El sueño de la razón

Comparto con ustedes una enseñanza que recibí de mi padre ilustrada con la auyda de Shestov, Goya, Benjamin y otros.

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Guión

Me gustaría compartir con ustedes una enseñanza que recibí de mi padre. Obviamente, he aprendido muchas cosas de mi padre a lo largo de mi vida, pero esta enseñanza en particular la comparto porque resulta ser algo filosófica. No creo que mi padre se haya dado cuenta que me estaba enseñando algo, y yo tampoco me di cuenta de ella en el momento. Es sólo en los últimos días que me he dado cuenta del regalo que me hizo.
Desde los 18 años de edad cuando fui a estudiar la universidad, he vivido lejos de mi familia. Primero en Los Ángeles, luego Boston, y durante 26 años aquí en México. Siempre iba de visita cada año, a veces cada dos años. Pero últimamente he ido cada 6 meses porque mi padre ya tenía 80 y tantos y pues nadie tiene la vida comprada. El mejor recuerdo que tengo de estos últimos años son los desayunos con mi papá. Yo me levantaba a las 6AM y encontraba a mi papá ya despierto haciendo café en la cocina. “Buenos días papá”. “Buenos días mi hijo”, me respondía. Afuera estaba oscuro todavía y el mundo guardaba silencio, un silencio muy rico en el que un padre y su hijo charlaban tranquilamente. Los temas que tratábamos eran de poca trascendencia – sin embargo, lo que nos contábamos, bueno, realmente lo que él me contaba, era algo muy profundo. Me refiero no a lo que decía sino la forma en que lo decía. Lo que hay que saber de mi padre es que durante más de 30 años ha padecido una condición que se llama disfonía espasmódica, la cual hace muy difícil controlar las cuerdas vocales. Así que, hablaba con poca fuerza y a veces en vez de salir una palabra sólo salía aire de la boca y tendría que esforzarse mucho para enunciarla. Mucha gente, de hecho la mayoría de la gente me parece, al hablar con alguien más, tiende poco a poco a hablar más fuerte y más rápido para decir lo que quiere decir como si la discusión fuera una carrera y tiene que ganar al otro. Mientras habla el otro, a veces no prestamos la atención porque estamos pensando en la cosa que nosotros queremos decir y hasta le interrumpimos para decirlo. Yo de hecho hago eso a veces – soy culpable. Pero con mi padre no podía hacer eso. Para que pudiéramos simplemente tener una conversación, tenía yo que cerrar la boca y ser paciente. Mi padre me enseñó a escuchar. Obviamente, tenía total confianza conmigo, no sentía ninguna presión o pena, sin embargo imaginaba yo que en su día a día, hablando por teléfono o hablando en una tienda con alguien que no lo conocía, imaginaba la frustración que ha de haber sentido, cómo ha de haber sufrido con cosas cotidianas.
Ahora que recuerdo esas charlas de madrugada, algo me lleva a compararlas con el cuento bíblico del Jardín de Getsemaní. Como recordarán, tras la última cena, Jesús va a un jardín lleno de tenebrosos olivos a rezar a su padre. Pide a tres de sus discípulos que le acompañen y le apoyen. Jesús está consciente de lo que va a pasar, que le van a traicionar y que eso le llevará a su muerte. Es de las escenas más oscuras en toda la biblia porque la humanidad de Jesús se pone de manifiesto, se resalta. Naturalmente, como cualquier humano, no quiere morir; está lleno de miedo y por eso pidió que sus discípulos le acompañaran. Sin embargo, tras una larga oración a su padre en la que pide que le quite de sus hombros esta responsabilidad, vuelve con sus discípulos sólo para encontrarlos dormidos. Entristecido, vuelve a orar a su padre dos veces más, y dos veces más encuentra a sus compañeros dormidos. “El espíritu está dispuesto”, dice Jesús, “pero la carne es débil”. Los discípulos no podían permanecerse despiertos por una sola hora. En este momento de gran oscuridad ha quedado decepcionado.
Los discípulos en el cuento son todos nosotros. Estamos todos dormidos en esta vida, o mejor dicho, pasamos por la vida como sonámbulos. Una buena parte de lo que decimos son galimatías. Pasamos por la vida empujando a los demás, gritando para que nos oigan, queriendo que piensen como nosotros, queriendo su respeto, su dinero, queriendo a fin de cuentas ser pequeños dioses, el centro de nuestro propio pequeño universo. Todo esta verborrea es lo que vemos en los canales de noticias, en las peleas políticas, en la guerras de la cultura. Somos sonámbulos en un desierto espiritual.
El pasado 22 de marzo mi padre falleció. Falleció precisamente en el silencio de la madrugada, un silencio marcadamente más intenso por el silencio que ahora guardaba mi padre. Al ver que su pecho ya no subía y bajaba, me di cuenta que jamás volvería a escuchar una palabra salir de su boca. Fue en ese momento que me di cuenta de la enseñanza que me había dado. El eterno silencio que ahora guardaba me hizo pensar en el silencio que me obligaba a guardar al conversar con él. Él y yo jamás hablamos de la historia del Jardín de Getsemaní, sin embargo se me vino a la mente por la similitud entre ella y mi experiencia con mi papá. Lo que implícitamente mi padre me pedía era que guardara silencio y que tuviera paciencia. Lo que Jesús pedía a sus discípulos era simplemente que le acompañaran, para lo cual tenían que permanecer en la vigilia. El vínculo que veo entre los dos es que si yo no hubiera guardado silencio, si hubiera conversado o argumentado con mi padre como con cualquiera, me habría caído metafóricamente en el sueño, es decir, en ese estado del sonámbulo que en piloto automático deja de escuchar y atender y se llena de uno mismo, de su propio discurso. No caí en ese sueño porque amaba a mi papá, pero está claro que no amo a mi prójimo de la misma manera. Con él no mantengo la atenta vigilia sino que caigo en ese automatismo de la razón, o lo que Goya, en uno de los dibujos de su serie que se llama Los caprichos, llama el sueño de la razón. El Capricho #43 muestra una persona dormida y a su alrededor un enjambre de murciélagos, búhos y otras espantosas criaturas nocturnas. La leyenda dice: “El sueño de la razón produce monstruos”. Más que enseñarme a escuchar, creo que lo que mi padre me enseñó fue lo cercano que acechan los monstruos, los cuales constituyen un peligro precisamente porque no nos damos cuenta de ellos.
Un autor que ha hablado de forma muy incisiva y elocuente sobre esos peligros es el filósofo ruso Lev Shestov. Shestov fue un filósofo existencialista crítico del racionalismo y el positivismo. Fue leído y admirado por autores como Georges Bataille, Gilles Deleuze, Albert Camus, Isaiah Berlin, y D. H. Lawrence, entre otros, sin embargo es muy poco conocido hoy en día, incluso por filósofos académicos. Yo no lo conocía hasta leer a Deleuze quien lo menciona varias veces en su obra.
Como existencialista, Shestov opone la vida al pensamiento y el análisis racional. Afirma que en el fondo la vida no puede comprenderse con categorías lógicas sino sólo experimentarse en su singularidad, una singularidad muchas veces quebrada y dolida. La Ilustración promovía ideales que sobre papel suenan muy bien. Con la razón, quería sustituir el conocimiento por la superstición, la autonomía por la dominación, y en general promover un progreso que tuviera la felicidad humana como consecuencia. Shestov no estaba en contra del conocimiento y la felicidad sino de una concepción de la razón para la cual todo iba en función de ella, una concepción positivista y cientificista que ordena todo en un sistema mecánico. Anticipando el pensamiento de Adorno y Horkheimer, Shestov notaba que la racionalización de la sociedad, su sistematización científica, produjo nuevas formas de dominación y opresión cuya expresión más dramática fue, quizá, la primera guerra mundial. Edmund Husserl criticaba el mismo fenómeno en su libro sobre la crisis de las ciencias europeas; Freud lo hacía en su obra en general, especialmente en El malestar de la cultura; y artistas como Yeats, Duchamp, y Giacometti, entre muchos más, expresaban en su arte una experiencia del hombre lejos del retrato prometido por la Ilustración.
No pretendo aquí ahondar en los detalles de esta crítica a la Ilustración. Lo que me llama la atención de Shestov y lo que le aparta de otros existencialistas es la potente metáfora del sueño que utiliza para describir el dominio de la razón en nuestra experiencia. Adoptar la perspectiva de la razón de forma automática y universal para experimentar y responder a nuestro entorno natural y social es, para Shestov, como convertirse en autómata, un sonámbulo.
Hay un cuento de Antón Chéjov que se llama Las Grosellas. En él, el protagonista, Ivan, habla en algún momento de cómo la gente dice que la educación y la libertad para todos, incluso para los campesinos, es bueno, pero que hay que esperar y dejar que las fuerzas y dinámicas del complejo mundo social se acomoden, que la historia se desenvuelva en sus propios tiempos – por lo cual hay que ser paciente. Luego dice “¿Qué razón nos obliga a esperar? ¿Quién lo dice y donde está la prueba? Hay cosas que uno puede ser aquí y ahora”. A una de las persona que lo escucha le dice: “¡Pável, no se anquilose, no se permita dormirse! ¡Mientras sea joven, fuerte, vigoroso, no se canse de hacer el bien!”
No se permita dormirse. Es en ese sentido que Shestov entiende el sueño de la razón, el someterse a un mecanismo cuya abstracción envuelve a la persona particular que tienes delante, velándola, y cuyo alcance universal te asegura que sus dictados son necesarios e inapelables. La lógica del racionalismo, su engranaje a priori, lima las asperezas y arbitrariedades de la vida, dando cuenta de antemano de lo anómalo y sumergiéndonos en un estado somnífero, un letargo del espíritu. Para Shestov, entre más subordinamos la vida al pensamiento, más profundo el sueño.
Shestov fue muy influido por Blaise Pascal, especialmente por un ensayo suyo que se llama “El misterio de Jesús” en el que reflexiona sobre la experiencia de Jesús en el Jardín de Getsemaní. En una frase que le llama mucho la atención Pascal dice: “Jesús estará en agonía hasta el fin del mundo: no hay que dormir durante este tiempo”. Shestov toma esto casi como lema de su obra, la fuerza motriz que motiva todo su pensamiento – no quedarse dormido hasta el fin del mundo, ni él ni su lector. El cometido de su obra es sacudir a su lector, despertarlo del sueño de la razón y provocar en él una vigilancia espiritual. Como dice Matthew Beaumont sobre Shestov: “El pensar es un intento heroico de permanecer despierto, como Cristo en Getsemaní, y así ser testigo a los horrores de la existencia, a pesar de las tentaciones narcóticas a las que, en su deseo de escaparse de estos horrores, los seres humanos, como los discípulos de Cristo, son eternamente susceptibles”.
En 1940, unos años después de la muerte de Shestov, Walter Benjamin escribe su ensayo Tesis sobre la filosofía de la historia. La novena tesis, y el cuadro de Klee sobre el que reflexiona, expresa casi a la perfección el quehacer que plantea Shestov. Dice Benjamin: “Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se muestra a un ángel que parece a punto de alejarse de algo que le tiene paralizado. Sus ojos miran fijamente, tiene la boca abierta y las alas extendidas; así es como uno se imagina al Ángel de la Historia. Su rostro está vuelto hacia el pasado. Donde nosotros percibimos una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única que amontona ruina sobre ruina y la arroja a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado, pero desde el Paraíso sopla un huracán que se enreda en sus alas, y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras los escombros se elevan ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso”.
Aquí vemos los dos elementos que articulan el pensamiento de Shestov: el racionalismo ilustrado, aquí llamado el progreso, y el ángel despierto cuyos “ojos miran fijamente”. Sólo que la metáfora es distinta – en vez de inducir el sueño, el progreso racional es un huracán que aparta al ángel de la catástrofe que quiere atender. Sin embargo, en los dos casos el efecto es el mismo: insensibilizar a uno del sufrimiento que tiene delante. Y en los dos casos, es muy difícil resistir a la fuerza que lo hace, sea, por así decirlo, atmosférica o soporífica. En el caso de Shestov, lo que trata de provocar es un insomnio espiritual para que no sea tan fácil caer en el sueño ideológico que asegura que el mundo es así o asá y que hay que aceptarlo. Dice Shestov: “Hay que despertarnos, aunque sea sólo parcialmente; para ello, lo que normalmente se le hace a una persona dormida debería hacerse a nosotros. A esa persona hay que jalarla, pellizcarla, golpearla, darle cosquillas, y si todo esto no lo logra, medidas más fuertes y heroicas deberían tomarse”.
La metáfora de despertarse de un sueño es básica en la filosofía. En el budismo, el sufrimiento que experimentamos se basa sobre una ilusión, de ver el mundo como si soñáramos. Hay que despertarse de ese sueño. De hecho, el nombre “Buda” significa “despierto”. Si uno toma un sueño como la realidad, es ignorante, y hay quienes consideran necesario despertar a la gente de esa ignorancia, como vemos en la Caverna de Platón, en la cultura popular en películas como Matrix, y también en Shestov. Sin duda, hay grandes diferencias entre estos autores sobre qué significa estar despierto. A pesar de ello, hay que distinguir a esta metáfora en la tradición filosófica de un fenómeno hoy en día que se le parece, pero sólo superficialmente. Me refiero al fenómeno de “wokeness” que en los EU figura mucho últimamente en las guerras de la cultura. “Woke” es el pretérito del verbo “wake” que significa “despertar”. Tal y como se usa en la cultura de blancos generalmente liberales, se parece mucho al concepto de “corrección política” que se usaba hace 20 años. Connota una consciencia iluminada, progresista, con respecto a temas de injusticia social. Si eres woke, tienes la actitud o postura éticamente correcta sobre esos temas. Apoyas a Black Lives Matter, compras carne de libre pastoreo, manejas un coche eléctrico. Bueno, esos son exageraciones, pero no por mucho. Es que considerarse woke es como llevar un gafete que indica tu buena postura ética; es un señalamiento a los demás que perteneces al tribu correcto, a los que están por el lado de la justicia social, y aun cuando alguien así no sea malo o no carezca de virtudes, tiende a pensar que lo más importante es tener esta consciencia iluminada, ser el tipo de persona que sostiene esas idea y valores.
Si Shestov estuviera con nosotros diría, creo, que semejante fenómeno no dista mucho, de hecho casi nada, de la postura que asimila pasivamente los dictados del racionalismo. Los dos son una respuesta ideológica y mecánica a un acontecimiento en el aquí y ahora, algo que requiere de una respuesta no teórica, ni siquiera práctica, sino humana, del orden corporal del sentir. El wokeness o cualquier ideología, al igual que el racionalismo, tiende a adormecer esa capacidad. ¿En qué sentido? Pues fíjate que cuando aprendes la ecuación de la segunda ley del movimiento de Newton, ya no eres ignorante con respecto a objetos que caen en el mundo. Te has despertado, por así decirlo, al secreto de las cosas. El resultado de ese aprendizaje, la ecuación de Newton, simplemente lo aceptas como parte de la naturaleza del mundo y dejas de prestar atención activa al fenómeno de los cuerpos en movimiento. Ese conocimiento se sumerge en la conciencia como si con respecto a ello estuvieras dormido. En sentido práctico, es como si fuéramos físicos sonámbulos.
Ahora, Shestov no quiere decir que las ecuaciones de Newton son falsas o que la razón nos es inútil, sino sólo que su alcance es limitado. Como dice Hamlet en la famosa obra de Shakespeare: “Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que han sido soñadas en tu filosofía”. Al decir filosofía aquí se refiere a la filosofía natural o lo que se entendía en su época por ciencia. A lo que voy es que para Shestov, cuando nos despertamos, aquello al que nos despertamos no es un mundo como objeto por conocer, un mundo al que le corresponden conocimientos que archivamos tranquilamente en un cajón onírico, sino más bien un mundo que casi me atrevería a decir es como un sujeto, un sujeto que nos sacude, que nos acusa, y sobre todo que nos grita, un grito que no deja dormir. En Platón no encontramos esos gritos. Al salirse de la caverna, uno no encuentra un mundo antagónico sino un mundo de objetos inteligibles que uno mira, que uno contempla. Como sabemos, la vista, etimológicamente, está a la base de la palabra “teoría”. Para Shestov, la filosofía no es contemplativa en ese sentido. El filósofo no debería andar de forma desinteresada contemplando las cosas sino estar inmerso en ellas, afectado por ellas, despierto a ellas.
En su Discurso sobre el origen de la desigualdad Jean-Jacques Rousseau dice: “Es la razón quien engendra el amor propio, y la reflexión lo fortifica; ella repliega al hombre sobre sí mismo; ella le aparta de todo lo que le molesta o le aflige. Es la filosofía quien le aísla; por ella dice en secreto, a la vista de un hombre que sufre: «Muere si quieres; yo estoy seguro.» Sólo los peligros de la sociedad entera turban el sueño tranquilo del filósofo y le arrancan del lecho”.
Obviamente, no son sólo los filósofos los que duermen tranquilos. Volviendo al cuento de Chéjov, el protagonista comenta sobre la curiosa coexistencia de sufrimiento y de felicidad en el mundo. Hay muchos, dice, que se vuelven locos, niños que mueren de la desnutrición, alcohólicos por todos lados. ¿Cómo puede uno ser feliz entre tanta miseria? Dice el protagonista: “El feliz se siente bien sólo porque los infelices llevan su carga callados, y sin ese callar, la felicidad sería imposible. Es una hipnosis general. Es necesario que en la puerta de cada hombre satisfecho, feliz, esté parado alguien con un martillo, y le recuerde con un martillazo, de modo constante, que hay hombres infelices, que, por muy feliz que él sea, la vida tarde o temprano le enseñará sus garras, llegará la desgracia, la enfermedad, la pobreza, la pérdida, y nadie lo verá ni lo oirá a él, como él no ve ni oye ahora a los otros. Pero no hay el hombre con el martillo, el feliz vive a su gusto, y las pequeñas preocupaciones mundanas lo inquietan levemente, como el viento al roble, y todo está a favor”.
De alguna manera, el protagonista siente ese martillazo y reconoce, como dice, “cuán satisfecho y feliz estaba yo también”. En ese momento se despierta, en el sentido de Shestov, y luego vienen las palabras que cité anteriormente. “¡Pável, no se anquilose, no se permita dormirse! ¡Mientras sea joven, fuerte, vigoroso, no se canse de hacer el bien!”
Al principio, dije que andamos en el mundo como sonámbulos; de forma egoísta queremos, a fin de cuentas, ser pequeños dioses, el centro de nuestro propio pequeño universo. Filosóficamente, creo que la raíz moderna de esa actitud se encuentra en Descartes, en la certeza que buscaba en la experiencia del individuo. Todo empieza con el “Pienso, luego soy”. Hace poco estaba leyendo un libro que se llama A Swim in a Pond in the Rain de George Saunders. Ahí da un giro muy interesante a la famosa afirmación de Descartes. Dice: “Pienso, luego estoy equivocado”. Lo que me interesa es lo que dice posteriormente, pero primero quiero entender lo que quiere decir con esto.
Todos sabemos que lo que oímos y vemos es una muy pequeña fracción de la información que existe a nuestro alrededor. La razón por la que captamos tan poca información tiene que ver en parte con los límites de nuestros sentidos. El búho ve mucho mejor que nosotros y el perro huele olores para nosotros desconocidos. Pero también tiene que ver con las necesidades de la supervivencia biológica. No necesitamos más que rango muy estrecho de la información disponible para sobrevivir. No vemos u oímos todo lo que hay para ver y oír sino sólo aquello que es biológicamente relevante. El punto es que lo que sucede con el oído y la vista sucede también con el pensamiento. Dice Saunders: “El momento que nos despertamos en la mañana, el cuento empieza – ‘Aquí estoy, en mi cama. Soy buen trabajador, buen padre, un esposo decente, un tipo que siempre se esfuerza en hacer lo mejor. Vaya, ¡como duele la espalda! Ha de ser por el maldito gimnasio’”. Todos nos despertamos en la mañana, pero no nos despertamos a “el mundo” sino a un mundo de nuestra creación, un mundo creado por nuestros pensamientos, por nuestras palabras. Este mundo se crea porque un ser en particular, o sea – yo, está tratando de sobrevivir. El cosmos en que me encuentro es vasto, pero ocupo una porción muy pequeño de él del cual lo veo. No debe de sorprender que el punto que ocupo es el justo centro del universo. Todo gira alrededor de mis intereses. Soy la estrella de la película cósmica, por así decirlo, y de esta manera confundo el pequeño mundo que he hecho con el mundo en su totalidad. Esto es lo que Saunders quiere decir cuando dice “Pienso, luego me equivoco”. Dado que me considero ubicado en el justo centro de todo, la narrativa que voy tejiendo sobre mi experiencia se convierte en certezas, certezas muy duras que chocan con las certezas de otros egos en el cosmos.
Volvamos a las palabras de Saunders. “Pienso, luego me equivoco. Posteriormente hablo, y mi equivocación cae sobre alguien que también piensa equivocadamente, por lo que ya hay dos que piensan de forma equivocada, y, siendo humanos, no aguantamos pensar sin tomar acción, lo cual sólo hace que las cosas se empeoren. . . . El drama entero de la vida en la Tierra consiste en lo siguiente: Ego #1 va paseando en el mundo donde se topa con Ego #2. Los dos, considerándose cada uno como el centro del universo, estima altamente a sí mismo, y de inmediato entiende todo de forma ligeramente equivocada”.
Cada quien se considera como el centro del universo. Esta sesgada consideración de cada quien es el problema. Lo que hace falta es un re-consideración, lo cual no es fácil. Muchas veces tiene que ser forzado, el resultado, como dice Shestov, de jaladas, pellizcos, o golpes. La literatura, como la de Chéjov, es otra posibilidad, ya que es capaz de-centrarnos al ponernos en los zapatos de otro. A veces basta un hombre viejo con dificultades para hablar.
En los EU en el funeral de uno se acostumbra dar un discurso que en inglés se llama ‘eulogy’ o eulogía lo cual significa literalmente buen discurso o verdadero discurso. Se trata de hablar sobre la vida del difunto, de sus virtudes y el impacto que tuvo en la vida de otros. Eso lo hice para mi padre en la misa que le tuvimos, y ahí hablé como hijo. Pero quería también hacerle una eulogía como filósofo, y pues este vídeo por bien o por mal es el resultado. Mi padre no dejó una filosofía, ningún sistema de pensamiento, pero sí dejo un hombre en el que milagrosamente nació el amor a la sabiduría. Él disfruta ahora de un sueño eterno, un sueño ahora sí de las buenas, y yo aquí con el recuerdo de esas charlas de madrugada en las que sutilmente me enseñó mantener a raya los monstruos.

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Música de la intro: La canción se llama “Ambience Musettienne” del album Simply Musette de Alexa Sage.

Música de la outro:  ZAPATEADITO OAXAQUEÑO II . Arodi Martinez S.  https://www.youtube.com/watch?v=qIcnUTBSOfw

30 Comments

  1. Mario · 20/04/2023 Responder

    Siempre estás con nosotros pero hoy más cerca que nunca Darin / Gracias por traernos las mañanas con tu papá cuando, sin proponérselo, te enseñaba a escuchar / sos una persona muy espontánea y siempre estás presente y bien despierto / y si Rousseau dijo que lo que nos hace humanos no es la razón sino la libertad, decirte que sos una de las personas más libres, una de las personas más humanas que conozco / Te mando un fuerte abrazo

    • LUIS · 22/04/2023 Responder

      DESEO QUE EL DIA EN QUE SE COMPRUEBE LA EXISTENCIA DEL ALMA=ESPIRITU=CONCIENCIA (MEDIANTE ALGUN INVENTO CIENTIFICO INCUESTIONABLE) NO ESTE LEJOS
      EN ESE MOMENTO LOS CONSEJOS-RECOMENDACIONES DE LOS MUCHOS MAESTROS (JESUS, BUDHA, KRISHNA, ETC) TENDRAN UN VALOR INSOSPECHADO
      EL SUEÑO DE LA RAZON, PARA MI SIGNIFICA LA MUY POCA IMPORTANCIA QUE DAMOS A LOS MOTIVOS Y RESULTADOS DE NUESTRAS IDEAS-CONCLUSIONES Y ACTOS ERRONEOS, COMO SI NO HABRÁN DE TENER REACCIONES-CONSECUENCIAS INELUDIBLES
      LA VERDAD VERDADERA DEBE GUIAR NUESTRAS IDEAS-CONCLUSIONES Y ACTOS PARA COSECHAR RESULTADOS BUENOS-VERDADEROS (LA VERDAD NOS HARA LIBRES -JESUS)
      EL ALMA=ESPIRITU=CONCIENCIA QUE FUE SU PADRE EN ESTA VIDA-ETAPA SIGUE SU CAMINO HACIA EL PERFECCIONAMIENTO

    • Carlos · 24/07/2023 Responder

      Simplemente hermosa reflexión de vida admirable Darin.

  2. Antonio · 20/04/2023 Responder

    Un abrazo.

  3. Antonio · 20/04/2023 Responder

    Un fuerte abrazo.

    • Miguel Korenko · 22/04/2023 Responder

      Estimado Darín
      Lamento el fallecimiento de tu padre.
      Creo que tiene que haberse sentido satisfecho porque sembró en ti la semilla del despertar a través de la filosofía…
      Un gran abrazo
      Saludos

      • Claudia · 22/04/2023 Responder

        Mi más sentido pésame, un fuerte abrazo para ti y tu familia y un enorme Gracias pro la forma tan hermosa de compartir esta noticia y de recordar a tu padre.

      • Sandra · 14/08/2023 Responder

        Esta vez el video me hizo llorar. Sentir y pensar profundamente, definitivamente me despertó. Gracias, Darin.

  4. Yalditru · 21/04/2023 Responder

    Lamento tu pérdida. Perdí a mi madre hace dos años y el vacío que dejó en mí vino para quedarse. Yo fui educado en el catolicismo y no quiero saber nada de sus farsas. Lo bueno de haber ido a un colegio católico fue que desconvertirme al ateísmo no me produjera trauma alguno. La muerte de mi madre no me acercó, sino me alejó aún más de la religión, aunque me aproximó a la “Monadología” de Leibniz. Como eres mucho más inteligente que yo, asumo que comprenderás el por qué.
    Por lo demás, cada uno encara el duelo de manera distinta. Sé por lo que estás pasando. Estás en fase de duelo y te tocará afrontar muchas cosas. Haz lo que sientas que debes.
    En mi caso, mi madre está en mí, pero ella no existe. Ni duerme, ni toca el ukelele con los ángeles, ni está en el paraíso dando palmas a Paco de Lucía. No existe. Si no hay sujeto, no hay proposición. Yo no me presté a la representación social. Yo quería a mi madre. Me presionaron en mis horas más bajas para que me unciera al teatrillo. Dijeron que lo hiciera por ella. Pero ella ya no era ella. Era nada. Los mandé al cuerno. Si ella hubiera existido (condicional irreal), supongo a ella le habría gustado.
    Guárdate de los cazadores de debilidades. Harán lo que esté en su mano para acrecentarlas.

  5. Rafa Palacios · 21/04/2023 Responder

    Quería agradecerte especialmente esta publicación, aunque solo he escuchado la mitad del video, la noticia del fallecimiento de tu padre me ha resultado muy emotiva. Quisiera enviarte mis condolencias y un cálido abrazo.

  6. Daniel Flichtentrei · 21/04/2023 Responder

    Querido maestro Darin, te envío mi abrazo emocionado. Así, la filosofía y la vida se tocan, que es lo que nunca debió dejar de ocurrir. Gracias por tu humanidad.

  7. Sandra Sacchini · 21/04/2023 Responder

    Gracias Darin, muy hermosa y sentida tu presentacion de hoy, hilando fino como siempre
    en este caso desde esos encuentros mananeros con tu papa que funcionaron como
    un “hermoso despertar” para mantener a raya los mounstros que siempre acechan, para llevarnos
    una y otra vez a un adormecimiento.
    gracias de nuevo por despertarnos con tus humanos analisis.

  8. Felipe Calderon · 22/04/2023 Responder

    Gracias Darin, me has emocionado a la vez que me has dado un buen pellizco. Yo ya estaba quedándome dormido. Un gran abrazo.

  9. Dorothysternkucha · 22/04/2023 Responder

    Is there an English translation, dear Darin?
    Bless you as you continue your relationship anew with your father. I am sure he will continue to instruct you.
    May his memory be a blessing.
    Abrazos cariñosos
    Dorothy

    • Darin · 24/04/2023 Responder

      Hello dear Dorothy. No,no English translation, I’m sorry. Google will translate it automatically but I’m not sure how good it is. Many hugs and besos from Mexico!

  10. Víctor · 23/04/2023 Responder

    Las madres representan la aceptación, el amor incondicional hacia el hijo. El papel simbólico del padre, con mucha frecuencia desdeñado, no es menos relevante. Ese desayuno compartido, tan prosaico, tan aferrado a lo cotidiano, esa energía regalada, tan necesaria para el cuerpo y, también, para el espíritu. Inevitablemente la muerte del padre muestra, conjurando de súbito el velo de Maya, el desamparo por el que deambulamos con una crudeza inconmensurable. Le honra ese homenaje público y póstumo. ¡¡Le hace tan humano!!.

  11. Mario Balzarini · 23/04/2023 Responder

    Darin: comparto contigo y con el foro el posteo ¿QUÉ ES LA ESPIRITUALIDAD? que acabo de publicar en Linkedin / Es muy personal, quizás el texto más personal que haya escrito nunca / Abrazo a todos

    “Después de haber vivido muchas experiencias he podido discernir que la espiritualidad (teísta o no-teísta) es el sentimiento que nos inunda cuando logramos sentirnos parte de algo más grande que nosotros-mismos. Se trate del momento mágico en que, con solo mirarnos, armamos en la cancha la jugada más compleja. O se trate del “instante de Dios” que nos deja sin aliento en medio de la oración. Mucho es lo que puede decirse cuando tratamos de definir la espiritualidad. Pero es el filósofo y teólogo danés Sören Kierkegaard (1813-1855) -considerado el padre del existencialismo- quién fue capaz de expresar como nadie su significado cuando nos habló de este modo: “Dios es una experiencia que se vive, no un concepto que se razona. Cuando logres vivir la experiencia de Dios comprenderás, quizás, por qué creen los que creen” (*)

    (*) Temor y temblor – 1843

  12. Mario Balzarini · 23/04/2023 Responder

    Acabo de ver nuevamente el video de la Fonda del 2018 donde argumentabas racionalmente porqué eras ateo / Me pareció el trabajo de un académico brillante pero totalmente hechizado por el “sueño de la razón” jajaja! / Lo bueno de todos estos videos, Darin, es que también podemos ir viendo cómo cambiamos a medida que pasa el tiempo … gracias a Dios!

  13. Patricia · 24/04/2023 Responder

    Querido Darin muchas gracias por compartir con nosotros este homenaje a tu papá.
    El sueño de la razón…Es curioso porque la razón se cree que “lo sabe todo” se cree una diosa absoluta y es tanto, pero tanto tanto lo que ignoramos.Por supuesto que el corazón tiene razones que la razón no entiende, y “la vida” en esencia no trascurre en los elevadísimos templos del pensamiento sino en la cotidianeidad del día a día y en nuestra relación con os demás.
    Tu papá debio ser un hombre muy profundo a su manera. Me acuerdo de la anécdota que nos contaste de cuando tu querías llegar al Arco Iris y tu papá te llevó en el coche y siempre estaba igual de lejos. Hay ahí una enseñanza muy profunda y en estos desayunos donde un padre y su hijo conversan de cosas aparentemente “intrascendentes” hay una enseñanza muy profunda también. Mencionas al bueno de Chejov y a su magnifico cuento Las Grosellas.

    Me gustaría compartir contigo un fragmento de otro gigante ruso, y otro “hombre bueno” como Chejov, el gran Dostoievski. Es un fragmento perteneciente a su novela Los hermanos Karamázov. Por si no lo habéis leído no quiero hacer más spoiler que es un fragmento de una charla que un hombre joven, Aliosha, dirige hacia unos niños en un momento de gran intensidad, donde ha hecho presencia la muerte y les dice entre otras cosas:
    “No hay nada más elevado y fuerte, más sano y útil para la vida que nos aguarda, que un buen recuerdo, y sobre todo si procede de la infancia, de la casa paterna. Os hablan mucho de vuestra educación, pero un recuerdo hermoso, santo, conservado desde la infancia puede que sea lo que más contribuya a nuestra educación. Si el hombre puede reunir muchos recuerdos de esa clase, puede considerarse salvado para toda la vida. Y aunque solo nos quedase un buen recuerdo en nuestro corazón, también podría servir para salvarnos”

    • Darin · 24/04/2023 Responder

      Gracias Patricia por ese fragmento. He leído esa obra pero la verdad no recuerdo ese fragmento – muy bonito y certero!

  14. Alminar · 25/04/2023 Responder

    Lamento tu pérdida.
    En estas circunstancias siempre recuerdo el epitafio que más me haya llamado la atención. Pertenece a Clark Gable: “Vuelvo al cine mudo”.
    Vinimos a la vida a hablar todos un poco (mi mujer algo más, porque no calla ni debajo del habla) y después todos volvemos al cine mudo.
    Me parece formidable que dejes tantas buenas palabras en este blog. Espero que permanezcan.

  15. Mario Balzarini · 27/04/2023 Responder

    En dos semanas “La sociedad de espectáculo” acumuló 40000 visualizaciones
    En dos semanas “Socrates y el ChatGPT” acumuló 50000 visualizaciones
    EN UNA SEMANA “El sueño de la razón” lleva acumuladas 56000 visualizaciones

    Felicitaciones Darin!

  16. María Celia · 30/04/2023 Responder

    A mis casi 80 años pude entender algunos conceptos de filosofía que pese a esfuerzos no he logrado por mí misma. Gracias a la tecnología, que elogio y temo, a servicios como Spotify, a divulgadores como Darin McNabb y otros que casualmente comencé a escuchar, a sus buenas voces, clara dicción, organizado contenido y temas, sobre todo temas. Recuerdo el episodio sobre ChatGpt y la revelación de la escritura al faraón y quise polemizar diciendo es cierto los libros siempre dicen lo mismo, pero cada vez que releo pienso algo diferente, releo algo nuevo, tal vez enriquecido. Los podcast, también, siempre dicen lo mismo, a diferencia de una exposición en vivo, que no puedo pausar –a veces necesito meditar con un fondo de silencio lo que dijo- puedo volver a escuchar ahora (o leer) con una expectativa diferente. Los libros siempre dicen lo mismo pero al releer somos un lector diferente.
    Comencé a escuchar en espacios de tiempo que detesto, hacer las camas, cocinar, limpiar, a veces termina un episodio y comienza otro sin que pueda limpiarme las manos para elegir. Foucault, Nietzsche, Heidegger, Derrida y tantos otros. Vi las listas, espero poder escuchar a todos. Otras veces son tiempos que busco, en la cama, en vez de leer y anoto ideas en un cuadernito. Me hacen feliz y hay menos polvo en la casa. Muchas gracias.

    • Darin · 30/04/2023 Responder

      Y hay menos polvo en la casa. Jaja! De algo ha de servir la filosofía! Muchas gracias por sus lindas palabras María 😊

  17. Diego · 01/05/2023 Responder

    Estimado Darin, antes que nada, agradezco que hayas compartido algo tan personal, como lo es el vínculo con tu padre. Yo perdí al mío hace ocho meses, y en este tiempo puedo valorar más y mejor lo que mi padre me dejó; sus enseñanzas, aquellas que me trasmitió sin pretender ser un maestro, si no siendo mi padre.

    Quiero, ahora, hacerte una pregunta: en tu exposición no te refieres en ningún momento a la propuesta de Hedegger, ¿me equivoco si creo que dicha propuesta tiene similitudes con la de Shestov? -Acoto que no conozco a este autor, pero me resultó muy interesante lo que trajiste sobre él, voy a buscar más al respecto.

    Muchas gracias Darin.

    • Darin · 01/05/2023 Responder

      Hola Diego. Para responder tu pregunta quisiera saber qué similitudes encuentras en Shestov y Heidegger.

  18. Diego · 03/05/2023 Responder

    Estimado Darin, antes de responder aclaro que mis conocimientos sobre Heidegger son más que modestos, y sobre Shestov recién al oírte hablar sobre él tuve mi primer y hasta ahora único acercamiento a este autor.
    Respondiendo ahora a tu interrogante te digo que encuentro que ambos son críticos de la razón y la posición exclusiva de la tecnología basada en ella, dominantes del pensamiento contemporáneo.

    Muchas gracias.

  19. RobertoE · 09/05/2023 Responder

    Merecido homenaje a tu padre. Seguro debe estar regocijándose en la eternidad viendo que su hijo Darin, no solo ama la sabiduría, sino que hace esfuerzos enormes para que el resto de la humanidad comprenda la vastitud y la profundidad del pensamiento humano. Me encantaría conocer el texto de tu eulogy, reconocendo la grandeza de tu padre.

  20. Andrés Rocha · 24/05/2023 Responder

    Estimado Darin, gracias por “guardar silencio”, gracias por replantearnos una crítica a la razón desde el silencio.
    Te mando un fuerte agrazo.

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