¿Qué debemos a los animales?, pt. 2/2

En esta segunda parte, respondo a comentarios que se hicieron al primer vídeo con respecto a las plantas y el dolor, la idea de que es natural para el humano ser carnívoro, entre otros.

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Guión

El primero vídeo de esta serie recibió muchos comentarios, muchos positivos pero también muchos críticos del argumento de Singer que empecé a exponer. La verdad es que varios de ellos me hicieron pensar, señalaron algunas cuestiones que no había considerado, y en general, gracias a ustedes, mi posición es un poco más crítica aunque a grandes rasgos sigo convencido del argumento.
Como vimos, Peter Singer argumenta que la capacidad de sentir sufrimiento es lo que debería regir nuestras deliberaciones con respecto al impacto que nuestros actos tienen en otros. Debido a ello, los seres que entran en el ámbito de nuestra consideración moral debería extenderse a especies distintas a la nuestra. Como ya comentamos, hay muchos escenarios en los que nuestro trato de los animales no humanos tendría que examinarse: los zoológicos, la cacería, los circos, entre otros. Sin embargo, Singer se centra en la cría intensiva de animales para el consumo de su carne y otros productos como leche y huevos, ya que la cantidad de animales afectados es de varios órdenes superior. De acuerdo con datos proporcionados por el Departamento de Agricultura de los EEUU, en el año 2015, 9,200 millones de vacas, pollos, cerdos, borregos, patos y pavos fueron criados y matados para el consumo humano. A nivel mundial, es arriba de 50 mil millones de individuos. La escena idílica que tenemos en nuestra imaginación de una granja familiar donde las vacas pastan tranquilamente y las gallinas andan por allí y ponen sus huevos en nidos, es una realidad en peligro de extinción. En los países industrializados y cada vez más a lo largo del mundo, la agricultura, gracias a la globalización económica, se ha convertido en agri-industria. En los EEUU, casi todos los pollos y sus huevos y la mayor parte de la leche y la carne provienen de la cría intensiva de animales en un sistema de fábricas o factorías.
Lo que pretendía hacer en este vídeo era ver si en efecto hay crueldad y sufrimiento en este sistema, y eso para tener la información necesaria para aplicar el principio de Singer. Empecé a resumir lo que describe en su capítulo sobre la cría intensiva, pero me di cuenta que mi resumen quedaba corto, no comunicaba a nivel visceral lo que estos animales sufren. Me di cuenta que era el cúmulo de los detalles, todos los informes gubernamentales, artículos científicos, y testimonios de gente que trabaja en la industria, etc. lo que al menos para mi logró impactarme. Y luego me di cuenta de que tendría que hacer mínimo 4 ó 5 vídeos para exponer toda la información y pues eso se volvería muy tedioso tanto para mi como para ti. Entonces tomé la decisión de no exponer toda esta información. En la descripción voy a dejar ligas a un documental muy bueno sobre la cría intensiva en México entre 2015-2017, y también un par de documentos que lo describen con mucho detalle. Mejor nos centramos aquí en la cuestión netamente filosófica. Creo que la mejor forma de hacerlo sería respondiendo las críticas que muchos dejaron en los comentarios.
Bueno, muchos escribieron para decir que han leído que las plantas sienten dolor, por lo que, si aplicamos el principio ético de Singer a los animales, hay que aplicarlo a las plantas también, y por tanto morir de hambre. Pues, en los últimos años, científicos que estudian las plantas han publicado artículos que tratan del sistema perceptual y comunicativo de las plantas. Por ejemplo, cuando un insecto empieza a comer las hojas de una planta, ésta desprende en el aire un químico que otras plantas pueden detectar, y éstas a su vez responden al emitir químicos que repelen a los insectos, por ejemplo. Otros han grabado con micrófonos especiales el sonido que se hace al ser emitido un gas de una planta cuando se le corta. Esto ha sido interpretado como un grito de dolor.
Es fácil ver esto de forma antropomórfica, pero la planta simplemente está respondiendo a estímulos en su entorno de forma mecánica. El desprendimiento de químicos o gases, o el giro de una planta hacia el sol son conductas evolutivas que favorecen la supervivencia de la especie. Se trata de un reflejo mecánico como el de la rodilla cuando se le pega o incluso el de un termostato que responde a la temperatura en su entorno, cambiando su estado y su relación con el entorno. Al reportar eso de que las plantas sienten dolor, muchos medios hacen referencia a Daniel Chamovitz, investigador de la Universidad de Tel Aviv y su libro “Lo que una planta sabe”. En una entrevista le preguntaron si, aun cuando las plantas no tienen un sistema nervioso, al percibir el daño que se le hace un insecto al comer una de sus hojas, la planta siente dolor ¿no? Chamovitz responde: “La idea de que el daño tiene que percibirse como dolor es equivocada. Nosotros sentimos dolor porque tenemos un tipo específico de receptor que se llama nociceptores que son programados a responder al dolor, no al toque. Hay gente con fallos genéticos que siente presión pero no dolor porque no tienen esos receptores”.
En su libro, Singer da tres bases para su inferencia de que los animales sienten dolor: la conducta, la naturaleza de su sistema nervioso, y la utilidad evolutiva del dolor. El único organismo del que tenemos la certeza de que siente dolor es el ser humano. De hecho, sólo sé que yo siento dolor, porque nunca he sentido el dolor de otros seres humanos. Sin embargo, mi creencia de que mis amigos sienten dolor también está bien fundada porque muestran la misma conducta y comparten la misma fisiología, o sea, un sistema nervioso y un cerebro. Además, dice Singer, “es difícil imaginar por qué una especie que es incapaz de alejarse de una fuente de dolor habría evolucionado la capacidad de sentir dolor”.
Si este análisis no te convence, Singer va más lejos y te da el beneficio de la duda. Si apareciera evidencia de que las plantas sienten dolor, ¿pues qué haríamos, no comer nada y morir de hambre? Obviamente no. Comeríamos plantas porque se supone que sufren menos que los animales. Pero aun cuando plantas sufrieran igual que los animales, la moral utilitarista nos llevaría a consumir las plantas y no los animales dado que, como dice Singer, “la ineficiencia de la producción de carne significa que los que comen carne son responsables para la destrucción indirecta de al menos diez veces más la cantidad de plantas que los vegetarianos”. O sea, la cría intensiva de res, pollo y cerdo implica la siembra y cosecha de muchas más plantas de las que un mundo vegetariano consumiría. En fin, pasemos a otro tema.
Muchos comentarios expresaban la idea de que una dieta carnívora está en nuestro ADN, es un instinto que no se puede erradicar. La prueba evolutiva, entre otras cosas, son nuestros dientes caninos. Nacimos para desgarrar carne, ¿no? A ver, comparemos este canino humano con el canino más grande del mundo – de un hipopótamo. O de un gorila. Tienen caninos mucho más grandes que los nuestros pero no son por ello carnívoros. Miembros de la especie homo sapiens son omnívoros, lo cual quiere decir que son capaces de consumir y digerir tanto plantas como carne, pero no que necesariamente tienen que hacerlo. Seres humanos pueden vivir perfectamente sin consumir carne. Sin embargo, vemos fotos como ésta de un león matando a una gacela y pensamos que esto es el orden natural. Si el león lo hace, ¿por qué nosotros no? Los leones hacen varias cosas que no haríamos nosotros, como tener relaciones sexuales en público, y los machos a veces matan a las crías. ¿Vamos a seguir a los leones en eso también? Los leones matan a gacelas porque no tienen opción; es un carnívoro obligado. Su sistema digestivo puede procesar plantas un poco pero de forma muy ineficiente. Si no comiera carne, moriría. Nosotros, en cambio, capaces de vivir bien con una dieta de plantas, si comemos carne lo hacemos no para sobrevivir, sino simplemente por el placer, porque nos gusta su sabor. Hacemos daño al animal no por necesidad, sino por placer. ¿Alguna vez has ido a una pelea de perros? Yo no, y si tú tampoco, supongo que es porque te repugna la idea de disfrutar un espectáculo tan cruel impuesto sobre dos animales. De hecho, en la mayoría de los países, este “deporte” es ilegal. Entonces, si es malo hacer daño a los animales en un caso como éste, ¿por qué es lícito disfrutar del sabor de la carne de un animal obtenida también por un proceso cruel? Con respecto a recurrir al hecho de que animales como leones matan a otras especies para comer, Singer comenta lo siguiente: “Es curioso cómo los humanos, quienes normalmente se consideran muy superiores a otros animales, para apoyar sus preferencias dietéticas utilizarán un argumento que implica que deberíamos mirar a otros animales para nuestra orientación e inspiración moral”.
Un último comentario sobre este argumento que se apoya en la naturaleza o el instinto. El ser humano es una criatura agresiva, cosa que su historia muestra con mucha claridad. Para que la vida en común sea posible, la sociedad prohibe en buena parte la manifestación de ese instinto y sus conductas asociadas como el asesinato, la violación, el asalto y el robo. El hecho de que, a pesar de su criminalización, estas conductas siguen siendo muy comunes es testimonio de su carácter muy arraigado. Pero muestra también que el mero hecho de que una conducta sea instintiva no tiene absolutamente nada que ver con su carácter ético. Uno que justifica su dieta carnívora de esta forma puede así justificar su conducta violadora también.
Otros escribieron preocupados de que el principio de Singer podría efectuar una equivalencia entre los seres humanos y otros animales, de modo que pisar una cucaracha o matar un ratón sería un crimen, o que vamos a usar bebés humanos para probar medicamentos. El ser humano tiene cierta dignidad que tiene que salvaguardarse. Bueno, Singer en ninguna parte hace semejante equivalencia. Dice que el rechazar el especismo no implica que toda vida tenga el mismo valor. Con respecto a tomar una vida, un ser con conciencia de sí mismo, la capacidad de pensar a futuro y tener esperanzas y aspiraciones, y la capacidad de tener relaciones significativas con otros tiene mayor valor que un ser sin estas capacidades. Aunque con respecto a infligir dolor y sufrimiento, estas capacidades son irrelevantes ya que el dolor es el dolor. En todo caso, para no cometer un acto especista, o sea, un acto que se justifica simplemente porque el animal es de otra especie, tenemos que tener en cuenta los intereses de los animales y darles el mismo peso que intereses similares de seres humanos de capacidades similares. En una discusión sobre la idea de la santidad de la vida humana Singer dice: “Un chimpancé, un perro, o un cerdo tendrá un mayor grado de auto-conciencia y una mayor capacidad de relaciones significativas con otros que un infante con retraso mental muy severo o una persona en estado de senilidad avanzada. Si basamos el derecho a la vida sobre estas características, entonces tenemos que conceder a estos animales un derecho a la vida tan buena como tales humanos retardos o seniles”.
Reconozco que ésta es una conclusión inquietante para muchos. La idea de matar a infantes o ancianos en estos estados va en contra a nuestra idea de la santidad de la vida humana, de la dignidad humana. Singer no dice que éticamente tenemos que sacrificar a estas persona, ni mucho menos. Sólo dice que si no sacrificamos o infligimos dolor a este tipo de personas, entonces que seamos consistentes y que no lo hagamos a seres con capacidades incluso mayores que estas personas. Con respecto a la cuestión de la dignidad humana, quisiera citar algo que dice Singer: “Rara vez consideramos que el animal que mata sin la menor razón para hacerlo es el animal humano. Pensamos en los leones y los lobos como salvajes o bestiales (en el sentido metafórico) porque matan; pero tienen que matar, porque si no, mueren de hambre. Los humanos matan a otros animales por deporte, para satisfacer su curiosidad, para embellecer sus cuerpos, o para agradar su paladar. Los seres humanos también matan miembros de su propia especie motivados por la avaricia o el poder. Además, los seres humanos no están contentos con el mero matar. Atormentan y torturan tanto a los humanos como a otros animales antes de matarlos. Ningún otro animal muestra mucho interés en hacer todo esto”.
Entonces, decir que no podemos permitir ese principio ético de Singer porque se degradaría la dignidad humana y llegaríamos pronto a la barbaridad me parece hueco. Con o sin un principio ético que valore la dignidad humana, ya somos la especie más bárbara que hay. Es como los que están en contra del matrimonio igualitario. “¡Hay que prohibir el matrimonio gay para salvaguardar el matrimonio sagrado entre hombre y mujer!” Bueno, con o sin ese derecho para los gays, los heterosexuales van a seguir siendo infieles y divorciándose a tasas muy elevadas. Creo que el ser humano podría mostrar su dignidad no al distinguirse al resto de la creación, sino al incluir en el ámbito de su consideración moral a otras especies capaces de sentir dolor y de sufrir. Singer dice: “Lo que necesitamos es una posición intermedia que evitaría el especismo pero que no haría que las vidas de gente senil o con retraso mental fuera tan barata como son ahora las vidas de los cerdos y los perros. Lo que hay que hacer es incluir a los animales no humanos dentro de nuestra preocupación moral y dejar de tratar sus vidas como materia para cualquier fin trivial que tengamos”.
En el último vídeo, dijimos que dado que una piedra no siente dolor ni sufre, no entra en nuestra consideración moral. Las plantas tampoco porque no tienen una sistema nervioso y esos receptores para el dolor. Los insectos tampoco, salvo una especie de mosca. ¿Y las almejas, los crustáceos, los peces y la línea llegando a los vertebrados como vacas y cerdos con cerebros y sistemas nerviosos bastante comparables con los nuestros. ¿Dónde se traza la línea que indica que sí, los intereses de estas criaturas deberían tomarse en cuenta, pero no aquellas? Aun cuando no podamos trazarla con exactitud, si sólo elimináramos de nuestra dieta huevos, lácteos y carne, habríamos eliminado 99% de los miles de millones de animales explotados para comida.
Además de la cuestión ética de nuestro tratamiento de los animales, hay dos razones más que abogan por una dieta vegana. Una es que es más saludable. Aunque nuestro conocimiento científico está siempre sujeto a cambios y modificaciones con base en nuevas evidencias, la gran preponderancia de la evidencia actualmente señala que cuanto menor el consumo de carne animal, mejor para la salud del organismo humano. Otra razón es el enorme impacto que la cría intensiva tiene en el medio ambiente, desde el consumo de recursos como agua y tierra, la deforestación en países como Brazil para la ganadería, hasta el hecho de que la cría de animales para el consumo humano emite más gases invernaderos en la atmósfera que la contaminación de todos los modos de transporte. Agregado a esto es el hecho de que todas las plantas que se cultivan para alimentar a los animales, o sea, granos como soya y maíz, bastarían de sobra para acabar con el hambre humana. Hay muchos más datos que podría mencionar pero mejor dejo unas ligas aquí abajo en la descripción con más información al respecto.
La última cosa que me gustaría comentar es que el utilitarismo, que es la posición ética que maneja Singer, tiene sin duda sus críticos. El utilitarismo es una ética consecuencialista, es decir, determina lo bueno o lo malo de un acto en términos de sus consecuencias, y estas consecuencias deberían juzgarse en la medida en que maximicen la utilidad para el mayor número. Yo como vegano no soy de esos militantes que exigen total apego al principio de no consumir productos animales. Para mí, si uno al menos reduce su consumo de estos productos, es un buen comienzo. Yo diría que soy un vegano en 90 ó 95%, pues si salgo con amigos a comer y no hay una opción vegana para mí, pues pedimos una pizza vegetariana, que sí tiene queso pero nada de carne.
Sin embargo, ya que el mismo Singer plantea su noción de especismo al compararlo con el racismo, ¿estaría yo contento con reducir en la medida posible discriminación contra los negros, por ejemplo, dejando que cierto porcentaje la sufrieran? ¡No! No es algo debería permitirse en absoluto. En este sentido soy un kantiano, cuya posición ética en filosofía se llama deontológica. Esta posición maneja imperativos categóricos de acción, como no matar, no mentir, etc., los cuales no permiten excepciones. ¿Qué diría Kant sobre nuestro deber con los animales. Dice textualmente: “En cuanto a los animales, no tenemos obligaciones directas. Los animales no son auto-conscientes; están ahí meramente como un medio a un fin. Ese fin es el hombre”. No obstante, dice además que “Para que no reprima sus sentimiento humanos, el hombre debería ser bondadoso con los animales, ya que, quien sea cruel con los animales se vuelve duro en su trato con los hombres”. Básicamente, el punto es que, para que el hombre mismo no se vuelva bruto e insensible, no debería tratar los animales con crueldad. A lo mejor con Kant lleguemos al mismo fin, pero no por el bien de los animales, sino de nosotros mismos. En todo caso, los animales siguen siendo un medio y no criaturas con intereses propios legítimos.
Encontré esto que les estoy contando en un artículo de Thomas Wells, profesor de filosofía en la Universidad de Leiden. Critica tanto a Singer como a Kant. Dice que los dos están comprometidos con un abordaje teórico al problema, lo cual rechaza o desconfía del papel de los sentimientos en la deliberación moral. El uno se apega a reglas y el otro a un cálculo de felicidad o sufrimiento. Dice Wells que leer el libro de Singer le convenció a adoptar una dieta vegana, pero no por el rigor de su argumentación, sino por la detallada descripción de lo que lo que sufren los animales en la cría intensiva, la cual llevó a una reconfiguración de sus sentimientos morales. Dice: “La repugnancia que he llegado a sentir con respecto a comer tales animales es una extensión de lo que sentiría acerca de comer mi gato, en vez de ser el producto de algún cálculo de un grado de sufrimiento. Mi vegetarianismo está basada sobre mis sentimientos morales, una renuencia a ser cómplice en infligir sufrimiento innecesario sobre criaturas sentientes, cosa que podría caracterizarse como una clase de indignación moral por la crueldad. A diferencia de Singer y su justificación altamente teórica del vegetarianismo, la mía es visceral, confusa e inconsistente, tal como creo que la mayor parte de la vida moral ha de ser”.
Debo confesar que esto también es lo que pasó con mi lectura del libro de Singer. Me encontré conmovido y cambiado por su descripción de la crueldad que sufren estos animales, y luego me encontraba clavándome en su argumento ético para justificar este nuevo alineamiento de mis sentimientos morales. A fin de cuentas, creo que lo racional y lo sentimental deberían jugar papeles iguales en la deliberación moral. Pero eso lo decía el buen Aristóteles hace 2,400 años, planteamiento al que se retornó en el siglo XX bajo el nombre de la ética de la virtud.
Bueno, ya me he extendido demasiado. Sé que mi análisis quedó cortó porque no tratamos los detalles de las condiciones de los animales en la cría intensiva y en la experimentación científica. Sin este particular, el universal de la teoría ética sólo da vueltas en el aire. Espero tomen el tiempo para revisar algunas de las ligas que he dejado aquí abajo en la descripción.

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31 Comments

  1. José · 22/07/2018 Responder

    Muy bueno y esclarecedor…gracias

  2. Any Svab · 22/07/2018 Responder

    Excelente como siempre querido Darín. Un afectuoso saludo desde Praga, cuna de mis antepasados. Cariños.

  3. Luis Cavada Currais · 22/07/2018 Responder

    La noción de dolor se queda corta. Hay que hablar de sofrimento.
    Un animal sufre cuando no puede vivir conforme a su propia naturaleza. Cando un ave no puede volar, sufre, cuando un certo no puede explorar con su hocico el suelo y la vegetación diversa en buscar de su alimento, sufre, cuando cualquier mamífero no tiene libertad para desplazarse y estar al aire libre, en general, sufre.
    Curiosamente, está forma más rigurosa de abordar el tema nos otorga la posibilidad de alimentarnos de ciertos productos animales siendo éticos.
    Quizá cabría hablar de una relación simbiótica entre animales y humanos. Así, si facilitamos ámbitos donde los animales puedan vivir sus vidas de acuerdo a su propia naturaleza , facilitandoles alimento y librandolos de sus naturales depredadores, quizá ellos nos puedan dar a cambio, huevos o leche.
    Sería ética esta relación simbiótica si una de las partes no nos puede dar su consentimiento explícitamente???
    Soy veterinario y todos los días envidio a los animales que se benefician de la eutanasia ahorrándose un final de sufrimiento. Podriamos nosotros, obrando éticamente, aprovechar los cuerpos de los animales que llegaron al final de su ciclo vital para alimentarnos???
    🙂

  4. Ana Basave · 22/07/2018 Responder

    Mi hermana tiene ocho gallinas, cuatro cabras alpinas y una pequeña huerta de vegetales en un enorme jardín. Todos los días atiende y cuida a sus animales súper bien. Ella consume los huevos que ponen sus gallinas y a veces hace queso con la leche de las cabras. Yo sé que un vegano no haría eso, pero éticamente no le veo el problema ¿Qué dice Singer al respecto? Concluyo que diría que como no hay sufrimiento, entonces está bien. Además, esos huevos se echarían a perder si no se los come alguien. No hay gallo en ese corral, así que no son huevos fecundados.
    También he oído fuertes críticas hacia la apicultura, pero creo que dijiste que solo cierta mosca es la excepción entre los insectos (respecto al dolor o el sufrimiento) ¿Qué hay sobre las abejas y su miel?
    Muchas gracias, Darin; están muy buenos y mucho más sólidos todos los argumentos de este segundo video.

  5. Roberto Rodriguez · 22/07/2018 Responder

    Antes que nada quería agradecerte y felicitarte por tu pagina y sus videos que hicieron que me fuera acercando y queriendo a la filosofía, son muy interesantes y didácticos.
    Pero…
    Mmmm…un discurso moralista en filosofía.
    “La certeza es la jactancia del ignorante” escuche decir, en este caso pondría fundamentalista.
    Hay mucho camino por recorrer en la dualidad bueno- malo, si es que existe esa dualidad. O es solo parte del yin- yang.

  6. Paris A. Román Gutiérrez · 22/07/2018 Responder

    Hola Darin,

    ¿Cómo has estado? Espero que muy bien y que si es hora de la comida estés disfrutando de unos ricos tacos de carnitas.
    Es broma, pero ya en serio, creo que algo le falta a ese principio de Singer. Me parece muy viceral y poco racional. Es posible, de hecho estoy convencido de que los animales sienten, pero no es razón suficiente para dejar de alimentarse de carne animal. El horror que se experimenta en la crianza y su matanza creo que tiene otro origen y no tiene que ver con el sufrimiento de los animalitos sino con nuestra conducta. La piedad y compasión por los animales tiene otro origen y está en observar lo maravillosa que es la vida en todas sus manifestaciones. Respetaré y no voy a matar un gusano sólo porque me parece repugnante y supongo que no siente como un ser humano.¿No es suficiente con verlo retorcese para saber que esta vivo y sentir compasión por él si intento lastimarlo?¿Importa tanto si siente o no? No creo. Ese gusano posiblemente se tranforme en una hermosa mariposa y ahora sentiré que es un ser maravilloso y hasta me darán ganas protegerla. Sin embargo esa mariposa era el mismo repugnante gusano que quería eliminar. Cuando se observa de cerca un insecto no puede dejar de maravillarnos el grado de complejidad que representa ese diminuto ser viviente y cuando vemos esa complejidad en movimiento, realizando una diversidad de funciones que incluso uno como ser humano es incapaz de efectuar, sólo puede uno sentir respeto y no interferir en su vida. Si los animales sienten y sufren o no como un ser humano, no puede ser criterio para sentir respeto por sus vidas.

    Sin embargo, comer carne siempre deber ser una opción. No sólo porque nos guste la carne sino porque en ciertas circunstancia podría ser la única opción para sobrevivir. Uno no tiene que matar al animal para comer su carne, el animal puede ya estar muerto y en caso de no tener opciones y estar hambriento, habrá que consumir la carne animal sino habrá más muertos. En un caso extremo, me gustaría recordar el de los sobrevivientes de los Andes, aquel grupo de deportistas que quedó atrapado en la montaña luego de caer el avión en que viajaban. ¿Cómo sobrevivieron? Se comieron a sus compañeros de viaje ya fallecidos. ¿Horroroso? Pues sí, pero sobrevivieron.

    Por otro lado, igual respeto se le debe a las plantas sólo por ser seres vivientes. Lo desagradable en la crianza y la matanza industrializada de reses y demás animalitos no está en el consumo de carne animal sino en que consentimos que el animal se convierta en mercancía, en que nos invada la codicia y los convirtamos en un objeto cuya finalidad es la ganancia económica. Así, todos los que participamos en ello, tanto en la producción como en el consumo, perdemos algo de nuestra humanidad y ya no podemos sentir compasión por ellos. Entonces el horror viene de vernos al espejo y descubrir el mounstro en que nos hemos convertido por codiciosos e indiferentes. Pero siempre podremos recobrarnos si observamos más de cerca lo que nos pasó y volvemos a sentir respeto por la vida en general.

    Me gustan mucho los animales. Bueno, a quien le importa.

    Saludos Darin,

    Gracias por hacerme pensar,

    Paris

  7. Joan Lluís Rabassó · 23/07/2018 Responder

    Felicidades por tu nueva aportación. Esta vez haré un comentario más breve que el anterior.

    La primera vez que me presentaron el dilema del tranvía mi respuesta fue la siguiente: “Movería la palanca hasta su punto medio y esperaría que se detuviera en el inicio de la bifurcación esperando así salvar las siete vidas en juego”. Fue mi forma de resolver la aporía presentada. En ese dilema, para mí, existe un presupuesto que se no da en la vida real al intentar extraer paralelismos. Se trata de que en él consideramos que el ser humano actúa como un Dios cuya acción y control sobre la palanca determina los resultados de este mundo. Y esto no ocurre en la vida diaria. Al menos a mí.

    A diferencia de la teoría que propone Singer que lo que nos iguala es nuestra capacidad de sufrir, considero que lo que realmente iguala a las personas es nuestra capacidad de identificar las diferencias que unos con otros tenemos dando mayor peso a los intereses de nuestro colectivo respecto a los otros. Es por ello, que lo que verdaderamente nos une no es ese falso e hipócrita intento de considerar a los otros como iguales o semejantes, sino el que a pesar de nuestras innumerables y significativas diferencias y carencias nos podemos llegar a aceptar y reconocer como miembros dignos formando parte de la misma familia y, por tanto, vinculados a ella con sus derechos y sus deberes. O, dicho de otra forma, de los tres ideales de la Revolución Francesa, el más importante sería el de fraternidad, que sería el que posibilitaría el de igualdad y permitiría, a su vez, tener libertad. Me temo que el invertir el orden de estos tres valores es lo que ha generado gran parte de los problemas que han acontecido desde entonces hasta hoy.

    Por último, respecto a la propuesta ética utilitarista y la kantiana tengo que confesar que no terminan de convencerme. Más bien me inclino por una premisa que en su día me transmitió una querida profesora: “Créete siempre demasiado bueno como para hacer algo malo”.

  8. SIMON ANDRES IDROBO ZUÑIGA · 23/07/2018 Responder

    La “cuestión animal” no es una categoría menor para de ella se ocupe el canon epistemico de la filosofía de ella tambien se han ocupado filosofos como Kant, Lévinas, Lacan y Heidegge, Derrida entre otros, Los animales apenas han merecido una atención meramente testimonial en los principales discursos que jalonan la historia de la filosofía. Aquello que pudiese ser pensado como “los animales” se ha reducido al concepto “el animal”, en donde se incluirían toda la inmensa variedad de animales existentes, desde los invertebrados hasta los primates, desde las esponjas hasta los chimpancés. la deconstrucción derridiana del anquilosado binomio conceptual hombre-animal ofrece interesantes posibilidades para otro pensamiento de los animales. Aparte de las ocasiones en las que Derrida explícitamente se refirió a la cuestión animal como una de las que más determinó su trabajo, el propio discurso derridiano ofrece los elementos que posibilitan ese otro pensamiento. La cuestión animal fue crucial en el trabajo discursivo de Derrida, deteniéndose en la identificación de los motivos que le llevaron a considerar que el pensamiento filosófico de los animales continúa siendo tributario del pensar más metafísico, más homogeneizador, más idealizante y más antropocéntrico. La función que ha desempeñado la oposición del hombre al animal, a los animales, en el propio pensamiento del hombre, que se ha visto de esta forma reforzado al esgrimir diferencias abisales con los otros animales. La deconstrucción de la lógica binaria hombre-animal trasciende desde el propio ámbito ontológico al de la ética y la política, siendo una de las razones por las que Derrida subrayará su importancia. Por otro lado, pensar la relación del hombre con los otros animales cuestionando la existencia de una frontera única, pura, y dada de una vez por todas, debe hacerse sin que el potencial que ofrece al pensar se elimine, algo que sucedería si se abogase por una continuidad sin más del hombre dentro de los animales, como se sostiene desde los biologismos. Este aspecto es algo a lo que Derrida nos insta a mantenernos en máxima alerta. Es importante rastrear los fundamentos que llevan a Derrida a sostener que los principales discursos filosóficos sobre los animales seguirían anclados en la tradición cartesiana. En este sentido, Kant, Lévinas, Lacan y Heidegger han sido sometidos por Derrida a la “prueba de la animalidad”, consistente en analizar lo que dijeron sobre los animales y lo que se jugaban en sus razonamientos con ello. Todos ellos han requerido negar algo al animal al buscar la esencialidad humana, dando muestras de una profunda determinación metafísica. Abordamos la paradoja de que a pesar de que los animales no forman parte del objeto propio del pensamiento filosófico, generalmente centrado en el hombre, sin embargo su presencia es notoria en sus momentos más cruciales. Allí donde muchos filósofos parecen llegar al punto álgido de su pensamiento, sobre todo después de Descartes, raro es que antes o después no convoque a un animal, de una u otra especie, o todas a la vez, pero con un factor común: negarles lo que supuestamente atribuyen al hombre como esencial. Es importante abordar el estudio de la presencia y función de los animales en la filosofía política, investigando la importancia que el discurso interesado del hombre respecto a los otros animales ha tenido en el desarrollo de las teorías sobre lo político y sobre la soberanía en la Modernidad, destacando su arraigado trasfondo onto-teológico. El objetivo ha sido ver si otro pensamiento de los animales puede ser relevante para otro pensamiento de la política y de la soberanía. Finalmente, es tambien importante detenerse en investigar cómo Derrida ha tratado el segundo de los aspectos que más ha marcado su interés por la cuestión animal: la sensibilidad que siempre ha mostrado por los más indefensos, los que han quedados subyugados por el discurso dominante y dominador, entre los que obviamente se encuentran los animales.

    • Darin · 23/07/2018 Responder

      Gracias por tan interesante reflexión Simon. La verdad desconocía este aspecto de la filosofía de Derrida!

  9. SIMON ANDRES IDROBO ZUÑIGA · 24/07/2018 Responder

    Sobre la cuestion animal en J. Derrida es abodado principalmente los textos de Derrida recogidos en su
    libro póstumo El animal que luego estoy si(gui)endo, en los seminarios que llevaron por título
    La bestia y el soberano, en Aporías, morir o esperar (se) en los límites de la verdad, así como
    en la entrevista que le realizó Jean-Luc Nancy, recogida en un texto con título “Hay que comer
    o el cálculo del sujeto”, y en el diálogo mantenido con Élisabeth Roudinesco, titulado
    “Violencia contra los animales” y recogido en el libro de entrevistas con esta pensadora Y
    mañana qué… No obstante, y como Derrida declaró, la cuestión de la animalidad será un tema
    que no le habría dejado indiferente a lo largo de su recorrido intelectual, no siendo difícil
    encontrarse en otras partes de sus obras con textos profusamente ricos en “figuras animales”,
    como él las denominaba

  10. Guillermo · 24/07/2018 Responder

    Desde luego nadie puede seguir todos los mandamientos de Cristo porque muchos son inhumanos. Tampoco se puede seguir una ética teórica extrema porque sería imposible vivir de acuerdo a ella (por ejemplo diciendo sólo la verdad). Todos sabemos que hay millones de seres humanos que viven en el más espantoso dolor y la más terrible miseria, pero seguimos tomando café cómodamente (como diría Dostoyievski) sin mover un dedo. En resumen, basta con ver las acciones o las omisiones de unos seres humanos sobre otros para darse cuenta de su crueldad inherente. La crueldad con los animales no me parece llamativa ni una preocupación prioritaria.

    PD
    De esa crueldad se alimenta el capitalismo, el sistema que mejor se adapta a la animalidad humana.

    • Darin · 25/07/2018 Responder

      Es verdad, en nuestro consumo de casi cualquier producto todos contribuimos al sufrimiento o explotación de mucha gente. En mi caso al menos, mi preocupación por el sufrimiento de los animales no significa que no me importe los seres humanos. Es sólo que en el caso de los animales es muy fácil aliviar su sufrimiento cambiando la dieta. En el caso de los seres humanos no. Hay que cambiar el sistema socio-económico que lo posibilita. Eso sí es MUCHO más difícil!

      • Guillermo · 25/07/2018 Responder

        Estimado Darin
        Sin entrar en polémicas, debo declarar que yo también estoy en contra de la crueldad con los animales, como las corridas de toros, que me parecen una aberración. Pero el instinto agresivo es parte del ser humano, que es mucho más animal de lo que queremos creer. No sólo los dientes, el aparato digestivo contiene ClH y enzimas para degradar proteínas está preparado para comer carne. Las amebas huyen de estímulos nocivos, pero eso no implica que sientan dolor. Sienten dolor las bacterias que combatimos? Los mosquitos probablemente sí. Si el dolor es el problema animales de granja bien criados y matados “con compasión” se podrían comer? Creo que la especie vaca se extinguiría. La especie perro es un ejemplo de la soberbia humana que se crea un compañero para paliar su soledad. En fin, lo de los animales da para mucho y me parece fantastico de que lo hayas traído a debate. Muchas gracias por hacernos pensar.

      • Myriam Maldonado · 17/09/2018 Responder

        Totalmente de acuerdo Darin. Y en realidad comemos carne porque aprendimos a hacerlo desde niños y desarrollamos el gusto por ella. Mi hija dice que el comer queso feta es un “placer aprendido” creo que lo mismo pasa con todo lo que comemos. Sin embargo, he podido pasar de “carnivora de verdad a vegetariana” al conocer el inmenso sufrimiento al que sometemos a los animales cuando puedo alimentarme de tantas otras cosas que no los dañan. Me encanta la manera en que nos hace pensar. Mis respetos!!!

  11. Gonzalo Mejia · 29/07/2018 Responder

    Qué maestría Darín para tratar este tema del trato a los animales y el veganismo. Muchas gracias

  12. Fco. Manuel Espinosa · 24/09/2018 Responder

    .
    Creo que al menos los habitantes de grandes ciudades, acostumbrados a una dieta cárnica industrial, somos carnívoros porque son otros los que sacrifican animales para nosotros.

    Si la carne que consumimos procediera directamente de animales sacrificados por nosotros mismos, el 95% de la población se haría vegetariana.

    Por lo tanto, acogidos como estamos al urbano “ojos que no ven, corazón que no siente”, es importante que nos informemos sobre los horrores de la industria cárnica intensiva.

    Un saludo, profesor Darin.

    🙂

  13. Guillermo (otro) · 25/09/2018 Responder

    En mi opinión hay muy poco rigor en el análisis de Singer. Dolor y sufrimiento están entremezclados como si fueran dos caras de una misma moneda. Y como si se pudiesen cuantificar. El dolor es una manifestación biológica, pero el sufrimiento requiere una elaboración mental que no estoy seguro que los todos los animales puedan llevar a cabo (tal vez las especies más evolucionadas puedan). Creo que hay una tendencia a humanizar a los animales que no es apropiada. Con el problema ético del dolor/sufrimiento de los animales por obra del ser humano – que como todo problema ético no tiene ninguna solución por la subjetividad que el tema implica – se mezcla la cuestión de la conveniencia, para los humanos, claro (emisión de gases y calentamiento de la tierra). En otras palabras, parecería que el fin es lograr que no comamos carne con cualquier argumento posible, sentimental/moral o práctico. Hasta quedaría la solución aceptable de reducir la dosis. En fin, que de filosofía nada.

  14. Liliana Ruth Abinal · 28/09/2018 Responder

    .. MUY BUENO EL TEMA TRATADO.. EXCELENTE ..SOY VEGETARIANA….. EL SER HUMANO PUEDE VIVIR PERFECTAMENTE SIN COMER CARNES….. ES MÁS SANO….

  15. Oscar Carvajal · 17/11/2018 Responder

    Hola Darin. Soy Oscar. Gracias por tus vídeos. Hace algún tiempo he estado planeando mi inicio de una vida vegana.
    La vitamina B12 es esencial en la dieta humana. Solo se encuentra de manera natural en productos animales.
    Hay quienes afirman que la ausencia de grandes caninos y los movimientos laterales de la
    Mandíbula que permiten que los molares procesen los vegetales, nos clasifica como esencialmente herbívoros.
    Los herbívoros tienen una porción extra en el intestino que alberga las bacterias encargadas de producir la cobalamina (Vitamina B12). Los humanos no disponemos de esta característica.
    Sin embargo podemos tomarla como un suplemento dietario y no consumir carne.

  16. Oscar · 18/11/2018 Responder

    Hola Darin. Soy Neurólogo Clinico y no se filosofía pero a partir de este vídeo he explorado otros de tus vídeos he sentido que se llenan algunos vacíos de mi espíritu que deja la neurociencia. Quisiera encontrar la traducción en términos de biología de los diferentes pensamientos filosóficos. Seguro que es una utopía. Pero el intento sería constructivo. Se que tienes formación en biología. Me gustaría saber como tu mente integra los conceptos. Nunca había sentido la filosofía tan cercana. Muchas muchas gracias

    • Darin · 18/11/2018 Responder

      Mucho gusto Oscar. Has de conocer la obra de Antonio Damasio, neurologo que ha incursionado mucho en el campo de la filosofía. Dices que lo que has explorado en filosofía te ha llenado algunos vacíos en tu espíritu, vacíos quizá que el conocimiento científico no pudo llenar. La verdad no sé cómo sería ese mapeo de los conceptos biológicos y filosóficos. Si lees a Kierkegaard o Heidegger verás profundas reflexiones sobre el alcance del saber objetivo de la ciencia y lo que queda tras su descripción que no logra captar. La existencia concreta de uno, la necesidad de tomar decisiones libres, determinar la vida de uno sin reglas. En fin, son sólo algunas reflexiones en voz alta. Espero sigas tu lectura de filosofía y te mando un fuerte abrazo!

  17. Lisandro · 31/12/2018 Responder

    Estimado profesor Darin, es la primera vez que lo veo parcializado en una posición, comprendo su buena intensión. Pero veo muy cómoda la visión de un vegetariano pensar que las plantas no tienen sentimientos. Sería talvez catastrófico pensar en esto, posiblemente llevaría a la muerte por inanición o algo similar, espero que no suceda. Pero como médico tengo que decir que la dieta vegetariana prescinde de nutrientes esenciales que no debemos prescindir, no puedo estar de acuerdo con decir que es saludable prescindir de algo imprescindible para el metabolismo de nuestro cuerpo. Una dieta de verdad, como somos omnívoros, es una dieta equilibrada, sin faltar o prescindir de nada. A mí tampoco la tengo fácil siendo carnívoro, al hablar para mi hijita que coma carne de una vaca, que es la misma que vimos en la quinta, me aterra la idea que surja un trauma de alguna forma. Pero me preocupa más que le falten nutrientes esenciales para el completo desarrollo de su cuerpo y mente. Si no tenemos un supermercado tendremos que cazar, seguimos siendo carnívoros y agresivos. Por más que queramos mostrar nuestra independencia de la naturaleza con comportamientos, alimentación, sexualidad y otros tantos desvíos, seguiremos pertenecientes al reino animal, solo con un poco más de capacidad para resolver problemas. Creo que tener el conocimiento no significa superar nuestra naturaleza, simplemente hacerlo de forma más consciente, tal vez más “humana” si preferir. Hay que afrontar que estamos alimentándonos de seres vivos, sean estos animales o plantas. No viviríamos de minerales.

  18. Luis Rivas · 18/07/2019 Responder

    Dr. McNabb,
    respecto al dolor de animales no humanos ni mamíferos, quizá le interese la información del artículo “Los insectos padecen dolor crónico” en la siguiente liga https://www.tendencias21.net/Los-insectos-padecen-dolor-cronico_a45367.html?fbclid=IwAR0rxOfY3rffxh5WqcAkvAkwyDmkvcaudGuhLiwQ7ZrhcipBx8KNokckHmY

    Saludos.

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