La semiótica de C. S. Peirce, pt. 3/3

Terminamos nuestro estudio viendo la clasificación de ícono-índice-símbolo, la naturaleza del hombre como signo, y el pansemiotismo.

Guión

En el último vídeo, terminamos con una tabla bastante complicada donde se ven las nueve clases de signo de Peirce. Recuerda que las deriva en función de sus categorías. Las preguntas básicas son: ¿Qué es un signo en sí mismo? ¿Cómo se relaciona el signo con el objeto? y ¿Cómo se relaciona con el interpretante? Para cada pregunta hay tres posibilidades, según sus tres categorías. La pregunta que quiero considerar hoy es la segunda, la relación entre signo y objeto. Ésta da la tríada más conocida, la de ícono-índice-simbolo.
Vamos a tomar este objeto aquí como ejemplo de un signo. Verás que es una veleta y sabes que las veletas indican la dirección del viento. En este sentido, este signo es lo que Peirce llama un índice. Lo que permite que sea un signo de la dirección del viento es la relación existencial o indexical que guarda con su objeto. El viento se pone en contacto físico con la veleta, empujándola hacia la dirección en la que sopla y por eso podemos tomar la veleta como signo de su dirección. Un dedo señalando también es un índice debido a que apunta en cierta dirección. También lo son pronombres demostrativos, como “esto” y “aquél”, el mercurio en un termómetro, síntomas fisiológicos, etc. Categóricamente, los índices corresponden a la segundidad, la categoría de la existencia, de la relación diádica y bruta, tal como encontramos entre la veleta y el viento.
Ahora, la relación indexical es una sola forma que tiene el signo de vincularse con un objeto. También puede relacionarse de forma icónica y simbólica. Pasemos a ver la icónica y tomemos como ejemplo de semejante signo la misma veleta que acabamos de considerar. El viento no es el único objeto que este signo puede significar. También puede significar un gallo. ¿Cómo lo hace? ¿Qué tiene el signo que permite que se refiera a un gallo? Simple y sencillamente, el signo tiene ciertas cualidades que son similares a las cualidades en el objeto, más que nada la forma. Cambiando la veleta por una distinta, vemos que esta nueva veleta puede también significar el viento, pero no puede significar un gallo porque no guarda ninguna semejanza con un gallo. Así que, si un signo significa un objeto con base en ciertas cualidades que guardan en común, entonces ese signo es un ícono. La palabra “ícono” viene del griego eikon, que quiere decir imagen o semejanza.
Ahora bien, Peirce habla de tres tipos de ícono: imágenes, diagramas y metáforas que se distinguen por el tipo de cosa que guarda en común con el objeto. Si lo que el ícono y el objeto tienen en común son cualidades simples, como color o forma, es una imagen. La veleta es una imagen en ese sentido. También una pelota de golf en tanto un signo de la luna, o cualquier retrato o fotografía.
Pasando al diagrama, ése no trata de cualidades sino de relaciones. Un mapa es un ejemplo. La semejanza que guarda con su objeto (sea ciudad o país) consiste en el isomorfismo entre los elementos constituyentes de los dos. Sucede lo mismo con el plano de una casa o los mapas en un centro comercial que te indica dónde estás. Aquí les comparto una caricatura al respecto que encontré hace mucho tiempo. Dice, “Instituto de estudios filosóficos” pero en vez de decir “Tú estás aquí” dice “¿Por qué estás aquí?” Jaja, ¡humor de filósofos! Entonces, un diagrama es un signo icónico que funciona con base en una similitud entre la relación de elementos en el signo y los elementos en el objeto.
Bueno, el último tipo de ícono es la metáfora. Peirce explica que éstas explotan lo que llama el carácter representativo del objeto. En la metáfora, “la vida es una montaña rusa”, la vida de uno y una montaña rusa no guardan necesariamente ninguna cualidad simple en común, tampoco se halla ninguna relación diagramática entre sí, sino una semejanza en el modo de representar. Lo que quiere decir es que tanto ‘vida’ como ‘montaña rusa’ son susceptibles de producir interpretantes que son similares en sus efectos. Por ejemplo, la vida contiene experiencias emocionalmente elevadas y otras bajas al igual que la montaña rusa nos lleva por arriba y por abajo (en un movimiento inexorable hacia un final que también se asemeja a nuestra experiencia de la vida llevándonos hacia un final).
Hasta ahora tenemos que un signo puede representar a un objeto con base en alguna semejanza (el ícono) o en una relación existencial (el índice). La última forma es la simbólica. Todas las palabras que estás escuchando ahora son símbolos, al igual que un semáforo en rojo, o una bofetada. De hecho, cualquier cosa puede simbolizar un objeto porque los símbolos no requieren ni semejanza ni conexión existencial con su objeto sino sólo un acuerdo o convención de que un símbolo dado significará un objeto dado. Vimos que un caballo no puede ser un ícono de un gallo pero podría perfectamente ser un símbolo del mismo. ¿Por qué? Es simplemente cuestión de acordar que así será interpretado. Lo mismo pasa con el signo “hombre”. Esta palabra, como signo simbólico, significa este objeto, pero también lo significan “man”, “homme”, y estos en ruso y japonés (человек, 男) que no sé pronunciar. Lo que les hace funcionar como símbolos no es más que una convención.
Volviendo al símbolo “hombre”, Peirce aclara que ese símbolo no consiste en las seis manchas de tinta si lo vemos impreso, ni en los pixeles al verlo en una pantalla. Esta palabra que vemos físicamente, que aparece millones de veces en un sinnúmero de revistas y páginas de internet, no es el símbolo “hombre” sino lo que Peirce llama una réplica del mismo. El símbolo en sí mismo, entonces, no es una cosa física sino una regla general y por lo tanto es algo inteligible o general, no sensible y particular.
Ahora, debe estar claro que estos tres tipos de signo corresponden a las categorías: ícono-primeridad; índice-segundidad; símbolo-terceridad. Si te acuerdas, las categorías son ordinales: no puede haber terceridad sin las primeras dos, y no puede haber segundidad sin la primeridad. En este sentido, todo símbolo consta de índices e íconos y todo índice cuenta con aspectos icónicos. Por ejemplo, un semáforo en rojo es un símbolo. De forma convencional hemos decidido que una luz roja va a significar “pararse”. ¿Pero dónde se va a parar? La ubicación del semáforo lo indica. Ahí donde está parado el poste. Entonces, el semáforo no es sólo un símbolo sino que también opera cómo índice porque está existencialmente conectado con el lugar donde se supone que se debe parar. Y cómo cualquier objeto físico, consta de cualidades y por tanto encierra un aspecto icónico.
Bueno, pues hemos hablado mucho del signo, de la semiosis y sus componentes (signo-objeto-interpretante), y la clasificación de los signos, especialmente la de ícono-índice-símbolo. Ahora quisiera volver a algo que dije en un vídeo anterior, eso de que el hombre sea un signo. Suena extraña esa afirmación porque sabemos que los signos tienen que ver con el pensamiento y el pensamiento, pues, es algo que sucede en la cabeza. Para ser más concreto, cuando tomamos algo, por ejemplo una palabra en un libro, como signo de un objeto, lo que se produce es un interpretante “en nuestra mente”. El problema es que seguimos pensando en la mente como algo medio cartesiano y etéreo, como un receptáculo en el que se pueden meter cosas, como si la mente fuera un frasco. Para Peirce, el interpretante no está “en” la mente como mermelada puede estar “en” un frasco. Más bien, la mente no es más que una larga serie de interpretantes, un continuo histórico de interpretantes. ¿Qué significa eso? Podemos entenderlo si nos fijamos en la diferencia entre consciencia y auto-consciencia. Todo ser humano, al igual que todo animal, nace con consciencia, es decir, está consciente de su entorno de modo que pueden reaccionar a él. Pero sólo el humano logra tener auto-consciencia. ¿Cómo sucede eso? Peirce dice, “Un niño oye decir que la estufa está caliente. Pero no lo está, dice él; y, de hecho, su cuerpo no la está tocando, y sólo lo que toca está caliente o frío. Pero la toca, y encuentra confirmado el testimonio de una manera impresionante. De este modo, llega a ser consciente de la ignorancia, y es necesario suponer un yo en el que esta ignorancia pueda residir. De modo que el testimonio proporciona el primer despertar de la auto-consciencia.”
Es muy interesante esa cita. Para Peirce, nuestro yo no es alguna sustancia primordial, como diría Descartes, sino algo que literalmente se postula. Se postula debido a la experiencia del error, como una hipótesis para explicar cómo este error o choque con el mundo externo pudo haber pasado. Esto realmente no es tan extraño. Los niños son bastante indeterminados y plásticos. Si sus papás constantemente critican sus esfuerzos y le dicen que es una basura y que no vale nada, con sus palabras están literalmente postulando el yo del niño, y en la gran mayoría de los casos el niño crece y de más grande tiene un yo que fue creado y reforzado con meras palabras. Todas esas palabras son ese continuo histórico de interpretantes que constituye el hombre-signo.
Curiosamente, lo mismo pasa con las palabras. Pregunta Peirce: “¿Acaso ‘electricidad’ no significa más ahora de lo que significaba en los días de Franklin?” Todos los interpretantes que han resultado del uso del signo ‘electricidad’ en los últimos 250 años han forjado un hábito de interpretación que hace que el significado de esta palabra sea muy consistente. Esta consistencia interpretativa es lo que está a la base del yo humano. Al corregir sus errores, el hombre poco a poco llega a tener una red articulada de hábitos de interpretación, como el remolino que vimos en un vídeo anterior. Lo que es muy importante para Peirce es que el signo que es el hombre no puede operar de forma aislada. Vemos nuestro cuerpo en el espejo y vemos una cosa individual, separada. Pero sería un error vernos como individuos atómicos. Si somos un signo en desarrollo, ese signo, para funcionar, necesita otros signos que lo interpreten. No somos un cogito cartesiano sino una red distribuida de signos. Y dado que Peirce rechaza el dualismo cartesiano, o cualquier tipo de dualismo, su semiótica se extiende a ser un pansemiotismo. Trátase de manchitas de tinta en un periódico que forman una palabra, trátase de la experiencia del ser humano al conocer el mundo, o trátase de la propia evolución del cosmos, la naturaleza de la semiosis puede identificarse en todo. Lo que desaparece por completo en la filosofía de Peirce es la concepción de la mente como contenedor que platicamos hace poco. Descartes inició esta idea y el problema epistemológico que la acompañaba de cómo meter en la mente cosas brutas y materiales para conocerlas. Con su planteamiento pansemiotico, no se mete nada en ninguna parte sino que los signos que somos se desarrollan a la par con la semiosis cósmica de modo que de lo que se trata es alinear nuestras interpretaciones, nuestra semiosis, con la del mundo. Conocer el mundo significa participar con él en lo que Peirce llamaba el desarrollo del summum bonum, el más elevado bien, que describe como “la razonabilidad concreta”. La finalidad de los signos no es llegar simplemente a la verdad sino de vivir de forma razonable, de manifestar en nuestra conducta la razonabilidad que es aquella a la que el perfecto desarrollo de los símbolos apunta. El buen manejo de los signos, y por lo tanto el buen manejo de nuestra propia vida, estriba en el dialogo y comunión no sólo con nuestros pares en la comunidad humana sino con la propia naturaleza. La razonabilidad que logramos en la semiosis de nuestra propia vida no es más que un eco de la razonabilidad que se forja en el mundo que nos rodea, tanto el del prójimo como el que está porvenir en los límites más remotos del cosmos.
Bueno, esto ya está sonando muy poético y metafísico, y no puedo explicarlo bien sin hablar de otros aspectos de la filosofía de Peirce. Aun así, quería llevar nuestro estudio de la semiótica de Peirce a este punto porque muchos hacen caso omiso de las implicaciones filosóficas más profundas de la naturaleza de los signos. Sólo agarran las clasificaciones, la dinámica básica de la semiosis, y otros detalles y con ello se ponen a analizar textos o lo que sea. Eso está bien, pero si te interesa la finalidad que Peirce veía en los signos en el contexto de su sistema más amplio, cosa que recomienda muchísimo, pues hace falta mucho más estudio. En definitiva, haré más vídeos sobre la filosofía de Peirce, ahí poco a poco, aunque de momento les comento que estoy terminando un libro de introducción a sus sistema completo. Espero tenerlo publicado ahí por marzo o abril de 2015. En todo caso, haré un anuncio aquí en la Fonda cuando salga para los que están interesados.

Descargar guión en PDF

Audio
Descargar audio aquí

36 Comments

  1. Rodrigo · 20/09/2014 Responder

    Genial, ya estaba esperando esta entrega con ansia!

    • Darin · 21/09/2014 Responder

      Hola Rodrigo, gracias. Toqué sólo lo básico de la semiótica, siento que quedó corto, pero bueno, algo es algo, me alegro que te haya gustado. Un abrazo!

      • Rodrigo · 21/09/2014 Responder

        En la facultad se están tocando mucho estos temas, es bueno conocer otra interpretación de alguien que ha estudiado el tema, gracias!

  2. Antonio Perez · 21/09/2014 Responder

    Hola!! Darin, gracias por informarme de tu Nuevo video!! Esta padrisimo

  3. Darin · 21/09/2014 Responder

    Gracias a ti Antonio!

  4. Fernando · 25/09/2014 Responder

    Hola Darin, muy buenas tus reflexiones. Ojalá pudieras desarrollar un tema relacionado con cómo construir una hipótesis.

    • Darin · 26/09/2014 Responder

      Hola Fernando. Fïjate que ayer estaba escribiendo sobre ese tema de las hipótesis. Es que estoy armando un curso en línea y en alguna parte hablo del método científico y la formación de hipótesis. Cuando es´te listo haré un anuncio aquí en la Fonda. Hasta pronto y un abrazo!

  5. Sonia · 25/10/2014 Responder

    He buscado soluciones a mi desosiego en libros de superación personal, en eso estaba cuando llegue aquí. Nunca imagine que la solución la encontraría en la filosofía, por eso le agradezco infinito la publicación de sus clases, y en especial estas de la semiótica, porque me han liberado de todos mis prejuicios

    • Darin · 25/10/2014 Responder

      Hola Sonia. Me alegro mucho que hayas encontrado algo de valor aquí en los pensamientos de los grandes filósofos. Los gurús de la autoayuda son más accesibles al público en general pero por eso suelen ser más engañosos. Hay que tener cuidado con ellos pìenso yo. Gracias por tu comentario, te mando un abrazo!

  6. Sonia · 25/10/2014 Responder

    He buscado soluciones a mi desosiego en libros de superación personal, en eso estaba cuando llegue aquí. Nunca imagine que la solución la encontraría en la filosofía, por eso le agradezco infinito la publicación de sus clases, y en especial estas de la semiótica, porque me han liberado de todos mis prejuicios.

  7. Daniel de Sautu · 20/12/2014 Responder

    Gracias Darin!!! Con estas lecturas pude redondear datos de color para el final de CONTEMPORANEA!!! Me fue genial y aprobé gracias a tu aporte!! Tomé el tema de los prejuicios y las críticas al fundacionismo cartesiano a cargo de Peirce y de Gadamer. Muy amable y seguí así!! Muchos éxitos!!!

  8. Juan Pablo · 27/01/2015 Responder

    Estimado Darin, me da mucho gusto saludarte por este medio y espero que algún día en México pueda conocerte y saludarte personalmente.
    Soy antropólogo social, he realizado una tesis de maestría en la UNAM sobre algunos ritos que práctican los tarahumaras de Chihuahua y para ello mi marco teórico se ha basado en la teoría delos signos de Pierce.
    No obstante he tenido varias dudas. Me he preguntado cuál sería en tu opinión los fundamentos más importantes que se hallan en la teoría de los signos que propone Charles W. Morris y la que propone Charles S. Pierce?
    Espero tener comunicación tuya ya que sería para mí un verdadero deleite conocer tu punto de vista.
    Recibe un cordial saludo
    Juan Pablo

  9. César Cantú Uscanga · 04/05/2015 Responder

    ¡Muchísimas gracias por esta serie de videos sobre Pierce! En verdad; excelente didáctica. Me alegra saber que el sistema semiótico de Pierce tienes implicaciones más allá de lo abstracto; en el reino de lo social y de la percepción del mundo como vida. Espero con ansias la publicación del libro. Buen día. 🙂

    • Darin · 04/05/2015 Responder

      ¡Me alegro que te haya gustado César! En estos días debería salir el dictamen de la editorial; haré un anuncio cuando salga, un abrazo!

  10. María Salomé Xicohténcatl Palacios · 19/03/2016 Responder

    Estimado Darin : Me gustaría saber si tu libro esta ya disponible. Mi interés es sobre la aplicación de la semiótica de Peirce y la forma abductiva de inferencia en el aprendizaje de la matemática.
    Agradezco enormemente los vídeos que generosamente pones a disposición, ha sido muy enriquecedor e ilustrativo.

    • Darin · 20/03/2016 Responder

      Hola María. El Fondo de Cultura Económica lleva ya más de un año dictaminando el libro. Les hablé hace una semana y me dicen que es casi seguro que publicarán el libro, que será en el transcurso del año. El momento que esté disponible haré un anuncio en la Fonda. Si me ecribes un correo a través del botón “contacto”, te envío un escrito mío sobre la abducción en Peirce.

  11. Álvaro Lobo · 05/05/2016 Responder

    Apreciado profesor Darin. Brillante su presentación de las ideas básicas de la semiótica de Ch. S. Peirce. Tan intrincado tema usted lo presenta tan claro como el agua. Bueno, usted fue el traductor al español de los dos tomos de Peirce publicados por el fondo de cultura Económica.

    Tengo gran interés de conocer el libro que anuncia en esta presentación. ¿Podría adelantar algo al respecto?

    Congratulaciones por su trabajo y gracias por el gran servicio que presta con sus exposiciones en internet, medio que suele ser un terreno de charlatanes.

    • Darin · 06/05/2016 Responder

      Hola Álvaro. Gracias. Te cuento que hace un par de semanas el FCE me comunicó que publicarán mi libro de introducción al sistema filosófico de Peirce. Estoy muy contento! Sólo que saldrá hasta el otoño de 2017, pero ya está en camino!

  12. Enrique C · 01/10/2016 Responder

    Hola Darin. Solo pasaba a saludarte y agradecerte. Admiro muchísimo tu trabajo, tus videos me parecen super claros y pedagógicos, me han resuelto múltiples dudas y me han servido de base introductoria para varios autores. Muchas gracias por este gran aporte y espero con ansias la publicación de tu libro.
    Un afectuoso saludo desde Argentina!

    • Darin · 02/10/2016 Responder

      Muchas gracias por tus lindas palabras Enrique. Haré un anuncio en la Fonda cuando salga. Hasta pronto!

  13. Antonio Serna · 27/03/2017 Responder

    Hola, gracias por el video, muy claro. Me queda una duda, tú dices que el semáforo es icono por sus cualidades físicas, pero tengo entendido que el signo es icónico si conserva relación entre el representamen y el objeto, en el caso del semáforo no encuentro clara esa relación. Podrías aclararme por favor ese asunto, gracias.

    • Darin · 27/03/2017 Responder

      Hola Antonio. El aspecto icónico del semáforo no es el que prevalece, sino el simbólico y el indexical. Sin embargo, las cualidades que lo componen pueden significar diferentes cosas de forma icónica, aunque en este caso no relacionadas con el acto de pararse.

  14. FRED DAVINSON CONTRERAS PALACIOS · 17/04/2017 Responder

    Buena tarde profesor Darin,

    Felicitaciones por lo que hace. ¿Ya se publicó el libro?

    Profesor Darin, estoy trabajando la aplicación de las categorías peirceanas y me gustaría me comparta información sobre el tema.

    Gracias y felicitaciones nuevamente.

    • Darin · 21/04/2017 Responder

      Hola Fred. El libro sale en agosto, según me dicen en la editorial, ya mero!

      • Enrique C · 22/04/2017 Responder

        Excelente, será un lanzamiento solo en España? O también llegará a latinoamérica?

  15. Mario German Pippi · 14/10/2017 Responder

    Hola Estoy viendo tus clases y estan geniales!!

  16. Rubén · 17/02/2018 Responder

    Estimado Dr. Darin.
    Soy alumno de Doctorado y por mi investigación, comencé a leer sobre semiótica, así llegué a tu contenido. ¡Simplemente no puedo tener suficiente! Quisiera leer a Peirce, pero veo que su obra es extensa y no todo se enfoca en semiótica. En los comentarios de tus videos se ha dicho que tienes/tendrás un libro publicado sobre Peirce. Mis preguntas son: ¿Que libro(s) de Peirce me recomiendas leer para aprender su semiótica? (me encanta leer de las fuentes y agradecería tu guía en esto), ¿Si ya salió tu libro, cómo se llama y dónde lo puedo encontrar? Si no ha salido el libro ¿podrías compartir tus capítulos que tratan sobre su semiótica?
    Agradezco infinitamente el contenido de la Fonda. Por favor, dime cómo apoyar el proyecto (¿compartir en redes sociales? ¿dejar reseñas? etc.)
    Rubén.

  17. Luis Rodríguez de Labra · 19/06/2019 Responder

    Excelente!! Que paso con el libro de introducción al sistema completo de semiótica?

    Soy estudiante de doctorado en Humanidades.

    Felicidades por los materiales !!!

    • Darin · 20/06/2019 Responder

      Hola Luis. Ya salió mi libro de introducción al pensamiento de Peirce, con un largo capítulo sobre semiótica. Se llama “Hombre, signo y cosmos: la filosofía de Charles S. Peirce” y se puede adquirir en el Fondo de Cultura Económica. Ojalá te guste!

  18. Mónica Liciaga · 20/07/2022 Responder

    Hola de nuevo Darin! Tengo una duda con respecto al índice y al ícono, cuál es primeridad y cuál segundidad? Porque tengo que rendir mi postergado examen de semiología y en todos los apuntes encuentro que ícono es primeridad e índice es segundidad y veo que vos lo considerás al revés en el diagrama. Intuitivamente creo que está bien el orden de tu diagrama (índice-ícono-símbolo) pero la profesora me va a cuestionar y necesito fundamentarlo.
    Muchas gracias por todo y por tanto!

Dejar comentario