La filosofía oriental – el hinduismo, pt. 3/5

El Bhagavad Gita es el otro gran tesoro espiritual de la India antigua. Toma las ideas de brahman y atman y las aplica a las inquietudes vitales de la vida. En este vídeo veremos además las nociones de dharma, karma, maya y mohksha (la liberación).

Guión

En el último vídeo hablamos de los Upanishads, y las nociones ahí planteadas de brahman, atman, y su identificación en la célebre fórmula: tat tvam asi. Se podría decir que los Upanishads son una reflexión ontológica. Responden a la pregunta: “¿En qué consiste la realidad?”. Eso está muy bien, pero ¿de qué me sirven esas ideas en la vida real? ¿Cómo las empleo para transformar mi existencia? Estas preguntas más éticas o prácticas se responden en el Bhagavad Gita, el otro gran tesoro espiritual de la India antigua.
De la misma manera que los Upanishads se encuentran en un texto más amplio, los Vedas, el Bhagavad Gita también forma parte de un texto más largo, mucho más largo, de hecho del libro más largo jamás escrito. Me refiero a la Mahabharata, una épica clásica de la India. Se trata de la historia de dos familias dinásticas, los Pandava y los Kaurava, y el conflicto y drama que se dan entre ellas. Tras miles de páginas de pleitos y disensión, llega el clímax de la historia que consiste en una gran batalla entre los dos clanes. Los dos lados toman su lugar en el campo de batalla pero antes de iniciar el ataque el príncipe Aryuna del clan Pandava sufre un momento de duda e indecisión. Es que muchos de los que están por el otro lado son miembros de su familia, amigos, maestros suyos y otras personas que conoce. La batalla tiene que llevarse a cabo pero no quiere matar a sus amigos y familiares. Aryuna voltea a su auriga Krishna y le pide consejo: ¿Que hago?. En este momento es como si el tiempo se parara. Los dos ejércitos desvanecen y en los próximos 700 versos el lector escucha junto con Aryuna una instrucción sublime sobre la naturaleza del alma, su relación con lo divino, los diferentes niveles de la conciencia y la realidad, la constitución del mundo fenoménico, etc, culminando en una asombrosa experiencia mística en la que Krishna sé revela como una encarnación de Vishnu, el Señor transcendente de la Vida y la Muerte.
Esta pequeña y más reconocida parte de la Mahabharata es el Bhagavad Gita, que en Sánscrito significa el “canto del señor”. El campo de batalla en que se encuentran es un trasfondo perfecto para la discusión entre Krishna y Aryuna porque el tema que tratan es la batalla dentro de uno mismo, la lucha por domar las múltiples fuerzas que nos constituyen para llegar a ser autónomo y libre. Aquí estamos en un escenario muy distinto del de los Upanishads donde maestro y alumno hablan en la serena tranquilidad del bosque, lejos de la batalla de la vida. El Bhagavad Gita desmiente esta idea que tenemos de la filosofía oriental como misticismo total donde hay que pasarla meditando para escapar del mundo. Pues no, este mismo mundo que te rodea es parte de la totalidad, parte de la realidad que es brahman. Retirarse del mundo sería como extirpar el hígado o los pulmones de tu cuerpo. Hay que vivir la vida en el mundo; es sólo cuestión de saber cómo.
La vida del ser humano puede vivirse de muchas formas; son múltiples las opciones de actuar, por lo que todo hombre en algún momento se enfrenta con esta pregunta de Aryuna: ¿Qué hago? ¿Cómo debo vivir? En occidente hoy en día la mayoría se guían por una combinación del individualismo y el consumismo. La mercadotecnia nos vende deseos que hay que cumplir para ser felices. ¿Sientes dolor? ¡Cómprate algo! Sin embargo, la felicidad para la mayoría parece estar siempre por venir, justo a la vuelta de la esquina. Consigues algo y ya necesitas algo más.
Si un extremo es dar rienda suelta a los deseos del ego, el otro extremo es renunciarlos, rechazar todo el entorno material del cuerpo en el que los placeres y el dolor se dan. Ésta es la vía del ascetismo, nada popular hoy en día pero de hecho es la vía que escogió un tal Sidarta Gautama, mejor conocido como el Buda. Vamos a hablar mucho más del Buda en vídeos posteriores pero de momento basta decir que antes de convertirse en el Buda, Sidarta era un príncipe que al darse cuenta plenamente de la realidad del mundo, del sufrimiento y la muerte, se enfrentó también con esa pregunta: ¿Qué hago? ¿Cómo debería vivir dada la realidad del sufrimiento? Abandonó a su familia y sus privilegios y emprendió un camino que pasó primero por el ascetismo, renunciando al mundo físico para centrarse en el espíritu. Aquí vemos una representación de Sidarta llevado al extremo de esta disciplina. Al final, Sidarta se dio cuenta de que esto no era el camino. Su respuesta, lo que conocemos hoy en día como el budismo, la veremos más adelante pero de momento vamos a considerar las enseñanzas de Krishna en este gran libro del Bhagavad Gita. Nos ofrece una alternativa muy sabia entre los extremos de la castración del ascetismo y la indulgencia del consumismo.
Bueno, volviendo a Aryuna, recuerda que está vacilando ante su cometido de proseguir la guerra entre estos dos clanes. El problema, como vimos, es que no quiere matar a sus familiares y amigos. Krishna, sin embargo, le dice que tiene que levantarse y destruir al enemigo, ya que es su dharma. Dharma es el primero de varios conceptos filosóficos que veremos en el Bhagavad Gita. Viene de una raíz que significa “apoyo” o “sustento” y en este texto significa una combinación de nuestras ideas de “ley”, “orden”, “naturaleza” y “obligación”. En términos generales, es el principio de orden que hace que todo sea una totalidad armoniosa. El siguiente cuento lo ilustra muy bien.
Un sabio estaba sentado al lado de un río y vio un alacrán que se había caído en el agua. Lo rescata, sacándolo del agua con su mano, pero el alacrán lo pica. Tiempo después ve que el mismo alacrán cae nuevamente en el agua. Otra vez lo saca y otra vez el alacrán lo pica. Alguien por ahí que había visto todo esto le dice al sabio, “Oiga, ¿por qué sigue haciendo eso? El alacrán sólo va a seguir picándolo”. El sabio respondió: “Por supuesto, es el dharma del alacrán picar; pero es el dharma del ser humano salvar”. Aquí podemos leer “dharma” como “naturaleza”: es la naturaleza del ser humano salvar. El dharma entonces se refiere al orden esencial de las cosas, a la ley que rige el cosmos. Todo lo que se encuentran en el mundo, tanto el mundo físico como el mundo humano, tiene su lugar, su papel que tiene que ejercer. Al cumplir su papel, cada parte contribuye a la armonía de la totalidad. El dharma en este sentido es muy parecido a la noción de justicia en Platón. Para él, la justicia consiste en cada miembro jugando su debido papel, al igual que la salud consiste en cada parte del cuerpo cumpliendo su naturaleza particular para que la totalidad funcione.
Volviendo a Aryuna, su dharma es ser príncipe, un guerrero o líder de su clan. Como el sabio que tiene que volver a sacar el alacrán del agua, Aryuna, dice Krishna, tiene que destruir al enemigo. Sin embargo, vacila. ¿Por qué es problemático eso, su vacilación? Para nosotros pareciera que Aryuna está actuando de forma moral. En vez de dejarse llevar por los instintos o la pasión, toma un momento y piensa, sopesa las alternativas. Para nosotros, rodeados de tanta violencia hoy en día, tanto por el Estado como por el crimen organizado y el narco, nos resulta loable que Aryuna, como el propio Mahatma Gandhi, quisiera optar por un camino no violento.
A muchos les hace ruido que Krishna aconseje la destrucción y la violencia, pero hay que tener en cuenta que nuestra moral se basa en una cosmovisión muy distinta a la de los hindúes. Para nosotros la historia es lineal. Progresa hacia un fin, se la Tierra Prometida, el Cielo, la utopía (sea comunista o capitalista) en el que todo lo malo o negativo esté superado en un paraíso armonioso. Para los hindúes la historia es cíclica. El propio Krishna es una encarnación del dios Vishnu que, junto con Brahma y Shiva son los dioses de la creación, la conservación y la destrucción. Para que haya vida, tiene que haber muerte; para que haya bien, tiene que haber mal. Todos esos binomios contrarios entre los cuales nuestra moral dice que hay que escoger son, para el hindú, aspectos integrales de la única realidad divina, brahman. No se puede tener el uno sin el otro. Esta idea la veremos más adelante en la noción del yin y el yang del taoismo.
Sigmund Freud, en su maravilloso libro “El malestar de la cultura” habla del desarrollo de la cultura. Dice: “Este desarrollo se nos presenta como la lucha entre Eros y muerte, instinto de vida e instinto de destrucción, tal como se lleva a cabo en la especie humana. Esta lucha es, en suma, el contenido esencial de la misma. ¡Y es este combate de los Titanes el que nuestras nodrizas pretenden aplacar en su «arrorró del cielo»!”
Una de las citas más famosas al Bhagavad Gita la hizo Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica, en una entrevista justo después de ver la primera prueba de la bomba. “Supimos que el mundo no sería el mismo. Unas pocas personas rieron, unas pocas lloraron, muchas estuvieron en silencio. Recuerdo la línea de la escritura Hindú, el Bhagavad Gita. Vishnu está tratando de persuadir al Príncipe para que cumpla con su deber y para impresionarlo toma su forma con múltiples brazos y dice: – Ahora, me he convertido en la muerte, el destructor de mundos.- Supongo que todos pensamos eso, de una u otra forma”.
Volviendo entonces a la vacilación de Aryuna, el problema no es una cuestión de qué criterios usar para escoger entre alternativas de acción sino el propio hecho de que Aryuna vea alternativas en primer lugar y que quiera aferrase a una y suprimir otra. Aryuna experimenta el mundo como una gran multiplicidad de contrarios –bueno/malo, frío/caliente, feliz/triste– porque está atrapado en una ilusión; su mente, dice Krishna, está engañada por “la confusión de la dualidad”. Recuerda que en los Upanishads hablamos de lo uno y lo múltiple. Brahman es lo uno, la realidad infinita e indivisible tras la multiplicidad de fenómenos que toman nombre y forma. A Krishna no le interesa realmente la cuestión de si Aryuna debe luchar o no sino la razón por la que el dilema surge en primer lugar. Surge porque Aryuna se fija en el mundo fenoménico de la multiplicidad. Es por eso que habla de la confusión de la dualidad. En pocas palabras, el problema no es moral sino epistémico. Aryuna toma como real algo que no lo es, y en base a esa ilusión sus problemas surgen. Es como si actuara en base a un sueño en lugar de la vigilia. Este es un tema que vemos repetido mucho en la filosofía occidental. En Platón y Kant, Descartes y Schopenhauer, encontramos binomios como: ser/devenir; inteligible/sensible; noumeno/fenómeno; real/aparente. Quizá el ejemplo más famoso y claro de estas divisiones es la alegoría de la caverna en La república de Platón. Aryuna es como una de estos esclavos en el fondo de la caverna viendo sombras pasar, transformarse y desaparecer. Estas sombras no son reales sino sólo manifestaciones de objetos físicos. Y los objetos físicos a su vez no son más que manifestaciones de las ideas inteligibles. En nuestro mundo hay muchos esclavos viendo sombras, sea en la tele, la bolsa, la política o Facebook. La mayoría de nuestros amigos en Facebook no son reales; la economía global es un casino ilusorio en mayor parte; la política ni se diga; y la mercadotecnia en la tele igual. Todo eso es sombra, ilusorio. Los problemas de la gente, el estrés, la depresión, la infelicidad, se debe a que guían su vida con base en esas fantasmas. En La república Platón enseña el camino fuera de la esclavitud y hacia la liberación, la contemplación de las ideas.
Krishna, en el Bhagavad Gita, plantea exactamente lo mismo. En Platón, las Ideas son esa unidad a la base de la ilusoria multiplicidad del mundo sensorial. Para los hindúes esa unidad es brahman o, en el caso del individuo, el atman. La ilusoria multiplicidad del mundo la llaman “maya”. Significa literalmente “ilusión”. En buena parte, lo que Krishna va a tratar de enseñarle a Aryuna es cómo ver más allá de la ilusión de maya a identificarse con el atman, con lo divino y eterno dentro de sí. Para usar una sencilla metáfora, tu ego es como un foco a través del cual brilla la luz. Hay múltiples formas que un foco puede tomar, sin embargo, la luz, es decir el atman, es la misma por donde brille. ¿Vas a identificarte con el foco o con la luz de la que el foco no es más que un vehículo?
En el próximo vídeo veremos más de cerca cómo funciona maya, su relación con el karma, y la disciplina o yoga que conduce a la liberación.

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25 Comments

  1. Alberto · 05/12/2014 Responder

    Gracias

  2. Mario Debereux Hekemm · 05/12/2014 Responder

    Cordial saludo,

    Muchas gracias por su noble trabajo.
    PAIDEIA, respondiendo a su pregunta, es una comunidad educativa en continuo crecimiento, hemos logrado llegar a varias localidades de nuestra región: capacitando, formando, transformando a partir de nuestro proyecto educativo.
    Escuchamos sus enseñanzas con mucha atención.
    Muchas felicidades para usted y su familia.

  3. Ignacio Alberto Rodriguez Andrés · 06/12/2014 Responder

    Hola Darin, Sigo muy de cerca todos tus vídeos, es agradable ver como la cultura puede estar fuera de los cauces de formación de ” técnicos de mantenimiento del sistema ” que es lo que es, ha sido y será, el sistema educativo de todos los países, según parece la batalla, esta que cuentas, tuvo lugar, y la arqueología demuestra parece ser que se utilizaron bombas atómicas, por eso me ha impresionado mucho el comentario del padre de la bomba atómica, parece que él había estudiado esa batalla quizás, por esos hallazgos arqueológicos, el mundo tal vez no sea el mismo pero tal vez este universo atómico ha existido en otros tiempos remotos, a ti que te parece,¿ puede ser cierto esto?

    • Darin · 06/12/2014 Responder

      Hola Ignacio. No sabía que existía esta teoría sobre bombas atómicas en la antigüedad. Encontré en línea un episodio del “History Channel” donde tratan el tema. Al terminar el episodio tenía la boca abierta, no por el asombro de haber aprendido que los antiguos tenían bombas atómicas sino porque simplemente no pude creer el nivel al que había bajado el History Channel. Lo presentan de forma muy sugerente y dramática pero es PURO cuento. Lo hacen no para informar al público sino para entretenerlo y para ganancia. Dicen que en el Mahabharata hay descripciones del combate que parecen mucho a armas muy avanzadas y a bombas atómicas. Uno encuentra descripciones similares en otra literatura mítica, incluso en la propia biblia. Zeus lanzaba rayos de sus dedos pero no por eso pensamos que los antiguos griegos contaban con la tecnología del laser o algo así. Además, dicen que los niveles de radiación en algunas ciudades antiguas de la India antigua tienen niveles elevados de radiación – remanente de esa bomba atómica. El problema es que no citan su fuente. Yo busco esa información en línea y no la encuentro en ninguna parte. De hecho, los niveles de radiación en Nagasaki y Hiroshima son ahora a niveles normales como en el resto del mundo, y eso sólo después de 60 años de una explosión que sí sabemos que ocurrió. En fin, podría seguir pero espero entiendas que hay que ser sumamente escéptico con estas cosas. El valor del Bhagavad Gita es filosófico y espiritual, no histórico. Ah, y hay que dejar de ver el History Channel y el Discovery Channel. En mi opinión no educan sino sólo atontan. Estoy en proceso de armar un curso en línea donde voy a enseñar las herramientas intelectuales para protegerse de engaños como éste y de todo tipo de estafador. Voy a usar este ejemplo en el curso. Gracias Ignacio!!

  4. Darin · 06/12/2014 Responder

    Muchas gracias Mario. Ya conozco muy bien tu proyecto, es una muy buena iniciativa y te deseo mucha suerte con el. Un fuerte abrazo!

  5. Alfonso · 06/12/2014 Responder

    Muy interesante e invita a la reflexión. Gracias.

  6. Gastón · 07/12/2014 Responder

    Gracias Darin por compartir tu conocimiento y felicitaciones por el modo en que lo haces! Un Maestro! te envío un abrazo argentino.

  7. luis Esquer · 08/12/2014 Responder

    Muchas gracias Darin, no sabes lo que he aprendido con tus charlas
    las he acompletado con los programas de filosofia de argentina y españa, que estan en el youtube
    TE VOY A RECOMENDAR LOS VIDEOS DE UN SEÑOR QUE SEGURAMENTE CONOCES Y SI NO PUES DE LO QUE TE ESTAS PERDIENDO, SE LLAMA ANTHONY DE MELLO, (TONY DE MELLO)
    MUCHAS GRACIAS, NO SE QUE MAS DECIR, TE MANDO UN ABRAZO CON TODO MI CORAZON

  8. Richard Bernal · 18/12/2014 Responder

    Darin:
    Buenos Días.

    Muy interesante cuando planteas cómo la cultura oriental logra a partir de la meditación trascender y encontrar ideas, ideas perfectas, de esas que Platón buscaba; como por ejemplo reducir el cosmos a una sola ley universal, lo digo porque en la cultura occidental se ha convertido en una obsesión de la física. Hoy se habla de la cuerda como origen único del todo, como el origen de la materia, son solo teorías traídas a la realidad desde las matemáticas principalmente pero creo que han necesitado un gran esfuerzo intelectual, pero sobre todo económico y cuando lo económico interviene el sentido original cambia. ¿ En lo oriental lo económico tiene algún sentido real? Porque si es así sería una lástima.

    • Darin · 18/12/2014 Responder

      Hola Richard. Muchos han comentado la semejanza entre la filosofía oriental y la física del siglo veinte. “El Tao de la Física” de Fritjof Capra es un buen ejemplo. Hay 4 metas clásicas en la vida de la India, una de la cuales se llama “artha” que es como prosperidad material pero es equilibrado con las otras cuatro (dharma, kama, maoksha) entonces no domina. Hablaré más de estos pronto. Gracias por tu comentario!

  9. Richard Bernal · 19/12/2014 Responder

    Un abrazo Darin, es un libro presioso, acabo de leer la primera parte y es inspirador, me refiero al título “el tao de la física” que me indicabas, muchas gracias. Esta escrito de una manera que cualquiera podría entender, por lo que ví el autor debe ser un filósofo y no un sofista. ! La probabilidad de que un evento ocurra es tanto como que una partícula cambie a un estado de energía en forma de campo magnético y por lo visto esto ocurre con mucha naturalidad ! ¿Pero aun no veo cómo podría intervenir Dios en este proceso? Y por tanto como el místisismo puede penetrar la materia sin el conocimiento previo de la física generada por Newton, Maxwell, Faraday Y Albert Einstein

  10. Darin · 19/12/2014 Responder

    Hola Richard. No sé qué entiendas por “Dios” pero al decir “intervenir” creo que estás hablando del Dios occidental, transcendente. En el Hinduismo al menos el principio divino es brahman. El cosmos entero es brahman, manifestándose de infinidad de formas. Su ser es un juego creativo que llaman “lila” y que nosotros percibimos como dualidad (maya). Hablaré de todo esto en el siguiente vídeo.

  11. Richard Bernal · 19/12/2014 Responder

    Que bien Darin, este tipo de pensamiento es muy especial, estaré atento a tu próximo video, te deseo una feliz Navidad y un próspero año nuevo.

  12. Amelia · 22/12/2014 Responder

    Querido Profe/filósofo: nada q ver con sus clases. solamente dejarle mis deseos de cosas buena para este año, y un gran abrazo.
    amelia

    • Darin · 22/12/2014 Responder

      Muchas gracias Amelia, yo también te deseo lo mejor para el año que entra y que tengas felices fiestas, un abrazo!

  13. David · 09/11/2017 Responder

    Gracias por estos vídeos tan bien explicados.

    Un saludo

  14. Alex · 30/01/2018 Responder

    Hola Darin,

    muchas gracias por todos los videos, justamente ahora me repito todos los videos de filosofía oriental, complementan perfectamente la lectura! Me gustaría saber si alguna vez te gustaría intentar hacer uno sobre el Jainismo, sabiendo que es uno de los grandes pilares filosofico/religiosos nacidos en India (los otros dos son el Budismo y el Hinduismos). Además el iniciador del Jainismo: Mahavira, al parecer es contemporáneo a Buda, por tanto, sería interesante.

    Muchos saludos!

    • Darin · 01/02/2018 Responder

      Hola Alex. No conozco el Jainismo tan bien como las otras tradiciones, pero tendré en cuenta tu sugerencia. En todo caso, falta una serie sobre el Zen!

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