El Tractatus de Wittgenstein, pt. 4/9

Hoy empezamos a discutir la naturaleza de la proposición y su forma lógica a diferencia de la forma pictórica de los modelos que hemos discutido hasta ahora. Hablaremos brevemente de la distinción de Frege entre sentido y referencia para apoyarnos en la comprensión de la proposición.

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La relación entre el ser y el pensar, entre el mundo allá fuera y los pensamientos aquí adentro, es uno de los temas más antiguos de la filosofía, y es a grandes rasgos el tema del Tractatus. En su texto, Wittgenstein empieza con el ser: dice, el mundo es todo lo que es el caso. En el último vídeo, vimos que Wittgenstein empezó a acercarse al otro lado del binomio. Dijo que nos hacemos figuras o modelos de ese mundo, o sea, modelamos los hechos. Como vimos, esos modelos, como los que suelen usarse en un juicio en la corte, constan de varios elementos que corresponden a los elementos del hecho que se da en el mundo (digamos, un accidente automovilístico), y además estos elementos pueden combinarse de diversas maneras; los modelos son capaces de figurar diferentes posibilidades o estados de cosas, los que se dan e incluso los que no se dan. Con todo eso, hemos tratado las proposiciones 1 y 2 y todas sus sub-proposiciones. En este vídeo, empezamos con la proposición 3. Dice: “La figura lógica de los hechos es el pensamiento”.
Ahora sí, con esto pasamos ya al otro lado del binomio, pasamos del ser o el mundo al pensamiento. Dice que el pensamiento es una figura lógica de los hechos. Eso suena un poco extraño. El ejemplo que hemos visto de una figura es el modelo que usan en la corte que muestra la posición de los coches en el accidente, sin embargo, ese modelo es espacial. Es la organización de los elementos en el espacio lo que permite que sea una representación o modelo del accidente en el mundo real. Entonces ¿qué quiere decir con la frase ‘figura lógica’? Bueno, si estuvieras en la corte escuchando el juicio sobre el accidente, habrías visto el modelo de los coches pero todo los demás, todo lo que dicen los abogados y los testigos, no lo dicen con modelos espaciales sino con el lenguaje. Y el detalle es que el lenguaje, a diferencia de los modelos diagramáticos, como mapas, no imita las relaciones espaciales de las cosas de las que habla. Por ejemplo, si uno de los hechos en el mundo es que hay una manzana sobre una mesa, podemos figurar o modelar ese hecho al decir “Hay una manzana sobre la mesa”. Sin embargo, los elementos de esta figura que acabamos de enunciar, o sea, las palabras, no reflejan las relaciones espaciales de los elementos del hecho en el mundo. Bueno, podríamos escribir la palabra “manzana” y debajo de ella la palabra “mesa” y eso expresaría de alguna manera el hecho en el mundo al que se refiere (es decir, la manzana estando encima de la mesa), pero el lenguaje no funciona así. En tanto modelo, el lenguaje cuenta con elementos, a saber, las palabras, pero las palabras se organizan entre sí de forma no espacial sino lógica. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre una figura espacial y una lógica, entre, digamos, un mapa y una proposición?
Hay una famosa obra de arte de Joseph Kosuth que se llama Una y tres sillas. La obra consiste de tres elementos: 1) Una silla física, 2) una fotografía que se ha tomado de esa silla y que se ha ampliado al tamaño de la silla física y que se ha colgado a su lado, y 3) una definición de “silla” que también se ha ampliado y colgado al otro lado de la silla física. Entonces, viendo la obra de frente ves estos tres elementos y la pregunta que el título de la obra sugiere es si hay tres sillas individuales o si hay una sola, la verdadera que comprende las tres individuales. Podríamos hacer todo un vídeo sobre esta obra y sus implicaciones filosóficas pero aquí vamos a usarla para pensar la problemática que presenta Wittgenstein en su texto. Para ello, hagamos un poco más explícito el hecho que queremos figurar. En vez de la simple silla, vamos a poner una manzana sobre la silla. Así que, la foto a su lado sería de la silla con la manzana encima y en vez de la definición al otro lado vamos a poner la proposición “Hay aquí una silla con una manzana puesta sobre ella”. Bien, entonces tenemos aquí una figura espacial (la foto), y una lógica (la proposición). Empecemos con la foto. ¿Qué es lo que permite que modele la silla con su manzana? La proposición 2.17 dice: “Lo que la figura ha de tener en común con la realidad para poder figurarla a su modo y manera —correcta o falsamente— es su forma de figuración”. En el caso de la fotografía, esa forma es pictórica o icónica; la organización de los elementos en la fotografía guarda una semejanza, en este caso espacial, con la organización de los elementos del hecho en el mundo, es decir, la silla física. Pero la organización espacial no es la única forma que la figura y el hecho en el mundo pueden compartir. Puede ser una forma cromática como cuando una muestra de color en la tienda de pinturas figura o representa el color de un cuarto; o una forma temporal, como la que el rollo de un organillo comparte con la música que se toca.
Volviendo a nuestro ejemplo, pasamos de la fotografía a la proposición, ésa que dice: “Hay aquí una silla con una manzana puesta sobre ella”. Está claro que esta figura o modelo no se asemeja de ninguna manera con el hecho en el mundo al que se refiere, no de forma pictórica, ni cromática ni temporal. Si logra representar la silla física, tiene que deberse a que comparte algo en común con ella. ¿Cuál es esa cosa? La forma lógica. ¿Cuál es la diferencia entre la forma lógica y la pictórica? Tanto la proposición como la fotografía son figuras, sin embargo, la fotografía no dice nada; no asevera que algo que se le parece se encuentra en alguna parte del mundo. En cambio, la proposición sí dice algo, dice que algo es el caso, a saber, que “Hay aquí una silla con una manzana puesta sobre ella”. Tanto la fotografía como la proposición representan un hecho en el mundo, lo cual es posible debido a que las dos tienen una relación proyectiva con lo que representan. En el caso de la fotografía, no dice nada porque no hace falta. Tiene lo que podríamos llamar una referencialidad intrínseca, lo que antes llamábamos su carácter icónico. Es decir, lo que permite que se proyecte a algo en el mundo es la semejanza que guarda con esa cosa, y el punto aquí es que esa semejanza ya la tiene, es intrínseca a la imagen misma. Cuando habla del carácter pictórico de una figura, Wittgenstein utiliza el verbo ‘vorstellen’ que significa ‘presentar’; el verbo ‘darstellen’ significa ‘representar’. Entonces, la fotografía representa la silla física, pero dentro de sí misma presenta lo que representa. La diferencia entre presentar y representar y es cómo la diferencia entre forma y contenido, o lo que Wittgenstein llama ‘sentido’. El sentido de la fotografía, su contenido o lo que significa o representa, está encerrado en su forma, en la forma pictórica.
Ahora, esta referencialidad o iconicidad interna no se da en el caso de la proposición. La relación proyectiva que se da entre la proposición y el hecho en el mundo no está presente en la proposición misma sino que tiene que establecerse y eso se hace con el pensamiento. Su sentido tiene que ser pensado, y es por eso que dice en la proposición 3 del texto que una figura lógica de los hechos es un pensamiento. La forma que la proposición comparte con el hecho en el mundo no es pictórica sino lógica y esto consiste simple y sencillamente en la existencia y no-existencia de estados de cosas. ¿Por qué? Pues si lo piensas un momento, verás que una figura pictórica dada, sea una fotografía o un mapa, es muy limitada en su alcance o proyección hacia los hechos en el mundo. La fotografía de la silla puede hacer referencia al hecho de la silla y la manzana en nuestro ejemplo, pero poco más. Y un mapa de la ciudad de México puede proyectar o representar la configuración de las calles de la Ciudad de México, pero no el hecho sobre la silla y la manzana. La forma lógica en cambio es mucho más amplio en su alcance. ¿Qué tienen en común el hecho sobre la silla y el hecho de que las calles de la Ciudad de México tiene cierta configuración? No su forma espacial o pictórica, sino su forma lógica, el hecho de que constituyen estados de cosas que se dan, que existen, o no. Esta forma lógica es, para Wittgenstein, la forma de la realidad. Si te acuerdas de las primeras proposiciones del texto, Wittgenstein dice “Los hechos en el espacio lógico son el mundo” y “La totalidad de los hechos determina lo que es el caso y también todo cuanto no es el caso”.
Hasta ahora en el texto, Wittgenstein ha utilizado el término ‘proposición’ un par de veces, pero no es hasta la 3.1 que la introduce de frente. Dice: “En la proposición se expresa sensoperceptivamente el pensamiento”. La palabra alemana que utiliza aquí es Satz, lo cual significa proposición o simplemente oración. Ningún termino especial aparece más veces en el Tractatus que éste, y de hecho Wittgenstein originalmente iba a llamar su texto Der Satz en vez de El Tractatus. Entonces, se podría decir que entre todas las cosas de las que trata su texto, la principal es la proposición y su naturaleza. Es el punto que enlace precisamente el ser y el pensamiento. De aquí en adelante vamos a hablar mucho de la proposición.
Bien, en la 3.1 dice que el pensamiento encuentra en la proposición una forma perceptible por los sentidos. O sea, si hablo o escribo, estoy creando signos que traducen el pensamiento en algo que otras personas pueden captar. En 3.11 dice: “Usamos [los signos sonoros o escritos] de la proposición como proyección del estado de cosas posible. El método de proyección es el pensar el sentido de la proposición”. Recuerda que el sentido de la proposición no es algo que la proposición misma encierra, como en el caso de la imagen fotográfica. Su sentido tiene que ser pensado para que se proyecte al hecho a que se refiere. Para esto son necesarias dos cosas. Primero, la proposición no es icónica sino simbólica, por lo que la proyección no es pictórica sino lógica, lo cual implica que tiene que haber una convención o regla para traducir o proyectar los elementos del lenguaje al hecho en el mundo. Semejantes reglas vienen en la gramática socialmente establecida del lenguaje en cuestión junto con cualquier diccionario del mismo. Con esas herramientas uno organiza los elementos de la proposición para expresar lo que uno piensa, por ejemplo, “Hay aquí una silla con una manzana puesta sobre ella”. Ahora, habíamos dicho que, a diferencia de la imagen icónica, la proposición, que es simbólica, no encierra su sentido en sí misma sino que tiene que crearse al ser pensado. Para entender en qué consiste el sentido, vamos a hacer un paréntesis para hablar un poco de Gottlob Frege cuyo concepto de sentido Wittgenstein en buena medida adoptó.
En su famoso ensayo “Sentido y referencia”, Frege presenta un interesante problema que surge cuando nombramos objetos en el mundo. Él utiliza el ejemplo de ‘la estrella matutina’ y ‘la estrella vespertina’, dos nombres que se usan para referirse al planeta Venus. Pero quiero usar un ejemplo más llamativo. Si digo el nombre “Darth Vader” ¿en qué piensas? ¿a qué me refiero? Obviamente, a este personaje que todos hemos visto en el cine. Este personaje es la referencia del nombre Darth Vader. Al oír cualquier nombre propio, sea de una persona, un lugar, o una cosa, lo que entendemos como el significado de ese nombre es su referencia. Ahora, el nombre ‘Darth Vader’ no es la única manera que podemos referirnos a ese personaje. Si uno dijera ‘el padre de Luke Skywalker’ pensaríamos de inmediato en el mismo referente. Darth Vader es el padre de Luke Skywalker. Y aquí surge un enigma para Frege, uno que llamó el enigma de la identidad. Si lo que queremos decir cuando empleamos un nombre propio es el referente, entonces la frase Darth Vader es el padre de Luke Skywalker expresa una relación entre objetos o referentes. Hasta ahora bien, pero si es así, entonces esa frase tendría que ser equivalente a la frase Darth Vader es Darth Vader ya que se trata del mismo objeto en los dos casos. Este último es un ejemplo de la tradicional “ley de identidad”, la primera ley de la lógica Aristotélica, o sea, que todo objeto es idéntico consigo mismo, A = A. Sin embargo, estas dos frases no son iguales; guardan una diferencia importante. La frase Darth Vader es Darth Vader no nos dice nada; es una obviedad. La frase Darth Vader es el padre de Luke Skywalker, en cambio, no es una obviedad, sino que es informativa, nos dice algo que la primera no nos dice, como bien aprendió Luke en esa famosa escena de la película. Para dar cuenta de esta diferencia, Frege dice que hay que distinguir entre dos aspectos del contenido de una expresión: 1) el objeto que representa, su significado, o referente, lo que Frege llamaba en alemán Bedeutung; y 2) su sentido, que es el modo en que ese significado o referente es determinado o presentado, lo que Frege llamaba Sinn. ‘Darth Vader’ y ’El padre de Luke Skywalker’ significan el mismo objeto pero lo presentan de diferentes maneras.
Wittgenstein acepta esta distinción, pero la maneja de una forma distinta. A diferencia de Frege, los nombres para Wittgenstein no tienen sentido sino sólo referencia, y las proposiciones no tienen referencia sino sólo sentido. Bueno, sí tienen referencia, sólo que aquello a lo que se refieren no son objetos en el mundo, sino hechos. Como sabemos, el mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas. En su Diario filosófico dice: “La referencia de una proposición es el hecho que efectivamente le corresponde”. En cuanto al sentido dice: “Una proposición tiene dos polos (que corresponden al caso de su verdad y el caso de su falsedad). Esto lo llamamos el sentido de una proposición”. En Frege vimos que el sentido es el modo de presentación del objeto, o sea, Darth Vader o el padre de Luke Skywalker. En Wittgenstein, dado que la proposición se refiere a los hechos, el sentido es la posibilidad de un estado de cosas, y aquí hay sólo dos posibilidades: o se da o no se da, o existe o no.
Ahora, estamos hablando de todo esto porque queremos entender la diferencia entre una figura pictórica y una lógica. Volvamos a nuestro ejemplo de la silla y la manzana. La fotografía colgada atrás es una figura pictórica que, gracias a su iconicidad, encierra su sentido. Lo que representa es lo que exhibe o presenta icónicamente. La proposición “Hay aquí una silla con una manzana puesta sobre ella” no es pictórica sino lógica. No encierra su sentido sino que tiene que ser pensado, lo cual es lo que quiere decir la proposición 3: “La figura lógica de los hechos es el pensamiento”. ¿Y cuál es el sentido que proyecta? Los dos polos que menciona Wittgenstein, la existencia y la no-existencia de estados de cosas, o sea, la verdad y la falsedad de la proposición. Con todo esto establecido, podemos ver claramente la diferencia entre una figura pictórica y una lógica. La fotografía de la silla y la manzana podría convertirse en una proposición, o constituir parte de una, si alguien la tomara y dijera “Las cosas no son así”. Imagínate que el estado de cosas fuera una simple silla sin manzana. Entonces, estaríamos usando la fotografía para decir algo verdadero (en esencia estaríamos diciendo ‘No hay una silla con una manzana encima’), pero se diría no en virtud de su forma espacial o pictórica, ya que la imagen misma no sería correcta, no nos muestra en sí misma cómo están las cosas. Lo que hace que comunique algo verdadero entonces no es su forma pictórica sino su forma lógica.
Empezamos nuestra discusión hablando un poco sobre el antiguo tema de la relación entre el ser y el pensar. Quiero concluir con unas proposiciones que muestran la muy estrecha relación que en el Tractatus tienen. En 3.001 dice: “«Un estado de cosas es pensable» quiere decir: Podemos hacernos una figura de él”. Y en 3.02 dice: “El pensamiento contiene la posibilidad del estado de cosas que piensa. Lo que es pensable es también posible”. Muy interesante esta última afirmación – que lo que es pensable es también posible. Su corolario sería que si algo fuera imposible, no lo podríamos pensar. Por un lado, parece correcto lo que dice, tal como indican las contradicciones, las cuales señalan situaciones que son imposibles. Por ejemplo, “La puerta está abierta y al mismo tiempo la puerta está cerrada”. Eso siendo imposible, tampoco es pensable. Bueno, podemos plasmarlo en una proposición, pero no tiene sentido. ¿Por qué? Porque, como vimos hace rato, el sentido de la proposición es la existencia e inexistencia de estados de cosas, y en este caso no es posible ninguno de esos dos estados.
Entonces, por ese lado parece correcto lo que dice, pero por otro lado, no. Imagínate que te dijera que puedo mover las manos así y volar como un pájaro. Dirías que no, que eso es imposible. Yo ni siquiera puedo concebir de forma inteligible cómo estarían organizados los elementos de un estado de cosas en el que una puerta estuviera abierta y cerrada al mismo tiempo, pero sí puedo concebir perfectamente mover las manos así y volar. Es imposible que vuela así, sin embargo, tiene sentido la idea, es pensable. Entonces ¿es incorrecto lo que dice Wittgenstein? No. Es sólo que Wittgenstein tiene una concepción muy estricta de posibilidad. En el Tractatus, toda posibilidad es posibilidad lógica, no física. Wittgenstein expresa esta idea en 3.031 donde dice: “Se dijo en otro tiempo que Dios podría crearlo todo a excepción de cuanto fuera contrario a las leyes lógicas. De un mundo «ilógico» no podríamos, en rigor, decir qué aspecto tendría”. Seguramente, tenía en mente la Suma teológica de Sto. Tomás de Aquino. En la pregunta 25 de la primera parte, Sto. Tomás trata argumentos que cuestionan la omnipotencia de Dios. Si Dios es omnipotente, entonces pareciera que no hay nada que no puede hacer. ¿Podría crear un triángulo de dos lados, o un soltero casado? Sto. Tomás dice que no, pero no porque le falte poder. La imposibilidad de algo se basa no sobre la cantidad de poder que uno tiene sino sobre la naturaleza de la realidad. Dice Tomás: “Todo lo que no implica contradicción cabe dentro de los posibles respecto a los que Dios es llamado omnipotente. Por otra parte, lo que implica tal contradicción no está sometido a la omnipotencia divina, porque no puede tener razón de posible. Por lo tanto es más correcto decir: No puede ser hecho, que decir: Dios no puede hacerlo”. En el caso de Dios, se trata de los límites de lo que puede hacer; en el de Wittgenstein – lo que se puede decir. Por eso dice en la proposición que citamos: “De un mundo «ilógico» no podríamos, en rigor, decir qué aspecto tendría”. Y por ser así, tampoco lo podríamos pensar.
Curiosamente, entre las pocas obras filosóficas que Wittgenstein tenía en su posesión cuando murió estaban dos volúmenes de la Suma teológica. Me gusta mucho que uno de los filósofos más importantes y célebres del siglo XX valorara tanto las palabras de uno de los filósofos quizá menos estudiados hoy en día. Aunque Wittgenstein era una persona profundamente religiosa, lo que valoraba en Sto. Tomás no era tanto el tema de su pensamiento, o sea, Dios, como la forma en que pensaba. A su amigo Maurice Drury le dijo alguna vez: “Cuando [Sto. Tomás] empieza a hacer distinciones es realmente maravilloso”. Otro curioso vínculo entre los dos tiene que ver con sus respectivas opiniones sobre el valor de lo que habían pensado y escrito. Según nos dicen, en 1273, mientras decía la misa, Sto. Tomás recibió una revelación de Dios la cual tuvo como consecuencia que dejara de escribir, dejando así inconclusa su obra maestra, la Suma teológica. Cuando le preguntaron porque había dejado su trabajo respondió: “Todo lo que he escrito es paja en comparación con lo que he visto y me ha sido revelado. No puedo hacer nada más”. Wittgenstein termina el prólogo del Tractatus diciendo que la verdad de los pensamientos que ha comunicado en su libro le parece intocable y definitiva. “Si no me equivoco en ello”, dice, “el valor de este trabajo se cifra, en segundo lugar, en haber mostrado cuan poco se ha hecho al haber resuelto estos problemas”.

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Utilizo la versión del Tractatus editada por Gredos.

Música de la intro: La canción se llama “Ambience Musettienne” del album Simply Musette de Alexa Sage.

Música de la outro:  ZAPATEADITO OAXAQUEÑO II . Arodi Martinez S.  https://www.youtube.com/watch?v=qIcnUTBSOfw

19 Comments

  1. Mario · 07/12/2022 Responder

    Tu video es apasionante Darin! Y apenas empecé me surgió esta duda: ¿se puede pensar sin palabras? /
    Si alguien me puede ayudar o darme su punto de vista se lo agradecería mucho

    • javibaz · 07/12/2022 Responder

      Depende de lo que entiendas por pensar. Cuando tienes una destreza suficiente en un instrumento musical, lo que piensas es lo que ejecutas. Pregunta a cualquier músico competente.
      Devon Rodríguez suele dibujar cualquier cosa que imagina. Cuando ve en los metros de NY a alguien también lo dibuja con una facilidad pasmosa:
      https://www.youtube.com/watch?v=_T2pWthEZtY
      Ha habido escultores que pensaban en la imagen que iban a esculpir y no medían ni nada. Como este arte precisa mucha financiación, hay pocos ejemplos. El David lo esculpió Miguel Ángel sobre un pedazo de mármol que Leonardo y Verrochio habían desestimado por sus impurezas. Él sólo esculpió el anverso en un arranque de genialidad. Iba a ser una “cariátide”, pero se decidió que lo completara su escuela.
      Después están los ejemplos de sinestesia, de las personas que se les activa una vía sensorial cuando perciben estímulos de otra o palabras. Hay alguna rutina de IA que emula el fenómeno. Por ejemplo:
      https://dream.ai/create

      • Mario · 08/12/2022 Responder

        Gracias por responderme javibaz. Siempre supuse que “pensar” era reflexionar, tener ideas o crear conceptos utilizando palabras. Pero tu ejemplo del músico me pateó la biblioteca jaja! / Mi recuerdo sobre este tema se remonta a un panel de investigadores a mediados de los años 70, donde el profesor Sadovsky (eminente matemático argentino que formaba parte de ese panel) pidió intervenir y con muchísimo esfuerzo (la hemiplejia le paralizaba el habla) pudo balbucear esto: “estoy tratando de ver si es posible pensar sin palabras”. El teatro se paralizó y momento después estalló en una ovación impresionante. No me acuerdo de mucho más que eso. Pero ese momento quedó grabado para siempre en mi memoria

        • javibaz · 09/12/2022 Responder

          Tengo la impresión de que participáis de la creencia de que el pensamiento racional está vinculado al lenguaje. Como consecuencia, los animales son máquinas (Descartes) o sujetos sometidos a instintos (neodarwinismo). El objetivo final de tales instintos consiste en la supervivencia del individuo o de su especie.
          Sin embargo, el consecuente es experimentalmente falso. Algún artículo literario se hace eco de ello:
          https://thebaffler.com/salvos/whats-the-point-if-we-cant-have-fun
          Por contraposición, el pensamiento racional no está vinculado al lenguaje.
          Basta un ejemplo visual para cuestionar el neodarwinismo:
          https://www.youtube.com/watch?v=svTA–dkg_g
          ¿En qué beneficia la conducta de ese gato a sí mismo (se puede caer) o a su especie?

          • Mario · 10/12/2022

            Antes que enfocarme en el pensamiento o en la racionalidad, amigo javibaz, creo que voy a redireccionar mi esfuerzo intelectual (¡hay que conservar lo que es escaso jaja!) en entender qué es y como se formó la CONCIENCIA producto de la evolución. Para CARL JUNG el procesos de formación de la conciencia humana posiblemente haya dado inicio a consecuencia de un gran dolor. Jung imagina un bosquimano que, presa de la ira por no poder atrapar al pez en el arroyo, estrangula a su único y queridísimo hijo. En ese tremendo dolor y en el terrible SENTIMIENTO DE CULPA que nacen en su interior emocional, tenemos que rastrear los posibles orígenes de la conciencia humana según Jung. Esto es, remontarnos a aquel primer “darse cuenta” de las consecuencia que traen nuestros actos a través de los golpes emocionales más crudos y del sufrimiento más intolerable. A mi criterio, interesantísimo

    • Darin · 07/12/2022 Responder

      Tu pregunta la hace Peirce (aunque cambia ‘palabra’ por ‘signo’) en uno de sus primeros ensayos que se llama “Cuestiones acerca de ciertas facultades atribuidas al hombre”. Su respuesta es no, la mente humana es intínsecamente sígnica. Qué bueno que haces esta pregunta porque casi iba a tocarla al final del vídeo. Es que, si el pensamiento aporta el sentido a la proposición, ¿de dónde consigue el pensamiento ese sentido? Falta información más adelante en el texto para responder esta pregunta, pero con respecto a pensar sin palabras o signos, Wittgenstein diría que no se puede simple y sencillamente porque el pensamiento ya es lingüístico o proposicional en su naturaleza o estructura. Para que la proposición exprese el pensamiento, los dos tienen que tener algo en común – y eso es la forma lógica. No importa que uno se manifieste con tina negra y el otro con descargas eléctricas en el cerebro, la forma es la misma. Wittgenstein se deshace del dualismo mente/materia de la tradición, igual que Peirce.

      • Mario · 08/12/2022 Responder

        O sea, Darin, la respuesta es que NO SE PUEDE PENSAR SIN PALABRAS, POR LO MENOS PARA PIERCE Y PARA WITTGENSTEIN. Clarísimo!

        Me acabo de acordar de Eckhart Tolle cuando, en su libro “El Poder del Ahora”, dice que nuestra mente moderna está poseída un ente que la domina: el pensamiento compulsivo. “No podemos dejar de pensar”, dice Tolle, Y nos hemos subordinado tanto a este ente, que hemos llegado a creer incluso que “yo soy el que piensa” (esto es, el mismo ente que nos domina, nos da la identidad). Tolle propone la práctica del silencio interior y la meditación para romper con el pensamiento compulsivo. Y afirma que acallarlo se ha convertido en la nueva espiritualidad del mundo moderno

        Saludos

        Tolle dice que en esta cultura en que vivimos no solo hemos caído en manos de este ente sino que este mismo ente es que nos da nuestra identidad y nosotros hemos llegado a cree2yo sou”r tanto en ese artefacto perdimos nuestra identidad en manos de ese artefacto que nos ha hecho creer que yo soy el que piensa. y creemos que él y terminamos que “yo soy el que piensa” / Tolle propone focalizarse en la experiencia del presente y desde allí acallar el pensamiento compulsivo que, como tú y Pierce dicen, estáhecho de palabras (o signos)

        • Mario · 08/12/2022 Responder

          El último párrafo no va disculpen!

        • Mario · 10/12/2022 Responder

          DARIN DIXIT: “Es que, si el pensamiento aporta el sentido a la proposición, ¿de dónde consigue el pensamiento ese sentido?”

          Interesantísimo Darin! Espero que pronto reflexiones sobre el tema del “sentido”. como nos anuncias en este post / Creo que fue David Bohm -el físico- que dijo que las palabras son como postes indicadores que marcan una dirección. Es decir, que señalan algo pero que ellas en sí-mismas no son lo importante sino lo que señalan / Es más, dijo que el Diálogo es un “intercambio de sentido” /¿se entiende? / intercambio de sentido, no de palabras (un genio!)

          Ojalá que también reflexiones sobre estos temas Darin! Te mando un abrazo

  2. Patricia · 07/12/2022 Responder

    Fascinante Darin. Veamos si me estoy enterado. En Wittgenstein el sentido es la posibilidad de un estado de cosas. Un estado de cosas (representado mediante una proposición) puede ser el caso (en cuyo caso la proposición sería verdadera) o no ser el caso (en cuyo caso la proposición sería falsa). Si cojo la proposición: “El pajaro está volando” y me voy al mundo es verdadera si es el caso y falsa si no es el caso. Hasta ahí bien. Lo entiendo. Ahora bien ahora pongamos que yo digo: El unicornio está volando. Hasta donde llega mi entendimiento esa proposicion comparte con el primer ejemplo su forma lógica. También es posible que yo me haga una representación de sus referentes: el unicornio y la acción de volar. Por supuesto no habría manera de que fuera u n estado de cosas en el mundo pero yo claramente puedo decir que es falsa…sería por tanto una proposición con sentido en términos wittgenstenianos? Si yo ahora digo otra proposición: Dios es omnipotente. No puedo verificar su verdad o falsedad puesto que no remite a ningún estado de cosas (no es un hecho en el mundo, ni posible ni imposible, simplemente no hay manera de cotejarlo con la totalidad de los hechos ya se den o no se den puesto que no es un hecho y no hay de facto manera humana de acudir al mundo ( entendido como la totalidad de los hechos) para verificar si la proposición es verdadera o falsa y ni siquiera podemos representar el estado de cosas al que alude la proposición (a no ser qsimplifiquemos mucho y queramos pensar el sentido de la proposición mas o menos como : Existe un señor con barba que vive en el cielo y que puede hacer que los unicornios vuelen. Esta proposición sería un sinsentido?

    • Darin · 07/12/2022 Responder

      Hola Patricia. Ya estás anticipando lo que viene. Primero tenemos que hablar de los constituyentes de la proposición, empezando con los nommbres propios (en el próximo vídeo).

  3. Mario · 08/12/2022 Responder

    El último párrafo no va disculpen!

  4. Víctor Nadal · 09/12/2022 Responder

    Cuando admiramos algo (o a alguien) se produce un sentimiento ambiguo y, en cierto modo, contradictorio: Impotencia, y cierta melancolía, al descubrir los límites de nuestras capacidades, y gozo al comprobar que esas limitaciones, a pesar de todo, no nos impiden aprehender y reconocer lo valioso. Un placer amargo y, quizá por ello, doblemente intenso. Es el que a mi me embarga con frecuencia y en estos momentos.

  5. Mario · 10/12/2022 Responder

    Hola Víctor! Has captado y expresado muy bien el sentimiento que puede acompañar a la admiración. Te felicito por esa expresividad tan propia de los buenos escritores ¡Chapó! Ahora te cuento lo que me pasa a mí. La belleza o el talento que me rodean no interpelan lo que de bello o talentoso pueda haber en mí. No sé bien por qué, pero no lo interpelan. Posiblemente esté relacionado con aquella frase de San Agustín que comprendo mucho. Dijo así: “No salgas de tí, adéntrate en tí-mismo, porque en el interior del Hombre vive la verdad”. Quién sabe que de alguna manera participa de lo divino no se angustia, porque ya lo tiene todo

    No salgas de tí, Víctor, adéntrate en tí mismo. Dicho con todo el respeto, claro. No apareces como una persona con limitaciones Víctor. Por el contrario, apareces ante nosotros lleno de belleza y talento. Abrazo fuerte!

  6. Joan · 11/12/2022 Responder

    Hola Darín,

    Se sigue muy bien ti explicación del Tractatus.

    Pero me surge una duda sobre el tema de las proposiciones y el criterio de verdad. Por ejemplo, si tomamos un billete de 10 $ y decimos “Este billete vale 10 dólares” ¿Podemos establecer una condición de verdad o falsedad sobre tal proposición? Me explico. En principio, se podría pensar que es cierta al tratarse de un billete de curso legal y que te permite comprar una mercancía por valor de este importe al establecerse una relación de confianza entre el comprador que entrega el billete y el vendedor que recibe el billete y que confía en que lo va a poder utilizar de igual forma en otra transacción.

    Pero, por otro lado, se trata de un simple papel cuyo valor intrínseco es muy poco y en nada tiene que ver con su valor simbólico representado con un dibujo en una de sus caras. De hecho, lo puedes romper en pedazos y no vale nada. Lo puedes tirar a la basura. Además, se pondría añadir que el valor teórico de 10 $ no es el mismo para mañana o en el futuro, ya que debido a la inflación y a las fluctuaciones de la cotización de la moneda su valor real se incrementará o decrecerá en consonancia. Por tanto, ¿No sería esta una proposición verdadera y falsa a la vez, que sabemos que es falsa para no engañarnos, pero que tomamos como verdadera para hacerla funcionar en la realidad convirtiendo una ficción en algo auténtico?

    Por último, tu apelación a santo Tomás de Aquino me ha hecho recordar que Wittgenstein, al igual que él, más que un filósofo acaba convirtiéndose en un místico o un sabio. Después de mucho pensar y razonar ambos tienen un momento de iluminación en sus vidas que los lleva a reconocer que lo que han aprendido no es nada ante la revelación que han tenido y que, llegados a este punto, ni las palabras ni la imaginación ya no son suficientes para referirse a la realidad.

    Saludos,
    Joan

  7. mauricio atenas sequeida · 16/12/2022 Responder

    Hola Darin podrías comentar como te ha ido desde el cambio de modalidad o modelo de sustentabilidad de tu escuela, especialmente con Chile. Muchas Gracias por tu valioso aporte a la educación general
    saludos
    Mauricio Atenas S

    • Darin · 16/12/2022 Responder

      Hola Mauricio. Perdón, no entiendo lo que me pides. Podrías ser más explícito?

      • Mario · 19/12/2022 Responder

        Creo que el amigo Mauricio te está preguntando si el sistema de “donaciones” te está dando resultado Darin

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