Entre la ruinas de mi inteligencia

Hoy, lo que un poema y un novela me dejan ver sobre mi inteligencia.

Donativos con tarjeta de crédito: https://ko-fi.com/lafondafilosofica
Donativos depósito bancario: Banorte; CLABE 072840008940049751; Darin Michael McNabb

Guión

Hace unos meses me hicieron una entrevista en la cual la entrevistadora en algún momento me pidió que compartiera un poema favorito. El que me vino a la mente fue uno del poeta español Jaime Gil de Biedma. Hay otros que me gustan más pero por alguna razón fue éste el que compartí. Se llama De Vita Beata. Te lo leo:

En un viejo país ineficiente
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.

Le comenté a la entrevistadora que de alguna manera me identifico con el narrador del poema, y ella me dijo “Maestro, ¿cómo cree?, yo no veo su inteligencia en ruinas sino al contrario”. No recuerdo bien qué le respondí en la entrevista, pero he vuelto a pensar en este poema últimamente por un libro que acabo de leer. Se llama El Gatopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. La novela cuenta la historia de la familia aristocrática de Salina y de su patriarca – el Príncipe Fabrizio. Tiene lugar en el siglo XIX durante el proceso de la unificación de Italia, lo que los italianos llaman el risorgimiento. Es que, durante muchos siglos la Italia que conocemos hoy en día era un conjunto de pequeños principados, cada uno con su propio príncipe. En el siglo XIX, este viejo régimen, basado en el rango y el linaje, dio paso a un nuevo orden basado en una combinación de democracia representativa y economía capitalista. Este proceso es el trasfondo de la novela, el cual el lector aprecia a través de la experiencia de Don Fabrizio. Éste ve cómo esas grandes fuerzas van acabando con el estilo de vida que conocía, dejándole poco a poco precisamente como un noble arruinado. Uno de los detalles interesantes de la novela es que su autor, di Lampedusa, era el duodécimo Duque de Palma y el undécimo y último Príncipe de Lampedusa. Básicamente, estaba escribiendo una versión literaria de la historia de su familia y de sí mismo.
Pero uno no tiene que ser un noble para apreciar esta historia, ya que se trata de la vida misma, de la vida que a todos nos toca vivir, la vida con sus diferentes ritmos, etapas, y eventual declive. Es una bella y melancólica meditación sobre qué significa vivir. La frase más famosa de la novela la dice un joven que se llama Tancredi. A Don Fabrizio no le gustan esas fuerzas que están cambiando el mundo, el único mundo que conoce. Tancredi le dice, “Para que las cosas permanezcan igual, hay que dejar que las cosas cambien”. Parece un poco contraintuitivo, pero lo que quiere decir es que si uno se opone rígidamente al cambio, el cambio va a ganar tarde o temprano y la transición de un estado al otro va a ser demasiado brusco y destructor. Al ceder un poco la transición es más suave y no todo se pierde.
Bueno, la novela en general y esta frase en particular me llevó a pensar nuevamente en esa entrevista que me hicieron y el poema que compartí donde el narrador vive, como dice, como un noble arruinado entre las ruinas de su inteligencia. Es un sentimiento que va muy de la mano con la experiencia del Don Fabrizio de la novela, y también con mi propia experiencia. Como les había comentado, la persona que me entrevistó no estaba de acuerdo con esa opinión mía – en vez de ruinas, veía mi inteligencia en muy buenas condiciones. Pues, espero ahora explicarme un poco mejor.
Yo me considero “un noble arruinado”. ¿En qué sentido? Obviamente, no tengo un título aristocrático como tenía di Lampedusa. Sin embargo, él y yo compartimos un sentido más antiguo de la palabra “noble”. Etimológicamente, viene de la raíz indoeuropea – “gno” que significa conocer, como en la palabra ‘gnoseología’. Una persona o una familia noble es una familia bien conocida, conocida quizá por una hazaña de uno de sus miembros, o por una obra pública que han hecho. Por asociación, las generaciones posteriores se hacían acreedores del mismo reconocimiento y recibían por herencia el título de noble (como di Lampedusa). Yo también tengo un título pero no lo heredé sino que lo gané por méritos propios (una especie de hazaña quizá). Y no es nobiliario (no soy duque) sino académico (soy doctor). Entonces en cierto sentido, como di Lampedusa, soy un noble. Y como el protagonista de su novela y el narrador del poema, un noble arruinado.
En la novela, le ofrecen a Don Fabrizio ser senador en el nuevo estado italiano, una especie de sustituto democrático de su papel como noble, pero lo declina. Como dice el refrán – no puedes enseñar a un perro viejo nuevos trucos. Por las razones que sean, Don Fabrizio no puede aceptar el consejo que comentamos antes, dejar que las cosas cambien para que las cosas permanezcan igual. Es un perro viejo y prefiere vivir en las ruinas de su vida anterior que en una construcción nueva y funcional.
Me viene a la mente algo que Kierkegaard escribió en uno de sus diarios. Dice: “Antaño, la gente amaba la sabiduría . . . en la actualidad aman el título de filósofo”. Y yo agregaría “Hoy en día sólo aman el título”. No importa que sea de filosofía, historia, biología, con tal de que uno sea doctor. Y no extraña que la gente piense así, pues el sistema institucional sólo ve y mide lo que es cuantificable – ¿qué grado has alcanzado, cuantas publicaciones tienes, cuantas actividades administrativas has realizado? Para todo ello y para la compensación económica correspondiente no es necesario ser sabio sino sólo inteligente. La institucionalización y burocratización de la vida académica no es nada nuevo, sin embargo, cuando yo empecé a estudiar la filosofía aspiraba a ser como Sócrates, no un académico. Pues, fácilmente llegué a ser un académico, y durante años andaba en ese rol, tratando al mismo tiempo de volverme sabio, pero me di cuenta poco a poco que si ser como Sócrates es difícil, mucho más difícil es llegar a serlo dentro de la institución académica, al menos para mí. Por fin me di cuenta del trato que había hecho, parecido al que le habían ofrecido a Don Fabrizio, sólo que en vez de dejar de ser noble para ser senador, era dejar de ser filósofo para ser académico. Un par de años después, tras mucha reflexión, tomé la decisión como ya saben de salir de la academia.
Es en ese sentido que soy un noble arruinado, que vive ahora entre las ruinas de su inteligencia. La sensación de sentir la inteligencia como una ruina la tuve más que nada en los primeros meses después de renunciar mi plaza, pues de repente de un día a otro mi inteligencia dejó de emplearse como se había acostumbrado durante mucho tiempo. Sentía la fuerte necesidad de entender qué significaba ahora pensar, ser un intelectual. En su momento propuse entender mi nueva vida intelectual en términos de la metáfora de lo artesanal. Sigo reflexionando sobre eso, pero me doy cuenta que la propia metáfora de ruina también es muy sugerente y quizá más importante.
Una ruina son los restos de un edificio, típicamente antigua, que ha sufrido mucho daño o desintegración. De visita en una ruina, una de las primeras cosas que uno se pregunta es quienes habitaban este lugar y qué hacían aquí. Hay ciertas ruinas donde la respuesta es obvia, la de una iglesia o un castillo. Y hay ruinas muy famosas como Machu Picchu o Stone Henge. Antes de visitar a Machu Picchu leí mucho sobre el sitio, las excavaciones, los Inca y lo que opinaban los arqueólogos y antropólogos sobre su significado. Gracias a todo eso creo que tuve una experiencia más rica y completa del sitio.
Sin embargo, me gustan más las ruinas no tan conocidas, cuya finalidad original no es tan patente, no porque lo hace más misterioso y romántico, sino porque resalta su materialidad. Si nos fijamos en el binomio aristotélico de materia/forma, una edificación está hecha de cierto material – de piedra o madera, por ejemplo – pero estructurada y formada de tal manera que cumpla un fin, no sé, procesar café o suscitar la adoración religiosa. El tipo de ruina que me gusta es donde no se sabe ese fin o forma, donde lo único que queda es la materia. Bueno, Aristóteles dice que la materia nunca se encuentra por ahí tal cual, sino que siempre tiene cierta forma, digamos piedras colocadas una sobre otra para formar una pared. Esa forma espacial encontramos en la ruina pero no la forma funcional, la intencionalidad tras la colocación de las piedras que daba vida a este sitio. La ruina carece de eso y es justo eso lo que me llama la atención. La pura materialidad se destaca y revela cierta potencia. Por potencia no me refiero a una fuerza de la naturaleza. En Ankor Wat en las junglas de Camboya la naturaleza está poco a poco apoderándose de las famosas ruinas del imperio Jemer, y justo ahí se distingue la potencia de las ruinas que aún no sucumben, algo colocado entre las fuerzas de la naturaleza y el artificio humano. Es como si las ruinas indicaran el mundo humano pero sin simbolizarlo, señalando la potencia de lo posible, de una posibilidad que no se actualiza con cierta forma.
Aquí me ves entre las ruinas de Ankor Wat. Ankor Wat es un sitio arqueológico, las ruinas son físicas. ¿Y las ruinas de mi inteligencia? ¿Cómo es posible encontrarme o vivir entre esas ruinas? ¿Dónde están? He resaltado hasta ahora la materialidad de las ruinas arqueológicas. La inteligencia sin embargo no es una cosa, un sitio, sino una capacidad. Como los Inca abandonaron a Machu Picchu, yo he abandonado mi inteligencia, he abandonado una capacidad. ¿Qué significa eso? Pues no significa que haya dejado de pensar, sino sólo de pensar de cierta forma, de la misma manera que los que abandonaron Machu Picchu no dejaron de vivir, sino sólo que lo hacían en otros sitios bajo nuevas condiciones. En mi caso, las condiciones bajo las que pensaba, la forma en la que mi inteligencia operaba, eran las del sistema académico. En los primeros meses después de abandonar el mundo académico y su lógica, experimenté mi inteligencia como algo que no servía, precisamente como una ruina. Al quitarle esa forma, ¿vi en ella su lado “material”? ¿Tendrá la mente o la inteligencia componentes básicos que pueden relacionarse o emplearse de diferentes formas? No sé.
Sin embargo, me parece muy sugerente lo que dice Kant en La crítica del juicio donde habla de la experiencia de lo sublime. Dice que las facultades mentales del entendimiento y la imaginación tienen que relacionarse para producir conocimiento, la imaginación sintetizando y entregando una intuición y el entendimiento aplicándole conceptos. Pero en ciertas situaciones, concretamente, situaciones estéticas, las dos no logran engranarse; la imaginación no logra captar una intuición por lo que el entendimiento no tiene nada al que aplicar un concepto. Las dos facultades dan vueltas la una sobre la otra, pero de forma inútil, al menos desde un punto de vista epistémico. Kant llama su interacción entre sí un juego libre, es decir, libre de algún concepto que produjera conocimiento. Esta ruina epistémica sin embargo tiene su valor estético ya que produce la sensación que llamamos sublime. A lo mejor lo que se destaca en las ruinas de la inteligencia no es la materialidad sino su sublimidad. No sé.
Ya estoy empezando a decir tonterías. Quizá todo esto haya sido una tontería, pero bueno, supongo que es propio de un arruinado. La ventaja de vivir entre ruinas es que nadie espera que digas algo importante, lo cual, al quitarle la presión a uno, le permite decir con mucha libertad lo que venga a la mente, entre ello muchas tonterías, pero también, muy de vez en cuando, una que otra chispa que enciende la inteligencia de la que brota una belleza como El Gatopardo. Ojalá alguien te lo regale esta Navidad, y si no pues que lo consigas como sea porque es muy buen libro.
Bueno, hoy es el 23 de diciembre. Mañana muchos de ustedes van a estar cenado muy rico con seres queridos. Les deseo felices fiestas y por supuesto – buen provecho.

Descargar guión en PDF

Audio
Descargar audio aquí

Música de la intro: La canción se llama “Ambience Musettienne” del album Simply Musette de Alexa Sage.

Música de la outro:  ZAPATEADITO OAXAQUEÑO II . Arodi Martinez S.  https://www.youtube.com/watch?v=qIcnUTBSOfw

38 Comments

  1. Sandra · 23/12/2023 Responder

    Gracias por tu transparencia, Darin. Hace mucha falta. A mí me gustó mucho la reflexión de hoy, gracias. Un abrazo.

    • Darin · 23/12/2023 Responder

      Que bueno que te gustó Sandra 🙂

      • Luisamaria · 13/02/2024 Responder

        Gracias, Señor, por el día,
        por tu mensaje de amor
        que nos das en cada flor;
        por esta luz de alegría,
        te doy las gracias, Señor.

        Gracias, Señor, por la espina
        que encontraré en el sendero,
        donde marcho pregonero
        de tu esperanza divina;
        gracias, por ser compañero.

        Gracias, Señor, porque dejas
        que abrase tu amor mi ser,
        porque haces aparecer
        tus flores a mis abejas,
        tan sedientas de beber.

        Gracias por este camino,
        donde caigo y me levanto,
        donde te entrego mi canto
        mientras marcho peregrino,
        Señor, a tu monte santo.

        Gracias, Señor, por la luz
        que ilumina mi existir;
        por este dulce dormir
        que me devuelve a tu luz.
        ¡Gracias, Señor, por vivir!

  2. @esmetaphora · 23/12/2023 Responder

    Gracias por tus siempre amables reflexiones, querido Darín. Abrazote fuerte desde Querétaro y unas felices fechas para ti <3

  3. Oswaldo · 23/12/2023 Responder

    Serás con Jericó…tantas veces ruina y siempre habitada?

  4. Sergio Santiago Rivera · 24/12/2023 Responder

    Hola Darin, me gusta La Fonda Filosofica, porque de ella recibo información que cada noche examino y vuelvo a examinar. Es un lugar generoso que valoro mucho porque compartes la reflexión con tus lectores. Es como un faro que me guía a salir de una rutina donde no pasa nada en la vida.
    Te envio una estrofa de la cancion popular “Gracias a la vida” de Violeta Parra:

    Gracias a la vida que me ha dado tanto
    Me ha dado el sonido y el abecedario
    Con él, las palabras que pienso y declaro
    Madre, amigo, hermano y luz alumbrando
    La ruta del alma del que estoy amando

    Muchas gracias Darin por darnos mucho. Y mis mejores deseo en esta “Noche buena” y feliz navidad.

  5. Alminar · 24/12/2023 Responder

    Si tuviera que escoger un poema, sería éste:

    De una dama era galán
    un vidriero que vivía
    en Tremecén, y tenía
    un grande amigo en Tetuán.
    Pidióle un día la dama
    que a su amigo le escribiera
    que una mona remitiera.
    Y como siempre quien ama
    se desvela en conseguir
    lo que su dama le ordena,
    por escoger una buena,
    tres o cuatro envió a pedir…
    Él “tres o cuatro” escribió
    en guarismo, el majadero;
    y como es allí la “o” cero,
    el de Tetuán leyó:
    “Amigo, para personas
    a quien tengo voluntad,
    ruego al punto me enviad
    trescientas y cuatro monas”.
    Hallóse afligido el tal;
    pero mucho más se halló
    el vidriero cuando vio
    contra su frágil caudal,
    dentro de muy pocos días,
    apearse con estruendo
    trescientas monas haciendo
    trescientas mil monerías.

    Felices fiestas a todos todo el año.

    • Miguel Korenko · 24/12/2023 Responder

      Estimado Darín
      Cómo siempre muy inspirador tu mensaje….
      Me pregunto si con las ruinas de la inteligencia se ha perdido la razón y la búsqueda de la sabiduría…no es casual que la sociedad carezca de auténticos maestros espirituales y la humanidad esté más alienada….
      Muchas felicidades para ti y prospero año nuevo!!!
      Un gran abrazo

  6. Carlos Salinas (Brigantinus) · 24/12/2023 Responder

    Las ruinas que son visitadas no son simple ruinas; tienen algo más, quizá porque mantienen la presencia humana. En el caso de un doctor que ha abandonado la Academia, también mientras siga oído su ruina es algo más. ¡Feliz ruina!

  7. Rafa · 24/12/2023 Responder

    Muy inspirador como siempre. En la parte final me venía al recuerdo un libro de otro italiano. Nuccio Ordine, el título es la Utilidad de lo Inútil. Maestro Darin, se lo recomiendo si no lo conoce. Le agradezco mucho su trabajo y le deseo felicidad en este solsticio de invierno. Desde Granada en España.

  8. Ciro Annicchiarico · 24/12/2023 Responder

    Apreciado Darin. Hacés referencia a “las ruinas de la inteligencia” en que el noble de Gatopardo se describe y en la que a su vez considerás que te encuentras. En tu interesante desarrollo, que culminás sugiriendo que pueden tratarse de tonterías -que para nada lo son, a mi criterio- queda en el aire la idea pendiente de aclarar a qué te referís con ese concepto de “inteligencia”. Sabemos que no se trata de un concepto unívoco sino polisémico, que encierra por lo menos dos acepciones: inteligencia es capacidad de resolver problemas, pero también significa capacidad de comprender. Entonces, ¿cuál de las dos inteligencias es la que en en el caso de Don Fabrizio y en tu caso, es la que está en ruinas? Creo, humildemente -y lo más probable es que esté equivocado- que de las reuinas de que se trata en ambos casos es la de la capacidad de entender, de comprender. Algo así como que en este estructurado mundo de títulos y de reconocimientos académicos, en que las cosas cambian para seguir igual (pocos poderosos y millones de esclavos ha habido siempre, solo que bajo distintos formatos), tanto Don Fabrizio retirándose de la nobleza como vos de la academia, han decidido aceptar vivir en las ruinas, no de la capacidad de pensar, sino de la comprensión de las cosas. ¿Habito el error?
    Muy felices fiestas, de ser posible en este mundo injusto y lleno de locos. En mi país la mayoría intoxicada por el bombardeo mediático y de las redes antisociales, acaba de elegir uno de ellos, que dice hablar con perros y economistas muertos, tiene por pareja a su propia hermana a la que llama “El jefe” y dice recibir su mandato del cielo. Pero creo que no es solo mi país, sino la mayoría en el mundo que ha perdido la capacidad de pensar, según la primera acepción.

    • Darin · 24/12/2023 Responder

      Hola Ciro. La cuestión de la inteligencia es todo un tema. No era propio tratarlo aquí, sino sólo señalar que puede tener diversos usos o empleos, cosa que comenté en el vídeo, y que cuando se retira de ese empleo se encuentra quizá en un estado de ruinas, aunque sea sólo durante un corto tiempo.

  9. Claudia · 24/12/2023 Responder

    Tal vez pudieses considerar, que en las ruinas de tu inteligencia, sigue presente un vinculo, aquel que nos llama a verte, escucharte o leerte en cada entrega, aún cuando ya no hay nada institucional, y eso me parece sublime.

    Saludos y felices fiestas.

  10. Joan · 24/12/2023 Responder

    Hola Darín,

    Si tuviera que elegir un poema sería el siguiente:

    La madre

    Es la cosa más bendita de la tierra,
    es la cosa que los hombres más queremos,
    es el único cariño que no engaña,
    es un ángel desprendido de los cielos.

    Hacen mal los que dicen que están solos
    que a su lado, con el alma o con el cuerpo
    siempre está la mujer buena de ojos dulces,
    siempre está la dulce madre sonriendo.

    En la iglesia está una madre junto a un cirio,
    otra madre despacito marcha al huerto,
    otra madre corta el trigo allá en las mies,
    otra madre mira en el balcón a lo lejos.

    En la mies, en el balcón, en la iglesia
    a la madre siempre ocupa un pensamiento
    los hijos de su alma, las rosas de su seno.

    Verdad, verdad cien veces
    que la madre es lo más bueno
    porque la madre es ángel,
    porque la madre es cielo,
    porque la madre es luz,
    y es ternura y es gorjeo,
    y al tenerla poseemos lo más grande
    y al perderla se nos pierde lo más bueno.

    Sin la madre no hay canciones en la vida,
    sin la madre es el hogar un cementerio,
    sin los ojos de la madre nuestro sol
    nos deja los caminos siempre negros.

    Irá el hijo por la tierra con los bueyes,
    irá el hijo por los mares marinero,
    irá el hijo por la tierra en las trincheras,
    mas con él irá la madre de ojos dulces,
    mas con él irá la madre con un beso.

    Cuando entierres a una madre, enterrador,
    echa encima poca tierra, te lo ruego,
    para que llegue hasta nosotros el perfume
    de los lirios marchitados de sus huesos.

    Que seremos en la vida, cualquier cosa,
    que tendremos un arado o acaso un cetro,
    mas seremos los mas tristes de la vida
    si a una madre no tenemos,
    que en el trono, en el taller
    o hasta en la tumba
    necesitamos de sus ojos, de sus besos.

    Verdad, verdad cien veces
    que la madre es lo más bueno
    porque la madre es ángel,
    porque la madre es cielo,
    porque la madre es diosa,
    diosa sí, diosa hecha flor
    diosa en pequeño,
    y al tenerla poseemos lo más grande
    y al perderla se nos pierde lo más bueno.

    Mercè Rabassó i Verdaguer (1941-1999)

    Te deseo una Feliz Navidad y un próspero año nuevo.

    Saludos,
    Joan

    • Alminar · 28/12/2023 Responder

      “Madre no hay más que una…” afortunadamente. Todo hombre sólo soporta a una gran neurótica en su vida. Creo que “sobrevivir a la madre” fue el décimo tercer trabajo de Hércules.
      Mucho daño ha hecho el catolicismo.

  11. Juan Carlos · 24/12/2023 Responder

    Que bellas formas construye tu sinceridad, Darin. Agradezco todos estos años que llevas compartiendo con el mundo. Haz abierto tantas oportunidades para sentir y pensar con una claridad y cercanía que no es habitual. Un abrazo.

  12. Godofredo Aravena · 24/12/2023 Responder

    Darin
    Hablar de las “ruinas de la inteligencia” es muy poético, mucho, pero muy poco coherente con la realidad.
    Partiendo por el hecho de que no hay un acuerdo sobre qué es la inteligencia, lógicamente, resulta poco coherente hablar de “ruinas” de algo que ni siquiera tiene una forma cómo definición. A la vez, la inteligencia tampoco tiene forma material. Las ruinas siempre implican lo material.
    Las habilidades duras (como un título académico) son poco importantes en la realidad, ellas, en mi modelo del humano, no son directo indicio de mayor capacidad inteligente. Son las habilidades blandas, las que nos permiten hacer un uso de las habilidades duras y lo que ellas impulsan y logran las que al final terminan hablando de una mayor “inteligencia”.
    No porque se cambia de rumbo en la funcionalidad de la vida, y por ello, habilidades duras que antes tuvieron sentido, tal parece que hoy no las tienen, se puede hablar de “ruinas de inteligencia”. He cambiado el rumbo de mi vida varias veces, y nunca las habilidades duras adquiridas han dejado de tener sentido y ser de utilidad. Ellas siguen siendo lo que siempre son, un valioso y útil complemento.
    Mientras se está vivo, y la cabeza está plenamente funcional, no se puede hablar de ruinas de la inteligencia.
    Me parece que hablar de noble arruinado tampoco resulta adecuado. Un noble se autodefine a partir de un título (nobiliario), es decir, el título es todo lo que le confiera valor a su persona. Haciendo la analogía, ello implicaría que, al tener un título académico, uno vale solo por ello. Bueno, lo entiendo, la academia es así, muy superficial. Pero, en el mundo real, un título académico es casi un accidente, pues el mundo real es de resultados, hechos concretos, materiales y obras, cuyo valor se desprende de su aporte al sistema. En ello, creo que cada uno de nosotros tiene mucho que aportar, si se lo propone y se tienen las habilidades blandas necesarias.
    Ni ruinas de la inteligencia ni noble arruinado.
    Te tiras demasiado al suelo.
    Feliz Navidad, mis mejores deseos para el año que viene.

    • Darin · 24/12/2023 Responder

      Hola Godofredo. Imposible defenderme ante tu fino análisis lógico! En todo caso, no me retracto, jaja. Felices fiestas!

  13. Jose · 24/12/2023 Responder

    Estimado Darin:
    Hace mucho tiempo que leí el Gatopardo. La famosa frase que citas es un resumen no solo valida en esa época, se extiende hacia adelante y hacia atrás. El mundo cambia, mucho, aparentemente, pero lo que cambia son las formas, no los resultados que permanecen cabezonamente muy similares a lo largo de la historia. Siempre hay dos caras en todo cambio, pero el poder está siempre dispuesto a actualizarse, o incluso a ser el motor del cambio, para que el control no se les escape de sus manos.
    Tu valentía ha sido escaparte de sus manos. Te sientes en “ruinas”, porque, quizás, ya no tienes sobre ti la “adrenalina” y el “cortisol” del stress . Para construir o edificar algo, aún cuando sea inútil o pura divagación, se requiere un poco de stress (“motivación”) y disciplina. Creo que es interesante, para los demás que te seguimos, el/los camino(s) que exploras y la honradez con la que abiertamente planteas tus dudas.
    Siento que tus dudas sobre la ruina de tu inteligencia no se refieren a tu conocimiento. Sigues con iguales capacidades intelectivas, o más, aunque las notes disipadas en diferentes “viajes”. Ya no tienes la exigencia de producir un “paper” con numerosas citas. Más bien si te entiendo, crees que quieres lo que intuyo denominas, la sabiduría. Término que agradecería que un día tocaras en extenso en uno de tus episodios de “la fonda”. Sería un manjar exquisito, seguro.
    Estoy leyendo un libro de Lev Tolstoi. te copio una frase de una carta a ROMAIN ROLLAND:
    “No es en el conocimiento de las cosas en lo que estriba la sabiduría humana. Hay un sinfín de cosas que no podemos saber. No radica en eso la sabiduría, en saber cuanto más mejor. La sabiduría humana estriba en el conocimiento del orden en que es necesario saber las cosas; consiste en la maestría para distribuir nuestros conocimientos en consonancia con su grado y su valor.”
    Feliz Navidad y que el 2024 nos paz y salud a todos. Jose

    • Darin · 25/12/2023 Responder

      Hola Jose. Gracias por tus palabras y por la lindas cita a final, muy buena! Te mando un fuerte abrazo navideño 🙂

  14. José · 25/12/2023 Responder

    He visto varias maneras de explicar cómo funciona la aventura vital de la búsqueda, pero no supe de un camino que combinara la experiencia de la ansiedad con la experiencia de lo sublime. Gracias Darin, por este regalo que nos traes de la mano de Kant.

    A mis 77 años, entiendo fácilmente que el mundo que habité no es el mundo que habito. Estoy viviendo la aventura de intentar que mi entendimiento y mi imaginación combinen mejor la ansiedad y la maravilla de la vida consciente. Me resulta inspiradora la propuesta de Kant, de colocar la inteligencia (sea ella lo que fuere) en los caminos de la ética y la estética.

    Gracias otra vez, estimado Darin.

    • Darin · 25/12/2023 Responder

      Hola José. Me da mucho gusto saber que a sus 77 años se ocupe de estos pensamientos y preocupaciones. Le mando un fuerte abrazo navideño!

  15. Juan Berhau · 26/12/2023 Responder

    Embarcarse en aquellas aguas de incertidumbre que, una vez desprendidos de lo seguro, nos conducen a través de lugares no siempre elegidos, es un acto de liberación a celebrar.
    Dejar de vernos a través de lentes ajenos, si bien al principio es desconcertante, finalmente nos muestra tal cual somos.
    No es, seguramente, el camino soñado originalmente en nuestra juventud.
    Y sin embargo posee una fuerza que por real es tan potente como perturbadora.
    La filosofía debe ser una forma de vida.
    Artesanal, ruina o lo que mañana sea, esa es la dirección elegida libremente.
    Ergo… esa es la dirección.
    “Navigare necesse est”
    Noble abrazo

  16. Daniel von Matuschka · 26/12/2023 Responder

    ¡Gracias por el valioso aporte de su reflexión, noble Dr. McNabb! Lo he aprovechado de modo enriquecedor.

    Me gustaría comentarle mi propia experiencia académica en relación a la suya. Preferiría, empero, hacerlo por mensajería privada. A tal efecto, si Ud. gusta y acepta, le dejo mis datos personales en el formulario a modo de envite.
    Saludos y buenos deseos navideños
    D.v.M.

  17. Claudia · 26/12/2023 Responder

    Interesante reflexión Darin. Gracias por compartirla.

    En cuanto a las ruinas físicas,da que pensar la gran diferencia entre aquellas abandonadas por voluntad o por búsqueda de un cambio sustancial y aquellas que surgen dramáticamente e impuestas por la violencia, como son las ruinas de Gaza en estos terribles momentos.

    Quizá en alguno de tus vídeos futuros nos compartas tu punto de vista sobre la capacidad destructiva y de crueldad del ser humano, no necesariamente enfocado a algún genocidio en particular sino sobre el tema de la deshumanización y destrucción en general… Me resulta desesperanzadora la deriva del mundo actual, así que si arrojases un poco de luz sobre ese asunto, te lo agradecería mucho.

    Un afectuoso saludo desde España.

    • Darin · 30/12/2023 Responder

      Hola Claudia. Interesante la distinción que haces. A mí me preocupa tmb la deriva del mundo. Traté un poco el tema que sugieres en un vídeo reciente que se llama “La fuerza”, pero mucho más puede decirse.

  18. José Álvaro Flores · 27/12/2023 Responder

    Gracias por compartir tus reflexiones, que conducen a reflexionar sobre cada uno de los temas que manejas de manera ilustre.
    Un abrazo fuerte

  19. Verónica Villa Arias · 28/12/2023 Responder

    Querido Darin,
    Es la primera vez que te dejo un mensaje, hace muuucho que debía haberlo hecho, porque escucharte, desde que descubrí La Fonda, ha sido muy importante para mis reflexiones de vida y de trabajo. Gracias infinitas por tu generosidad y transparencia. Cada vez me parece más profundo y universal lo que compartes. El post sobre ChatGPT lo he citado muchas veces. Y así ejemplos interminables. Ojalá que pases un buen fin de año y que 2024 te traiga muchas satisfacciones. Sigo siguiéndote.

  20. Alejandro Jahén · 28/12/2023 Responder

    Estimado Darin.
    De casualidad, alguna vez, me apareció el podcats La Fonda filosófica en Spotify. Quizá no tanta casualidad, puesto que en los últimos tiempos me he interesado mucho por la filosofía, particularmente por la ética. Soy médico geriatra, especialista en atención de las personas mayores, y en esta rama de la medicina, como en muchas otras, con frecuencia nos topamos con varios dilemas éticos y bioéticos. El acercamiento a la filosofía me ha sido de mucha utilidad para dar mejor cause a estos dilemas (bueno, no sé bien si un mejor o peor cause, tal vez menos impestivo).
    Escribo esto para agradecer por todo ese maravilloso trabajo con La Fonda. Varias veces he detenido el coche para aplaudir, para sonreir, para disfrutar alguna u otra frase que de pronto se enaltece en medio de esa obra de arte que es cada episodio de La Fonda.
    Espero pronto poder visitar Veracruz y coincidir en un espacio y tiempo.
    Con afecto: Alejandro Jahén.

  21. Mario Balzarini · 29/12/2023 Responder

    Hola Darin. No sé qué pueda significar para tí la imagen de una “inteligencia en ruinas” pero mi caso me ha provocado una sensación incómoda relacionada con la falta de un “para qué” que le dé sentido a la vida. Sé que tu cuestionamiento al academicismo es radical. Y sé que en todas tus metáforas, ideas y conceptos, expresas lo que eres con una sinceridad admirable. Graciaspor hacernos pensar! Feliz 2024!

  22. Luisamaria · 13/02/2024 Responder

    Eres la onda DARIN Miguel: en casa, mi esposo y yo te queremos muchísimo Amigo nuestro. Feliz San Valentín y Año Nuevo del Dragón de Madera 2024. Es muy chido por donde transcurres ahora.
    Te compartimos un poema espeso de San Juan de la Cruz duro de pelar. Cordialmente: luisamaria&jorgeeduardo desde Zapopan.

    Para venir a gustarlo todo

    no quieras tener gusto en nada.

    Para venir a saberlo todo

    no quieras saber algo en nada.

    Para venir a poseerlo todo

    no quieras poseer algo en nada.

    Para venir a serlo todo

    no quieras ser algo en nada.

    ________________________________

    Para venir a lo que gustas

    has de ir por donde no gustas.

    Para venir a lo que no sabes

    has de ir por donde no sabes.

    Para venir a poseer lo que no posees

    has de ir por donde no posees.

    Para venir a lo que no eres

    has de ir por donde no eres.

    ________________________________

    Cuando reparas en algo

    dejas de arrojarte al todo.

    Para venir del todo al todo

    has de dejarte del todo en todo,

    y cuando lo vengas del todo a tener

    has de tenerlo sin nada querer.

    ________________________________

    En esta desnudez halla el

    espíritu su descanso, porque no

    comunicando nada, nada le fatiga hacia

    arriba, y nada le oprime

    hacia abajo, porque está en

    el centro de su humildad.

Dejar comentario