El sentido mineralógico

¿Qué es lo que nos hace humanos? Hoy analizamos el papel de las humanidades en esta cuestión y el peligro que enfrentan ante políticas neoliberales.

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Guión

En el libro Cultura y valor, una colección de observaciones y aforismos de Ludwig Wittgenstein, se encuentra la siguiente afirmación: “Un buen símil refresca el intelecto”. Es verdad. Un buen símil nos invita a considerar un fenómeno común desde un punto de vista novedoso. En el mismo libro, de hecho en la misma página donde aparece esa afirmación, encontramos un buen ejemplo de justamente eso. Dice Wittgenstein: “Cuando oímos a un chino, nos inclinamos a considerar su habla como un balbuceo inarticulado. Pero quien entiende el chino reconocerá allí el lengua­je. Así, con frecuencia, no puedo reconocer a la humanidad en el hombre”. Wittgenstein nos ayuda a interpretar este pasaje al poner en cursivas las palabras “lenguaje” y “humanidad” – estos son los dos conceptos que está comparando. De alguna manera, dice, la humanidad es como el lenguaje. ¿Cómo refresca el intelecto este símil? Pues tendemos a tomar el concepto de humanidad, al menos en Occidente, en términos universalistas; es lo que todo ser humano tiene en común, sinónimo de la frase ‘naturaleza humana’ y sirve de base para el discurso de los derechos humanos, por ejemplo. El concepto de humanidad es precisamente lo que no permite que, al oír lo que percibimos como un balbuceo inarticulado, excluyamos a esa persona, tachándola de bárbara, de otro. Todos tenemos en común la humanidad de la misma manera que todos hablamos el lenguaje. El punto refrescante del símil de Wittgenstein es que aun cuando todos hablamos el lenguaje, no hablamos el mismo lenguaje. Hay diferentes formas de comunicarnos y, a lo mejor, diferentes formas de ser humano. Cuando dice Wittgenstein que con frecuencia no logra reconocer la humanidad en el hombre, al principio interpreté eso como el comentario de un elitista rodeado de gente vulgar. De hecho, cuando estuvo en la guerra no tenía casi nada en común con sus compañeros, eran precisamente gente vulgar con poca cultura, y escribía en su diario cosas muy despectivas sobre ellos. Sin embargo, la afirmación suya que estamos considerando nos invita a poner esa interpretación de cabeza y tachar de limitado al propio Wittgenstein. No reconoce la humanidad en ellos porque no habla su idioma, por así decirlo. Es llamativo el hecho de que escribió este comentario en 1914 cuando estuvo precisamente en la guerra. Muchos años después habría dicho, quizá, que no compartía con ellos su juego de lenguaje.
Recordé esta cita de Wittgenstein por otra cosa que leí que me hizo pensar en ella. Me refiero a Los manuscritos económicos y filosóficos de Marx. Uno de los temas principales de este texto es la enajenación, la experiencia del ser humano de sentirse separado de su entorno, ajeno a sus estructuras y dinámicas y a los objetos y otras personas que lo habitan. En términos de la cita de Wittgenstein, uno sigue siendo hombre en sentido biológico, sin embargo, su humanidad, o lo que Marx llama las fuerzas esenciales del ser humano, está atrofiada, bloqueada, apagada. ¿Qué son estas fuerzas? Marx habla de ellas en términos de los sentidos. Por un lado, están los cinco sentidos que compartimos con los animales. En el sentido puramente biológico, percibimos más o menos el mismo mundo que los animales. Sin embargo, el ser humano es más que eso. Además de los sentidos de la percepción tenemos lo que Marx llama el sentido espiritual, el sentido propiamente humano o, como dice, la humanidad de los sentidos. Una de las condiciones de que este sentido se dé y que se desarrolle es que uno esté libre del empujón de la necesidad. Un ejemplo sería la alimentación. Como los animales, tenemos que comer o morimos. Sin embargo, no comemos únicamente por necesidad como los animales sino que comemos por placer, por compañía, por hacer y consolidar relaciones sociales. En la Crítica del juicio Kant dice que el hambre es la mejor salsa. Sin embargo, cuando uno está llevado por el hambre es la necesidad lo que le dirige y mientras esté en esa condición no puede juzgar la comida como buena o mala, es decir, no tiene gusto. Kant dice que sólo cuando las necesidades de la gente se hayan satisfecho podemos saber quienes entre ellos tienen gusto. Creo que Marx está diciendo algo muy parecido. Dice: “El hombre necesitado, cargado de preocupaciones, no tiene sentido para el más bello espectáculo. El traficante en minerales no ve más que su valor comercial, no su belleza o la naturaleza peculiar del mineral, no tiene sentido mineralógico”. Me gusta mucho es frase –sentido mineralógico. El hambriento sólo ve las calorías en la comida; el comerciante sólo ve el valor económico en el mineral. Como dijo una vez Oscar Wilde: “Hoy en día la gente sabe el precio de todo pero el valor de nada”. La razón de ellos es que el juicio del hambriento y el comerciante no es libre sino forzado por consideraciones externas. Para Marx, el sentido mineralógico o humano que les falta tiene algo que ver esencialmente con la libertad. Sabemos que en Marx la falta de ese sentido y por tanto de la libertad tiene que ver con condiciones socio-económicas. Al cambiarse esas condiciones se cambia la condición del ser humano.
Podríamos seguir exponiendo ideas marxistas, sin embargo de aquí en adelante quisiera abordar nuestro tema desde otra óptica, la cual podemos introducir con una última cita, esta vez de Henry David Thoreau. Dice: “Al parecer, hemos olvidado que la expresión “una educación liberal” significaba para los Romanos originalmente una digna de hombres libres; mientras que los oficios y las profesiones que uno aprende meramente para ganarse la vida se consideraban dignos únicamente de esclavos”.
Las palabras ‘liberal’ y ‘libertad’ obviamente tienen la misma raíz – liber – que significa libre. Sin embargo, hoy en día hemos olvidado ese sentido, como bien dice Thoreau, ya que el discurso político se ha apoderado del término ‘liberal’ confiriéndole para muchos una connotación negativa. Un liberal, tal como dicen en el mundo anglosajón, es el contrario de un conservador. Y el neoliberalism, dependiendo de tu punto de vista, es una política que en los últimos 40 años ha traído mucha prosperidad y bienestar, o precisamente el contrario.
Volviendo a Marx y su noción del sentido humano o de la humanidad de los sentidos, la cultivación de ese sentido implica en buena parte, como vimos, la cultivación de la libertad. Hoy en día entendemos esa cultivación en términos de la educación, una educación precisamente liberal. En el medievo, esa educación comprendía siete estudios – música, aritmética, geometría, y astronomía – que en su conjunto se llamaba el quadrivium, y otro trío de estudios – la gramática, la lógica y la retórica – que en su conjunto se llamaban el trivium. A lo largo de los años, estas siete artes liberales se convirtieron en lo que llamamos hoy en día las humanidades. Entre el estudio antiguo y el contemporáneo, hay dos diferencias principales. 1. Los estudios humanísticos ya son otros en mayor parte, cosas como historia, antropología, literatura, aunque por ahí sigue lógica todavía sólo que lo llamamos filosofía ahora. 2. La educación superior comprende hoy en día mucho más que los estudios humanísticos – ingeniería, medicina, economía, biología, etc. etc. La Universidad Veracruzana en la que laboré muchos años ofrece un total de 85 carreras a nivel de licenciatura. Entonces, una tercera diferencia que se deriva de la segunda es el fenómeno de la especialización, el hecho de que no se estudian siete artes liberales sino un sólo estudio, sea humanístico o no. La universidad en la que me formé a nivel licenciatura, Loyola Marymount University, es jesuita y conserva la antigua idea griega de un enkuklios paideia; enkuklios significa circular, así que se trata de una educación literalmente redonda o redondeada , es decir, equilibrada. Obligaban a todos los alumnos de cualquier carrera cursar al menos un curso de los estudios humanísticos. Como he comentado en algunas entrevistas por ahí, así es cómo descubrí la filosofía.
No es por nada que las humanidades se llaman así, pues nos humanizan; y las artes liberales que la componen cultivan nuestra libertad. Ahora ¿qué clase de libertad es ésa que las humanidades cultivan? Esto es lo que realmente me interesa analizar en este vídeo. Me parece que hay una profunda tensión entre lo que el estudio de las humanidades pretende y lo que el marco socio-económico en que se encuentra inmerso permite. En otras palabras, hay una tensión entre el concepto político de liberalismo y el concepto humanístico de libertad. Veamos.
La política actual en Occidente, sea de derecha o de izquierda, está asentada en ideas promulgadas por filósofos como Tomás Hobbes, John Locke, y Jean-Jaques Rousseau, los teóricos de la así llamada teoría del contrato social. El conjunto de estas ideas se ha llamado el liberalismo, y es caracterizada por varias ideas pero aquí quiero resaltar las tres principales a mi juicio. La primera es la de la tolerancia. No es la tarea del gobierno obligar a los ciudadanos que tengan todos la misma creencia religiosa, las mismas preferencias, la misma concepción de la buena vida. Hay que dejar a cada quien creer y preferir lo que quiera, siempre y cuando eso no infrinja el derecho de otro de creer y preferir lo que él quiera. Éste es el valor de la tolerancia. La segunda idea es que la autoridad del gobierna se deriva no de un derecho divino, de una sucesión monárquica, ni del poder del más fuerte, sino del consentimiento de los gobernados. La última idea, y la más importante para mi reflexión, es la del individualismo. La tolerancia y el consentimiento político son valores importantes, pero ¿valores para quién? Para el individuo. Si el estado lleva a cabo acciones, es por el bien de los individuos que lo componen.
Ahora bien, la tensión que mencioné se da no tanto con el liberalismo como con un variante del mismo que se ha dado en los últimos cuarenta años, a saber, el neoliberalismo. ¿Qué es lo que distingue al neoliberalismo del liberalismo? Por un lado, lo que tienen en común es la valoración del individuo como acabamos de comentar, que lo que hace el estado redunda en bien de los individuos. La diferencia estriba en que en el neoliberalismo el énfasis pasa del estado al mercado, al así llamado mercado libre. La idea es que el bien que redunda al individuo puede procurarse de forma más eficiente en el sector privado, es decir, servicios que antes los administraban el estado – servicios públicos como hospitales y escuelas – pasan cada vez más a operarse como negocios. El estado sigue ofreciendo servicios, sólo que cada vez más se dirigen al sector privado, a saber, el sistema legal y policiaco que previene la violencia y el fraude y que castiga el incumplimiento de contratos.
Ahora bien, ¿cuál es la situación de las Humanidades dentro de este marco? Como punto de partida, dirás quizá que no todo se privatiza. Sí, hay universidades privadas pero también siguen las universidades públicas. Pues claro. La Universidad Veracruzana, en la que laboré 23 años, es pública. Sin embargo, me consta (por que lo viví) que hay cada vez menos dinero para llevar a cabo sus funciones sustantivas. Mi universidad no existe en una burbuja sino como un nodo en una compleja red económica ya globalizada. En la medida en que actores políticos, sean individuos u organizaciones, logren reducir los impuestos pagados al estado, pues menos dinero hay y más competencia hay para los recursos que quedan.
En este sentido, aun cuando sean públicas, las universidades empiezan poco a poco a administrarse como negocios con rectores a la cabeza con una mentalidad más empresarial que académica. Parte de esta mentalidad es la valorización de resultados. En el mundo de los negocios en general, los accionistas quieren cierta tasa de crecimiento y ganancia cada período, para lo cual tiene que haber la constante producción de bienes y su comercialización a escalas cada vez mayores. En el contexto de la universidad, ese tipo de rendimiento lo cumplen las ciencias naturales y la investigación que llevan a cabo. El crecimiento de la universidad moderna coincidió con el desarrolló espectacular de las ciencias naturales como la física y la química en la segunda mitad del siglo XIX. Está la termodinámica, el electromagnetismo, la relatividad de Einstein, la mecánica cuántica, el desarrolló de la teoría atómica que dio paso a la tabla periódica, la teoría de la evolución de Darwin en la biología, entre muchos más, y la aplicación de sus resultados a la tecnología, al desarrollo de bienes para el consumo: focos eléctricos, fonógrafos, teléfonos, coches, aviones, culminando con el más grande de los espectáculos: la explosión de la primera bomba atómica. Todo esto captó la imaginación del público y confirió mucho prestigio a las ciencias naturales y por tanto a su estudio en las universidades.
En la época anterior a este prodigioso desarrollo científico, más o menos desde 1781 con la publicación de La crítica de la razón pura de Kant hasta la muerte de Hegel en 1831 o quizá un poco más tarde, fue el idealismo alemán y el romanticismo lo que captó la imaginación del público. A un público europeo, especialmente alemán, tratando de deshacerse de los últimos vestigios de una larga tradición con sus raíces en el feudalismo, las ideas de Kant, Hegel y el romanticismo les permitió concebir y realizar su libertad y autonomía. Sin embargo, con el desarrollo científico y tecnológico que comentamos hace poco, entre otros factores, estas ideas empezaron a perder su fuerza, y la filosofía, experimentando una crisis de identidad, optó por volver a Kant, a una versión netamente epistemológica de Kant que se llama el neo-kantismo, lo cual, a muy grandes rasgos, se ocupaba de entender las bases epistemológicas de la ciencias naturales. Sin embargo, semejante reflexión no hacía mucha falta. El enorme éxito de las ciencias en esa época mostraba que podían arreglárselas perfectamente sin el apoyo de la filosofía. Esta actitud termina o alcanza su culminación en la afirmación de Stephen Hawking en 2010 de que la filosofía ha muerto. Los científicos son los que descubren cómo es el mundo, no los filósofos.
Volviendo al neoliberalismo, a su énfasis en los resultados medibles y comerciables, y el éxito con que las ciencia naturales hacen eso, podemos aventurar una respuesta a mi pregunta sobre la situación de las Humanidades en todo esto. Para que justifiquen su relevancia ante el prestigio de la ciencia y la tecnología, se ven obligadas a asimilarse cada vez más al marco científico, a sus métodos y a sus formas de evaluación. La filosofía positivista expresa muy bien esta exigencia. Para ella, todo conocimiento legítimo es positivo en el sentido de ser hechos a posteriori conocidos mediante la razón a partir de la experiencia sensorial. Esto es lo que hace la ciencia natural. Su método maneja fenómenos que son cuantificables y matemáticamente expresables, y produce, al final del proceso, conocimiento que es objetivo y que puede desprenderse del proceso que lo produjo, quedándose como un dato precisamente positivo. Si las ciencias humanas quieren ser relevantes en el mundo contemporáneo, van a tener que alinearse. Disciplinas como la economía y la psicología ya lo han hecho y por eso es mucho menos común encontrarlas en la lista de estudios humanísticos.
El problema es que la experiencia humana no es del todo cuantificable; de hecho, diría yo que es poco cuantificable. No es algo que puede calcularse sino que tiene que ser interpretado. Donde la ciencia produce información, las humanidades produce interpretaciones cuya finalidad es una transformación del individuo, un insight que le confiere cierta sabiduría práctica la cual le permite vivir bien. En palabras de Marx, se trata de dotarle al individuo de un sentido mineralógico. Ésta es la concepción de la filosofía que encontramos en la antigüedad, una concepción que de hecho no cambió mucho hasta mediados del siglo XIX o el siglo XX. A pesar de la monumental aportación lógica y epistemológica de La crítica de la razón pura, en cierto sentido podemos decir que Kant tiene importantes afinidades con esta concepción de la filosofía antigua. Su pensamiento no produce información sino una posición teórica que limita el conocimiento científico en aras de dejar espacio para la fe, la fe en Dios, la libertad y la inmortalidad, cosas que el positivismo tacharía de galimatías epistémicas. Lo más importante para Kant es dar cuenta de la autonomía del individuo que permite que viva de forma libre.
En fin, la presión institucional de adoptar la lógica científica y positivista es la primera cosa que quería comentar sobre la situación actual de las humanidades. La segunda, y quizá más importante, es la presión de alinearse con la lógica neoliberal. Recordemos que el neoliberalismo toma del liberalismo el valor de la libertad de los individuos. Como comentamos, la diferencia entre los dos es que el neoliberalismo toma el mercado como la forma más eficiente de maximizar esa libertad. Es posible que sea cierto eso; hay mucha gente que cree que sí, pero también muchos que lo critican. En todo caso, no voy a cuestionar aquí la aplicación general de esta idea, sino su aplicación particular, a saber, su aplicación al mundo educativo.
Dado que el mercado es el medio en el que la libertad de los individuos se ejerce, el neoliberalismo considera el individuo como un consumidor – consume los bienes que el mercado ofrece. Y uno de sus principios básicos es que el individuo como consumidor tiene conocimiento perfecto sobre sus preferencias; sabe lo que quiere. Nadie más, ni mucho menos el Estado, tiene el derecho de juzgar qué sería bueno para uno. Uno mismo es el mejor juez de sus propios intereses.
Como cuestión fáctica, esa idea es simplemente errónea. Todos hemos juzgado en algún momento que X o Y es bueno y tiempo después nos damos cuenta que no. El nutriologo me dijo que no era bueno tomar mucha coca cola, pero no lo hice caso, y ahora con el sobrepeso y la diabetes veo que era mejor juez de mis intereses que yo. Entonces, en vez de decir que cada quien es el mejor juez de sus intereses, deberíamos decir que en principio cada quien lo es siempre y cuando tomemos en cuenta que pueda aprender de sus errores y llegar tarde o temprano a un juicio razonado sobre su bien. Cuando uno se equivoca y se da cuenta de su error y cambia por consiguiente sus creencias al respecto, está pasando por un proceso de aprendizaje, por un proceso educativo.
Muchas veces, de hecho la mayoría de la veces, el aprendizaje consiste o resulta en la posesión de un nuevo dato, en nueva información. Imagínate alguien que quiere ser rico al producir y vender algún dispositivo digital. Para que pase de ser un Steve Jobs en su garaje a ser el rico dueño de una compañía como Apple, tiene que fallar y aprender muchas cosas, muchas veces, desde problemas en la producción, la promoción del producto, su comercialización, etc., etc. Hay muchos campos del saber que pueden ayudarle en esto, como la ingeniería, la mercadotecnia, la psicología, la economía, incluso la química y la física dependiendo del producto. Con todos ellos puede adquirir nueva información, datos que sirven de medio para que alcance sin fin último que es hacerse rico. Sin embargo, lo que ninguno de estos campos puede aportarle es el cuestionamiento del fin mismo. Hay aprendizajes que consisten no en la mera asimilación de nueva información sino en una reorientación total de perspectiva, en un cambio de rumbo, en la adopción de nuevos fines y valores. Este tipo de aprendizaje se da en las humanidades, especialmente diría yo en la filosofía. El geólogo puede decirte en qué consiste tal o cual mineral y cómo fuerzas físicas y químicas lo producen, pero sólo el humanista apoyado en el arte y la filosofía puede facilitar tu transformación en un ser que tiene el interés y la capacidad de captar la belleza de ese mineral. Sólo las humanidades pueden cultivar ese “sentido mineralógico”.
Bueno, quizá la palabra ‘cultivar’ no sea la más adecuada ya que no es necesario que tomes cursos de filosofía o que leas libros humanísticos para tener gusto. Todos tenemos gustos, todos valoramos y encontramos atractivas ciertas cosas. La diferencia es que en el neoliberalismo el mercado no pregunta sobre tu gusto o valor sino que simplemente ofrece bienes cuyo consumo puede satisfacer ese gusto. Las humanidades en cambio sí hace esa pregunta. Hace años di un curso sobre filosofía política a un grupo de alumnos en un colegio particular que estaban estudiando la carrera de ciencia política. Les pregunté ¿cuál es la diferencia entre la filosofía política y la ciencia política? Este último, les dije, les va a enseñar cómo funciona el aparato de gobierno actual por lo que les va a preparar a ejercer en alguna capacidad en ese maquinaria. La filosofía política, en cambio, pregunta ¿por qué ese sistema de gobierno y no otro? Analiza muchas posibilidades diferentes dejando así que el campo de acción sea mucho más amplia de lo que se imaginaba.
Hace poco dijimos que cada quien es el mejor juez de su propio bien si tomamos en cuenta un proceso de aprendizaje. El punto es que el neoliberalismo no tiene nada que decir sobre ese proceso. La educación no es un bien o servicio como los demás que encontramos en el mercado porque no se ocupa de proporcionar a uno lo que sabe que quiere, sino de cambiar la naturaleza y la estructura de las creencias, deseos e intereses de uno. Semejante educación, como vimos en la cita de Thoreau, es una educación liberal, no neoliberal. La libertad que contempla no es la del mercado en el que un consumidor elige entre una amplia gama de opciones. Muchas de esas opciones son patentemente contrario a los intereses humanos, como las drogas y los cigarros que nos hacen adictos, productos de lujo que nos hacen competir por estatus, y los dispositivos electrónicos que nos aíslan y nos vuelven anti-sociales y paranoicos. La libertad que puede ejercerse en el mercado es de hecho bastante limitada ya que los bienes que se ofrecen son aquellos que son compatibles con los intereses de ciertos actores como corporaciones y la particular estructura de mercado que los posibilita. Sin duda, puedo elegir entre docenas de marcas de shampoo y cereal. Sin embargo, si lo que realmente quiero es vivir en una sociedad que proporciona posibilidades de empleo digno para todos, donde la mercadotecnia no satura en todas partes mi campo visual, y donde la ganancia no supera a todos los demás valores, pues esas cosas no las vas a encontrar a la oferta en el mercado “libre”.
Muchos amigos y colegas me pregunta por qué no monetizo mi canal de YouTube. Ven que he puesto ligas en los vídeos para que le gente puede hacer donativos, entonces me dicen “Mira, estás ganando dinero de tus vídeos, ¿por qué no ganar más dinero con la monetización? Da lo mismo”. Yo respondo que no da lo mismo. En el primer caso, uno aporta algo de su corazón, como una manera de agradecer lo que ha aprendido de los vídeos. La relación entre el que dona y yo es directa. En el segundo caso, el mercado funge como un intermediario haciendo que la relación entre los suscritores y yo sea indirecta o mediada. En este momento mis amigos me dicen “Darin, te pasas; no pasa nada, la gente ve tus vídeos gratis y tú ganas dinero, no exageres”. Además dicen que no por eso logro yo escapar al mercado, que si la mayoría de los canales en YouTube no estuvieran monetizados, YouTube no ganaría dinero por lo que no existiría y por tanto no tendría una plataforma a la que subir mis vídeos. Tienen razón, lo reconozco. A lo mejor esta situación de la Fonda en YouTube sea parte de mi respuesta a la pregunta sobre la situación de las Humanidades en una economía política neoliberal, a saber, que es bastante difícil o quizá imposible extraerse del marco neoliberal. Pero ojo, no estoy en contra del mercado, sino sólo que el mercado determine las relaciones humanas en toda esfera de la sociedad. En la medida posible, hay que reducir esta influencia en la esfera educativa, o al menos en las Humanidades, por las razones que comentamos antes sobre la libertad. Esto es lo que trato de hacer al no permitir la monetización de mi canal.
Últimamente, he estado leyendo un libro del filósofo francés Alain Badiou que se llama en inglés In Praise of Love, algo así como “un elogio al amor” (no lo he encontrado en español). Critica ahí la manera en que la relación amorosa entre dos personas se da cada vez más por medio del mercado, en sitios de encuentro. Abordamos la búsqueda por el otro como consumidores; queremos minimizar el riesgo y maximizar el placer o la utilidad como dicen los economistas. Para facilitar eso la gente hace perfiles con sus datos, gustos y demás cosas con base en lo cual los algoritmos le sugiere a uno una buena pareja. Cuando compramos un producto aseguramos que tiene una garantía de satisfacción y que la tienda tiene una política de devolución. Y con el amor estamos llegando a una situación muy parecida. Lo que el mercado en la forma de estos sitios trata de hacer es eliminar el azar y el riesgo de la ecuación, algo que pretenden hacer con base en el perfecto conocimiento de sus gustos y valores que la persona ha plasmado en su perfil. Badiou comenta que antiguamente los matrimonios los arreglaban los padres. Los padres escogían la novia para su hijo. Pues ya hemos progresado mucho desde entonces. Hoy en día son los interesados los que lo arreglan. El problema para Badiou es que lo hacen tratando de controlar todo. El problema no es que los matrimonios hayan sido arreglados por los padres, sino que el amor se arregle en absoluto. El amor es una aventura que corre riesgos y requiere de trabajo. Lo bueno de las aventuras es que uno descubre cosas que desconocía, que no sabía que buscaba.
Ahora, trasladando todo esto a la Fonda y YouTube, el tema de mi canal no es otro que el amor mismo, el amor a la sabiduría, y es como si YouTube fuera uno de esos sitios de encuentro, una plataforma que media entre los pensamientos de los grandes pensadores y los suscritores. Si permitiera que el mercado funcionara en mi canal, o sea, si lo monetizara, entonces haría vídeos y vería que en ciertos meses tendría mayor ingreso de YouTube que en otros. Entonces me fijaría en los temas de los vídeos de ese mes dándome cuenta de que eso es lo que la gente quiere y trataría de hacer más de lo mismo para que el ingreso del siguiente mes siga fuera igual o mejor. Como el mercado neoliberal, estaría dándole al consumidor lo que quiere en vez de cuestionarlo. El aliciente del ingreso estaría influyendo sutilmente en mi criterio. Si viera que ese mes vídeos que subí sobre Zizek eran muy populares, ni se me ocurriría hacer el siguiente mes un vídeo sobre la metafísica de Duns Escoto. Nadie me escribe a la Fonda pidiendo vídeos sobre Escoto, sin embargo, quizá eso es justamente lo que hace falta, no necesariamente la metafísica de Duns Escoto como la experiencia de ver algo que cambie tu perspectiva. Es en ese cambio que se da la chispa del amor y es lo que la filosofía hace tan bien – cuestiona tus intereses y te sorprende con un mundo que de repente ves en sentido mineralógico.

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Música de la intro: La canción se llama “Ambience Musettienne” del album Simply Musette de Alexa Sage.

Música de la outro:  ZAPATEADITO OAXAQUEÑO II . Arodi Martinez S.  https://www.youtube.com/watch?v=qIcnUTBSOfw

38 Comments

  1. Oscar · 21/11/2022 Responder

    Larga Vida a La Sabiduría! Así solo sea en este rinconcito.

  2. Joan · 21/11/2022 Responder

    Hola Darin,

    Tan sólo tengo tres palabras para definirlo ” ¡ Genial !, Oro puro”.

    Saludos,

    Joan

    PS: Según Soren Kirkegard cultivarse es aquel viaje que debe hacer cada ser humano para llegar a conocerse a sí mismo. Hay muchos caminos para realizar este viaje. Cada forma de cultivarse a sí mismo a través de un libro, una película, una música, etc. nos interpela y nos confronta con nosotros mismos. En definitiva, activa este viaje que nos lleva a adentrarnos hacia lo que es uno mismo. Y, no cabe duda, que la Fonda Filosófica es un delicioso medio para emprender dicha aventura y no acabar deshumanizados y convertidos en un simple producto susceptible de ser monetizado. Sigue adelante, pues la libertad, hoy más que nunca, pasa a mi entender por crear bienes que posean un valor social cuyo precio ya no puede pagar ni el estado ni el mercado. Creo que aquí está la base de un nuevo contrato social que necesitaremos para los tiempos que vienen.

    • Mario · 21/11/2022 Responder

      “…crear bienes que posean un valor social cuyo precio ya no puede pagar ni el estado ni el mercado. Creo que aquí está la base de un nuevo contrato social que necesitaremos para los tiempos que vienen”

      EXCELENTE JOAN! Contame algo de vos. Algo que te haga más real, que me ayude a imaginarte. Gracias!

      • Joan · 21/11/2022 Responder

        Hola Mario,

        Me llamo Joan, nací en Barcelona pero actualmente vivo en Vilanova i la Geltrú un pueblo más tranquilo y humano que la ciudad cosmopolita donde se hicieron los JJOO de 1992. Soy ingeniero de telecomunicaciones y durante bastantes años he trabajo en el mundo de la consultoría para empresas multinacionales. En definitiva, he vivido y ayudado a desarrollarse lo que llamamos neoliberalismo. Estoy casado y tengo un niño adoptado de China. He estudiado filosofía de forma reglada en la universidad y por mi cuenta (la Fonda es uno de soso sitios donde me he degustado saborosos platos) . Por tanto, soy más bien un un telecos de letras, aunque me interesan todos los campos del saber. Entre mis aficiones está el pasear con mi perro y jugar al Go. Por último y, como no podía ser de otra manera, en cuanto al futbol soy del Barça.

        Espero que sirva. ¿Y tú? ¿Qué nos puedes contar Mario?

        Saludos,
        Joan

        • Mario · 21/11/2022 Responder

          Ay, soy un poco fanfarrón y gritón como todo argentino del puerto de Buenos Aires. Y como buen tanguero hijo de inmigrantes, a veces depresivo existencial después de haber vivido durante 70 años la decadencia y el derrumbe de un país a manos del cáncer populista. Soy ingeniero jubilado, vivo con mi familia y a veces hago consultorías en empresas. En mi primera adolescencia me ideologicé leyendo a Marx y canté con toda mi fuerza aquello de “al llegar a Barcelona lo primero que se ve, es a los perros fascistas sentados en un café”. Creí en la utopía del “Hombre Nuevo” que prometió el marxismo y que terminó en las dictaduras más horribles y en los bombardeos que el nuevo Hitler está haciendo sobre Ucrania en este mismo momento ¿Quién soy? Soy un baby-boomer, un hijo de los maravillosos 60´s y del movimiento hippie de los 70´s ¿Quién soy? Un admirador de este chico formidable que se llama Darin McNabb y que nos ayuda a hacernos las preguntas más importantes de la vida. Perdón por ser tan personal, Joan. Te mando un fuerte abrazo

    • Darin · 21/11/2022 Responder

      Bonita reflexión Joan, gracias!

      • Miguel korenko · 22/11/2022 Responder

        Estimado Darín
        Original y pedagógico tu nuevo video…como siempre….
        Para mí la fonda filosófica es un símil de la alegoría de la caverna de Platón dónde tu Darín eres el esclavo liberado que tratas de mostrar un mundo diferente al de las sombras que nos tiene esclavizado el capitalismo neoliberal….pero pocos serán capaces de seguirte por el miedo a la libertad que nos condicionó la ideología imperante…
        Muchas gracias a ti y a los distintos compañeros de viaje por comentarios tan interesantes

    • Ricardo · 10/12/2022 Responder

      Hola Darin. Recién hoy escuché tu video sobre qué es la filosofía. Me gustó que hayas dicho que entre tus filósofos favoritos esta Schopenhauer, a quien he leído hasta el cansancio, pensé que no te gustaba porque solo le has dedicado dos videos. Y uno se titula : Por que está triste Schopenhauer? Soy también admirador de Nietzsche y de Deleuze, pero Schopenhauer, como dice Borges en uno de sus poemas, el De los dones, dice Gracias por Schopenhauer, que acaso descifró el universo. Le debo haber comprendido el universo y no lo encuentro triste ni pesimista sino realista. Y además, como tú lo dices con acierto, tiene una escritura fantástica. Yo aconsejo a quienes lo leen que empiecen por la Eudemonologia, o El arte de ser feliz. Lo que ocurre es que te enfrenta con la verdad. Y la verdad del mundo, como lo dice Octavio Paz, es la enfermedad, el dolor y la muerte. El placer o la felicidad consiste en esos breves momentos que se sustraen alb de dolor. Me gustaría, ya que estás en México, que hagas un video sobre La llama doble, de Octavio Paz y que atiendas, como Rudiger Zafranski,la vida y no solo la obra de los grandes filósofos y pensadores. Tengo 72 años y estoy enfermo. No sabes cuánto te agradezco y aprecio tu trabajo en La Fonda Filosofica. Hss as y autores que no conocía y me los has revelado, y otros qué conocía y que he vuelto a leer. Tu trabajo ha mejorado mucho con los años y hoy es altamente recomendable para quienes no tienen el amor y la paciencia que los libros exigen. Te abrazo y va con ese abrazo mi gratitud!!!

      • Darin · 10/12/2022 Responder

        Hola Ricardo. Gracias por tu lindo mensaje. Tengo un vídeo por ahí que se llama “Tag de la filosofía – el amor” y me apoyé en ese libro de Paz para hacerlo. Gran libro! Gracias nuevamente, te mando un fuerte abrazo.

        • Ricardo · 12/12/2022 Responder

          Gracias Darin. Tus videos son excelentes. Mucho mejores que los primeros. Pero no me dijiste por qué, si Schopenhauer es uno de tus preferidos, le has dedicado tan poco. Por ejemplo, hay un opusculo que se titula El dolor en el mundo y el consuelo de la religión. O su tesis doctoral “la cuádruple raíz del principio de razón suficiente” o “La libertad y otras pasiones” qué tal vez merecieran tu atención siempre Yam provechosa. Gracias igual y buscaré el de Octavio Paz, que no lo he escuchado. Te deseo lo mejor. Estas haciendo un gran trabajo y cuando vaya a Mejico haré un modesto aporte para que puedas seguir muchos años. Gracias otra vez

  3. Patricia · 21/11/2022 Responder

    Darin si no existieras habría que crearte. Gracias de verdad. Este Fonda es un oasis para el cultivo de esa libertad de la que hablas (la de verdad y no el concepto apropiado y traducido a conveniencia por el neoliberalismo) y que es un rasgo esencial de una vida buena. Larga vida al amor por la sabiduría!

  4. Mario · 21/11/2022 Responder

    Hola Darin! Si no te molesta me pongo en el papel de tu editor y desde ese rol imaginario te traigo estos datos de la realidad. A ver

    Último video: 10.000 visualizaciones / 100 comentarios
    Hace dos meses (Wittgenstein): 50.000 visualizaciones / 300 comentarios
    Hace un año (Spinoza): 300.000 visualizaciones / 1000 comentarios

    Tenemos que tratar de entender qué está pasando y cómo hacer para mejorar estos indicadores (sin caer en recetas neoliberales, claro) / Quizás podamos perdirle a tus seguidores más fieles que nos den sus opiniones y nos ayuden a pensar / Abrazo fuerte!

    • Mario · 21/11/2022 Responder

      Quizás Patricia pueda hacer una reflexión sobre el tema …

    • Darin · 21/11/2022 Responder

      Gracias por los datos Mario, pero no puedo evitar pensar en el título de ese libro de Nietzsche: Así habló Zaratustra. Su subtítulo es “Un libro para todos o para ninguno”. La Fonda se encuentra en un punto intermedio, más cerca de ninguno que todos. Si intentara subir las cifras, me temo que caería en la lógica de la que analicé en el vídeo. Si alguien realmente está interesado en las ideas que trato en los vídeos, creo que los va a encontrar tarde o temprano. Un abrazo!

  5. Patricia · 21/11/2022 Responder

    Ja ja…Pues por alusiones voy a hacer una reflexión.
    Mira. Quizá es salirme un poco por la tangente pero es la reflexión que me sale…
    Se ha celebrado la 27 cumbre del clima que ha sido tan decepcionante como las 26 anteriores.
    Con las cumbres del clima pasa como con el día de la marmota te despiertas en la misma casilla de salida.
    Se ha llegado a una conclusión eso si. Ayudar con dinerito a los países más vulnerables (los menos responsables del problema por otra parte) ya que el dinero lo arregla todo, el dinero es Dios….Que relevante y exacta la frase de Wilde que comparte nuestro maestro Darin “Hoy día el hombre conoce el precio de todo y el valor de nada” ¿Qué tiene que ver el clima con los videos de la Fonda? Pues para mi, hay un punto en común. Que lo más relevante, lo más valioso, no interesa o no interesa en el grado en que debería interesar

    Y mira que te entiendo Mario. Tu quieres mejorar los indicadores, porque creo que sientes que los videos de la Fonda son importantes y necesarios y ojala tuvieran tanto éxito como…que se yo, los videos de las Kardasian o como se escriba, pero no es el caso.

    Pero pasar no pasa nada. Las cosas son así. Aquí estamos algunos. Y aqui seguimo. Y hacemos comunidad. Pequeña o grande es comunidad de personas interesadas por el conocimiento, por las grandes ideas, por el viaje de conocernos a nosotros mismos como más arriba decía Joan. No es poco.

    • Mario · 21/11/2022 Responder

      Gracias Patricia! Nuestra pequeña comunidad de los que amamos el conocimiento y nos encontramos en la Fonda resiste todos los embates! Qué hermosa realidad Patricia! Pero hace un año teníamos 30 veces más de visualizaciones… Para Darin tiene mucho que ver la importancia del pensador que se analice en los videos (Spinoza, indudablemente, mató). Como sea, sigamos calentando nuestras manos y nuestro espíritu con las hogueras del conocimiento. Abrazo fuerte!

  6. Francisco · 21/11/2022 Responder

    Darin: me pareció muy claro y sugerente tu video titulado “El sentido mineralógico”. Es, a mi juicio, además, una muy razonable actualización de las posibilidades que ofrecen las humanidades a la concepción de lo que son el liberalismo y el neoliberalismo. Me parece que sólo una cuestión básica está faltando: la importancia axiológica de la persona humana y su dignidad, como base sobre la cual podamos construir una sociedad más justa, tolerante, capaz de compadecerse del otro. Te sugiero que hables de las personas más que de los individuos, de la persona individual y de la moral o comunitaria. Te saludo cordialmente
    Francisco Paoli

  7. Mario · 26/11/2022 Responder

    Hola Darin! Releyendo el guión del video me detengo en esta frase tuya sobre KANT:

    “Su pensamiento no produce información sino una posición teórica que limita el conocimiento científico en aras de dejar espacio para la fe, la fe en Dios, la libertad y la inmortalidad …”

    ¿Te estás refiriendo al noúmeno? El noúmeno ¿es el espacio de Kant “reservado” para la fe y para Dios?

    • Darin · 27/11/2022 Responder

      Así es Mario. El mundo fenoménico es el mundo de la necesidad, de la universal aplicabilidad de las leyes de la física a fenómenos. El aspecto físico del ser humano es fenoménico y está sujeto a esas leyes. Sin embargo, si todo aspecto del ser humano se manifestara como fenómeno, entonces no habría libertad o al menos no se podría dar cuenta de la libertad del ser humano. Si partimos de la idea de que el ser humano es libre y no determinado, entonces hay que postular una dimensión más allá del fenómeno, a saber, el noúmeno.

      • Mario · 28/11/2022 Responder

        ¡Perfecto! Todo está muy claro Darin. A ver qué te parece mi manera de decirlo:

        1. CONDUCTAS DETERMINADAS por causa-efecto / esto es, las leyes científicas de la naturaleza

        2. CONDUCTAS DETERMINADAS por estímulo-respuesta / esto es, son conductas aprendidas o “hábitos” (en personas) y “reflejos condicionados de Pavlov” (en animales)

        3. CONDUCTAS LIBRES / conductas no-determinadas / están por fuera de todo determinismo y constituyen el reino de la LIBERTAD / solo existen en la persona humana y (para los creyentes) en la divinidad

        Me la impresión de que Kant “se lava las manos” frente a la cuestión de la LIBERTAD HUMANA y la oculta debajo del felpudo inventando el concepto del NOÚMENO / Sinceramente esto del NOÚMENO me resulta decepcionante para la alta valoración que yo tenía de Kant hasta ahora / En fin / de a poco el panorama filosófico general se aclara más y más / Gracias a vos Darin / Abrazo!

        • Patricia · 30/11/2022 Responder

          Que curioso Mario! Y que interesante.
          Cuando te leo y dices que Kant “se escaquea” sobre la cuestión de la libertad ( que desde mi punto de vista es la clave de la capacidad de decidir y la conducta moral y la ética y en fin todo lo que se desprende de un ser libre y autodeteinado) y dices que te parece que esta ocultándola bajo el felpudo de noumeno, de lo incognoscible por decreto y tal…te entiendo, entiendo lo que quieres decir…
          Y sin embargo yo lo veo justo al contrario…según mi forma de verlo no es que lo oculte bajo el felpudo sino que lo saca a primer plano. Como una cuestión (la libertad) esencial del ser humano. Algo en lo cual cada cual de nosotros ha de hacerse responsable por si mismo sin caminos ya dados, sin respuestas dogmáticas, sin atajos, algo que por así decir corresponde a la responsabilidad de cada cual…y lo veo como que realza precisamente esa característica de ser libres…
          No sé. Supongo que son formas de verlo e interpretarlo. Pero es muy interesante cuando hay interpretaciones diferentes. Es como el pato conejo del amigo Witt. Según la perspectiva que adoptes se puede ver muy diferente y la verdad cual es? Quizá todas o ninguna ja ja.
          Un gusto como siempre.

          • Mario · 01/12/2022

            Hola Patricia! La verdad es que me expresé muy mal así que te doy la gracias por la cachetada que bien merecida la tengo jaja!

            Pasó lo siguiente: Leí el post de Darin del 27/11 y me puse MUY CONTENTO porque sentí que entre todos vamos construyendo repuestas filosóficas comunes al misterio de la vida. Hay algo de la Fonda que nos une a todos los seguidores (además de Darin, claro!) y es el conocimiento que estamos construyendo juntos. Y estaba tan emocionado con este post de Darin del 27/11 que quise decir lo que había entendido con mis propias palabras pero me salió horrible

            Ahora trato de hacerlo bien jaja! Ahí voy…

            KANT habría pensado así: “Si parto de la idea de que el ser humano es libre y no determinado, entonces tengo que postular una dimensión más allá del Fenómeno. La llamaré Noúmeno” / “Ahora, como el tema de la Libertad y de Dios son complejos (sigue Kant) voy a postular que NO ES POSIBLE llegar a conocerlos, aunque reconozco que existen. A esto que nos es posible conocer lo llamaré Noúmeno”

            O sea, Patricia, Kant NO NIEGA la existencia de la Libertad ni de Dios / Lo que dice es que NO ES POSIBLE ACCEDER AL CONOCIMIENTO DE ELLOS / Y, en mi opinión (discutible por supuesto) lo que hace es patear el tema para adelante

            ¿Pude expresarme ahora Patricia? ¿Qué pensás vos que hace Kant frente al tema de la Libertad y de Dios? TU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE PARA MI PATRICIA / te mando un fuerte abrazo!

  8. Patricia · 26/11/2022 Responder

    Hola Mario. Yo también me quedé pensando en esa frase de Darin sobre Kant, y no puedo evitar que me parezca aplicable también a Wittgenstein. Veo bastantes similitudes entre Kant y Wittgenstein si me pongo a pensar, similitudes más “de fondo” que de forma, por así decir.

    Esa similitud que veo en ellos “de fondo” y quizá la razón por la cual me atraen ambos (aunque tengo debilidad por el amigo Witt, lo confieso) es lo que yo llamaría “sentimiento de reverencia ante el misterio de la vida”.

    De alguna manera ellos se proponen poner limites a lo que puede conocerse o expresarse y llegan a la conclusión más o menos de que poca cosa puede conocerse con rigor más allá de los conocimientos empíricos y científicos, pero no es que su discurso sea “cientifista”, en plan de que el único conocimiento “valido” “objetico” y “que importa” es el científico, para nada.
    Más bien al contrario, lo que más les importa es lo que queda fuera de los límites que ellos mismos imponen. Lo que esta más allá de los limites es lo más valioso.
    Kant le dio una buena tunda a todo el conocimiento metafísico de Dios, Mundo y Alma y demostrando que eran conocimientos vacíos, sin referente, sin contenido, que llevaba a aporías y contradicciones. Pero no es que no le diera valor a la metafísica, le daba muchísimo valor, la definía como “el coronamiento de la razón humana”…casi nada…

    En cuanto al amigo Witt. tiene algunas frases que casi parecen sacadas de un texto budista o que acaba de tener un satori y está tratando de describirlo, lo cual esta en las antipodas del lógico que era ja ja…pero el tipo era paradójico, ya que seguía hablando de lo que no se puede hablar…

    Te copio una frase de Witt que he leído hace poco en un articulo, una frase que muestra el asombro y la reverencia ante el mundo, ante la vida y que desde luego si la leyeran cualquiera de los del circulo de Viena que le consideran su padre ideológico, se llevarían las manos a la cabeza:

    Renunciar a la vida y al mundo por la ética del no deseo. Vivir entonces en el instante eterno de lo bello, que es lo que hace feliz. Y lo feliz es lo bueno. Y lo bello es: que (siquiera) haya lo que hay: eso es lo místico.
    Lo bueno. Lo feliz. Lo bello. Lo místico. Las categorías éticas.
    Todo es lo mismo.
    Silencio de nuevo: consideración, visión, sentimiento sub especie eternitatis
    ¡Vive feliz! y nada más.
    He ahí toda la ética en esa frase.
    Toda la vida.

    • Mario · 27/11/2022 Responder

      Hola Patricia! Creo con vos que Witt expresa su espiritualidad mucho más que Kant. Tanto uno como el otro fueron “adoradores de la Dios Razón” pero la frialdad de Kant (dicen que nunca expresó sus emociones ja!) para meter bajo siete llaves la espiritualidad humana en el cofre del noúmeno, me parece el colmo de la represión emocional (a Witt la vida se le escapaba por todas las costuras de su alma desgarrada jaja!)

      Aunque con estilos diferentes, quizás pueda decirse que ambos fueron dos grandes agnósticos

      Te mando un abrazo Patricia y sigo atento a todos tus comentarios

    • Darin · 27/11/2022 Responder

      Sí Patricia, hay mucha similitud entre Kant y Wittgenstein. Kant se ocupa de los límites de la razón; le pone límites para que no incurra en afirmaciones dogmáticas desligadas de la experiencia. Wittgenstein, en cambio, se ocupa de los límites del lenguaje (ha bajado de la razón a la lengua por así decirlo). Lo que trata de hacer en el Tractatus es esclarecer la naturaleza de la lógica. Evita la insostenible jerarquía de tipos que plantea Russell al afirmar que la lógica muestra sus límites en vez de decirlos. Esto conduce al carácter inefable de los enunciados éticos y religiosos lo cual nos lleva a compararlo con Kant.

      • Patricia · 03/12/2022 Responder

        Querido Mario. Créeme que te respeto totalmente y me encanta dialogar contigo de tu a tu como aprendices que amamos la sabiduría y que nos vamos acercando paso a paso a lo que han dicho los grandes pensadores y de paso vamos generando pensamientos por nosotros mismos (o sea como aprendices de filosofos que somos los que nos reunimos en esta Fonda). No te daría yo una cachetada puesto que eso supondría creerme en un tipo de superioridad intelectual respecto a ti o algo así y para nada.
        Te explicas perfectamente. Es más. Entiendo tu argumento y se puede ver de la manera que tu lo ves. De hecho creo que en lo que respecta a Dios Kant lo considera inaccesible al conocimiento como tú dices e indemostrable por medio de la razón (de hecho le pega bien duro a los argumentos racionales que “demuestran” la existencia de Dios. Supongo que deja espacio para la fe pero lo que es el, no se moja en el tema…
        Con respecto a la libertad tendría que leer más a Kant o entenderlo con un poco más de profundidad, pero yo creo que ahí sí se moja y mucho. La considera desde mi punto de v8sta como que existe y que es crucial Porque la libertad (creo) es para Kant requisito imprescindible para que pueda haber conducta moral. De hecho si no hay un Dios o una moral por así decir impuesta “desde fuera” o revelada (y yo creo que en épocas previas a Kant la moral y la religión iban muy unidas) la libertad es aún más importante. Porque sólo un ser libre puede elegir hacer el bien o el mal. Elegirlo él. No sé si me explico. No cumplir una norma dictada desde fuera: por Dios o por la ley o por lo que sea. Creo que para Kant la libertad sería un requisito previo y necesario para la conducta ética. Esa es mi interpretación pero no he leído la crítica de la razón práctica donde habla de estos temas creo. Y de la crítica de la razón pura sólo he visto los vídeos de la fonda así que ya ves…mi interpretación pues tiene el fundamento de aprendiz total…Un gran abrazo

        • Mario · 04/12/2022 Responder

          Qué interesante es conversar contigo, Patricia. Sos muy inspiradora, de verdad. A ver, tiro un posible puente para seguir relacionando a Kant con Wittgenstein:

          (1) Para Kant Dios existe, pero lo mete dentro del Noúmeno (lo que no se puede conocer) porque no puede explicarlo con palabras ni con conceptos. Dios es lo INEFABLE / Y lo que no puede expresarse con palabras no se puede conocer

          (2) Wittgenstein, por otro lado, pone en el centro de su preocupación lo que no puede ser dicho con palabras, es decir lo INEFABLE

          (3) Conclusión: LO INEFABLE ES EL “NOÚMENO” DE KANT Y LO “INEXPRESABLE CON PALABRAS” DE WITTGENSTEIN / Ambos comparten el asombro (¿y el espanto?) por lo que no puede expresarse con palabras / Y creo que esto los une profundamente

          (4) Otra conclusión: Para Kant -que es el líder de los iluministas del siglo XVIII- los sentimientos y la experiencia están fuera de los límites de su conciencia, no se da cuenta de ellos. Hoy diríamos que es un “analfabeto emocional” / Pero Wittgenstein ya no puede quedarse en el analfabetismo emocional porque está viviendo en un mundo en el que ya han hablado o están a punto de hablar monstruos como Freud y Jung

          Qué sexy es la Filosofía Patricia! Sigamos pensando. Abrazo!

        • Mario · 04/12/2022 Responder

          Darin diría que Kant le pone LÍMITES A LA RAZÓN y que Wittgenstein le pone LÍMITES AL LENGUAJE

          ¡Chapó!

  9. Mario · 06/12/2022 Responder

    Darin, voy a tratar de ordenar lo que creo aprendí hasta ahora

    1 Vivimos en la EXPERIENCIA, es decir, en esta mezcla de pensamientos, emociones y sensaciones producidas por los cinco sentidos y que suceden de manera ininterrumpida y simultánea Se podría decir que “vivimos experienciando”

    2 Solo “nos damos cuenta” de una parte de esa experiencia (experiencia consciente) y no nos damos cuenta de la otra parte (experiencia no-consciente). A la parte consciente la llamo EXPERIENCIA SIMBOLIZADA y a la no-consciente EXPERIENCIA NO-SIMBOLIZADA

    3 En la interpretación vulgar, la palabra “experiencia” se suele emplearse como sinónimo de “fenómeno”, es decir, como algo que sucede afuera de nosotros. Pero para nosotros, seres humanos, no hay nada (real o imaginario) que podamos conocer sino es a través de nuestra experiencia / La EXPERIENCIA es el límite cognitivo del ser humano. Y todo lo que está afuera es “noúmeno” en términos kantianos

    4 El mundo real está afuera de mí y existe independientemente de mí. Pero solo puedo conocer la parte del mundo real que produzca EXPERIENCIAS en mí, imprimiendo mis sentidos

    5 Todo aquello que -siendo parte de la realidad- no produzca EXPERIENCIAS en mí (SIMBOLIZADAS (puestas en palabras) o NO SIMBLIZADAS (que no pueden ser captados por las palabras como los sentimientos)) constituyen, como el noúmeno de Kant, lo incognoscible para mí

    6. La imaginación no es reflejo de la realidad exterior sino que es realidad interior creada por mí y que puede llevarme a la creatividad y al Arte

    • Darin · 06/12/2022 Responder

      Hola Mario. El tema que aquí discutes no está tratado en este vídeo. Hablas de lo que hasta ahora has aprendido, pero no sé de dónde lo has aprendido. No sé si has leído La crítica de la razón pura. Ahí es Kant trata esos temas, pero lo que dices sobre la experiencia, la imaginación y el noúmeno no suena mucho con lo que dice ahí. No sé si lo que dices aquí es una reflexión tuya sobre estos temas, algo que has aprendido de un vídeo, o por la lectura directamente de Kant. Tengo una serie sobre la primera crítica de Kant. Si hicieras preguntas puntuales en los comentarios de esos vídeos las podría responder, pero responder aquí implicaría plantear muchas cosas que ahorita no tengo el tiempo para hacer. Ya los he dicho en esa serie. En todo caso, esa serie es sólo un bocadillo, debería estimular la lectura del propio Kant. Él sí es el maestro.

  10. El Crustáceo Cascarudo · 08/12/2022 Responder

    Pues quizás te conviniera dar una vuelta Duns Scoto. Tu manera personal de comprender las cosas es tu “ecceidad”.

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