La ética de Spinoza, pt. 8/14

Hoy terminamos el segundo libro con una discusión de dos vías del conocimiento – la imaginación y el razonamiento, y sus ideas correspondientes – la inadecuadas y las adecuadas.

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Guión

Habrás oído la frase “La verdad te hará libre”. Spinoza, al igual que los antigos en general, es partidario de esa idea. Para él, la esclavitud del ser humano se debe a que sostiene ideas erróneas o inadecuadas, como las llama. Es por eso que hay que entender la naturaleza de la mente, la cual es el tema de este segundo libro en que nos encontramos. La vez pasada, vimos que la mente es la idea del cuerpo. Ahora vamos a ver con detalle su funcionamiento y el origen de esas ideas inadecuadas.
Nuestro punto de partida es la proposición 14, sin embargo, es precedida por una serie de postulados sobre el cuerpo humano. Si te acuerdas, terminamos la vez pasada viendo la dinámica de los cuerpos en general y ahora vamos a ver qué sucede cuando el cuerpo humano interactúa con otros cuerpos. La modalidad de esa interacción, la sensación, es lo que describe en esa serie de postulados. La primera cosa que señala es que el cuerpo humano no es simple sino compuesto de muchos cuerpos o individuos simples. Acuérdate de nuestra discusión la vez pasada de cómo átomos forman moléculas, y luego células, tejidos, órganos, etc. Así, el cuerpo humano es un compuesto complejo. Y dado que la mente humana es la idea del cuerpo, ella también está compuesta de un gran número de ideas. La mente es, estructuralmente, isomórfica con el cuerpo. Lo que se van dando al nivel del cuerpo se dan también entre las ideas que componen la mente.
Bueno, volviendo al cuerpo humano, dice que algunos de los cuerpos más sencillos que lo componen son fluidos, otros blandos y otros duros. En el quinto postulado dice: “Cuando una parte fluida del cuerpo humano es determinada por un cuerpo externo a chocar frecuentemente con otra parte blanda, altera la superficie de ésta y le imprime una suerte de vestigios del cuerpo externo que la impulsa”. Imagínate un sello antiguo que se empuja contra un trozo de cera blanda o fluida dejando ahí su impresión. De manera parecida, a través de los cinco sentidos, el cuerpo humano es afectado por el movimiento de cuerpos externos, transmitiendo ese movimiento por las partes fluidas y dejando así un vestigio o huella del objeto en el cerebro, la parte blanda. Esto sucede incluso con la vista. El libro que vemos sobre la mesa empuja el aire, lo cual empuja las partes de nuestro cuerpo hasta dejar su huella en el cerebro. Aunque nos parezca anticuada esta explicación, la causalidad fisicalista a su base es una que a grandes rasgos aceptamos, sólo que ahora hablamos del movimiento de fotones de luz en vez de partículas de aire.
Con eso establecido, vamos a leer la proposición 16. Dice: “La idea de la afección, cualquiera que ésta sea, en cuya virtud el cuerpo humano es afectado por los cuerpos exteriores, debe implicar la naturaleza del cuerpo humano y, a un tiempo, la del cuerpo exterior”. Antes de analizar esta interesante proposición, en todo lo sucesivo hay que tener muy en cuenta la doctrina del paralelismo que ya hemos discutido. Entre el pensamiento y la extensión, entre ideas y cuerpos, no hay relación causal. Por ejemplo, la idea que tenemos de un libro sobre la mesa no es producida por la sensación de ese libro, es decir, no es producto de ese proceso donde el libro empuja o afecta a los cuerpos blandos y fluidos del cuerpo humano dejando así una huella en el cerebro. Los cuerpos suscitan efectos sólo en otros cuerpos, y las ideas son producidas sólo por otras ideas. Recuerda que lo que hace que el orden y conexión de las ideas sea el mismo que el de las cosas es que se trata de un solo modo, tú o yo, sufriendo cambios o transformaciones que, vistos bajo el aspecto o atributo del pensamiento, se manifiestan como ideas, y bajo el de la extensión como cosas físicas.
Volvamos a la proposición 16. En ella, está hablando de la sensación, o sea, un cuerpo externo afectando al nuestro mediante los órganos sensoriales. Si Spinoza fuera empirista, la huella que la sensación deja en el cerebro sería una huella únicamente del objeto externo, digamos un árbol. En el empirismo clásico, la mente es como una tabula rasa que pasivamente recibe impresiones de los objetos. Pero Spinoza no dice eso; dice que es una huella del cuerpo externo combinado con el cuerpo humano. En otras palabras, lo que nuestro cuerpo percibe no es simplemente el cuerpo externo, un árbol digamos, sino ese cuerpo chocando contra los órganos sensoriales. No experimentamos el puro objeto externo sino ese objeto tal como afecta a nuestros sentidos. De hecho, en el segundo corolario de esta proposición dice: “las ideas que tenemos de los cuerpos exteriores revelan más bien la constitución de nuestro propio cuerpo que la naturaleza de los cuerpos exteriores”. ¡Imagínate cómo un insecto ha de ver ese árbol! Esta mezcla en la sensación de nuestro cuerpo con el queremos conocer constituye claramente una fuente de confusión o imprecisión en el conocimiento.
En la proposición 17, dice que la mente tomará como presente el objeto externo que afecta al cuerpo hasta que una nueva afección, digamos la percepción de un nuevo objeto, elimina la presencia del primero. Estoy percibiendo mi perro pero luego se va corriendo detrás de un arbusto y ahora el arbusto me afecta y me lo quedo viendo. Sin embargo, como dice en el corolario, la mente aún podrá considerar esos cuerpos ya no presentes como si estuvieran presentes. Esto es lo que nosotros coloquialmente llamamos la imaginación. A continuación hace explícito el mecanismo – dice que los cuerpos externos afectan las partes fluidas del cuerpo humano trasmitiendo este movimiento a partes blandas (o sea, el cerebro) cuyas superficies cambian como resultado. Posteriormente, cuando las partes fluidas vuelvan a recorrer sobre esas superficies ya cambiadas, la mente volverá a considerar el objeto como si estuviera presente. Nuevamente, aun cuando no aceptamos el mecanismo físico de su explicación, formalmente es la misma explicación que dan científicos hoy en día, sólo que usan la terminología de neuronas, axones y cómo cierta configuración de excitación habitual de los axones se asocia con cierta imagen.
Entonces, una modificación del cuerpo humano registra la presencia de algo externo. La modificación es un vestigio o huella de la cosa externa, y la idea de esta huella es lo que Spinoza llama una imagen. Dice: “llamaremos «imágenes» de las cosas a las afecciones del cuerpo humano cuyas ideas nos representan los cuerpos exteriores como si nos estuvieran presentes, aunque no reproduzcan las figuras de las cosas. Y cuando el alma considere los cuerpos de esa manera, diremos que los «imagina»”. Nosotros distinguimos sensación de imaginación, pero Spinoza combina las dos, empleando el término imaginación para referirse a todo ese proceso de registrar la presencia de algo en nuestra experiencia. Sea que estemos percibiendo algo, soñándolo, recordándolo, o representándolo, todo eso cae bajo el imaginatio, como se dice en latín. Y como vimos en la cita, emplea el término ‘imagen’ también de forma distinta. Para nosotros una imagen es algo visual, como una foto que tu móvil capta y sube a Instagram o que tu ojo capta y guarda en tu mente. Sin embargo, Spinoza dice que la imagen no reproduce la figura de las cosas y eso no ha de extrañar porque la figuración atañe a la dimensión de la extensión mientras que la imagen tiene que ver con la del pensamiento – es una idea.
¿Saben que? Me he dado cuenta que la discusión de Spinoza hasta ahora sobre la sensación y la imaginación refleja muy cercanamente la de Hobbes en los primeros capítulos de El leviatán. Todo el mundo lee este libro a partir del capítulo 13 donde habla del estado de naturaleza y la guerra de todos contra todos. Sin embargo, para entender cómo los seres humanos interactúan entre sí, tiene que entender cómo funciona el ser humano como tal, y por eso empieza en el primer capítulo con la sensación, luego pasa a la imaginación, y en el tercer capítulo a la cadena o serie de imaginaciones. Pasando a la proposición 18, encontramos a Spinoza hablando precisamente de eso. Dice: “Si el cuerpo humano ha sido afectado una vez por dos o más cuerpos al mismo tiempo, cuando más tarde la mente imagine a uno de ellos, recordará inmediatamente también a los otros”. Hace una semana hacía un rompecabezas mientras escuchaba una entrevista con Noam Chomsky. Hoy en la mañana volví a escuchar la voz de Chomsky en otro contexto y recordaba inmediatamente la imagen del rompecabezas. Así es nuestra experiencia común. Nuestro cuerpo es afectado por diversos objetos externos por medio de los cinco sentidos en contextos diversos. El punto importante es que la asociación de ideas en nuestra mente, en la medida en que se rija por la experiencia que hemos descrito en términos de la imaginación, esa asociación de ideas no guarda ninguna conexión intrínseca entre sí. Yo experimento o imagino cierta cosa en cierto contexto y tú en otro. Un granjero ve un río y ve una fuente para regar sus cultivos y el dueño de una fábrica lo ve y ve una manera de deshacerse de residuos tóxicos.
Ahora, toda esta discusión tiene que ver con el conocimiento. Si las ideas que constituyen nuestro conocimiento son producto de esta asociación o ilación en la experiencia que Spinoza llama la imaginación, entonces se trata de un conocimiento endeble y dudoso, y eso por dos razones. Primero, como vimos, no conocemos el objeto externo en sí mismo sino tal como afecta a nuestro cuerpo. Y segundo, por lo que acabamos de ver sobre la experiencia. Si el conocimiento se basa en imágenes, y la cadena o ilación de imágenes varía de acuerdo con la experiencia de cada persona, entonces no habrá acuerdo y unanimidad en el conocimiento sino diferencias y disputas. ¿Qué puede hacer uno ante esta situación, ante la incertidumbre que provoca esta diversidad de ideas? El título de uno de los primeros escritos de Spinoza es Tratado del mejoramiento del entendimiento. Si uno trata de mejorar su entendimiento, es decir, corregir sus ideas usando otras ideas que provienen de esta misma dinámica de la imaginación, sólo se va a enfrascar más en el problema. En el escolio de la proposición 18, Spinoza distingue a esta conexión de ideas que se da de acuerdo con las afecciones del cuerpo humano de otra conexión de ideas, aquella que se da “según el orden del entendimiento, mediante el cual la mente percibe las cosas por sus primeras causas, y que es el mismo en todos los hombres”. Aquí señala una segunda vía para el conocimiento, no la de la imaginación sino la del intelecto o la razón, pero todavía falta para lleguemos a discutir esa vía. De momento, hay que entender el fenómeno del error, de ideas falsas o, mejor dicho, como dice Spinoza, ideas inadecuadas. Hasta ahora, la discusión de la imaginación ha mostrado cómo surge la incertidumbre ante la variabilidad de la experiencia, pero no nos dice en qué consiste específicamente el error.
Bueno, volvamos un momento a la proposición 17. Ahí en el escolio distingue entre dos tipos de ideas. Dice: “entendemos claramente cuál es la diferencia entre, por ejemplo, la idea de Pedro, que constituye la esencia de la mente del propio Pedro, y la idea del mismo Pedro que existe en otro hombre, pongamos Pablo”. ¿Cuál es la diferencia? Pues Pedro, considerado bajo el atributo de la extensión, es un cuerpo, pero visto bajo el atributo del pensamiento es una idea, una de las infinitas ideas que componen la infinita substancia bajo el atributo del pensamiento. Ahora, hemos visto que la idea que corresponde a un modo no es otro que la idea del cuerpo que es ese modo bajo el atributo de la extensión. En pocas palabras, la idea de Pedro, esa que Spinoza dice que constituye la esencia de su mente, es la idea que Dios tiene del cuerpo de Pedro. Luego está la idea de Pedro tal como existe en Pablo. Como hemos visto en la discusión de la imaginación, la idea que Pablo tiene de Pedro es una que sigue y refleja el mecanismo de la transmisión de movimiento de un cuerpo a otro, del de Pedro al de Pablo, por lo que, lo que Pablo conoce de Pedro no es tanto el cuerpo de Pedro como la manera en que el cuerpo de Pedro afecta al suyo. Como dice Spinoza, la idea que Pablo tiene de Pedro “revela más bien la constitución del cuerpo de Pablo que la naturaleza de Pedro”.
Lo interesante en todo esto es que la primera idea de Pedro, siendo la que Dios tiene del cuerpo de Pedro, revela su esencia, mientras que la segunda no. Sin embargo, esta segunda idea, la que Pablo tiene de Pedro, es también una idea de Dios – no puede ser de otra, todo lo que existe es parte de la infinita substancia. Si eso es el caso, entonces ¿cuál es la diferencia entre las dos ideas? ¿Por qué una de las ideas de Dios revela la esencia y da un conocimiento verdadero, y la otra no? ¿En qué estriba el error?
Descartes tiene una respuesta interesante a este problema del error. Para él, el entendimiento aprehende algo, por ejemplo el sol, pero esa aprehensión en sí misma no puede ser ni verdadera ni falsa. Es sólo cuando uno afirma algo sobre el sol, emite un juicio, que tiene sentido hablar de verdad o falsedad. Para Descartes, la verdad se da cuando la voluntad se limita a afirmar sólo aquello que aprehende con claridad y distinción. Si va más allá de ese límite, incurre en error.
En el pensamiento ético de Aristóteles, el campo de la acción es como una diana. La acción indicada en cualquiera circunstancia particular es como dar en el blanco, lo cual es difícil comparado con dar con cualquier otro punto en la diana. En términos de nuestra discusión, es muy fácil errar y difícil atinar. En general en el resto de la historía de la filosofía, en cuanto a cuestiones epistemológicas, éste es el modelo. Es muy fácil errar; lo que requiere de explicación es cómo es posible alcanzar conocimiento verdadero, cómo es posible dar en el blanco. Curiosamente, para Spinoza es al revés. Dado su punto de partida de la única e infinita substancia que es como es necesariamente, es difícil comprender cómo podría haber una imperfección como el error. Lo difícil no es explicar la verdad sino su opuesto, cómo caemos en el error. Es por eso que ha hablado de la imaginación hasta ahora. Sin embargo, si toda idea forma parte del infinito y perfecto continuo de pensamiento de Dios, ¿cómo se explica la clara diferencia entre la idea de Pedro y la idea que Pablo tiene de Pedro?
La respuesta estriba en comprender la consecuencia del Axioma 4 que vimos en el primer libro. Si te acuerdas, dice: “El conocimiento del efecto depende del conocimiento de la causa, y lo implica”. Si no mal recuerdo habíamos explicado eso en términos del arcoíris. Para entenderlo cabal o adecuadamente, hay que entender las causas de las que es un efecto. Lo mismo con la idea de Pedro. Para tener conocimiento correcto o adecuado de Pedro hay que tener conocimiento de las causas de Pedro, y eso es lo que Pablo no tiene. En un vídeo anterior hablamos de cómo Spinoza entiende la relación causa-efecto pero convendría aquí repasarlo. Coloquialmente, entendemos esa relación en términos de un cuerpo afectando a otro, empujándolo, el movimiento trasmitiéndose de uno a otro, tal como hemos discutido en relación a la percepción y la imaginación. Y eso está bien. Sin embargo, al hablar Spinoza del conocimiento de causas y efectos, como vemos en el axioma, se trata ya no de cuerpos sino de ideas. Una idea es causa de otra no de manera física sino lógica. Un efecto se sigue a partir de una causa de la misma manera que una conclusión se sigue a partir de premisas. De hecho, en la proposición 28, Spinoza dice que el tipo de idea que tiene Pablo es como una conclusión sin premisas. Es muy llamativa y esclarecedora esa afirmación. Imagínate que dijeras “Sócrates es mortal”, pero sin saber explícitamente que todos los hombres son mortales y que Sócrates es un hombre. En sentido estricto, esa idea tuya no sería falsa, pero tampoco verdadera porque no conoces sus causas, es decir, las premisas que la hacen verdadera.
La distinción principal que Spinoza hace entre las ideas no es falsa-verdadera, sino inadecuada-adecuada. La idea que Pablo tiene de Pedro no es del todo falsa, sino más bien inadecuada, es decir, incompleta, parcial. Es como si Pablo sostuviera su idea en abstracción o fuera del contexto de todas las demás ideas cuya articulación entre sí refleja el orden causal de la naturaleza. Vista desde el infinito continuo de pensamiento de Dios, la idea de Pedro es totalmente adecuada, se capta de forma clara y distinta porque se capta en relación con otras ideas adecuadas. La idea que Pablo tiene de Pedro, en cambio, es producto del mecanismo que Spinoza llama la imaginación. Podríamos llamarla entonces una idea imaginaria. Eso, sin embargo, no quiere decir que es falsa sino sólo incierta, parcial o confusa. ¿Hay una manera de completar o esclarecer esta parcialidad y confusión de nuestras ideas?
En la proposición 29 Spinoza dice: “La mente no tiene ni de sí misma, ni de su cuerpo, ni de los cuerpos exteriores un conocimiento adecuado, sino sólo confuso y mutilado, cuantas veces percibe las cosas según el orden común de la naturaleza, esto es, siempre que es determinada de un modo externo, a saber, según la fortuita presentación de las cosas, a considerar esto o aquello; y no cuantas veces es determinada de un modo interno —a saber, en virtud de la consideración de muchas cosas a la vez— a entender sus concordancias, diferencias y oposiciones, pues siempre que está internamente dispuesta, de ese modo o de otro, entonces considera las cosas clara y distintamente”. En vez de la imaginación, es decir la experiencia externa que se da de forma fortuita, Spinoza señala otra vía, la de la razón, que no depende de encuentros fortuitos con cuerpos externos sino de una consideración interna que se basa en concordancias o los puntos comunes entre las cosas.
¿Qué quiere decir con esto? En la proposición 38 dice: “Aquello que es común a todas las cosas, y que está igualmente en la parte y en el todo, no puede ser concebido sino adecuadamente”. ¿Se te ocurre algo que todas las cosas tienen en común? Pues para empezar, la extensión, y como discutimos en el primer libro, el hecho de que están en movimiento o descanso, que tienen alguna figura y tamaño, y que se caracterizan por los principios básicos de la geometría. Ahora, siendo tu cuerpo extendido, la idea de tu cuerpo, la cual constituye tu mente, encierra necesariamente la idea adecuada de la extensión, y lo mismo para cualquier otro cuerpo. Si volvemos ahora a la idea que Pablo tiene de Pedro, hay muchos aspectos de la existencia de Pedro que Pablo va a captar de forma inadecuada y eso porque los conoce en términos de las imágenes o ideas imaginarias que el cuerpo de Pedro produce al afectar y modificar el cuerpo de Pablo. Los dos cuerpos interactúan entre sí y sus ideas se confunden. Sin embargo, la idea de Pedro como cuerpo extendido la concibe Pablo de forma adecuada y veraz porque esa idea no se produce por ninguna modificación del cuerpo sino por el simple hecho de ser un cuerpo. Es decir, la idea de la extensión no se capta por los sentidos de forma externa sino que se clarifica de forma interna. La idea adecuada de la extensión ya existe de forma necesaria en la “mente” de toda cosa. En el encuentro con otro cuerpo, entre el zumbido de ideas confusas e inadecuadas, las nociones comunes se re-conocen, es decir, se vuelve a conocer lo que ya estaba ahí en el cuerpo de uno y que encuentra en otro cuerpo. En el corolario de la proposición 39 Spinoza dice: “De aquí se sigue que la mente es tanto más apta para percibir adecuadamente muchas cosas, cuanto más cosas en común tiene su cuerpo con otros cuerpos”. Siendo el cuerpo humano bastante complicado, tendrá más oportunidad de descubrir una gama más amplia de nociones comunes en sus encuentros con otros cuerpos, más oportunidad sin duda que una roca o un gusano.
La proposición 40 dice: “Todas las ideas que se siguen en la mente de ideas que en ella son adecuadas, son también adecuadas”. Partiendo de nociones comunes como las de la extensión y el pensamiento, Spinoza hace referencia aquí al hecho de que otras ideas adecuadas puede derivarse a partir de ellas, idea que tiene que ver con las leyes del movimiento y el descanso, por un lado, y con las leyes del pensamiento, o sea, la lógica, por el otro.
La primera clase de conocimiento que hemos visto en el segundo libro es la imaginación. En lo que acabamos de comentar, describe un segundo tipo de conocimiento que no depende de los sentidos, de fortuitos encuentros externos, sino de la ilación interna del intelecto, el razonamiento. En el escolio de la proposición 40 menciona un tercer tipo de conocimiento – no imaginario (que es sensitivo) ni intelectivo (que es discursivo), sino intuitivo, lo cual trata de una captación directa. Sobre este último no dice casi nada aquí, pero sí vuelve a tocarlo en el quinto libro, así que esperamos hasta entonces.
Empezamos este vídeo con el refrán – la verdad te hará libre. Ahora, con la discusión de las ideas adecuadas e inadecuadas, entendemos mejor cómo entiende los conceptos de verdad y falsedad. Sin embargo, aun cuando alcancemos tener ideas adecuadas, ¿cómo nos puede hacer libres si el mundo que retrata es totalmente determinista? Como hizo al final del primer libro, Spinoza vuelve a tocar el tema del libre albedrío y el determinismo al final del segundo. Aunque una respuesta completa tendrá que esperar al quinto libro donde veremos más de cerca ese tercer tipo de conocimiento, podemos señalar algunas cosas ahora.
Creemos que cuando tomamos una decisión, por ejemplo, escoger cierto plato en un menú, que igual pudimos haber escogido otra cosa, una hamburguesa en vez de la lasaña. O sea, que nuestra elección de la lasaña no era determinada. Nuestra creencia de que así sea se basa, para Spinoza en una idea inadecuada. Dice que “los hombres se equivocan al creerse libres, opinión que obedece al solo hecho de que son conscientes de sus acciones e ignorantes de las causas que las determinan”. Dado que ignoran las causas, inventan una – la voluntad. Sin embargo, lo que llamamos la voluntad, al igual que el deseo, la memoria y y el entendimiento, entre otras cosas, no son más que fenómenos bajo el atributo del pensamiento, o sea, son ideas. Las ideas son modos o afecciones de la infinita substancia que es Dios. Si un modo no estuviera determinado de ser lo que es por una causa anterior, es decir, si fuera independiente y autónomo, tendría que ser una substancia, cosa que evidentemente no es. Todo lo que sucede está determinado a ello por causas anteriores, sucede de forma necesaria.
Para Spinoza, la distinción relevante no es entre la necesidad y la libertad, sino una distinción dentro del mismo concepto de necesidad, entre una necesidad forzada desde afuera y una reconocida desde adentro. Ilustra esto en una de sus cartas. Imagínate, dice, una piedra tirada en el aire. La causa de su movimiento por el aire es, digamos, una persona que la tiró. Recibe la impulsión de moverse de esa persona, y ahí va moviéndose en su arco que describe las leyes de la física. Pero imagínate que la piedra está consciente, que se da cuenta de su movimiento y desea continuar moviéndose. Pensará que es libre de hacerlo. En su carta Spinoza dice que “el movimiento de la piedra está constreñido, no porque es necesario, sino porque tiene que ser definido por la impulsión recibida de la causa externa”. Lo que señala aquí es una necesidad que proviene de una fuerza exterior y la verdad todos los modos están determinados en ese sentido, en cuanto a su existencia. Sin embargo, a eso distingue otra forma de necesidad que constituye una suerte de libertad. Como dice Steven Nadler, esta libertad consiste no en una ausencia de determinismo, sino en actividad. En la medida en que lo que una persona tenga su base en sí misma, desde el conocimiento adecuado que posee, entonces es activo y libre, a diferencia de la piedra que está sometida pasivamente a las leyes que la rigen.
En la vida cotidiana, somos como esa piedra, pasivamente sometidos a la acción de cuerpos externos sobre nosotros. Pero a diferencia de la piedra, reaccionamos a lo que nos sucede de forma emocional, apasionada – no es nada casual el vínculo entre nuestra pasiones y el carácter pasivo en que las experimentamos. En este jaleo, muchas veces tormentoso, nos encontramos abofeteados por deseos encontrados. El problema con todo esto es que la felicidad que todos buscamos va en función de cosa externas, de cómo las cosas nos afectan. Llegar a tener ideas adecuadas de nuestra naturaleza y actuar con base en ellas va a ser el camino para salir de la condición de esclavitud en que se encuentra el hombre. Su discusión de la imaginación y cómo los cuerpos externos nos afectan ha sido una discusión digamos epistemológica. Con base en ella, pasará en el tercer libro de La ética a discutir esta afección en términos emocionales, o sea, en términos precisamente de los afectos.

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Música de la intro: La canción se llama “Ambience Musettienne” del album Simply Musette de Alexa Sage.

Música de la outro:  ZAPATEADITO OAXAQUEÑO II . Arodi Martinez S.  https://www.youtube.com/watch?v=qIcnUTBSOfw

17 Comments

  1. Carlos · 20/12/2021 Responder

    Una bibliografía sobre Spinoza en Español o en inglés. Gracias

  2. Maria · 21/12/2021 Responder

    Gracias Darin por tu generoso trabajo.
    Pasaría algo si sustituyéramos la palabra causa por interacción?
    En cualquier sistema filosófico, no importa mucho, como un experimento.
    La palabra interacción es menos “presuntuosa”, menos cargada de ideas imaginativas o imaginarias, y más adecuada para describir la “magia” de lo que ocurre cuando dos extensiones entran en contacto.
    Gracias de nuevo!

  3. Mario · 21/12/2021 Responder

    Hola Darin. Leí el guión de tu video y sentí que perdí tiempo tratando de encontrar algo de valor entre las confusas y anacrónicas ideas de Spinoza-Cap II. Y decirte que me desconcertó mucho que vos permanecieras (a mi juicio, claro) tan tranquilo y ausente de crítica ante afirmaciones del tipo ” el libro que vemos sobre la mesa empuja el aire, lo cual empuja las partes de nuestro cuerpo hasta dejar su huella en el cerebro” ¿Qué necesidad tienes de exponer tu prestigio avalando tanto cacareo pseudo-intelectual de Spinoza en el Cap II? Con todo el respeto y el afecto que te tengo, decirte que este Spinoza ha sido para mi una pérdida de tiempo frente ante tantas cosas importantes que podríamos estar estudiando. Te mando un abrazo

    • Darin · 21/12/2021 Responder

      Hola Mario. Aprecio la frustración que expresas. Dices que no critico Spinoza. En general, concibo mi tarea en la Fonda no como un crítico. En los vídeos actuo no cómo filósofo sino como divulgador. Trato de explicar lo que los filósofos quieren decir sin juzgar. Creo que eso tiene valor. En todo caso, sí hice una crítica implícita. Dije que nos parecen anticuadas esas explicaciones (como la que citas), sin embargo, formalmente encierran la explicación fisicalista de los científicos hoy en día. En todo caso, si Einstein, quizá el más grande científico de todos los tiempos, hubiera tomado tu punto vista, hubiera tirado el pensamiento de Spinoza de un lado. Pero no hizo eso. Dijo: “Yo creo en el Dios de Spinoza, quien se revela en las armoniosas leyes del universo, y no se ocupa del destino y el castigo de la humanidad”. Muchos canales de filosofía hacen una pincelada general del pensamiento de Spinoza: infinita substancia, el paralelismo, los afectos, el razonamiento, tan tan. Pude haber hecho lo mismo, pero creo que un añalisis más detallado, con todo y los lados flacos (y todo filósofo tiene su lado flaco), vale la pena para que entendamos al menos la visión del filósofo en cuestión. Gracias nuevamente por tus palabras, te deseo felices fiestas 😊

      • Mario · 22/12/2021 Responder

        Ay ay sin duda sos más sabio que yo Darin. Te pido disculpas por la arrogancia pero se me chispoteó mal el Cap II. Te mando un fuerte abrazo y deseos de.. ¡Felices Fiestas!

  4. Uriel · 21/12/2021 Responder

    Excelente tema 🙏

  5. Manuel Arias · 22/12/2021 Responder

    Maestro usted cumple su función de divulgar las ideas de los pensadores, a veces la abstracción de autores como este hace que uno devuelva el video, pero en general usted da lo que busco, entender las ideas de los filósofos.

  6. Guillermo · 22/12/2021 Responder

    Gracias Darin por acercarnos a Spinoza, tus clases son siempre excelentes y te siento mi amigo aunque no nos conozcamos personalmente. Muy felices fiestas! Un fuerte abrazo desde argentina!

  7. Emilio Flores · 24/12/2021 Responder

    Hola Darín, no quería comenzar la actividad de noche buena sin antes revisar el contenido de este espectacular vídeo donde sigues riguroso el desarrollo de Spinoza y con ello nos pones en la conversación con este espectacular autor, o al menos a intentarlo. La agregación del tercer tipo de conocimiento (la intuición) y la madurez que vamos adquiriendo en los dos anteriores, sobre todo en la imaginación contribuyen a seguirte entusiasmado en el estudio y la conversación con Spinoza.

    Quiero desearte a ti y los tuyos junto con todos los integrantes de este equipo de estudiantes, una Feliz Navidad y un venturoso año 2022. Afectuosos saludos.

  8. Eugenio Ugarte Díaz · 27/12/2021 Responder

    Estimado profesor, es mi deseo expresarle mi más sincero reconocimiento por la labor que ud hace. Se requiere mucho valor para asumir, el acto de filantropía, que es el facilitar el acceso, a nosotros los profanos, de las ideas de grandes pensadores como es el caso de B. Spinoza tan vigente en este momento (al contrario de lo que algunos quisieran hacer creer). Será tarea de cada uno de sus seguidores, asumir la lectura personal y formar un juicio propio. No me cabe duda que compartimos dicho propósito.

    Profesor, espero que, en compañía de sus seres queridos, haya pasado una hermosa fiesta navideña y que el próximo año le brinde éxito y la satisfacción de todos sus proyectos.

    • Darin · 27/12/2021 Responder

      Muchas gracias por tus lindas palabras Eugenio. Espero también hayas pasado felices fiestas. Un abrazo!

  9. EDITH FERNÁNDEZ · 30/01/2022 Responder

    Profesor Darín, decirle que es una suerte poder acceder a sus explicaciones. Después de haber leído al neurocientífico Antonio Damasio (El error de Descartes y en En busca de Spinoza) quise poder entender el pensamiento de Spinoza que Damasio reconoce como un precedente a sus investigaciones. Me resulta muy difícil leer a Spinoza, por eso, de no ser por sus clases, perdería la oportunidad de disfrutar la excelencia de este excepcional filósofo.

  10. Luis Pighi Navarro · 21/11/2022 Responder

    Muchas gracias, profesor. Spinoza ha sido un autor que me ha pegado con mucha fuerza, y es que he encontrado maneras como relacionarlo con ciertos autores que dedican a otros campos de la filosofía que inconscientemente caen en el sistema de Spinoza. De no haber sido por sus videos, muy bien explicados y muy fluido y conectadas las ideas, se me hubiera hecho muy difícil entender a Spinoza

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