El Tractatus de Wittgenstein, pt. 6/9

Hoy iniciamos distinguiendo entre el sentido y el significado y luego pasamos a las proposiciones de las 4. En ellas veremos cómo Wittgenstein detalla el funcionamiento de la proposición al figurar la realidad, su idea fundamental sobre la la naturaleza de la lógica, y cómo las tauologías y las contradicciones describen los límites de los que puede decirse.

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Antes de empezar, quería responder una pregunta que me llegó de uno de los comensales. César Luis me pide que esclarezca la diferencia entre ‘sentido’ y ‘significado’ que según su opinión quedó medio confusa en el último vídeo. Tienes mucha razón César. Los términos en el alemán que usa Wittgenstein son ‘Sinn’ y ‘Bedeutung’, que en el español se han traducido como ‘sentido’ y ‘referencia’. Tomemos como ejemplo la frase ‘el alumno de Platón’. Esta frase tiene un sentido y también una referencia. Su referencia es esa persona histórica a la que nos referimos normalmente con el nombre ‘Aristóteles’. Hay un solo referente, pero diferentes maneras o sentidos en los que podemos referirnos a él. Además de ‘el alumno de Platón’, podríamos decir, por ejemplo, ‘el maestro de Alejandro Magno’. Tanto en el español como en el inglés, el término ‘sentido’ corresponde más o menos al término ‘significado’. Si alguien te habla del maestro de Alejandro Magno y no sabes quien fue Alejandro Magno, podrías decir ‘¿cómo?, no entendí’. Con esto, no estás pidiendo que te indique algún objeto, el referente, sino más bien una paráfrasis, otra expresión, que significa lo mismo o que tiene el mismo sentido. Si luego te dijera ‘o sea, el alumno de Platón’, dirías ‘Ah, ok, muy bien’. Entonces, ‘sentido’ y ’significado’ son básicamente sinónimos.
Sin embargo, a veces usamos ’significar’ o ‘significado’ al hablar del objeto o el referente. La proposición 3.203 es buen ejemplo. Ahí dice: “El nombre significa el objeto. El objeto es su significado”. Ahora, es importante recordar que, para Wittgenstein, las proposiciones sólo tienen sentido, no referencia, y que los nombres sólo tienen referencia, mas no sentido. Si vemos el alemán, dice que el objeto es el ‘Bedeutung’ del nombre, es decir, la referencia. No puede en absoluto ser su sentido, sin embargo hace rato habíamos dicho que sentido y significado son básicamente sinónimos. Bueno, básicamente, pero no siempre. En este caso, significado no quiere decir sentido sino referencia. En todo caso, como regla general, significado y sentido son sinónimos.
Bueno, sigamos con el texto. Ya hemos llegado al meollo del libro, a las proposiciones de las 4. Empecemos con la 4.01. Dice: “La proposición es una figura de la realidad”. Pues eso ya no es gran sorpresa, ¿verdad? Si te acuerdas, fue en la proposición 2.1 donde Wittgenstein introdujo la noción de figura – dijo, “Nos hacemos figuras de los hechos”. Desde entonces, hemos hablado mucho de las figuras o modelos y las condiciones para que una cosa modele a otra. Recuerda que hace tiempo hablamos del antiguo tema de la relación entre el ser y el pensar. Para Wittgenstein, la relación se da a través del lenguaje, específicamente las proposiciones, pero no es hasta ahora que lo dice directamente. Las proposiciones del lenguaje son modelos o figuras que hacemos de la realidad.
Ahora bien, esos modelos no tienen que ser pictóricos. En la 4.011 dice: “A primera vista parece que la proposición —tal como viene impresa sobre el papel— no es figura alguna de la realidad de la que trata”. En el texto, los términos ‘figura’ y ‘modelo’ son sinónimos, pero me gusta más ‘modelo’ porque no connota lo pictórico. Esto lo vemos en un interesante ejemplo que Wittgenstein usa en la 4.014. Dice: “El disco gramofónico, el pensamiento musical, la notación musical, las ondas sonoras, están todos entre sí en esa relación interna figurativa que se da entre lenguaje y mundo”. Beethoven tuvo un pensamiento musical, digamos la idea de la novena sinfonía en su cabeza, la cual tradujo o modeló en la notación musical sobre papel, la cual se modeló con instrumentos tocando la pieza, lo cual unos siglos después pudo modelarse en la nueva tecnología que era el gramófono. En la 4.0141 Wittgenstein dice: “En que haya una regla general que permita al músico sacar la sinfonía de la partitura, que haga posible deducir la sinfonía del surco del disco gramofónico y deducir de nuevo la partitura según la primera regla, consiste precisamente la semejanza interna de cosas aparentemente tan distintas”. Una idea, una partitura, música en el aire, y un disco con ranuras son cosas que en su materia o contenido son muy distintas, pero en su forma son idénticas.
Aquí no vamos a discutir esa regla que permite la traducción de uno en otro, sino hacer notar que entre todos esos modelos mencionados no se encuentra la proposición. No podemos decir o expresar con palabras, es decir, proposicionalmente, la idea musical que tenía Beethoven en su mente. ¿Por qué? Porque esa idea, la sinfonía de Beethoven, no es ni verdadera ni falsa. No dice nada sobre el mundo sino que sólo tiene que ver con la producción de sonidos que se espera uno encuentre bellas. La única cosa que una proposición puede modelar es un estado de cosas en el mundo, el cual o se da o no se da, por lo que la proposición o es verdadera o no. Just esto, esta estructura bipolar de sí o no, es la forma que comparten en común la proposición y la realidad, y es lo que permite que la primera modela la segunda. Los detalles de esta relación es el tema de esta sección 4. Veamos.
Para guiarnos en el texto, convendría tener en cuenta una serie de binomios que estructuran la exposición de Wittgenstein. La proposición tiene dos aspectos: por un lado, la proposición como tal en su totalidad, y por el otro, sus elementos, los signos simples o nombres. Entonces, el primer binomio es ‘proposición-nombre’. El segundo es ‘sentido-referencia’. Como ya comentamos, las proposiciones tienen sentido pero no referencia, y a la inversa para los nombres, tienen referencia pero no sentido. El tercer binomio es ‘forma-contenido’. Si pudieras contemplar y comparar todas las posibles proposiciones, verías por un lado un sinnúmero de nombres que hacen referencia a la inmensa variedad de cosas en el mundo, y sus distintas combinaciones que reflejan los hechos. Todo este lado tiene que ver con el contenido. Las proposiciones no son todas iguales; en lo que se distinguen entre sí es el contenido. Por el otro lado, toda proposición, en tanto proposición, comparte algo en común con todas las demás. Esto es su forma. Entonces, con estos tres binomios tenemos por un lado proposición, sentido, y forma, y por el otro, nombres, referencia, y contenido. El último binomio es el de ‘comprender-conocer’. Comprendemos las proposiciones y conocemos los nombres.
Vamos a aplicar todas estas distinciones a una proposición en particular para ver cómo se articulan. En tu vida has oído muchísimas proposiciones pero te apuesto que no has oído la siguiente: “El motor Stirling no cuenta con un volante de inercia”. ¿Comprendes lo que acabo de decir? Lo más probable es que no. En la 4.02 Wittgenstein dice: “Comprendemos el sentido del signo proposicional sin que nos haya sido explicado”. Seguro dices, No, tienes que explicármelo, no la entiendo. El problema aquí no es la proposición sino los nombres. En la 4.026 dice que los signos simples, es decir palabras como sustantivos, nombres propios, etc., sí nos tienen que ser explicados para entenderlos, pero el signo proposicional, no. Aquí encontramos una matización de la distinción entre sentido y referencia. Las proposiciones sólo tienen sentido y las comprendemos sin que nadie nos lo explique. En cambio, los nombres constituyentes de la proposición sólo tienen referencia. Este referente de los nombres no lo comprendemos sino que lo conocemos directamente a través de una explicación, alguien señalándolo por ejemplo con su dedo. Aquí ves una foto de un motor Stirling y aquí un volante de inercia, de hecho, varios volantes que es una colección mía. Bueno, estos son objetos de conocimiento, pero no de comprensión. Lo que se comprende es la proposición, su sentido, sin que nos sea explicado, pero ¿exactamente qué es lo que comprende uno?
En la 4.024 dice: “Comprender una proposición quiere decir saber lo que es el caso si es verdadera”. Es decir, la proposición indica la situación que tendría que darse en el mundo para que fuera verdadera. Para ello, como dice en 4.023: “La realidad tiene que quedar fijada por la proposición en orden al sí o al no. Para ello ha de ser enteramente descrita por la misma”. Aquí, hay que recordar algunas cosas que hemos visto en vídeos anteriores. Primero, Wittgenstein emplea el término ‘realidad’, que no es lo mismo que ‘mundo’. El mundo es la totalidad de estados de cosas que efectivamente se dan, es decir, de estados de cosas existentes. La realidad en cambio es la existencia y no-existencia de estados de cosas; es un concepto más amplio. La proposición, dice, tiene que limitar la realidad a sólo dos alternativas – sí o no. Para ello, el sentido de la proposición, como vimos en otro vídeo, tiene que ser determinado – no puede haber ambigüedad o vaguedad. Bueno, todo determinado menos la cuestión de su verdad o falsedad.
Nos dice: “La proposición nos comunica un estado de cosas; tiene, pues, que estar esencialmente conectada con el estado de cosas. Y la conexión es, precisamente, que ella es su figura lógica”. La partitura figura la música que se toca de acuerdo con una regla específica, una convención establecida. En cambio, la regla o forma mediante la cual la proposición figura la realidad no es convencional sino ontológica. ¿Cuál es? No tiene nada que ver con el lenguaje particular, sea inglés, chino o español, ya que esas reglas son convencionales (por cierto, es precisamente por eso que los referentes expresados por los diferentes nombres de los diferentes idiomas tienen que ser explicados o señalados para que los conozcamos). No, la forma no tiene que ver con el carácter contingente de un lenguaje determinado, sino con la estructura bipolar de sí o no. La realidad es la totalidad de la existencia y no-existencia de estados de cosas. Esta forma es lo que coincide con la forma bipolar de la proposición, la de ser verdadera o falsa, cosa que las proposiciones de cualquier lenguaje tiene y la razón por la cual el sentido de la proposición no tiene que ser explicado.
Hasta ahora en el texto hemos visto y discutido muchas ideas importantes, pero llegamos ahora a lo que Wittgenstein llama su ‘idea fundamental’. Nos dice que la proposición representa tal y cual situación en el mundo, lo cual es posible gracias a dos cosas. Por un lado, los signos simples o nombres que representan objetos en el mundo, y por el otro su combinación o articulación entre sí. En la 4.032 dice: “Sólo en la medida en que está lógicamente articulada es la proposición una figura del estado de cosas. Mi dea fundamental, [dice], es que las «constantes lógicas» no representan nada. Que la lógica de los hechos no puede representarse”. Hay nombres para los objetos en el mundo, pero no puede haber nombres para aquello que proporciona la articulación lógica de esos nombres en la proposición. Esta estructura lógica no puede ser representada, sino sólo mostrada mediante el arreglo o la articulación de nombres. Y aquí llegamos al binomio más conocido de todo el texto, el de mostrar y decir. Si una proposición no fuera más que una aglomeración de nombres, de signos simples, no tendría sentido porque los nombres no estarían articulados entre sí de tal forma que comunicaran una situación en el mundo. Una vez articulados lógicamente entre sí, esa aglomeración se convierte en una proposición, la cual tiene sentido. El punto es que ese sentido no puede decirse o representarse lingüística o figurativamente, sino que sólo puede mostrarse. Con signos simples, nombramos cosas en el mundo. Lo que concierne a la manera en que nombramos, es decir, la articulación lógica, no puede nombrarse, no puede decirse.
Vamos a hablar más de esa famosa distinción más adelante. De momento volvamos a mi proposición sobre el motor Stirling. Dice Wittgenstein que la comprendemos cuando sabemos qué sería el caso si es verdadera. En la 4. 062 dice: “¿No es posible entenderse con proposiciones falsas como hasta ahora con verdaderas?” Su respuesta es sí, lo cual a primera vista parece ser una contradicción, pero no lo es si tenemos en cuenta que lo que la proposición figura es la realidad, la cual, como ya hemos comentado, es la existencia y no-existencia de estados de cosas. Mi proposición dice: “El motor Stirling no cuenta con un volante de inercia”. Vamos a llamarla ‘p’. Suponiendo que la afirmo como verdadera, su contraria, su polo falso, sería “El motor Stirling cuenta con un volante de inercia”. Vamos a llamar ésta ‘∼p’. Lo que Wittgenstein está diciendo que tanto p como ∼p dicen la misma cosa. Otra forma de decir esto es que la proposición, cualquiera de las dos, tiene sentido independientemente de nuestro conocimiento de los hechos en el mundo. En el diario que mantuvo entre 1914 y 1916, Wittgenstein da un ejemplo que esclarece esto de forma muy clara. Dice: “La proposición, la figura, el modelo son – en el sentido negativo – como un cuerpo sólido que restringe la libertad de movimiento de otros cuerpos; en el sentido positivo, son como el espacio delimitado por una substancia sólida, en el que un cuerpo puede caber”. El texto es acompañado de una ilustración de dos rectángulos, uno sombreado en su interior y el otro sombreado en el exterior. Uno y el mismo rectángulo puede describirse de dos formas o en dos sentidos, uno en términos de lo que constituye el área del rectángulo y el otro en términos del espacio que lo rodea, uno negativo y el otro positivo. Una ilustración incluso más patente sería una fotografía expuesta en positiva y también en negativa. Es el mismo objeto, la misma realidad, vista o señalada de dos sentidos distintos, positiva y negativa, verdadera y falsa.
Por cierto, mi proposición sobre el motor Stirling es falsa. Ese tipo de motor trae como parte integral un volante de inercia. La proposición misma sólo muestra su sentido, mas no nos dice si es verdadera o falsa. Para ello hay que hacer una investigación empírica en el mundo para ver cómo están las cosas, para ver qué de hecho es el caso. Como dice en la 4.031, la proposición es como una especie de experimento que nos permite construir en nuestra imaginación una situación en el mundo, y lo que nos muestra es lo que deberíamos esperar encontrar si fuéramos a ver los hechos – ése es su sentido. Esto, por cierto, es muy parecido a la máxima pragmática de Peirce, la cual dice que el significado de un término o una proposición es los efectos prácticos en el mundo que se darían si fuera verdadera. Lo que distingue a Wittgenstein de Peirce en este sentido es que los únicos efectos prácticos serían el darse o no de un hecho.
Bueno, en la 4.11 dice: “La totalidad de las proposiciones verdaderas es la ciencia natural entera (o la totalidad de las ciencias naturales)”. ¿Cómo pudiste haber averiguado la verdad o falsedad de mi proposición? No con la filosofía sino con la ciencia, es decir, yendo a la experiencia a ver si empíricamente los motores Stirling traen ese volante o no. Dado que la filosofía claramente no es una ciencia natural, entonces ¿de qué sirve? En la 4.112 dice: “El objetivo de la filosofía es la clarificación lógica de los pensamientos. La filosofía no es una doctrina, sino una actividad. Una obra filosófica consta esencialmente de aclaraciones. El resultado de la filosofía no son «proposiciones filosóficas», sino el que las proposiciones lleguen a clarificarse. La filosofía debe clarificar y delimitar nítidamente los pensamientos, que de otro modo son, por así decirlo, turbios y borrosos”.
Esto refleja esa famosa cita que vimos creo que la vez pasada: “La filosofía es una lucha contra el embrujo de nuestro entendimiento por medio de nuestro lenguaje”. Por mucho que Wittgenstein admirara el trabajo de Frege y Russell, era de la opinión de que, en el fondo, el lenguaje logró hechizarlos acerca de la naturaleza y el alcance de la lógica. Como vimos en uno de los primeros vídeos de la serie, con su teoría de tipos Russell intentó decir con su sistema lógico cómo distinguir entre el sentido y el sinsentido, pero al decirlo dijo inevitablemente cosas que su propia teoría decía que no se podía decir, o sea, su lenguaje lógico incurría en el sinsentido.
La respuesta de Wittgenstein ya lo vimos en su ‘idea fundamental’. La forma lógica que las proposiciones han de tener en común con la realidad, para que puedan representarla, esa forma no puede representarse con el lenguaje, sino que se manifiesta o se muestra por medio de cómo el lenguaje funciona. Ahora, dado que el lenguaje nos hechiza con facilidad, Wittgenstein busca una manera de neutralizar el aspecto engañoso de las proposiciones del lenguaje ordinario, un tipo de lenguaje o especie de notación en la que la articulación lógica de la proposición se invisibilizara. De esta manera, no existiría la tentación de convertir esa articulación en un objeto sobre él que se puede hablar, como hacía Russell. Encontró esa notación en una invención suya, las así llamadas tablas de verdad.
Para explicar qué son las tablas de verdad y de qué sirven, imagínate que vas de compras en una tienda. Cada cosa que tienes un tu carrito tiene un precio fijo. En caja, suman todos esos precios con una calculadora y la suma total es lo que pagas, es lo que valen todos esos productos en su conjunto. Una tabla de verdad es como una calculadora, no para los precios de cosas sino para la verdad o falsedad de proposiciones. Cada cosa en tu carrito lingüístico, por así decirlo, sería una proposición básica, elemental, como X es Y, el perro es blanco. Pero como normalmente cuando vamos a la tienda compramos no una sola cosa sino varias, cuando hablamos sobre la realidad, enunciamos varias proposiciones elementales en una sola proposición compleja. A diferencia de las cosas que compramos, la relación entre las cosas que decimos, esas proposiciones elementales, no es sólo de suma o de conjunción (o sea, p y q), sino también de negación (∼p), de disyunción (p o q), o de condicional (si p luego q), etc. Las letras p y q representan proposiciones elementales, las cuales son o verdaderas o falsas. Para una proposición p, esto se representa en una sencilla tabla de verdad como puedes ver aquí. La negación de p, no p, se pone en una columna al lado; sus valores serían obviamente el contrario de los valores de la columna de p. Para la relación condicional, si p luego q, hacemos columnas para p y q por separado indicando todas las posibles combinaciones de verdad y falsedad entre ellas, que son 4 en total. Luego en una tercera columna se calculan los valores de verdad y falsedad para cada fila de acuerdo con la naturaleza del conector lógico del condicional. Hablando de esta tabla, dice en la 4.442: “La última columna no es sino una expresión de las condiciones veritativas. Si escribimos esta columna como serie, entonces el signo proposicional se convierte en: (VVFV)”.
¿De qué sirve todo esto de la tabla de verdad? El lenguaje ordinario en el que enunciamos proposiciones puede sustituirse o ser simbolizado por variables como p y q, y sus relaciones simbolizadas por conectores lógicos, o lo Wittgenstein también llama constantes lógicos, como el de la condición (p ⊃ q). Sin embargo, aun así puede que veamos ese símbolo de condición como un nombre, como un signo que se refiere a un objeto lógico. Esto fue el error de Russell a fin de cuentas. Lo que Wittgenstein sugiere es que podemos usar el resultado de la table de verdad – (VVFV) – para expresar lo que normalmente expresamos por p ⊃ q. ¿Por qué? Porque lo que p ⊃ q simboliza es una operación que la tabla de verdad lleva a cabo explícitamente. Elimina el símbolo condicional y por tanto elimina la tentación de verlo como un nombre que corresponde a un objeto. Todo esto se trata en las proposiciones que van de la 4.3 a las 4.45.
Claramente, Wittgenstein entendía la verdad lógica de una manera muy distinta a la de Frege y Russell. Siguiendo con las tablas de verdad, otra cosa que muestra esta diferencia son los casos extremos que una tabla puede generar. Si todas las posibles combinaciones en la última columna son verdades, lo que tenemos es una proposición que es una tautología. Una tautología es una afirmación que es verdadera por necesidad, es decir, verdadera no virtud de contingencias empíricas sino por su forma lógica. ‘Está lloviendo o no está lloviendo’ es un ejemplo; es necesariamente verdadera. Si en vez de verdad, la última columna está lleno de falso, se trata de una contradicción. ‘Está lloviendo y no está lloviendo’ es un ejemplo; es necesariamente falsa.
Las tautologías y las contradicciones son casos extremos porque carecen de sentido, y debido a ello, como dice en la 4.462, “No son figuras de la realidad. No representan ningún posible estado de cosas. Porque aquélla [la tautología] permite cualquier posible estado de cosas, y ésta [la contradicción] ninguno”. No nos dicen nada porque, como dice por ahí: “Nada sé sobre el tiempo si sé que llueve o no llueve”. Entonces, carecen de sentido; en el alemán el término es ‘sinnlos’, pero no por eso son puras sinsentidos o absurdas, para lo cual Wittgenstein usa el término unsinnig. ¿Cuál es la diferencia? Vamos a hacer un esquema general del espacio lógico que Wittgenstein maneja. Para empezar están las proposiciones que son figuras de la realidad, que nos dicen algo sobre la realidad. Siendo así, tienen sentido, lo cual consiste, como hemos visto, en su estructura bipolar de sí o no, verdadero o falso, lo cual corresponde a la existencia y no-existencia de estados de cosas en la realidad. Además, dado que las proposiciones con sentido pueden ser verdaderas o falsas, son por tanto contingentes, pueden darse o no al igual que los hechos en el mundo. Las proposiciones tautológicas y contradictorias son casos extremos de estas proposiciones. La diferencia es que en vez de ser bipolares, son unipolares. Las tautologías son siempre verdaderas, no pueden ser falsas, y las contradicciones siempre falsas, no pueden ser verdaderas. Además, no son contingentes sino necesarias, siempre verdaderas y falsas respectivamente. Carecen de sentido, dice Wittgenstein, son sinnlos, pero no por eso son puras sinsentidos o absurdas, o sea, unsinnig. Es como si todas las posibles tautologías y contradicciones describieran el límite de una esfera, la circunferencia del sentido. Dentro de la esfera hay sentido, Sinn. Las proposiciones en el límite de la esfera carecen de sentido, son sinnlos. Las que caen fuera de la esfera son unsinnig porque no tienen la posibilidad de ser ni verdaderas ni falsas. Son proposiciones que expresan valores morales, estéticos, religiosos, entre otros. La afirmación “Esto es bello” no tiene sentido, es un sinsentido, porque no figura ningún hecho en el mundo, ninguna articulación de objetos, sino que expresa un estado subjetivo. Sin duda, tiene sentido gramatical, sin embargo, en el sentido técnico y muy específico en que Wittgenstein emplea el término, no lo tiene. Hay que distinguir entre los dos sentidos. Bueno, volveremos sobre lo unsinnig en las célebres últimas proposiciones del libro.
Cerramos con la proposición 4.5. Dice: “Ahora parece posible dar la forma más general de la proposición: es decir, dar una descripción de las proposiciones de cualquier lenguaje sígnico . . . La forma general de la proposición es: las cosas se comportan de tal y tal modo”. Siendo la forma más general de la proposición, es lo que toda proposición tiene en común, a saber, la capacidad de figurar estructuralmente el mundo, de mostrar cómo están las cosas o, mejor dicho, qué es el caso.
En el próximo vídeo, pasamos a las proposiciones de las 5 donde veremos cómo Wittgenstein interpreta su nueva concepción de la lógica en términos de funciones de verdad, la importancia del operador de la negación, y temas sobre la generalidad, la identidad, el solipsismo y el realismo.

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Música de la intro: La canción se llama “Ambience Musettienne” del album Simply Musette de Alexa Sage.

Música de la outro:  ZAPATEADITO OAXAQUEÑO II . Arodi Martinez S.  https://www.youtube.com/watch?v=qIcnUTBSOfw

25 Comments

  1. raymundo · 08/02/2023 Responder

    Buenas noches soy seguidor de su extraordinario documental filosófico , maravilloso escucharlo lo que me hace intentar ser mejor ser humano. Desconozco mucho de tecnologías pero buena intención de intentar comunicarme con usted . Soy médico especialista en medicina interna pero me interesaría saber sobre conceptos de epistemologia y epistemológica médica. . Estaré pendiente y tiene en mi un seguidor comprometido. De antemano muchas gracias.

    • Darin · 09/02/2023 Responder

      Bienvenido Raymundo, gracias por sus lindas palabras.

    • Hector · 16/02/2023 Responder

      Saludos.

      A mi el tema me ha llamado la atención desde otra perspectiva.
      Me hace considerar al lenguaje como un sistema fractal entropico de la realidad.
      A medida que se expande se pierde información del estado original y se rearticula en una geometría lingüística que por naturaleza accede a repeticiones de lo real pero jamás a l real en sí. De otra manera accede a lo real para si pero no en sí.
      Que me lleva a una reinterpretacion de la síntesis Hegeliana de manera también fractal leyendose fractal como una geometría entropica.

      Poniendo como ejemplo un gas a medida que se expande ocupa más espacio y tie e más estados pero a costa de la desorganiza ion. Del sistema original.

      Ahora una argumentación pesimista rápida y preocupante para mi sería el sofismo natural.
      La alegoría de la caverna no como un estado latente de percepción o acercamiento a lo real si no como condiciónante física de la relación entre lo real y lo humano.

  2. Patricia · 09/02/2023 Responder

    Interesantísimo.
    Lo que me deja al borde del abismo, en una especie de crujida mental similar a cuando se lee un koan o una paradoja, es que, estrictamente hablando, si se aceptan como punto de partida los términos que el mismo Witt. se encarga de sistematizar, las proposiciones del tractatus, al menos desde el marco estricto de la teoría pictórica, son puros sinsentidos. No “dicen” nada… sobre la “realidad” Es tal cual, o sea, es evidente, si le intento seguir en su pensamiento que esto es así. Pero eso es tremendamente paradójico, porque incluso aceptando sus propios términos, el tipo se las apaña para decir algo, o quizá señalar algo, ufff no sé, un límite, un borde, algo así…
    Es muy contradictorio, muy paradójico…Porque si le seguimos, entonces se contradice, ha escrito un libro que no tiene sentido, pero para verlo tienes que entenderlo. Es absurdo. A ver, es fácil salir de la paradoja, porque al final, nos entendemos y la mayor parte del lenguaje que hablamos se sale de los estrechos marcos de la teoría pictórica (y Witt esto lo tiene que saber, porque prácticamente todo el tractatus se sale de ese marco)
    Pero obviamente tiene razón en que hay que poner una especie de límite a lo que se puede decir con sentido, de forma que sea comunicable y comprensible para otros. Todos estaríamos de acuerdo en que cuando escuchamos:
    “El sol se pone por el oeste”
    todos entendemos más o menos lo mismo
    Pero tendríamos mas dificultad en ponernos de acuerdo en qué sentido tiene:
    “Estar obsesionado en la diferencia es ser esclavo, ser libre respecto a la diferencia es ser amo” (he puesto una de Hegel y no de las más dífíciles precisamente)
    Ni que sentido tiene:
    “El berrinche estalló en el abismo desolado” (esta me la he inventado)
    Y la verdad si atendemos a la historia de la filosofía y a los argumentos y contrargumentos de los distintos autores, es difícil afirmar que se ha llegado a un conocimiento por así decir “verdadero” al menos en el sentido en que si se ha llegado en las ciencias naturales.

    Por supuesto una cosa es el sentido y otra muy distinta la inteligilibilidad. Las frases de Witt, y de los filósofos y de los poetas, son inteligibles, remiten a “algo” que se puede comprender y que es totalmente interesante y valisoso (no creo que Witt dijera lo contrario) aunque no sea a hechos en el mundo, y aunque ciertamente no hay manera humana de afirmar que una proposición como “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” pongamos por caso, sea verdadera o falsa, por supuesto merece la pena escribirla

    Al final igual es lo que el viejo Witt quería decir. Amigos, no tiene sentido, pero merece la pena.
    En fin…Encantada de esta nueva entrega.

    • Darin · 09/02/2023 Responder

      Ah sí, inteligible, buena palabra, buscaba un sínonimo de ‘tener sentido’. Gracias

  3. José Pablo · 09/02/2023 Responder

    Inestimable tu labor pedagógica de hacernos comprensibles con ejemplos concretos textos tan abstrusos y esotéricos, como en principio parecen las tesis de Wittgenstein.Muchas gracias.

  4. José Pablo · 09/02/2023 Responder

    Algunos programas informáticos están basados en la lógica para la computación y realizan los cálculos mecánicamente en cuestión de segundos mediante secuencias,, si bien a ésta lógica formal le falte la experiencia de la realidad de sus conclusiones puesto que son teoría.
    Corrígeme si me equivoco. No se qué opinaría Wittgenstein de todo esto.
    Muchas gracias

  5. Mario · 13/02/2023 Responder

    Darin por favor decime si está bien lo que entendí de la “Circunferencia del Sentido”

    1- Lo que está ADENTRO de la circunferencia es lo RACIONAL / lo que tiene sentido (SINN) / la RAZÖN / el HEMISFERIO DERECHO del CEREBRO

    2. Lo que está AFUERA de la circunferencia es lo IRRACIONAL / lo que “no tiene sentido” (UNSINNIG) / los SENTIMIENTOS / el HEMISFERIO IZQUIERDO del CEREBRO

    ¿Es así? Abrazo!

    • Darin · 13/02/2023 Responder

      Hola Mario. Las proposiciones que están dentro de la esfera tienen sentido, lo cual quiere decir que han sido lo suficientemente determinados como para resaltar su estructura bipolar y así relacionarse con un hecho en el mundo. Wittgenstein no habla de racional-irracional ni de hemisferios del scerebro.

    • Patricia · 15/02/2023 Responder

      Hola Mario. 👋. Yo entiendo que lo que está dentro de la circunferencia es muy estrecho (todo el tractatus está fuera de la circunferencia de hecho, lo cual tiene cierta comicidad porque se las arregla para hablar de la circunferencia desde fuera de la circunferencia). Lo que cae dentro de esa esfera en la cual witt quiere separar lo que tiene “sentido” y lo que no, es aquello que puede ser bien o bien verdadero o bien falso (bien poco es lo que cae dentro, básicamente las proposiciones verificables, las de la ciencia natural). Esas son las proposiciones que según Witt. “Tienen sentido”. Ojo que no está diciendo, como pretenden los positivistas lógicos que las únicas proposiciones “validas” sean las de la ciencia empírica, eso no lo está diciendo en absoluto,( y los positivistas logicos
      al hacer “juicios de valor” sobre las proposiciones de la ciencia empírica se han metido de cabeza en un hechizo del lenguaje y ni se han enterado) como tampoco está diciendo que las proposiciones de la etica o de la estética sean inefables o ininteligibles, sólo que no tienen “sentido” si por “sentido” entendemos (y eso no deja de ser una petición de principio) lo que está dentro de la esfera, es decir aquello que corresponde a hechos del mundo, y por tanto puede ser falsable o verificable.
      Esta intentando en el fondo creo yo, algo parecido a lo de Kant poner unos ciertos límites a la filosofia para que no extralimite y se convierta en bla bla bla y puros “sinsentidos”. Un poco como Kant con su crítica a la metafisica.
      Lo cómico es que el mismo está haciendo bla bla bla en sus propios términos (el tractatus en un “sinsentido”, inteligible, ok, valioso, quizá pero totalmente todo el fuera de la esfera del “sentido”

      • Mario · 16/02/2023 Responder

        Hola Patricia esto es un jaleooooo! Creí haber entendido algo con el SINN adentro y con el UNSINNIG afuera pero cada vez que creo entender, viene Darin, me corrige y se me derrumba todo de nuevo jaja! Veo que a vos estas cosas te estimulan y que no perdés el entusiasmo. Te felicito! Espero que lleguemos al final del camino (falta poco para las famosas proposiciones finales) y que de la mano de Darin podamos entender qué es estar afuera de la circunferencia (o esfera, que a veces es una y a veces es la otra). Yo creo (ojalá que no esté equivocado!) que allí están las proposiciones relacionadas con las emociones y los juicios de valor. Veremos

        ¿Cómo estás vos Pato? ¿Te ha modificado en algo este contacto con el Tractatus? Contame. Te mando un abrazo

        • Patricia · 17/02/2023 Responder

          Ja ja…Pues tengo que reconocer que has dado en el clavo totalmente. Hay veces que es un jaleo total y digo para m8s adentros…Ay madre no entiendo nada y luego me parece entender, empiezo a pensar mis cosas y “me entusiasmo”. He estado compaginando esta serie del Tractatus con la de Hegel (no me atrevo a leerlo directamente llamame “cobardica” peto reconozc9 m8s limites y se que no lo aguantaría) y mira que Darin es una máquina de la didáctica y el consigue hacer fácil lo difícil y en fin, nuestro maestro es un crack, pero con Hegel he llegado a desesperarme en algunas partes, te lo prometo…Me enfadaba con el tipo (ja ja) en plan: pero que dice este tío, no entiendo nada , que desesperación, pues nada, ahí seguía yo…Así que debe gustarme en el fondo rayarme la cabeza…
          El tractatus algo me ha cambiado si…Por una parte me ha hecho reflexionar sobre una consideración que nunca había tenido en cuenta…Venimos al mundo sin lenguaje. El lenguaje (como muchas otras cosas) nos es entregado por otros” y yo le ando dando vueltas y vueltas a una idea que me ha surgido a partir de Wittgenstein….Hasta que punto no es el lenguaje el que nos constituye como “seres separados” como “sujetos” por utilizar los términos que utilizan los filosofos y que sea precisamente por el lenguaje que experimentamos “dualismo”: yo/ el otro interno/ externo, sujeto/objeto….adentro/afuera o como lo quieras llamar…
          En fin, quizá sea llevar las cosas demasiado lejos, pero en esas estoy ja ja….Así que figurate….
          Encantada de saludarte.
          A ver adonde nos llevan Darin y el amigo Witt….

          • Mario · 17/02/2023

            Sos tan agradable Patricia! Me €ncanta leerte! ¿Y como anda la Madre Patria? ¿En carnavales o en procesiones? (no quiero ser hereje porque vengo de tradición bien católica ja!) Y agradecido que tengo el mismo lenguaje que tú, coño! (tampoco quiero decir malas palabras que ni siquiera sé que quiere decir giripollos jaja!) Cosas del lenguaje… ese que quizás nos ha constituído como seres separados… muy sugerente tu idea

            Te mando un abrazo bien fuerte Patito! Chauuu

  6. Mario · 13/02/2023 Responder

    Gracias Darin! A veces trato de traducir los nuevos conocimientos a los conocimientos que, de una forma o de otra, yo ya traigo. Pero sin duda ese no es un proceso nada fácil. Te mando un abrazo!

  7. Hector · 15/02/2023 Responder

    Saludos.

    A mi el tema me ha llamado la atención desde otra perspectiva.
    Me hace considerar al lenguaje como un sistema fractal entropico de la realidad.
    A medida que se expande se pierde información del estado original y se rearticula en una geometría lingüística que por naturaleza accede a repeticiones de lo real pero jamás a l real en sí. De otra manera accede a lo real para si pero no en sí.
    Que me lleva a una reinterpretacion de la síntesis Hegeliana de manera también fractal leyendose fractal como una geometría entropica.

    Poniendo como ejemplo un gas a medida que se expande ocupa más espacio y tie e más estados pero a costa de la desorganiza ion. Del sistema original.

    Ahora una argumentación pesimista rápida y preocupante para mi sería el sofismo natural.
    La alegoría de la caverna no como un estado latente de percepción o acercamiento a lo real si no como condiciónante física de la relación entre lo real y lo humano.

    • Patricia · 17/02/2023 Responder

      Wow…que reflexiones más curiosas y interesantes Héctor…Si te sigo (que no estoy segura) propones que el lenguaje sería una especie de “velo” que, intentando “atrapar” la “realidad” lo que hace es alejarse de la realidad, y cuanto mas intenta atraparla mas se aleja…el velo de maja del hinduismo, me viene a la cabeza..
      Me quedo dando vueltas a lo de acceder a lo real “para si” pero no a lo real “en si” y a lo de la síntesis hegeliana y como lo relacionas con los sistemas caóticos…
      En fin…Que pensamientos más originales, la verdad 👍
      Aquí los comensales de la fonda estrujandonos la cabeza cada cual a nuestro modo ja ja.
      Un gusto leeros

  8. Hector · 15/02/2023 Responder

    También me ha perturbado en cuanto al acercamiento que tenemos y buscamos de la realidad a través de nuestro cuerpo. Siendo que como condicionante A la vista y la palabra articulada toman demasiada importancia y dejan un sesgo a los demás sentidos.

    Un ejemplo física es el uso de sistemas de audición se podría decir por láser en los cuales se descubrió las ondas gravitacionales gracias a su perturbación del espacio tiempo y se captura a ma era de una especie de sonido.

    No se si alguien aquí toque algu. Instrumento. Hay u estado de Flow muy conocido. Yo lo he p,aticado mucho con amigos músicos o o u a especie de interpretación a lo real a través de otro .enguaje si se puede decir así. Quede estructura de manera muy diferente en el oído y que es por naturaleza un instrumento pasivo.
    Y debe usar otro sentido el tacto el cuerpo para expresarse.
    Esa disonancia natural ,leva a ese estado de concentración en el que casi cualquier músico asevera que la música guía a la persona antes que esta ejecute un estado de determinismo Spinozista reinterpretado en percepción y ejecución. Al cual le hace falta traducción al lenguaje.

    En fin seguiré aquí pensando. Saldos desde Cancun. Maestro si a,gana vez viene por acá avíseme para invitarle a comer
    .

  9. Hector · 16/02/2023 Responder

    Saludos.

    A mi el tema me ha llamado la atención desde otra perspectiva.
    Me hace considerar al lenguaje como un sistema fractal entropico de la realidad.
    A medida que se expande se pierde información del estado original y se rearticula en una geometría lingüística que por naturaleza accede a repeticiones de lo real pero jamás a l real en sí. De otra manera accede a lo real para si pero no en sí.
    Que me lleva a una reinterpretacion de la síntesis Hegeliana de manera también fractal leyendose fractal como una geometría entropica.

    Poniendo como ejemplo un gas a medida que se expande ocupa más espacio y tie e más estados pero a costa de la desorganiza ion. Del sistema original.

    Ahora una argumentación pesimista rápida y preocupante para mi sería el sofismo natural.
    La alegoría de la caverna no como un estado latente de percepción o acercamiento a lo real si no como condiciónante física de la relación entre lo real y lo humano.

  10. Patricia · 17/02/2023 Responder

    Wow…que reflexiones más curiosas y interesantes Héctor…Si te sigo (que no estoy segura) propones que el lenguaje sería una especie de “velo” que, intentando “atrapar” la “realidad” lo que hace es alejarse de la realidad, y cuanto mas intenta atraparla mas se aleja…el velo de maja del hinduismo, me viene a la cabeza..
    Me quedo dando vueltas a lo de acceder a lo real “para si” pero no a lo real “en si” y a lo de la síntesis hegeliana y como lo relacionas con los sistemas caóticos…
    En fin…Que pensamientos más originales, la verdad 👍
    Aquí los comensales de la fonda estrujandonos la cabeza cada cual a nuestro modo ja ja.
    Un gusto leeros

    • Hector · 17/02/2023 Responder

      Saludos Patricia y Mario. Y dis ulpen no podía dejar comentarios y creo que se duplicaron unos y otros no tenían ortografía decente..

      Exacto Patricia. Esa idea me viene cuando pienso en el Lenguaje
      Estoy pensando en una alegoría sencilla y se me ocurre la sig.
      La verdad a través del lenguaje son jaulas de pájaros. Podemos atrapar cuantos podamos, hacer jaulas más grandes y complejas. Al final al sustraer el pájaro de su hábitat nos queda una verdad humana un pájaro enjaulado. De manera tal que todo cuanto se estructura a partir de ahí. Sin negar su esencia y conexión lo real. Se reinterpreta de manera abstracta. Perdiendo la información total. El pájaro en cautiverio no es el pájaro libre. Y por otro lado el hombre debe por constitución del lenguaje crear estas jaulas o bordes. Ahora si necesito unos días para seguir pensando. Algo que me deja inquieto.
      Acaso las paradojas son producto de esa redundancia que aplicamos cuando interpretamos y se generan por la propia división conceptual?

      Esto por un ejemplo que ando entretejiendoentre los círculos Spinozistas y un tema de conjuntos matemáticos e incompletitud de Godel. Que a manera abrupta se resolvió eliminando la praxis que dice que el conjunto de conjuntos es un conjunto . Por tanto no es necesasario que se. Contenga a sí mismo.

  11. Mario · 17/02/2023 Responder

    ¿SOBREVIVIRÁN LAS ESCUELAS Y LOS MAESTROS EN LA ERA DIGITAL?

    Comparto con ustedes un resumen del artículo de Guillermo Jaim Etcheverry (gran intelectual argentino) que publiqué en la red Linkedin. Allí Guillermo defiende la tradición y los tiempos “lentos” de la escuela ante el frenesí innovador tan exasperante del momento actual. Es una reflexión interesantísima. Saludos

    https://www.linkedin.com/pulse/sobrevivir%25C3%25A1n-las-escuelas-y-los-maestros-en-la-era-mario-balzarini

  12. Patricia · 19/02/2023 Responder

    Hola a todos amigos. Me gustaría compartir con vosotros mis rayadas mentales, que son altamente especulativas e indemostrables, aunque plausibles…
    Estaba yo pensando yo en un bebé muy muy pequeñito que todavía no “ha entrado” en el lenguaje…
    Si todavía no ha entrado en el lenguaje, ese bebé no tiene manera (supongo yo, que saberlo no lo sé) de diferenciar entre “lo interno” y “lo externo” puesto que toda la información le llega a través de sus sentidos. Dicho de otro modo, todo lo que le pasa le pasa “por dentro” todavía no puede experimentar que en mundo hay otras mentes aparte de la suya y que hay unas experiencias que suceden “por dentro de su cuerpo” y otras que estan fuera de el o que hay otras personas que tienen experiencias distintas de las suyas. El bebé todavía no tiene ninguna herramienta para diferenciar si su experiencia es privada o no…porque para ese bebé todo lo que le sucede estará por así decir “dentro de él” ( esto es muy especulativo, lo sé, vete a saber lo que experimenta un bebé tan pequeño)
    Pero, por ejemplo. Pongamos que tiene hambre…
    Su experiencia no puede ser todavía “yo tengo hambre” sino algo así como “hay hambre” o “todo tiene hambre” (por supuesto no lo dice, sino que lo experimenta, no puede decirlo ni pensarlo porque no esta en el lenguaje).
    De alguna manera, al no haber ingresado en el lenguaje, quizá (solo quizá) ese pequeño ser no tiene manera todavía de diferenciar entre “yo” por una parte y “el mundo” por otra parte….
    Supongo que poco a poco antes de hablar el bebé ya se va dando cuenta de que por una parte está el y por otra parte hay otros y “un mundo” por fuera de su experiencia por asi decir, cuando sonríe y su mamá le hace carantoñas o por el contrario cuando está llorando porque le pasa alguna cosa y su mamá no le responde de inmediato solucionando lo que le pasa porque no lo sabe en ese momento …
    Pero me da a mi la impresión de que la inmersión en el lenguaje es un momento bastante “crucial” para ingresar al mundo.
    En fin. Vete tú a saber.

    • Un asturiano en Tacuba · 19/02/2023 Responder

      Querida Patricia: al bebé le importa muy poco el lenguaje. Lo que menos deseará será ingresar en este pícaro mundo. Por fortuna para él, ni se lo imagina. Toda existencia no es sino un tratar de retornar al útero materno, a los días felices cuando no existía ningún tema en que pensar y todas nuestras necesidades estaban satisfechas.
      Todos somos bebés prematuros.

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