental constituyen una metafísica trascendente, la cual es ilegítima porque sus ideas se aplican a objetos que trascienden la experiencia posible. No pueden utilizarse en el momento de formar juicios.
No obstante, Kant no desecha esta operación trascendente de la razón como simplemente irrelevante. Aun cuando sus ideas no puede emplearse de forma constitutiva para producir conocimiento, sí tienen un empleo importante, uno que Kant llama regulativo. Habíamos dicho que el entendimiento se dirige a los objetos dados en la intuición y que la razón especulativa se dirige al entendimiento y sus conceptos. Aun cuando la razón no puede constituir objetos, sí puede dirigir o regular la operación del entendimiento. ¿Cómo hace eso? Pues hemos visto que tanto el entendimiento como la razón en general son facultades intelectivas cuya función básica es unificadora, es decir, unen y vinculan particulares bajo conceptos o principios generales. Si únicamente contáramos con la facultad de la sensibilidad, tendríamos diversas percepciones pero no tendríamos conocimiento. Ahora bien, lo que unifica el entendimiento son los objetos dados en la intuición, ubicándolos espacio-temporalmente y relacionándolos en secuencias causales. Esta unificación posibilita el conocimiento. Sin embargo, es un conocimiento parcial y particular. Lo que la razón unifica es el propio conocimiento producido por el entendimiento, relacionándolo bajo principios que forman un sistema. La unidad de este sistema es superior a la que produce el entendimiento porque pasamos de conocimientos particulares a un conocimiento más abarcador de la Naturaleza en general. Lo que es importante entender es que la razón no constituye esta totalidad de conocimiento sino que lo plantea como un ideal regulativo; dirige el entendimiento hacia formas cada vez más abarcadoras, aun cuando un fondo último e incondicionado jamás puede alcanzarse. Si nos fijamos en la ciencia actual, vemos precisamente ese imperativo de la razón en el intento de buscar una teoría del todo, una gran teoría unificada que concilie la relatividad de Einstein con la mecánica cuántica. Empleada así, las ideas de la razón pura cobran un nuevo sentido. Dejan de ser conceptos constitutivos de nuestro conocimiento y pasan a ser más bien principios heurísticos, dirigiendo el entendimiento hacia la totalidad siempre y cuando se mantenga dentro de los límites del propio intelecto humano.

¿Tú crees? ¡Ya hemos llegado por fin al final de esta gran obra! No ha sido fácil, ya sé, pero se vuelve más digerible con el tiempo y la práctica. Llegará el momento en que dejarás de ver los árboles y empiezas a ver el hermoso bosque que constituyen. La crítica de la razón pura ha tenido una influencia enorme. En el campo de la filosofía tenemos a Schelling, Fichte, Hegel y el desarrollo del Idealismo Alemán. Luego está Schopenhauer y su influencia en Nietzsche. Dos filósofos que yo trabajo mucho, C. S. Peirce y Gilles Deleuze, tienen a Kant y esta obra como un interlocutor primordial. La centralidad del sujeto en la constitución del conocimiento, la unidad de la consciencia y la experiencia, y su distinción entre intuiciones y conceptos, se reflejan todos en las ciencias cognitivas actuales. Yo siempre he dicho a mis alumnos que Kant es el primer posmoderno debido a su revolución copernicana. El conocimiento no se descubre, sino que se construye. Lo que le salva del relativismo de los así llamados posmos de hoy en día es que el sujeto que construye el conocimiento cuenta con facultades con las que todos disponen. Los posmos critican esa pretensión de Kant, y puede que en ello tengan razón, pero ese mismo hecho sirve para confirmar el gran alcance e impacto que han tenido las ideas de Kant.

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Bajar el guión de las 9 partes en un solo PDF: https://drive.google.com/file/d/1gNbldSBI_bOgsX_jmVSmtYrM-bgjfEY5/view?usp=sharing
Doy las gracias a Diego Cardona por la edición.

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59 Comments

  1. Bernardo Ramírez de Arellano · 16/11/2015 Responder

    Gracias por sus lecciones
    ¿tiene planeado algunos temas sobre Heidegger? ¿sobre Wittgenstein?
    Saludos

    • Darin · 16/11/2015 Responder

      Hola Bernardo. Heidegger y Wittgenstein están definitivamente en la lista, pero acabo de terminar una larga serie medio pesada entonces voy a pasar a unos temas más ligeras y cortas. Pero sí llegaré a ellos!

  2. Julio · 16/11/2015 Responder

    Magistral, Profesor Darin.
    Abrazos desde Madrid, España.

  3. Patricia · 16/11/2015 Responder

    Siempre tan interesante ver sus clases querido profesor.
    Gracias desde Estocolmo

  4. Ana Mancisidor · 16/11/2015 Responder

    La forma en que aborda temas tan difíciles es muy placentera. Muchas gracias.

  5. Virgilia · 17/11/2015 Responder

    ¡Yeeeeeei! ¡Acabamos! jaja
    Muchisimas gracias, fue muy agradable estudiar con usted, me quedo mucho más clara mi lectura de Kant.

  6. Patricia King · 20/11/2015 Responder

    Felicidades por esta serie de 9 videos, Darin! Excelente!
    Admirable tu esfuerzo sintético y la claridad de tu exposición!!
    Te mando un abrazo, ¿va?

  7. Begoña · 20/11/2015 Responder

    Querido profesor,muchísimas gracias por tu generosidad. Me gustaría saber si tienes previsto hacer algo sobre Deleuze. un abrazo.

    • Darin · 21/11/2015 Responder

      Hola Begoña. El próximo semestre voy a dar un curso sobre Diferencia y repetición en la maestría y también estoy escribiendo un libro de guía de lectura a esa obra. Entre tanta actividad al respecto seguro haré unos vídeos. Hasta pronto!

  8. Sergio Romero Bonilla · 20/11/2015 Responder

    Muchas gracias por compartir tus conocimientos y hacer tan ameno el aprendizaje, saludos Maestro

  9. Antonio · 23/11/2015 Responder

    Hola Darin, después de ver toda la serie de exposiciones acerca del pensamiento de Kant, llegué a una deducción hipotética y muy personal de la que me gustaría saber tu opinión, ¿Es la razón, un proceso metabólico de nuestros sentidos cuyo producto serían los conceptos? así como las glándulas suprarrenales convierten el azúcar en proteínas?, pero en este caso el cerebro sería el órgano que mediante el proceso de la razón, convierte las sensaciones en conceptos?.

    • Darin · 23/11/2015 Responder

      Hola Antonio. La razón no es una cosa, sino una función, en términos aristotélicos no es materia sino forma. La forma para Kant no es la forma de una cosa sino de un proceso, un proceso lógico. Entonces, cuando dice “metabólico” no sé si lo estás usando en forma metafórica o literal. Los conceptos empíricos son abstracciones de nuestra experiencia sensorial pero los puros, las categorías, no, pertenecen a priori a la propia naturaleza del sujeto según Kant. La sensación es pasiva para Kant y el entendimiento con sus conceptos la parte activa, entonces sería al revés de cómo lo planteas en tu comentario.

  10. Antonio · 23/11/2015 Responder

    Si, efectivamente lo que supongo lo digo de manera metaforica, perdón por omitirlo en el comentario anterior, y mi pequeña duda con Kant es si considera a los conceptos a priori como axis mundi de la realidad en general, o sólo son validos para el ámbito humano.

    • Darin · 23/11/2015 Responder

      Buena pregunta Antonio. Es por eso que llama su filosofía trascendental. Es imposible para Kant conocer el mundo tal como es al margen de nuestra manera de saberlo. Entonces los conceptos puros son cuestiones puramente epistemológicas y no ontológicas.

  11. Antonio · 23/11/2015 Responder

    Bien ahora está claro , y reitero mi agradecimiento a tu profesional labor, que creeme que tus exposiciones son el hilo de Ariadna en el laberíntico pensamiento filosófico, gracias y esperamos tus próximos videos!.

  12. Álvaro Lobo · 05/12/2015 Responder

    Profesor Darin
    Su exposición de La Crítica de la razón pura de Kant es un excelente trabajo. Gran servicio hace usted al presentar esta compleja obra de forma “amigable”. Sus conferencias son una gran ayuda para internarse en la compleja lectura de la Crítica. Gracias por su trabajo y felicitaciones.

  13. Agustín · 12/12/2015 Responder

    Ya era evidente pero después de esta serie no queda duda alguna de que La Fonda Filosófica es la mejor y diría casi única fuente docente filosófica de calidad que hay actualmente en la red en lengua española. Para los que tenemos dificultades con el inglés es una isla de salvación.
    No desaparezca nunca Darin, por favor.

    • Darin · 13/12/2015 Responder

      Que lindo lo que dices Agustín, gracias, y aquí le seguiré poco a poco, un abrazo!

  14. Anton Sieliger · 15/12/2015 Responder

    Professor Darin,

    Gracias por tan elocuente explicacion de KANT y de los Classics. Es lo que muchos necesitábamos.
    Gracias por ser un maestro y por compartir tus conocimientos sin egoísmos.

    I would kindly suggest to consider doing this magnificent program in English as well, since I believe you will have a great audience; and honestly, I have not seen anything similar in English.

    Спасибо за ваш обмен знаниями и свое драгоценное время без эгоизма!

    Anton
    Moscow, Russia.

    • Darin · 15/12/2015 Responder

      Hola Anton. Me emocionó ver palabras cirílicas en tu comentario! jaja. Hay muchos más vídeos sobre filosofía en inglés, por eso los hago en español, y también porque trabajo en México, son para mis alumnos o al menos así empezó el proyecto. A lo mejor les ponga subtítulos, lo voy a pensar. Un fuerte abrazo de Xalapa a Moscow!

  15. Manuel · 19/01/2016 Responder

    Excelente trabajo Darin! Como profesor de filosofía valoro muchísimo tu claridad y compromiso. Me has ayudado hasta a entender algo más. Desde Buenos Aires, mis felicitaciones.

  16. ricardo emiro galvis manosalva · 23/02/2016 Responder

    Hasta ahora tuve el gusto de conocer esta página de FILOSOFIA. Me parece fabulosa la forma como aborda temas tan intrincados como los que plantea KANT. Excelente profesor DARIN, soy su seguidor.

  17. Griffin Nest · 09/04/2016 Responder

    Impagables lecciones, señor. Le felicito y agradezco por su trabajo.

    Menciona a Gilles Deleuze. ¿Impartirá algunas clases del mismo?

    Si no las conoce, le dejo el enlace a cuatro conferencias indispensables de José Luis Pardo sobre este autor:

    http://www.filosofia.net/materiales/cogitos/cez7.html

    • Darin · 09/04/2016 Responder

      Muchas gracias Griffin. Este semestre en la maestría estoy dando un curso sobre “Diferencia y repetición” y también estoy escribiendo un libro de guía de lectura a esa obra. Seguro en algún momento haré unos vídeos. Saludos!

  18. Bruno León · 01/05/2016 Responder

    Exhaustivas, completas, detalladas sus lecciones ¡Invaluable su labor! Felicitaciones y gracias por este portal de filosofía 🙂

  19. German · 06/05/2016 Responder

    Darin. Inmensamente agradecido e inspirado por tu impresionante exposición. Que gran síntesis y elocuencia. Mil gracias

  20. jose peña · 06/06/2016 Responder

    muchas gracias por tus lecciones me ayudas bastante cada dìa….

  21. German Luna · 07/07/2016 Responder

    Magnifico, Maestro Darin, mil gracias
    Un fuerte abrazo

  22. Robert_ore@hotmail.com · 01/01/2017 Responder

    Hola profesor Darían
    Esta ayudando bastante a continuar e iniciar a muchos al entendimiento del mundo. Desde nuestros diferentes concepciones e interés con que abordamos sus vídeos. A los jovenes tienen en ud un guía que yo hubiera deseado. Pero igual me alegra que esto suceda ahora gracias un abrazo

  23. Karina · 22/05/2017 Responder

    Muchas gracias por sus vídeos, me están ayudando mucho con mi preparación para un examen, pero hay una pregunta que todavia no puedo resolver: ¿Que diferencia hay entre lo matefisico y la metafisica? No se si pueda aclarármelo.

    • Darin · 22/05/2017 Responder

      Hola Karina. No sé a qué te refieres con “matefisico”.

      • Karina · 23/05/2017 Responder

        Yo tampoco, pero así es la pregunta que nos dieron. Supongo que quiere una distinción entre la metafísica como ámbito y lo metafísico como algo específico.

  24. Ana Maria Pescio · 06/05/2018 Responder

    Buen dia profesor, agradezco sus lecciones por la claridad con que estan impartidas. Leer estos guiones hace pensar que uno tiene la capacidad de poder entender lo que leemos y no abandonar la tarea del aprendizaje.
    Su capacidad de sintesis y profesionalidad con que aborda los temas es admirable.
    Gracias por su inmensa ayuda.

  25. Fco. Manuel Espinosa · 01/11/2018 Responder

    .
    Gracias por la serie, maestro Darin; serie que deberé volver a ver, tal es su espesura.

    Si yo no admito conceptos como “Dios” o “alma” porque los sustituyo por “cerebro”, ¿qué me queda de la metafísica?, ¿puedo prescindir de ella?

    Un saludo desde España.

    🙂

  26. Mario · 22/07/2020 Responder

    Hola Darin. Lo primero que me queda claro al final de esta impresionante serie, es que el vasto territorio de la Razón fue colonizado por los geniales “ilustrados” del siglo XVII, con Immanuel Kant a la cabeza. Ellos ocupan, yo creo, un lugar destacadísimo en la búsqueda del conocimiento. Esta serie de 15 videos constituyen, a mi criterio, uno de los mayores aportes a la divulgación del pensamiento kantiano. Gracias por eso, profesor McNabb!

    Pero también quiero decir que el territorio del conocimiento va mucho más allá del de la razón iluminista ¿Qué hubieran dicho los geniales ilustrados del Siglo de las Luces si alguien les hubiera propuesto filosofar suprimiendo el pensamiento? ¿Qué queda del presuntuoso castillo de la Razón cuando da comienzo la experiencia del no-pensar? Hay mucho para estudiar y reflexionar allí

    Kant nunca supo que vivió su intensa vida intelectual negando la realidad de su vida interior. Su cerebro aplastó su corazón, metafóricamente, pero él ignoró esa realidad. Como el pez ignora al agua. Si las Emociones tienen millones de años de evolución en nosotros, el Pensamiento solo tiene algunos miles. Y si la experiencia exterior (o “fenómenos”) es relevante para el conocimiento, la experiencia interior (esto que sigue sucediendo en mí después de dejar de pensar) es radicalmente imprescindible

    Pero bueno. Allí se quedaron. Iluminados, extasiados, y tratando de captar a través del pensamiento lo que el pensamiento no puede captar. Esto es, la experiencia de Dios. “¡Dios es una experiencia que se vive, no un concepto que se razona!” parece seguir diciéndoles a los gritos el viejo Kierkegaard en un arrebato de pasión (amo a Kierkegaard!). El aporte de Kant a la Ciencia fue magnífico. Pero su aporte (y el de toda la Ilustración) y su responsabilidad en la construcción de un mundo más humano, todavía necesita ser analizado

    Gracias profesor McNabb por estimular estas reflexiones en nosotros. Usted es el Sócrates de nuestra ignorancia, nuestro Gran Facilitador del Conocimiento! Gracias!

    • Darin · 23/07/2020 Responder

      Muchas gracias por tus reflexiones Mario, las he leído todas pero por el volumen no pude contestar. Me dio mucho gusto ver que alguien los estudió de cerca y con seriedad. Te mando un fuerte abrazo!

  27. Carlos Pajonares · 01/12/2020 Responder

    Buenas noches Dr. Darin, en base a su exposición sobre la critica a la razón pura, podría entender que para Kan, la razón regula el entendimiento en la representación de los objetos a partir del alma como fuente del conocimiento a priori, es decir que para Kan el conocimiento puro procede de las representaciones a priori, porque no proceden de la experiencia exterior.

  28. Carlos Pajonares · 02/12/2020 Responder

    Dr. Darin, agradezco su atención a mi pregunta formulada; si es que se le puede llamar así. Y una disculpa por tan garrafal error, ciertamente Kant es su nombre correcto. Gracias.

  29. Santiago Jiménez Díaz · 30/12/2020 Responder

    Estimado Sr. Darin,
    he visionado sus videos varias veces con mucha atención, por partes para ir asimilando poco a poco sus explicaciones. La claridad y síntesis con las que ha expuesto la Crítica de la Razón Pura, demuestran por un lado el gran trabajo intelectual que ha realizado, y por otro lado una gran generosidad por todo el cariño que nos tiene (gente anónima de lugares oscuros y desconocidos, como decía Ortega y Gasset) y que se detecta, con sólo ver los videos y la pagina web, y su gran entusiasmo, fundamental para poder apasionarnos con la filosofía.
    Al leer los guiones que tiene escrito, me he dado cuenta que Kant, de algún modo preconizaba, la crisis de la modernidad, caracterizada por la fe en la ciencia. La imposibilidad de llegar con la Razón a Dios y a las cuestiones metafísicas, impiden que el hombre pueda delimitar su existencia desde perspectivas netamente científicas.
    Aunque el motivo de escribirle es para darle las gracias por hacerme meditar, con profundidad, aprovecho para preguntarle, ¿Cómo denomina a la época histórica en que nos encontramos), extinguida la Modernidad (hace 100 años o mas quizás?) Parece que esta nueva era filosófica, en la que me parece detectar un cierto desencanto general, ¿le pondría usted un nombre? y ¿Cómo la caracterizaría?
    un saludo muy afectuoso y trasmitir todo mi agradecimiento.
    Feliz Navidad y prospero año 2021
    (Nota, lo de prospero año es una expresión tonta, porque como bien saben los marinos, ningún viento es desfavorable para el que sabe a donde ir, mientras que ningún viento es bueno para el que no tiene rumbo al que dirigirse)

    • Darin · 30/12/2020 Responder

      Hola Santiago. Gracias por tu comentario. Me gustó eso que dijo sobre los vientos al final! En cuanto a cómo caracterizar nuestra época, es muy difícil. Estando en medio, uno no ve con claridad todos sus componentes. Quizá de aquí a 100 años tendrán alguna idea. De momento, me suena muy certero algo que dijo Marx hace ya tanto tiempo: “Todo lo sólido se esfuma en el aire”!

  30. Efrén Sandoval · 23/07/2021 Responder

    Lo terminé! pero la verdad me costó mucho, sobre todo la crítica de la razón, en cambio lo bello y lo sublime siento haberlo entendido, y me gustó. Me dan ganas ahora de atacar hacia Aristóteles ¿será que como en muchas cosas es mejor empezar por el principio?

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