La ética de Spinoza, pt. 4/14

Hoy vemos la demostración de la existencia de Dios (la substancia infinita), el inmanentismo y el monismo, y la complicada relación causal entre Dios y el mundo.

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Guión

Hoy, nada de preámbulos. Vamos directamente a la gran proposición 11. Dice Spinoza: “Dios, o sea, una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita, existe necesariamente”. ¿Cómo lo sabe? Su demostración consiste en lo siguiente: “Si niegas esto, concibe, si es posible, que Dios no existe. En ese caso (por el Axioma 7) su esencia no implicará la existencia. Pero eso (por la Proposición 7) es absurdo: luego Dios existe necesariamente”. A lo mejor dirás que, para una proposición tan importante, la demostración es bastante escueta y poco convincente, pero tenemos que recordar que Spinoza ha ido preparando las premisas de su demostración a lo largo de las últimas 10 proposiciones, y también que hubo un par de detalles en el último vídeo que dije que dejaríamos para la proposición 11. Así que, ahora manos a la obra.
Lo que está en cuestión es la existencia de una substancia con infinitos atributos que existe necesariamente. Si no existe, si no es real, entonces no se sigue el resto de lo que dice en La ética. Es muy importante este punto. Ahora, normalmente, si afirmo la existencia de algo, justifico la afirmación al señalar o indicar ese algo. Por ejemplo, esta taza de café existe; aquí está. Sin embargo, para el tema que nos concierne, eso no basta. Es que Descartes sostendría la taza y diría que es una substancia y Spinoza diría no, que es un modo. Así que, Spinoza no puede simplemente mostrar la existencia de esa substancia que llama Dios, sino que tiene que demostrarla. Las demostraciones, como hemos visto, manejan definiciones, y la definición de algo no es más que una forma de enunciar la esencia de ese algo. Por ejemplo, la definición de perro la encontramos en la definición del mismo.
Ahora, menciono todo esto porque en su demostración de la proposición 11, Spinoza se apoyo en el Axioma 7, el cual dice: “La esencia de todo lo que puede concebirse como no existente no implica la existencia”. Volvamos a la taza de café. Si podemos concebirla como no existente (lo cual es muy fácil hacer), entonces el concepto de existencia no está encerrado en su esencia. Es decir, no es parte de su definición que exista. ¿Hay algo cuya definición o esencia sí encierra el concepto de existencia? Para Spinoza, sí. La proposición 7, que también menciona en su demostración, dice: “A la naturaleza de una substancia pertenece el existir”. Como comentamos en el vídeo anterior, eso suena al famoso “argumento ontológico” que emplea gente como Anselmo y Descartes. En ese argumento, se parte de la idea o el concepto de Dios y debido a la naturaleza de ese concepto su existencia real puede derivarse. Bueno, ésa es la idea, pero ha sido rotundamente criticada en la tradición, incluso por el mismo Kant. No quiero dedicar tiempo aquí a los pormenores de ese argumento; sólo quiero señalar que en Spinoza encontramos algo muy parecido: la naturaleza o esencia de la substancia implica su existencia. Sin embargo, Spinoza da cierto giro a su argumento que lo distingue del argumento tradicional. Volvamos a nuestra taza de café. ¿La podemos concebir como no existente? Claro. Ahora ¿podemos concebir que una substancia con infinitos atributos no existe? Al margen de la respuesta, podemos ver que Spinoza, en vez de demostrar de forma positiva su existencia, como hacen Anselmo y Descartes, toma una vía negativa. Pide que intentemos concebir su no existencia. Si razonamos atentamente, piensa que no podremos.
Para ver por qué no, es importante tener en cuenta que aquello cuya existencia está tratando de demostrar, aunque lo llame Dios, no es el mismo Dios que Anselmo y Descartes. El otro día, estuve con un buen amigo quien cree en el dios cristiano. Estábamos hablando de su creencia y cómo él ve necesaria la existencia de Dios para dar cuenta del origen de las cosas. Y yo le dije, para resolver ese problema de orígenes, agregas un ente más a todas las cosas, un Dios creador, y mi pregunta es ¿cómo das cuenta entonces del origen de ese Dios? ¿No has aplazado el problema de orígenes al postular Dios? A mi modo de ver, hay dos formas de responder esta pregunta: o bien Dios siempre existió, por lo cual no hay problema de origen, o fue creado, por lo que la postulación de Dios sólo aplaza el problema. Mi amigo básicamente optó por la primera opción, que Dios siempre existió, pero para mí es una opción que sobra ya que podemos dejar ese Dios creador fuera del escenario y simplemente atribuir la eterna existencia al mundo mismo, así simplificando mucho el problema.
Lo que me interesa en todo eso no es el debate sobre la existencia del dios cristiano, sino señalar que, como la taza de café, me resulta fácil concebir la no existencia de ese Dios. Pero como dije, aun cuando Spinoza llame su substancia Dios, no es el mismo. El Dios de Anselmo y Descartes, por muy poderoso y excelso que sea, no deja de ser un ser entre otros. Spinoza no dice que ese Dios existe necesariamente, sino una substancia con infinitos atributos. Semejante substancia no sería una cosa entre otras, sino que sería el ser como tal, el ser en su totalidad. Volviendo a nuestra taza de café, esta taza sí existe, yo existo, tú existes – de eso no hay duda. Pero esas cosas son finitas. En la terminología de Spinoza, no son en sí sino en un otro. Se conciben o se explican al hacer referencia a otra cosa – y por tanto, son ontológicamente dependientes. Aquí tenemos el tema de los orígenes que discutía con mi amigo. ¿Qué puede dar cuenta del ser de estas cosas finitas y por tanto cumplir con el principio de razón suficiente? La única respuesta para Spinoza es que esas cosas finitas dependan de una substancia, una substancia no finita (ya que esa finitud haría que dependiera de otra cosa, por lo cual no sería una substancia), sino de una substancia infinita, de infinitos atributos, constituyendo así el ser como tal. Ahora cobra más sentido y fuerza su comentario en la demostración cuando dice “Si niegas esto, concibe, si es posible, que Dios no existe”. En pocas palabras, no se puede concebir la no existencia de esa substancia porque no se puede concebir la no existencia del ser.
Bueno, un detalle más antes de seguir. La proposición 9 dice: “Cuanto más realidad o ser tiene una cosa, tantos más atributos le competen”. Si la substancia es infinita, y no finita, entonces es por eso que Spinoza habla de infinitos atributos. Sin embargo, muchas veces utiliza el término “infinito” para significar la totalidad de algo, como por ejemplo en la proposición 16 dice que de la naturaleza divina se siguen infinitas cosas, y luego entre paréntesis dice: “esto es, todo lo que puede caer bajo un entendimiento infinito”. Hay muchos ejemplos como éste en La ética, y aun cuando hay todavía un debate al respecto entre los estudiosos, sean los atributos infinitos o de un determinado número, la substancia que llama Dios tiene todos los que puede haber.
De hecho, este dato es importante para la proposición 14, con la cual Spinoza cierra la primera parte de este primer capítulo y plantea de forma contundente su monismo. Dice: “No puede darse ni concebirse substancia alguna excepto Dios”. Lo que la proposición 11 establece es la existencia de una substancia con infinitos atributos. Pero posiblemente existan otras también de otras combinaciones de atributos. Spinoza dice que no. Cualquier otra substancia que existiera tendría que contar con al menos un atributo. Sin embargo, si Dios tiene todos los atributos, o al menos todos los que haya o puede haber, esa otra substancia claramente compartiría con Dios el atributo que tiene. Pero vimos en la proposición 5 que no puede haber dos substancias que comparten el mismo atributo. Si te acuerdas, ésa fue la proposición que dio en la torre a la noción cartesiana de substancia. De esta manera, la única substancia que puede haber, que puede concebirse, es ésa que Spinoza ha llamado Dios. Dios es un ser infinito que se expresa de todas posibles maneras. Simplemente no hay cabida para otra substancia, para otra forma de ser que Dios no expresa.
Dije hace un momento que la proposición 14 cimienta el monismo de Spinoza. Si no has oído hablar del término “monismo”, seguramente conoces el dualismo o el pluralismo. Éstas son posturas ontológicas que responden las preguntas ¿qué hay? y ¿cuánto hay?, es decir, ¿qué clase de cosas hay? y ¿cuántas de esas cosas hay? Para apreciar la radicalidad de la postura de Spinoza, consideremos cómo un atomista y un cartesiano responderían estas preguntas. Para el atomista, hay una sola clase de cosas o de substancia, a saber, los átomos. Sin embargo, hay infinita cantidad de átomos en el cosmos. Entonces, es monista con respecto a la clase de cosas que hay, pero pluralista con respecto a la cantidad de esas cosas. Para el cartesiano, hay dos clases de cosas o substancia – extendida y pensante. Entonces, es dualista con respecto a la clase (bueno, pluralista porque dos o más de algo es una pluralidad), y con respecto a la cantidad también es pluralista – hay muchísimas cosas extendidas y pensantes.
En el caso de Spinoza, por las demostraciones que hemos visto hasta ahora, puede haber una sola clase de cosas – una substancia con infinitos atributos. Entonces, es monista en ese sentido, y en cuanto a la cantidad de esas cosas, como acabamos de ver en la proposición 14, puede haber sólo una. Así que, Spinoza es un doble monista, a diferencia de Descartes que es un doble pluralista.
Este super monismo de Spinoza es lo que se expresa en la más célebre frase de La ética, que se encuentra en el capítulo 4, a saber Deus sive Natura, o sea, Dios o, lo que es lo mismo, la Naturaleza. Es bastante radical la posición de Spinoza, de hecho tan radical que decimos – Si hay una sola cosa, ¿por qué veo tantas cosas a mi alrededor? Bueno, ya sabemos que las cosas finitas que vemos – árboles, pájaros, y nosotros mismos – son modos o afecciones de la substancia. No son substancias individuales sino partes de la única e infinita substancia. ¿Qué significa eso? La relación entre Dios y el mundo de nuestra experiencia cotidiana, entre la substancia y los modos, es lo que detalla en el resto de este primer capítulo.
La proposición 15 dice: “Todo cuanto es, es en Dios, y sin Dios nada puede ser ni concebirse”. Ese todo que es en Dios se refiere a los modos, a todos los árboles, pájaros y personas etc. Lo que hay que entender es la naturaleza de esa relación de “estar en”. Anteriormente, habíamos comentado que no se trata de una relación espacial, como el café que está en la taza, sino una relación de dependencia. Una cosa que está en otra depende de esa cosa, ontológicamente, para ser lo que es, y lógicamente para ser concebida o entendida. También, habíamos comentado que, para Spinoza, entendemos algo si lo podemos explicar y explicamos algo al hacer referencia a su causa. Así que, podemos entender la relación de “estar en” al examinar la relación causal entre Dios y el mundo, entender cómo esa infinita substancia causa los modos.
Para ello, vamos a saltar a la proposición 18 que dice: “Dios es causa inmanente, pero no transitiva, de todas las cosas”. Antes que nada, Spinoza es el primero en la tradición que plantea un esquema netamente inmanente, es decir, todo el ser está en un mismo plano, no hay nada trascendente o más allá como las ideas platónicas o el dios cristiano. Es por eso, de hecho, que Gilles Deleuze le llama el príncipe de los filósofos y que Nietzsche encontró en él un alma gemelo. Bueno, ¿qué quiere decir que Dios causa las cosas, los modos, de forma inmanente? Primero, veamos un ejemplo de la causa transitiva. Tomas un cerillo y lo enciendes. Aquí tú eres la causa y el efecto es la llama en la punta del cerillo. Ésta es una causa transitiva porque el efecto es ontológicamente distinto de la causa. Igual el cuadro que pinta un artista. El artista como causa es distinto de su creación, el efecto.
Con una causa inmanente, en cambio, el efecto es parte de la causa. Un ejemplo sería la luz y el calor que el sol produce. El sol no es una cosa distinta de esos efectos. Además, vemos que mientras se den las reacciones nucleares en el sol, se dan luz y calor, pero al pararse esa causa, se paran los efectos. En la causalidad transitiva, en cambio, el efecto no se para al parase la causa. Volviendo al ejemplo del arte, hace mucho tiempo Picasso terminó de pintar el Guernica, pero éste, como efecto, sigue hoy en día colgado en el Museo Reina Sofía en Madrid.
Ahora bien, Dios, tradicionalmente concebido, como en Descartes, es un creador en este último sentido transitivo. Dios es como un artista que crea el mundo y que luego queda separado de él. El Dios de Spinoza no es así. Lo que crea no son cosas distintas de sí mismo sino modulaciones o variaciones de su propio ser. En vez de la creación de cosas, se podría decir que la causalidad inmanente de Dios es la actualización de su propio ser, quizá parecido al proceso metabólico de tu organismo que crea nuevas células y tejido constantemente que son efectos íntegros, inseparables de lo que los causa.
Si te acuerdas, la primera definición del libro es la de “causa de sí”. Comentamos que el propio concepto parece contradictorio, o sea, ¿cómo puede algo ser la causa de su propia existencia, pues tendría que existir antes de existir para causar su existencia? Esa paradoja surge sólo si entendemos la causa como transitiva y los efectos como separados. Como causa inmanente, su actividad es la de actualizarse, de modo que Dios es tanto causa como efecto de sí mismo. Spinoza detalla esta curiosa relación más adelante en el escolio de la proposición 29 donde dice que por “naturaleza”, lo cual como sabemos es sinónimo de Dios, entiende dos aspectos: por un lado, Natura naturans y, por el otro Natura naturata. Esto es el latín; al español se ha traducido como Naturaleza naturante y Naturaleza naturada. Como naturante, Dios o la Naturaleza, es substancia y es causa de sí, y como naturada es el efecto de sí mismo, es decir, los modos.
Con esto, hemos visto la causalidad de Dios en términos generales. En las proposiciones 21 al 25, Spinoza amplía este simple binomio de substancia-y-modo, revelando un cosmos con una estructura más jerárquica y diferenciada. Les advierto que es bastante denso y abstracto esto que vamos a ver ahorita.
Bien, la proposición 21 dice: “Todo lo que se sigue de la naturaleza, tomada en términos absolutos, de algún atributo de Dios, ha debido existir siempre y ser infinito, o sea, es eterno e infinito en virtud de ese atributo”. Lo que se sigue de una substancia sólo puede ser un modo. Lo curioso es que dice que ese modo es eterno e infinito, mientras que hasta ahora hemos hablado de los modos como finitos y temporales. Bueno, aunque Spinoza no lo dice, los estudiosos de Spinoza han llegado a llamarlo el “modo infinito inmediato”.
En la proposición 22 habla de todo aquello que “se sigue a partir de un atributo de Dios, en cuanto afectado de una modificación . . .”. Por “modificación” aquí se refiere a ese modo infinito inmediato que acabamos de comentar. Todo lo que se sigue de esta modificación, dice, también es eterno e infinito. Esto los estudiosos de Spinoza han llamado el “modo infinito mediato”. A partir de este último se siguen los modos finitos y particulares como aprendemos en la proposición 25. Resumiendo, de la substancia se salen los modos infinitos inmediatos, y de ahí los modos infinitos mediatos, y de ahí los modos particulares.
¿Qué está diciendo? Para la relación entre substancia y modo tenemos ejemplos como el de la cara y su sonrisa que al menos nos ayuda a visualizarla. Pero esto que dice ahora es sumamente abstracto. Afortunadamente, en la época de Spinoza había una persona tan confundida como nosotros y le escribió una carta pidiendo que diera ejemplos de estos dos géneros de modo infinito. En la carta 64 Spinoza responde: “Los ejemplos que usted pide son: del primer género, en el pensamiento, el entendimiento absolutamente infinito; en la extensión, en cambio, el movimiento y el reposo”.
Vamos a ilustrar esto al poner un ser humano en el lugar de la substancia infinita. ¿Cuál es el aspecto más fundamental que puede decirse sobre el ser de esa persona? ¿Qué tiene un lunar en la cara? No, los lunares se vienen y se van. El lunar sería un modo finito y particular. Ahora nos interesan esos modos que Spinoza llama infinitos, un modo digamos no particular sino general. Siguiendo a Aristóteles, una buena respuesta sería la racionalidad. No me refiero a una inferencia en particular, sino a la capacidad por el raciocinio en general. Otra cosa fundamental sería la extensionalidad, que el ser humano ocupa tres dimensiones en variantes proporciones de movimiento y reposo. Volviendo a Dios, esos serían los modos infinitos inmediatos: infinitos porque son generales y no particulares, y inmediatos porque son los efectos que de forma más próxima y fundamental caracterizan los atributos, en este caso, el pensamiento y la extensión.
Y volviendo ahora a la carta de Spinoza, da un ejemplo del segundo género de modos, los modos infinitos mediatos. Dice que sería “la faz de todo el universo, la cual, aunque varíe de infinitos modos, permanece, no obstante, siempre la misma”. Ésa es una de las expresiones más poéticas de La ética. Para explicarla, dirige al señor que le escribió a la proposición 14 del segundo capítulo. Ahí comenta que los individuos están compuestos de individuos más chiquitos, como las células y órganos que componen a nosotros, y que esos individuos a su vez son partes de individuos más grandes como sociedades, ecosistemas, el planeta entero, galaxias, etc. Dice: “Y si continuamos así hasta el infinito, concebiremos fácilmente que toda la naturaleza es un solo individuo, cuyas partes —esto es, todos los cuerpos— varían de infinitas maneras, sin cambio alguno del individuo total”. Ese individuo total es a lo que se refiere cuando habla de “la faz de todo el universo”, que es el ejemplo que da del modo infinito mediato.
Vamos a diagramar todo esto para visualizar mejor los elementos y sus relaciones. Aquí tenemos a Dios o la substancia en el centro, como un círculo, con dos segmentos del círculo correspondiendo a los atributos de la extensión y del pensamiento extendiéndose hacia fuera al infinito. El primer momento de la causalidad de Dios, esa primera capa que se expande hacia fuera, son los modos infinitos inmediatos: el movimiento y reposo por un lado, y el entendimiento absolutamente infinito por el otro. Eso ya lo hemos discutido. Lo que queremos ver ahora son los modos infinitos mediatos, lo que Spinoza poéticamente describió como la faz de todo el universo. ¿Qué sería este último en las respectivas dimensiones de la extensión y el pensamiento? En la extensión, el primer efecto de la causalidad de Dios, el más inmediato, es el movimiento y el reposo, y de este último se sigue el efecto mediato de lo que podríamos llamar un infinito continuo material. Piensa en la totalidad material del cosmos como un solo individuo sin brecha o discontinuidad, sino un infinito continuo material y físico. En cuanto al atributo del pensamiento, el primer efecto, el modo infinito inmediato, es el entendimiento absolutamente infinito del que se sigue como efecto el modo mediato, lo cual podemos llamar un infinito continuo de pensamiento. Y como final, a partir de estos dos continuos de materialidad y pensamiento se siguen los modos finitos y particulares de las cosas físicas y las ideas, respectivamente.
Podríamos ilustrar el continuo de pensamiento y las ideas particulares que se derivan de él con el ejemplo del lenguaje. Cualquier cosa particular que se dice, como estas palabras que estoy diciendo ahora son como la ideas particulares que pueden pensarse. Pero lo que permite que estas palabras se digan es el lenguaje en su totalidad entendido como un sistema de reglas. Todo lo que puede decirse nunca se ha dicho y nunca se dirá, porque el lenguaje es un infinito e inagotable continuo de posibilidades. El lenguaje en ese sentido es como el infinito continuo de pensamiento, ese modo mediato que acabamos de tratar. Y el continuo de materialidad puede ilustrarse con ese juguete de mi juventud, el Play-Doh, esa masa que puede moldearse para formar cualquier objeto.
Como final, vamos a aterrizar todas estas abstracciones y metáforas en un lenguaje que nos resulta más familiar – el de las leyes de la naturaleza. Ya vimos que Dios, para Spinoza, es idéntico a la Naturaleza. Ahora podemos entender mejor qué quiere decir eso. La Naturaleza no es simplemente el conjunto de todos los árboles, elefantes, montañas y personas, o sea, no es meramente el cúmulo de modos finitos, sino, como una totalidad, tiene que ser algo más. Ese algo más son las leyes de naturaleza las cuales serían equivalentes a los modos infinitos inmediatos que en el caso del atributo de la extensión es el movimiento y el reposo. Eso a fin de cuentas es lo que describen y rigen las leyes de naturaleza, a saber, las formas y relaciones de movimiento entre los cuerpos o modos finitos. ¿Y cuáles son esas leyes en el caso del atributo del pensamiento y su modo infinito del entendimiento absolutamente infinito? Las leyes de la lógica. Las leyes físicas rigen la relación entre cuerpos y las leyes lógicas la relación entre ideas.
Por si no estuvieras bien mareado, quiero cerrar al leer la proposición 16, que pasamos por alto. Dice: “De la necesidad de la naturaleza divina deben seguirse infinitas cosas de infinitos modos”. Leyendo eso me hace pensar en el Spinoza argentino, Jorge Luis Borges, y los infinitos libros que se encuentran en la biblioteca de Babel. Como sabemos, la biblioteca contiene todos los libros que es posible escribir con las 22 letras, el punto, la coma y el espacio. Infinitos libros que contienen infinitas ideas es como el modo mediato que comentamos hace poco, el infinito continuo de pensamiento y materialidad. Bueno, dada esta infinitud, la inmensa mayoría de los libros son, por tanto, pura galimatías, y dado que la proporción de estos a los que son realmente útiles e informativos es casi infinita, los bibliotecarios se desesperan de jamás encontrar un orden en la infinita profusión que les rodea. Lo que saben es que, si todo posible libro se encuentra en la biblioteca, entonces existe uno que contiene un índice perfecto de todos sus libros. ¿Dónde estará? ¿Será que el libro que buscan sea La ética de Spinoza? Borges dijo: “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca.” Por consiguiente, creo que podríamos ampliar esa famosa afirmación de Spinoza – Deus sive Natura sive Bibliotheca.

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Música de la intro: La canción se llama “Ambience Musettienne” del album Simply Musette de Alexa Sage.

Música de la outro:  ZAPATEADITO OAXAQUEÑO II . Arodi Martinez S.  https://www.youtube.com/watch?v=qIcnUTBSOfw

21 Comments

  1. Julio · 21/07/2021 Responder

    Maravilloso, Darin. Me voy a la cama con la idea de modos infinitos inmediatos y mediatos dando vueltas en mi cabeza. Me paso el día desarrollando software y resolviendo problemas de código, que me axfixian y en ocasiones llegan a paralizarme. Tus vídeos consiguen hacerme recordar que mi entendimiento es mucho más que la lógica de negocio a la que me enfrento día tras día. El trabajo nutre mi cuerpo pero la filosofía bien explicada me alimenta el alma.

    Un fuerte abrazo desde Madrid,

    Julio

  2. Mario · 21/07/2021 Responder

    Muy buen video / A ver que entendí: Dios, para Spinoza, es idéntico a la Naturaleza, donde, la Naturaleza, no es simplemente el conjunto de todos los árboles, montañas y personas, o sea, no es simplemente un acumulado de partes (NOTA: Hegel, en la misma dirección que Spinoza, se burlaba de Kant diciéndole que su conocimiento no iba más allá del conocimiento de las PARTES (como en el caso de la Anatomía) y que así se privaba del verdadero conocimiento (o conocimiento científico) que era el del “organismo vivo” o TOTALIDAD)

    Entonces, Spinoza dice en este video que “la Naturaleza tiene que ser algo más que la suma de partes” y que “ese algo” son las leyes de la Naturaleza, que describen el modo y el movimiento de los cuerpos finitos. Y además dice que esas leyes son, en el caso del pensamiento, las leyes de la Lógica

    RESUMIENDO: las leyes físicas rigen la relación entre los cuerpos y las leyes lógicas la relación entre ideas / Y en mi opinión la idea de “totalidad” es en Spinoza, como en Hegel, profundamente espiritual, ya que postula que somos parte de Algo más grande que nosotros mismos

    Baruch es genial / ¡Gracias profesor Darin!

    • Darin · 21/07/2021 Responder

      Hola Mario. Spinoza no habla de las leyes de la física y de la lógica. Yo mencioné eso para ayudarnos a entender qué quiere decir Spinoza.

      • Mario · 22/07/2021 Responder

        Hola Darin. Decirte que tu referencia a las leyes de la física y de la lógica me ayudan mucho para entender el sentido de lo que quiere transmitir Spinoza. Tus comentarios siempre agregan valor a la comprensión de los pensadores que estudiamos y, ahora que lo pienso, creo que es uno de aspectos más valiosos de la Fonda. ¡Gracias!

      • mariela · 16/09/2021 Responder

        Excelente!!
        gracias x compartir 👌

  3. Fred · 22/07/2021 Responder

    Gracias maestro. He estudiado administración y negocio pero cada vez que veo alguno de tus videos me convenzo de mi error; tú y la filosofía son esa luz al final del camino en tiempos del “evangelio de la avaricia”. Gracias totales. Muestra de este evangelio es el plagio de tus videos.

    Saludos desde Cali-Colombia.

    • Darin · 23/07/2021 Responder

      Hola Fred. Con tu carrera podrás sostener el cuerpo, y con la filosofía el alma. Te mando un fuerte abrazo desde México!

  4. Darío Olmo · 23/07/2021 Responder

    Hola Darin, en reiteradas oportunidades he intentado hace un donativo con mi tarjeta VISA y constantemente recibo un mensaje que rechaza la operación. Habrá alguna instancia de comunicación para despejar el problema y poder manifestar, humildemente, mi gratitud por tu trabajo?
    muchas gracias
    un saludo afectuoso

    • Darin · 23/07/2021 Responder

      Hola Darío. Primero, muchas gracias por tu disposición a apoyar. No sé cuál sea el problema. Me han llegado donativos de otras personas, así que a lo mejor sea de tu tarjeta o tu banco. A veces ponen candados en ciertos tipos de compras no habituales. Me ha pasado. Para mi, tus lindas palabras bastan para mostrar tu gratitud. Te mando un fuerte abrazo!

  5. Marco · 24/07/2021 Responder

    Hola Darin, soy argentino, estudiante de filosofía, lector y admirador de Borges. El final de tu video me puso la piel de gallina y me resultó emocionante, gracias por tanto!!

    • Darin · 25/07/2021 Responder

      Qué bueno que te gusto Marco. Te deseo suerte con tus estudios y te mando un fuerte abrazo!

      • Marco · 25/07/2021 Responder

        Muchas gracias Darin. Lo que dice Spinoza sobre la substancia me hizo acordar a las características del ser en Parménides, al menos en la línea Parménides-Meliso. Te parece que puede haber un contacto allí? Un abrazo.

  6. Eugenio Ugarte Díaz · 26/07/2021 Responder

    Estimado maestro Darín, ud ha interpretado a Spinoza en tono sinfónico, tal como quizás este filósofo lo hubiese esperado. En cada nota que ud expresa, emanan, poeticamente, los modos de esa subtancia infinita que es el conocimiento. Muchas gracias por su valiosa labor.

  7. Luis Echevarría Morales · 28/07/2021 Responder

    Que tal Darin, otra vez disfrutando adentrarme en la filosofia a través de tus videos, asi como tu explicación de “Asi hablo Zaratustra” que releí, ahora con Spinoza lo entiendo mejor, muchas gracias por continuar con esta enseñanza e insisto porque no un Diplomado en linea, sería muy interesante y educativo.
    Saludos.

    • Darin · 29/07/2021 Responder

      Hola Luis. Qué bien que te esté gustando. No había pensando en la idea de un diplomado. Lo pensaré!

  8. Daniel Gutierrez · 04/08/2021 Responder

    Darin, como estas llevando esta serie de Spinoza y su Etica, es magistral. Estoy fascinado con la riqueza en la interpretación de conceptos que uno puede extraer de este libro. Vine a descargarme los audios para volver escucharte mañana mientras viajo. Te dejo un gran abrazo

  9. Mariano · 09/08/2021 Responder

    A mi corto entender, Spinoza anula a los antropomorfizados dioses culturales y sus correspondientes ritos y aunque utiliza la palabra “Dios”, está más bien con los actuales postulados de la ciencia en la que los cosmólogos pueden concluir como Spinoza que solo existe la naturaleza y que el-los universo-s siempre (o no) han existido. Las ideas de los dioses son extrapolaciones humanas (muy humanas) de la idea de infinito que es solo un concepto mental, pero imposible para la naturaleza. Sería como decir lo que hay es todo cuanto hay (¿una tautología quizás?)

    • Darin · 09/08/2021 Responder

      Sí, pero todo lo que hay no es sólo la suma de cosas individuales, los modos, sino también la totalidad como una sola substancia, una sola cosa, la cual la ciencia no podría detectar u observar.

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