Filosofía oriental – el hinduismo, pt. 1/5

Hasta ahora en la Fonda he subido 76 vídeos, todos sobre filosofía en occidente. Sin embargo, llevo muchos años leyendo sobre la filosofía oriental, el hinduismo, budismo, taoismo, el zen, etc. Es una tradición que me gusta mucho porque francamente llena mi espíritu de una forma que la tradición occidental tan racionalista y analítica muchas veces no logra hacer. Me fascinan Aristóteles y Leibniz, Kant y Wittgenstein, pero no puedo negar que mi espíritu, mi alma, anda descalzo en algún sendero de la India. Estoy muy lejos de ser un gurú iluminado, pero he aprendido algunas cosas que quisiera compartir con ustedes.
Antes de empezar quiero desmentir algunos prejuicios. El primero es la idea de que el pensamiento de oriente no es filosófico sino religioso, lleno de misticismo y meditación, cosas propias de un templo. Bueno, es verdad que las ideas del Buda y de otros pensadores se propagaron socialmente como una religión. Hoy en día, el hinduismo y el budismo son religiones organizadas con millones de miembros. No obstante, estas tradiciones cuentan con un trasfondo filosófico muy profundo que puede desprenderse del entorno religioso en que se ha expresado socialmente. A lo largo de esta serie veremos un tratamiento de cuestiones ontológicas, epistemológicas, lógicas, éticas, y hasta fenomenológicas muy sofisticadas. La serenidad que vemos en la cara del Buda meditando no es gratuita. La posibilita una reflexión filosófica lógicamente precisa y existencialmente profunda.
La segunda cosa que quisiera mencionar es que la palabra “oriental” es tan imprecisa y vaga como “occidental”. La filosofía de oriente comprende diversos países, como China, la India, Tailandia, Japón, Corea, e incluso países de medio oriente como Iran. En esos países a la largo de 3.000 años se desarrolló una tradición bastante diversa con muchos movimientos distintos. No tenemos tiempo para estudiarlo todo y ni tengo el conocimiento suficiente para hacerlo. Así que, en esta serie veremos sólo 4 de los 16 o 17 principales que existen. Me refiero al hinduismo, el budismo, el taoismo y el zen.
Bueno, empecemos. Para entender cabalmente la filosofía en occidente hay que ir a Grecia Antigua. Para entenderla en oriente, hay que ir a una de las civilizaciones más antiguas del mundo, la de la India, y a su tradición espiritual, el hinduismo.
Todo empezó hace 3.500 años cuando gente que llamaban a sí misma Arios de origen indoeuropeo ahí por la región del Mar Caspio, empezaron a atravesar el Hindú Kush y así a entrar en el subcontinente de la India. En el Valle del Río Indo encontraron una civilización que ya llevaba unos 1.000 de existencia. De la fusión de estas dos culturas, la civilización de la India nació.
La India ha contribuido mucho al mundo. No tendríamos las matemáticas de hoy en día sin los grandes matemáticos indios: el concepto de cero como número fue inventado ahí, el sistema decimal, grandes aportes a la trigonometría y el algebra, el ajedrez, yoga, una de las primeras universidades del mundo, y por supuesto Mahatma Gandhi. El aporte que nos interesa aquí es su tradición espiritual. Para entender sus raíces tenemos que volver a los Arios.
Su religión fue más animista que teísta, es decir, su devoción se dirigía a las fuerzas naturales y elementales de la vida como el cielo y la tierra, el día y la noche, la lluvia y el fuego. Estas fuerzas naturales se llamaban devas, que en Sánscrito significa deidad.
En la iglesia cristiana los sacerdotes ofrecen oraciones y otros discursos litúrgicos a Dios. En la India antigua, los sacerdotes, que se llamaban brahmanas, llevaban a cabo complicados ritos en los que ofrecían cantos a los devas. Con el tiempo, los brahmanas empezaron a elaborar comentarios que explicaban el significado de estos cantos rituales. Los cantos junto con los comentarios llegaron a conformar la base del hinduismo. Estos textos en su conjunto se llaman los Vedas, la sagrada escritura de la India.
Los Vedas no se escribieron de la noche a la mañana sino a lo largo de unos 900 años, entre 1500 BC y 600 BC. La palabra Veda proviene de la raíz Sánscrita “vid” que significa “conocer” y también “ver”. Esta última acepción permanece en la palabra latina “video” – yo veo, y por supuesto en la palabra española, vídeo. En todo caso, los Vedas para los hindúes son una fuente primordial de conocimiento y sabiduría cuyo origen se pierde en (the mists of time). Se dividen en 4 colecciones: el Rig-Veda, Sama-Veda, Yajur-Veda, y Atharva-Veda. El Rig-Veda es el más antiguo.
Ahora bien, de la misma manera que la Biblia cristiana consta de diferentes tipos de texto: salmos, proverbios, cartas, historias, profecías, etc., encontramos también en los Vedas diferentes tipos de texto que se llaman Samhita, Brahmanas, Aranyakas, y Upanishad. Cada uno de los 4 Vedas cuentan con estos 4 tipo de texto, empezando con el Samhita.
En éste están plasmado los cantos a los devas y las ceremonias y sacrificios que hay que llevar a cabo. Los Samhita constituye la parte más extensa de cada Veda. Este primer tipo de texto es seguido por los Brahmanas. En esta segunda parte se encuentran descripciones muy detalladas de los ritos religiosos. Este tipo de texto se llama Brahmana porque es como un manual o guión para los Brahmanas que son los sacerdotes. Les cuenta paso por paso todo lo que hay que hacer para llevar a cabo los ritos correctamente. Los Samhita y los Brahmanas juntos se llaman karma-kanda. Kanda significa sección o división, y karma significa acción. Seguramente, has oído hablar de “karma”. Vamos a hablar más de ello en vídeos posteriores. De momento, la karma-kanda se refiere a la parte o división de cada Veda que tiene que ver con los actos que físicamente hay que llevar a cabo.
Para una mentalidad protestante, todo eso de ritos y sacrificios que hay que ejecutar, como que sobra. Lo que cuenta es el estado o disposición interior de uno. Fíjate que el Catolicismo es mucho más parecido al hinduismo en el sentido de que la intención no es suficiente sino que hay que llevar a cabo ciertas ceremonias físicamente, como los sacramentos por ejemplo.
Sin embargo, el hinduismo no es pura ceremonia. Las últimas dos partes de cada Veda se llaman en conjunto jnana-kanda, o la sección que tiene que ver con el conocimiento o espíritu. Los Aranyakas son el primer tipo de texto que compone esta sección; son una especie de texto que se conoce también como los “manuales del bosque”. Se trata de las reflexiones y disciplina espiritual de gente que había abandonado el mundo social a vivir como ermitaño o en pequeñas comunidades en el bosque. Por último, al final de cada Veda viene una clase de texto que se llama Upanishad. Lo que leemos aquí son los diálogos o conversaciones de uno de esos ermitaños ilustrados con un alumno.
Tomando cualquiera de los Vedas, entonces, y leyéndolo de comienzo a fin, podemos apreciar cierta progresión al atravesar los 4 tipos de texto que lo componen, de los Samhita y Brahmanas a los Aranyakas y Upanishads. Pasamos de los detalles rituales de ceremonias y sacrificios que se hacen en público a las reflexiones más espirituales de maestro y alumno. El tesoro espiritual del hinduismo se halla más que nada en el escenario más íntimo de los Upanishads, y en eso vamos a centrar nuestra atención pero antes de pasar a eso quiero hablar un poco más de la karma-kanda y el papel del sacrificio.
La mayoría de las religiones en la historia se ocupan inicialmente del mundo exterior, del cosmos, y con lo que sea necesario para vivir en armonía con el mundo. Un factor importante en esta relación es el sacrifico. De la misma manera que el cuerpo humano requiere del sacrificio de un animal para que sobreviva, el propio cosmos requiere de sacrificios para que se sostenga y por tanto para que el humano que forma parte del mismo siga adelante también. De hecho, uno de los principios estructurales más profundos de la sociedad de la India, tanto en la antigüedad como hoy en día, es el sistema de castas, una jerarquía de grupos sociales a los que uno pertenece por nacimiento. Las raíces de este sistema se hallan en un sacrificio cósmico que se cuenta en el Rig-Veda. Habla de una persona o entidad cósmica que los dioses ataron y sacrificaron. De diferentes partes de su cuerpo el mundo humano nació. Su cabeza se convirtió en los Brahmanas, la clase sacerdotal; de sus manos la clase guerrera, encargada de la defensa y mantenimiento del Estado; de su piernas la clase común de comerciantes; y de sus pies los obreros. Si esto te resulta un típico cuento pintoresco de la religión asiática, encontramos un cuento casi idéntico en el libro fundador de filosofía en occidente, La república de Platón. Ahí dice que todos nacieron de la madre tierra y que mientras estaban en su vientre el espíritu de algunos fue mezclado con oro, otros con plata, y otros con bronce, correspondiendo a las clases de los gobernantes, los guerreros, y los trabajadores comunes. En fin, lo que quiero recalcar es que el sacrificio es una práctica social que tiene sus raíces en una experiencia social que se dirige hacia el mundo externo y en la que se trata de entender la relación del hombre con ese mundo. Es un componente importante no sólo en el hinduismo sino en diversos grupos sociales a lo largo de la historia.
Sin embargo, algunas tradiciones espirituales logran trascender esta visión hacia fuera y se centran en el cosmos interior. El hinduismo es un ejemplo de ello. Los maestros que vivían en esas pequeñas comunidades o ashrams de los bosques efectuaron a lo largo de varios siglos la transformación de una religión de sacrificio en una de las grandes religiones místicas para todos los tiempos.
Entonces, para resumir, los Vedas son la escritura sagrada de la India. Al final de cada uno viene un tipo de texto que se llama Upanishad. A veces verás que la gente se refiere a los Upanishad con el término Vedanta, que en Sánscrito significa lo que viene al final del Veda. Se escribieron más o menos entre los años 600 y 400 a.C. lo cual los hace contemporáneos con el pensamiento de la Grecia Antigua. Vamos a ir señalando algunos puntos de comparación entre estos escritos y las ideas de Parmenides y Platón. La etimología de la palabra “Upanishad” es interesante. Significa literalmente “sentado cerca de” – upa (cerca de), ni (bajo), sad (sentarse). Como había dicho, los Upanishads son un record de las sesiones de maestro y alumno, entonces el nombre connota un alumno sentado a los pies de su maestro recibiendo una lección. En el próximo vídeo vamos a analizar las enseñanzas más importantes de los Upanishads. Para estimular tu apetito por lo que vamos a ver, termino con una cita de Arturo Schopenhauer, quien fue muy influido por los Upanishads. Dice: “De cada oración surgen pensamientos profundos, originales, y sublimes. En todo el mundo no hay ningún estudio tan benéfico y enriquecedor como el de los Upanishads. Ha sido el consuelo de mi vida y será el consuelo de mi muerte.”

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