Kant, lo bello y lo sublime, pt. 4/6

“La crítica del juicio” tuvo un enorme impacto en el romanticismo y en la estética en general. Aquí se revisan las ideas básicas de su planteamiento. En esta cuarta parte seguiremos con el análisis de la noción de “finalidad sin fin” y terminaremos con el cuarto momento sobre el carácter necesario de los juicios de gusto.

Guión

Hasta ahora hemos visto tres características de un juicio de gusto: son desinteresados, universales, y encierran una finalidad sin fin.  En el vídeo anterior empezamos el análisis de esta última idea y todavía no terminamos.

Volvamos entonces a esta frase, “finalidad sin fin”.  Es importante que no nos fijemos en el fin del objeto que juzgamos bello, o al menos que el fin no determine el placer que sentimos al contemplar el objeto.  ¿Por qué?  Porque si el gusto que sientes en un objeto va en función de su utilidad, pues eso implica un interés.  Acabas juzgando el objeto según una inclinación privada patológicamente determinada.  Como hemos visto, el juicio de gusto es desinteresado.  Lo único que importa es la presentación del objeto y cómo afecta a las facultades de la imaginación y el entendimiento.  Pero aunque hacemos caso omiso del fin, el objeto tiene que encerrar finalidad.  ¿Qué es eso?

¿Alguna vez has estado caminando y ves algo en la distancia pero no estás seguro de qué es?  Entrecierras los ojos pero aun así no lo identificas.  Sabes que tiene que ser algo y si sólo te acercaras sabrías qué es.  En otras palabras, desde donde estás no sabes qué es, no puedes determinar su fin, pero sabes que algún fin ha de tener.  A esta distancia el objeto ambiguo tiene finalidad porque capta tu atención y mantiene a tus poderes cognitivos en un estado de suspenso, incapaces de engancharse y emitir un juicio conceptual.  Ese carácter de finalidad es precisamente lo que tiene la obra de arte para Kant.  Vimos en la sección 9 que el juego libre entre la imaginación y el entendimiento que el objeto suscita, debido a la finalidad que encierra, es lo que produce el placer que sentimos y en base al cual juzgamos el objeto bello.  En la sección 12 dice Kant que ese placer tiene cierta causalidad, a saber, “la de conservarnos en este estado ante la representación y de mantener las facultades del conocimiento ocupadas sin intención ulterior alguna.  Dilatamos la contemplación de lo bello porque esa contemplación se refuerza y reproduce a sí misma.”  ¡Lo que dice Kant aquí es maravilloso!  Lo mágico de una experiencia estética se debe a esta dinámica tan delicada y efímera.

Además de la noción de finalidad sin fin, Kant habla también en este tercer momento del aspecto formal del juicio de gusto.  La estética de Kant es formalista, lo cual quiere decir que el juicio se fija en la forma o composición del objeto, no en la naturaleza de sus elementos.  En la sección 14 dice que en las bellas artes el diseño es lo esencial.  El gusto estético va en función no de lo que nos agrada en la sensación sino meramente de lo que nos gusta por la forma.  Como ejemplo, dice que los colores que iluminan una pintura pueden hacer que el objeto sea vivo para los sentidos pero no lo pueden hacer bello.  Aquí tenemos una famosa obra de Andy Warhol.  Los colores de los que está compuesta no contribuyen al diseño formal de la obra como veremos si lo comparamos con esta obra.  Mismos colores pero otro diseño.  O esta obra.  En los tres casos el diseño es distinto por lo que tenemos una apreciación distinta de la belleza de cada uno.  Y si comparamos tres variantes de la misma obra de Warhol, vemos que los diferentes colores no cambian nuestra apreciación.

Podemos entender este aspecto formal de la obra en términos espaciales o temporales.  En obras visuales como la de Warhol, se trata del dibujo de una figura, en este caso el rostro de Marilyn Monroe.  Para obras que ocupan tiempo, como la música, se trata de la composición o arreglo de elementos, como notas, sobre el tiempo.  Escucha esta frase musical.  Y ahora en otra clave.  Por ser diferentes claves los sonidos son distintos pero no importa desde un punto de vista estético porque formalmente es la misma canción.  Tampoco importaría que se tocara con la flauta o la guitarra porque lo que importa es la composición o relación de las notas entre sí sobre el tiempo.

Kant termina el tercer momento en la sección 17 donde dice que no puede haber ninguna regla del gusto que mediante conceptos determine lo que sea bello.  Eso ya lo sabemos porque lo que determina el juicio de gusto no es el concepto del objeto sino el sentimiento del sujeto.  Así que, no puede haber ningún principio del gusto tal como lo es para el conocimiento.  Si existiera tal principio sería posible poner a alguien delante de una obra y convencerle o obligarle a sentir placer.  Eso, sin duda, es absurdo.  Si quiero sentir el placer de comer tacos, lo tengo que hacer yo.  Nadie me los puede degustar en mi lugar.  Del mismo modo el gusto estético es una habilidad que uno mismo tiene que desarrollar.  Por supuesto, el placer en lo bello no proviene del estímulo patológico como en los tacos sino de la manera en que la presentación de la forma del objeto ocupa las facultades de conocer.  El artista ha creado la obra de tal forma que la imaginación y el entendimiento no llegan directamente y con facilidad a embragar la una con la otra en un juicio lógico sino que se encuentran en un estado indeterminado de juego libre entre sí.  Ese juego, posibilitado por la finalidad del objeto cuyo fin se ignora, es lo que produce el placer en base al cual juzgamos el objeto bello.

Como de costumbre, Kant termina este momento con su correspondiente definición de lo bello.  Dice, “Belleza es la forma de la finalidad de un objeto en cuanto es percibida en él sin la representación de un fin.”

Pasemos ahora al cuarto y último momento de su análisis.  Aquí Kant quiere sostener que los juicios de gusto son necesarios.  Volviendo al ejemplo de los tacos, puedo decir que de hecho me provocan placer, pero ese placer es contingente.  De casualidad se da en mi caso pero no era necesario que me gustaran.  En cambio, lo bello guarda una referencia necesaria con el gusto.  Dice Kant que es una necesidad de tipo especial.  Sabemos que los juicios cognitivos proceden con un principio objetivo.  Si haces el juicio de acuerdo con el principio puedes afirmar que el resultado del juicio es necesario.  Al otro extremo son los juicios empíricos del mero gusto de los sentidos (otra vez, el ejemplo de los tacos).  Estos juicios no manejan ningún principio y por tanto uno no puede afirmar que el juicio “Me gustan los tacos” sea necesario.  En mi caso se dio así pero eso es meramente contingente.  En medio de estos dos extremos es el juicio estético.  Maneja, en efecto, un principio, pero es subjetivo, no objetivo.  Este principio determina lo que gusta o no, no por conceptos sino por el sentimiento.

Ahora bien, uno podría pensar que un principio subjetivo basado en el sentimiento sería igual al caso de los tacos.  Pero no es así para Kant ya que, como vimos en la sección 9 que es la más importante para él, el gusto que sentimos no es un gusto de los sentidos, como lo es para los tacos, sino un gusto de reflexión.  Lo que determina el placer no son las papilas de la lengua sino las facultades del conocer, la imaginación y el entendimiento.

Dice Kant que la necesidad que caracteriza los juicios de gusto se basa en un principio subjetivo que no es más que el juego libre que se da entre la imaginación y el entendimiento cuando se encuentran ante un objeto bello.  Esta relación que se da entre las facultades de conocer la llama un sentido común y es precisamente este sentido común lo que constituye el elemento a priori que permite la universalidad de los juicios de gusto.  Lo permite, sostiene Kant, porque la relación en la que se encuentran las facultades ante un objeto bello es la condición de posibilidad de cualquier otra forma de relacionarse, incluso la que posibilita los juicios cognitivos.  Si estos últimos son universalizables, entonces los otros lo son también.

La definición de lo bello que Kant deduce de este cuarto momento es la siguiente: “Bello es lo que, sin concepto, es conocido como objeto de una necesaria satisfacción.”  Con esto cerramos los cuatro momentos de la Analítica de lo bello.  Antes de pasar a hablar de lo sublime quiero, en el siguiente vídeo, hablar de algunas secciones posteriores en las que Kant habla sobre el arte en general, el arte fino, y el papel del genio, cosas que influyeron mucho en el movimiento romántico posterior.

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16 Comments

  1. Karu · 03/11/2013 Responder

    Hola Darin,

    ¿Para Kant cualquier obra de arte tiene potencial para ser Bella? Si cualquier obra puede transmitir esa finalidad sin fin que configura la Belleza entonces, ¿cualquier cosa del mundo también tiene ese potencial para él? Si fuera así, ¿la filosofía de Kant no sería cercana al panteísmo o incluso al zen, donde todas las cosas del mundo son manifestaciones de la totalidad y por lo tanto bellas?

    En youtube me contestaste que lo Bello no se halla potencialmente en cualquier cosa, pero entonces, ¿no todas las cosas pueden tener finalidad sin fin? Es decir, ¿no podemos ver todas las cosas como bellas universalmente porque hay cosas que tienen un fin muy marcado (como un diseño comercial o una silla)? ¿Para Kant no es posible eliminar los fines establecidos para concentrarnos en su finalidad (como los ready-made de Duchamp o las obras pop de Warhol) y así captar cualquier cosa como bella?

    Muchas gracias.

    • Darin · 04/11/2013 Responder

      Para Kant, toda obra de arte es por definición bella, de otra forma no sería arte. Pero claro, hay muchos intentos de hacer arte que no logran serlo, por ejemplo, muchos poemas escritos que son malos porque no son desinteresados, porque muestran demasiado la aplicación de “reglas de escuela”, o quizá porque manifiestan burdamente un fin de comunicación más parecido a un reportaje de periódico. La forma u organización del material (sea auditivo, lingüístico, o auditivo) es clave. No cualquier organización del material basta para encerrar las cuatro cualidades que señala Kant. Tomemos el ejemplo de un reportaje sobre la pobreza en México. En el reportaje las palabras tienen un fin informativo. Hay datos y cifras que podemos entender de formar teórico y checa por nuestra cuenta. Ahora, tomando las misma palabras del reportaje podrías reorganizarlas para crear un poema sobre la pobreza. Aquí el fin informativo es coartado, pero sin embargo guardan cierta finalidad, sólo que no lo podemos concretar. En esta indefinición surge la sensación de belleza, una apreciación estética (mas no teórica) de la pobreza. Cualquier material puede usarse en una obra de arte, pero lo que lo hace arte y bello es su organización según los criterios de Kant. Espero esto te ayudo!

      • Karu · 04/11/2013 Responder

        Muchas gracias Darin! Me ayudan mucho tus explicaciones. Lo que pasa es que siempre intento relacionar los filósofos y a veces me lío. Por ejemplo, el hecho de que cualquier obra de arte sea bella no entroncaría un poco con las teorías posmodernas de que “todo vale”. Me imagino que Kant no iría tan lejos como para valorar la Sopa Campbell de Warhol, pero en la actualidad lo conceptual también es arte por lo que su criterio de que todo arte es bello sería mucho más amplio en la actualidad. Si aplicamos la visión de Kant en el siglo XXI, cualquier cosa que tenga una intención artística sería bella y yendo más lejos, si matamos al autor, el espectador incluso también es un artista que puede crear arte tan sólo con su visión (recordando la película de American Beauty, una bolsa volando sería un arte bello si yo lo observo como tal). La vigencia de la belleza kantiana la veo por aquí y en ese sentido, al haberse convertido cualquier cosa en arte en potencia, quería relacionarlo con las ideas panteístas o el zen. Soy un poco rebuscado, pero gracias por ayudarme.

  2. Raquel Mtz · 27/05/2014 Responder

    Entonces , ¿el desinterés tiene que venir tanto del sujeto como del objeto? Porque si un objeto no debe tener fin es porque no debe estar inclinado para ningún lado, ¿no? ¿Entonces el desinterés es compartido?

    • Darin · 27/05/2014 Responder

      Hola Raquel. Los objetos no pueden interesarse en cosas ni desinteresarse. Sólo criaturas vivas. Y los objetos en sí mismos no tienen fines. Sólo tienen fines en relación con los intereses de los seres humanos, así que sólo toca a ese lado, no el del objeto. Espero esto te ayudo!

  3. Madelainne · 12/06/2014 Responder

    Hola, antes de mi pregunta debo agradecer lo didáctico de sus videos, porque la verdad, me han ayudado bastante a comprender ideas que al leer el texto por mi cuenta, no logro integrar bien.
    De este video me queda una duda… ¿ por qué lo bello es necesario? si bien entiendo los tres conceptos anteriores no alcanzo a comprender la necesidad de lo necesario para Kant, ni de dónde sale esta necesidad. Gracias

    • Darin · 12/06/2014 Responder

      Hola Madelainne. Gracias por tu pregunta. Los juicios de gusto tienen que ser tantos universales como necesarios. Imagínate que todo el mundo juzgara un pintura como bella. Sería un juicio universal porque todos lo juzgan de la misma manera, pero vamos a suponer que el juicio no se emitió de forma necesaria sino que se dio la pura casualidad de que a todos les gustó. En ese caso, a pesar de ser universal, el juicio sería contingente, pudo haberse dado o no, y a Kant no le gusta eso. Si el gusto se basa en la naturaleza a priori de la cognición humana, entonces no puede haber nada de contingente en los juicios sino necesidad. Espero me expliqué bien!

  4. Gastón el argentino · 28/04/2015 Responder

    Maestro!
    Impresionante ejemplo el de la pobreza en México que presentaste a otro comentarista.
    Como a vos los tacos, a mí me gustan algunas canciones del grupo Molotov porque en mí existe un interés por las causas que motivan sus letras.
    Mi viejo Willys Overland Wagon nada vale al lado del Mercedes Cabriolet pero yo no lo cambio por nada del mundo, y eso me hace feliz; porque no hay un fin exterior sino uno muy personal que me otorga el placer de tenerlo.
    Gracias por tus enseñanzas, comencé a leer Crítica de la Razón Pura y espero que pronto subas tus videos sobre este libro que nos anticipaste!
    Algo que parece una contradicción es el dicho popular sobre el gusto acá en Argentina, decimos: Sobre gusto no hay nada escrito. Interesante porque “escrito” significa en verdad “legalmente escrito” u obligatorio. Digo ésto porque si Kant viviera creería que nada sabemos de él! jajaja
    Una vez más gracias a la Fonda!
    Un abrazo
    Gastón

    • Darin · 29/04/2015 Responder

      Hola Gastón, ya estoy empezando a armar lo de la Crítica de la razón pura. Espero subir el primer vídeo pronto. En inglés cuando queremos decir que no hay una regla fija se dice también que no hay nada escrito. Curioso cómo cambian los modismos de país en país. Bueno mi estimado argentino, me despido con un abrazo, gracias por el comentario!

  5. carlos · 30/12/2015 Responder

    hola
    una instalacion artistica podria crear la sensacion de sublime?

  6. VICTORIA LANDA LARA · 27/01/2016 Responder

    MIL GRACIAS DARIN TE HE SEGUIDO DURANTE ESTOS CUATRO AÑOS, SOY ESTUDIANTE DE FILOSOFÍA DE LA UACM, SU LEMA: (NADA HUMANO ME ES AJENO) D.F. Y ME HAS AYUDADO A CRECER BASTANTE. QUIERO HACER MI TESIS SOBRE LA IDEA DEL TIEMPO CIENTÍFICO Y POÉTICO. QUE SERÍA UNA APROXIMACIÓN CRÍTICA AL PENSAMIENTO DE BACHELARD. PODRIAS HABLARME DE BACHELAR Y SOBRE ESTE TEMA ES DECIR, SOBRE “LA INTUICIÓN DEL INSTANTE”. GRACIAS POR TU APOYO.

    • Darin · 27/01/2016 Responder

      Hola Victoria. Me alegro haberte acompañado un poco en estos años. Me parece interesante tu trabajo de tesis, aun confieso que no conozco muy bien a Bachelard. He leído su Poética del espacio pero tiene tiempo.

  7. C · 27/08/2016 Responder

    Hola, buena explicación.
    Aunque quisiera preguntar, ¿por que lo bello agradav universalmente?

    • Darin · 27/08/2016 Responder

      Hola. Pues debido a la estrctura de la mente, que es universal para Kant.

      • Maximiliano Di Cataldo · 14/10/2016 Responder

        Hola profesor quería preguntarle , según lo expuesto, “Los juicios de gusto tienen que ser tantos universales como necesarios” :
        ¿se puede juzgar a una persona por su belleza? ¿puede una persona ser bella para todos? ¿”la mayoría” encierra la universalidad?, ¿las excepciones no las tiene en cuenta Kant ? ¿la estructura de la mente es universal ? cuando Kant utiliza estos conceptos termina por agotar su filosofía, creo que gracias a eso, seguro surge otra interesante “critica”. ¿Dónde puedo encontrar criticas a la estética kantiana ? gracias y saludos

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